Ciencia y Tecnología en Cuba

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Ciencia y Tecnología en Cuba
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Concepto:Actividades que están estrechamente relacionadas con la producción, la promoción, la difusión y la aplicación de los conocimientos científicos y técnicos, en todos los campos de la ciencia y la tecnología.
Ciencia y Tecnología en Cuba. El sistema de la ciencia y la innovación tecnológica en Cuba abarca todas las ramas del desarrollo socioeconómico y cultural del país.

El pensamiento científico en Cuba se expresa como parte del proceso de integración de la nacionalidad cubana y uno de los resultados relevantes de la Revolución cubana ha sido la formación humana y el desarrollo profesional y científico, siendo pilares de este sistema la asimilación acelerada de los conocimientos mundiales, la integración como principio de trabajo, el respaldo científico a los objetivos económicos y ambientales del país y la creación de fuentes de nuevos recursos para la economía nacional.

Historia

Antecedentes

La ciencia en Cuba está representada por nombres de eminentes científicos que, con su esfuerzo personal y sin apoyo oficial alguno, legaron un cúmulo de conocimientos en distintas materias. Entre los primeros matemáticos cubanos se destaca Marcos Antonio Riaño, quien realizó observaciones astronómicas y publicó trabajos en la revista de la Academia de Ciencias de París. Es a finales del Siglo XVIII cuando por primera vez se publica una obra científica cubana referida a los trabajos de historia natural, de Antonio Parra Callado; otros trabajos fueron los de Tomás Romay, relacionados con la fiebre amarilla y la introducción de la vacuna contra la viruela en Cuba.

A principios del Siglo XIX se publica la primera obra de geografía titulada Geografía de la Isla de Cuba, escrita por Esteban Pichardo. En este mismo siglo se distinguen como las figuras más relevantes de la ciencia cubana, entre otros, Felipe Poey, Álvaro Reynoso, Manuel Fernández de Castro y Suero, Andrés Poey Aguirre, Carlos J. Finlay y Joaquín Albarrán.

Felipe Poey, fundador de la Sociedad de Entomología de Francia, ocupó una posición cimera en las ciencias naturales en América, y Álvaro Reynoso fue uno de los precursores de la agronomía moderna. Carlos J. Finlay, descubrió el agente transmisor de la fiebre amarilla y lo identificó como una especie de mosquito. Este descubrimiento de carácter mundial se trató de opacar después de la intervención norteamericana en Cuba, cuando se intentó otorgar la gloria del descubrimiento al norteamericano Walter Reed.

El Siglo XX se caracterizó, al igual que los anteriores, por la labor aislada de eminentes científicos como Juan Tomás Roig y Fernando Ortiz. El estudio, la dedicación y el esfuerzo personal de los científicos cubanos se vieron limitados en buena medida a causa del sistema de dependencia imperante, por lo que no se puede hablar de un desarrollo científico nacional.

Existe una periodización histórica realizada en 1974 por el principal estudioso de la Historia de la Ciencia y la Medicina en Cuba, José López Sánchez, en la que se establecen cinco etapas o períodos debido al diferente grado de desarrollo del proceso: Hispánico (1492-1790), Cubano (1790-1861), Académico (1861-1902), Republicano (1902-1959) y Revolucionario (1959).

Período hispánico

En esta larga etapa resulta escasa la introducción de adelantos científicos y casi nulo el estímulo a su fomento. Al atraso económico se unieron las condiciones de insalubridad y la carencia de instituciones sanitarias. Se tienen noticias de que en 1520 la viruela llegó a la isla procedente de La Española, la primera gran epidemia de fiebre amarilla ocurrió en 1649-1650 y reapareció en 1693.

Por interés de la metrópoli colonial española fueron realizadas en los siglos XVI, XVII y XVIII importantes fortificaciones militares, principalmente por extranjeros, y otras obras como un astillero naval, dada la posición estratégica de Cuba en la ruta entre España y sus restantes colonias americanas, así como la denominada Zanja Real (1556-1592) para el abastecimiento de agua a La Habana. También se construyeron por disposición de los obispos Diego Evelino de Compostela y Jerónimo Valdés numerosos conventos e iglesias en cuyas manos estaban la evangelización y la incipiente enseñanza primaria.

En esos primeros siglos los habitantes reclamaban se establecieran médicos en el país para combatir las enfermedades, pues hasta 1690 sólo arribaban algunos de paso hacia otros lugares. El primer habanero graduado de médico en la Universidad de México fue Diego Vázquez Hinostrosa, quien presentó en 1655 su título de bachiller en Medicina ante el Cabildo y se doctoró en 1658. En esa época solamente ejercía en La Habana el doctor Lázaro de Flores Navarro (1625-1673), sevillano autor de Arte de Navegar, primer libro científico escrito en Cuba, publicado en Madrid en 1673.

A finales de ese siglo se incorporaran otros bachilleres en Medicina, aprobados por el Real Protomedicato de México y en 1711 se establece el Protomedicato de La Habana, encargado entre sus funciones de dar título de médico examinado. En el Siglo XVIII fueron también establecidos la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo (Universidad de La Habana) y el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Si bien aumentó el número de médicos, seguían pésimas las condiciones sanitarias y las epidemias. En 1741 el tribunal del Protomedicato estaba constituido sólo por criollos al igual que casi la totalidad de los médicos - ascendían a unos 50 en 1788-, profesores y catedráticos universitarios.

En San Carlos y la Universidad se formaron los criollos precursores de la nacionalidad y hacia el final de la centuria expresaban interés por la Química, la Botánica y la Agronomía y consideraban la creciente necesidad social de la Medicina. A la misma centuria corresponden las obras del primer historiador José Martín Félix de Arrate y Acosta y del obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz.

Período cubano y académico

Ambas períodos se relacionan pues transcurren mayormente en el Siglo XIX. Al denominado cubano, en el cual se destacan un número importante de amantes del progreso científico, corresponde el auge de la economía de plantación esclavista, que copó el mercado exterior de la isla tras la revolución en Haití (1791) y marcó el derrotero futuro del país. A finales del Siglo XVI habían aparecido los primeros ingenios azucareros y la industria se expandió desde finales del XVII y durante el XVIII.

En la primera etapa se inician científicos como los fundadores de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, que tuvo lugar en 1861 por iniciativa de Nicolás José Gutiérrez Hernández, la tercera gran figura de la medicina cubana en ese siglo, después de Romay y Finlay.

En 1890 apareció el primer número de El Papel Periódico de La Habana, que sirvió de vocero a las ideas ilustradas y tuvo a Tomás Romay Chacón, José Agustín Caballero de la Torre, Nicolás Calvo de la Puerta y O´Farrill y Francisco de Arango y Parreño entre sus principales redactores, a quienes siguieron otras personalidades de la época. Esa publicación pasó a ser administrada por la Sociedad Económica de Amigos del País, fundada a solicitud de criollos prominentes con fines de carácter económico, cultural y social.

A la múltiple labor de esta institución se deben la fundación de la primera biblioteca pública del país (1793), del Jardín Botánico Nacional de Cuba (1817) y de la Academia de Pintura, Dibujo y Escultura San Alejandro (1818). Propició también la creación de cátedras de Química, Matemáticas y Economía Política. La presencia del Obispo Espada contribuyó a barrer la escolástica por hombres de pensamiento científico y cultura enciclopédica como Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Antonio Saco, quienes incorporaron a sus materias la enseñanza de la Física y la Química.

La clase de los cubanos ricos abandonó por el camino el impulso al desarrollo científico-técnico del país dando preferencia a la transferencia de tecnología en la industria azucarera, a la introducción del primer ferrocarril y, sucesivamente, del teléfono, el alumbrado eléctrico, hasta el extremo de importar también la mano de obra calificada. La Junta de Fomento y la Sociedad Económica auspiciaron la idea de José Luís Casaseca Silván de establecer un instituto de investigaciones químicas dedicado al estudio de los productos naturales y agrícolas del país, pero después de creado ese centro tuvo corta vida y los últimos años fue costeado por Álvaro Reynoso, su segundo director hasta ser clausurado oficialmente.

La prédica de Álvaro Reynoso en favor de una agricultura intensiva y científica encontró en Cuba oídos sordos entre los productores esclavistas, quienes destruían los bosques en su práctica de siembras extensivas, mientras el libro Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar (1862, de Reynoso) tuvo una segunda edición en Madrid en 1865, fue traducido al holandés y adoptado su método en Java y en Estados Unidos.

Felipe Poey Aloy -junto al alemán Juan Cristóbal Gundlach- y Reynoso iniciaron, respectivamente, la era científica de la historia natural y la agricultura en Cuba, pero la falta de apoyo redujo sus grandes aportes sólo al plano académico. Otro tanto ocurrió con los trabajos meteorológicos de Andrés Poey Aguirre. Luego de la gestión de Ramón de la Sagra Periz en el Jardín Botánico, las investigaciones en este campo tampoco logran atraer recursos económicos y coleccionistas de otros países realizaron importantes estudios en su provecho.

La existencia de la Academia resultó de gran contribución al conocimiento y la difusión de las ideas científicas y el desarrollo del pensamiento científico cubano, a pesar de la imposibilidad de plasmarse en la práctica social. El genial reporte en 1881 de Carlos J. Finlay sobre el agente trasmisor de la fiebre amarilla, la principal contribución cubana a la ciencia universal en el Siglo XIX, fue subestimado en ese momento por colegas nacionales y extranjeros.

Período neocolonial

El desarrollo de la investigación científica, bajo las condiciones de la república neocolonial, fue limitado dado que el Estado no apoyó el desarrollo científico técnico. Le negó por ejemplo apoyo a investigaciones como la bacteriológica, en la cual había sido pionero en América el Laboratorio Histo-bacteriológico de Cuba. Tampoco recibió el respaldo del gobierno la creación, por ejemplo, de museos. Esta tarea fue asumida principalmente por las sociedades, como la Cubana de Historia Natural “Felipe Poey”.

A principios de la década del cincuenta, Cuba era un país subdesarrollado, pobre en recursos naturales, carente de fuentes de materias primas energéticas, poseedor de yacimientos importantes de hierro, los cuales demandaban una tecnología apropiada para su fase metalúrgica que, todavía, se encontraba en etapa de investigación y desarrollo.

A finales de 1958 existían en Cuba algunas instituciones que podían realizar investigaciones científicas básicas o aplicadas tal era el caso de el Observatorio Nacional de Meteorología actual Instituto de Meteorología, la Oficina Hidrográfica donde se desarrollaban investigaciones marinas, el Instituto Nacional de Higiene que se encargaba del control de la calidad de los alimentos y medicamentos. Existían además tres laboratorios en las universidades oficiales (las de La Habana, Las Villas y Oriente) que también fomentaban la investigación. Las investigaciones tecnológicas que existían en Cuba estaban centradas en un Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), creado en 1965 y las investigaciones médicas se realizaban, en pequeña escala y con muchas dificultades, en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (creado en 1937).

El alto índice de analfabetismo y la casi inexistente formación de especialistas y técnicos calificados también constituía un problema y esta situación se acentuó por el éxodo de profesionales y especialistas que se dio a finales de la década. Lo anterior permite afirmar que en 1958 Cuba no tenía las condiciones creadas para hacer frente a una economía sustentada por el desarrollo científico y tecnológico.

Período revolucionario

Los antecedentes expuestos pautaron las estrategias de desarrollo científico técnico que asumió el país a principio de la Revolución Cubana. Se priorizaron los avances científicos aplicados a la economía y la creación de la infraestructura educacional e investigativa para optimizar el uso, desarrollo y explotación de las tecnologías.

Se fomentó en este período la enseñanza superior de las ciencias técnicas con el objetivo de suplir la necesidad de especialistas que tenían las industrias. Fue así como en 1962 se firma la Ley de Reforma Universitaria que disponía la concesión de becas en otros países para la realización de estudios técnicos y superiores. También en este marco es fundada 1964 la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría (CUJAE) con capacidad para formar 15 mil estudiantes en carreras con perfiles científico-técnicos.

A partir de la incorporación paulatina de estos especialistas graduados se
Academia de Ciencias de Cuba
comenzaron a desarrollar Entidades de Investigación y Desarrollo en todo el país. Se determinó sustituir las sociedades científicas que existían en Centros de Investigación es en este contexto que se constituye la Academia de Ciencias de Cuba la cual, a partir de este momento, se comenzó a encargar de las investigaciones sobre recursos naturales y las investigaciones asociadas a las necesidades técnicas de la sociedad cubana.

También en este período se crea el Instituto de Documentación e Información Científico Técnica (IDICT), como centro gestor y rector del Sistema Nacional de Información Científica y Técnica; en los años ochenta se desarrolla una red de “centros multisectoriales” de información científico-técnica en todas las provincias del país todos liderados por el IDICT.

Entre 1962 y 1963 con el objetivo de fomentar el desarrollo industrial del país el Ché funda, suscritos al Ministerio de Industria (que él dirigía), los institutos: Centro de Investigación para la Industria Minero Metalúrgica (CIPIMM), el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA), el Instituto Cubano de Desarrollo de la Industria Química (ICIDIQ, más tarde Centro de Investigaciones Químicas, CIQ), y el Instituto Cubano de Desarrollo de la Maquinaria (ICDM).

A partir de 1966 de inician proyectos de explotación de los suelos, de zoología y botánica así como de investigación geológica con vistas a la explotación minera. Se crea además el Servicio Meteorológico Nacional con un mínimo de erogación por el Estado, y centrado en el Instituto de Meteorología (antiguo Observatorio Nacional). A la par se desarrollan también investigaciones en ramas como las Ciencias Sociales y Humanísticas.

En cuanto a los procesos de innovación en este período los esfuerzos se
Forum de Ciencia y Técnica
enfocaron en perfeccionar la automatización de las producciones y en la recuperación de las piezas de repuesto. En pos de cumplir este último objetivo se comenzaron a desarrollar los Forum Nacional de Recuperación y Fabricación de Piezas de Repuesto hasta mediados de la década del ochenta que pasaron a ser los llamados Forum de Ciencia y Técnica.

Entre los sectores más priorizados favorecidos con estos movimientos de innovación fue la Agricultura y la Industria azucarera cubana, muchas de las investigaciones más importantes para esteúltimo sector las realizó el Instituto Cubano de Investigación de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA) creado también en este período. El terreno de las investigaciones Biotecnológicas también fue fructífero entre los años sesenta y toda la década de los setenta se desarrollaron vacunas como: la antituberculosa, la antitetánica, la antirrábica y la antitifoídica aplicadas todas a la población cubana en primer lugar con resultados satisfactorios.

Entre la década del setenta y del ochenta la ciencia y la tecnología tenía
Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ)
todos sus esfuerzos dirigidos a fomentar la industrialización del país, especialmente se trabajó en trasformar la técnica de la producción agrícola en especial el cultivo de la caña de azúcar. Los avances se materializaron en el incremento del rendimiento de la producción de 1970 a 1974. En estos años se continuó potenciando la preparación de profesionales del sector, se amplió la red de centros de educación superior y centros de Investigación y Desarrollo (I+D).

Se establecen también en este período los programas de categorización docente y científica y se crea la Comisión Nacional de Grados Científicos. En 1974 queda constituido en el país el Consejo Nacional de Ciencia y Técnica que en 1976 asume el nombre de Comité Estatal de Ciencia y Técnica; el mismo funcionó desde entonces como órgano rector de las actividades relativas al desarrollo la Ciencia y la Técnica a nivel nacional.

También en esta etapa se constituyen las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) y la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR). Desde su creación han constituido la base de innovaciones aplicadas al sector aún en nuestros días.

Periodo especial

A principios de la década del noventa, producto del Período especial y del
Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí"
recrudecimiento del Bloqueo Económico contra Cuba, varias fueron las afectaciones que sufrieron el sector de la Ciencia y la Tecnología. Un ejemplo se refleja en los recursos humanos dedicados a ciencia e innovación tecnológica, los mismos bajaron su ritmo de crecimiento pero a pesar de ello la diferencia fue positiva durante todo el período. El desarrollo científico y técnico del país siguió adelante aún en estas condiciones. El fortalecimiento de complejo de ciencia-desarrollo, se protegió de manera muy significativa durante el período especial. No obstante los rigores del momento, en octubre de 1993 se inauguraron las nuevas instalaciones del Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí", que lo convierten con su moderna tecnología, en uno de los más importantes de América Latina y el mundo para la investigación y tratamiento de las enfermedades tropicales.

Polos científicos productivos

A fin de integrar la generación de conocimientos científicos y tecnológicos con la utilización económica y social que se le da a los mismos es que se constituye a principios de la década del noventa el Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica. Se constituyeron además los Polos Científicos-Productivos como una unidad organizativa que trabajan en programas de producciones de alto valor agregado, especialmente en el campo biotecnológico y médico-farmacéutico.

El Polo Científico del Oeste de La Habana se presenta como exponente de los logros alcanzados por estos centros productivos. El mismo está especializado en fomentar las investigaciones en la esfera de la Biotecnología con la producción de vacunas y medicamentos así como la creación de la llamada Reserva Científica con los jóvenes que manifiestan cualidades para la investigación científica. Uno de los mayores logros de este sector lo constituyen las vacunas anti-hepatitis B recombinante y la antimeningocóccica (Cuba es propietaria de su patente y de su tecnología) cuyos ingresos al país por exportación han alcanzado los 400 millones de dólares.

Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente

CITMA
También en este período de inicios de los noventa tiene lugar un acontecimiento]esencial para el fomento del desarrollo de la ciencia en Cuba, la Academia de Ciencias de Cuba se constituye como el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Desde entonces este centro funciona como el órgano nacional encargado de dirigir, ejecutar y controlar la política del Estado y el Gobierno en materia de ciencia, tecnología, medio ambiente y uso de la energía nuclear, propiciando la integración coherente de estas en el desarrollo sostenible del país.

Informatización de la sociedad

A partir de la segunda década del noventa el país con la conexión de Cuba a Internet, se abre al proceso de Informatización de la Sociedad que se define como el proceso de utilización ordenada y masiva de las Tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para satisfacer las necesidades de
Universidad de Ciencias Informáticas
información y conocimiento de todas las personas y esferas de la sociedad. A pesar de que hasta nuestros días leyes norteamericanas como la Torricelli han limitado el desarrollo de las comunicaciones en el país desde el 2008 el país ha aumentado su ancho de banda en la transmisión de salida en un 63 por ciento, y en la entrada un 40 por ciento. En aras de fomentar la industria nacional de las TIC se extiende a partir del 2002 la enseñanza de la computación a todas las escuelas del sistema nacional de educación.

En el propio año 2002 surge lo que inicialmente se denominó el "Proyecto Futuro", fruto del cual es la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI); la Primera Universidad Nacida al calor de la Batalla de Ideas y que ha graduado hasta hoy casi 4000 ingenieros.

Esta universidad participa y coordina más de 20 programas de informatización con ministerios o entidades nacionales, se desatacan los resultados en el desarrollo de sistemas para la salud, educación, automatización, prensa, bioinformática, procesamiento de imágenes y señales, realidad virtual, geomática y teleformación estadística. Es además la proveedora de Soluciones Tecnológicas Integrales de proyectos que se desarrollan en el marco del convenio Cuba-Venezuela; en este contexto se desarrollan también tareas de investigación, proyectos propios y modelos de cooperación y colaboración para los pueblo del ALBA.

Política ambiental de Cuba

La protección del Medio ambiente siempre ha sido un área de desarrollo de la ciencia en Cuba. El estado cubano ha estipulado que es deber de los ciudadanos contribuir al a protección del agua, la atmósfera, la conservación del suelo, la flora, la fauna y todo el rico potencial de la naturaleza".

Fidel Castro, Líder Histórico de la Revolución Cubana

En 1975 en el contexto del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba se plantea la necesidad de crear un organismo que se encargue de atender directamente la situación del Medio ambiente. Es así como se crea la Comisión Nacional para la protección del Medio ambiente y los Recursos Nacionales. Posteriormente a principios de la década del ochenta se promulga la Ley de Protección del Medio Ambiente y el Uso Racional de los Recursos Naturales.

Otro hecho fundamental en la política ambiental cubana lo constituye laparticipación en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, Brasil en 1992. En dicho evento la delegación cubana encabezada por el Comandante en jefe Fidel Castro firma el Convenio sobre la Diversidad biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático. A partir de este momento se introduce en el país el concepto de Desarrollo sostenible.

A partir de entonces se abre una nueva brecha en el cuidado y protección del Medio Ambiente en Cuba. Se firman los convenios de Diversidad biológica y la Convención sobre el Cambio Climático en el Marco de la Naciones Unidas. En 1993 se firma el Programa Nacional Medio Ambiente y Desarrollo y se realiza su adecuación para cada territorio del país.

La política educativa cubana también a favorecido el cuidado del Medio Ambiente ya que se incluyen estos conocimiento en los planes de estudio de los jóvenes y para la población en general se imparten cursos en el Programa Universidad para todos sobre la temática.

Fuentes

  • Kourí Flores, Juan B. Biología General 1 10 mo Grado. Colaboración entre el Ministerio de Cultura de la República de Cuba y el Comité Estatal de la URSS para los asuntos de las Editoriales, la Poligrafía y el Comercio del Libro.
  • Breve esbozo del desarrollo de la ciencia y la tecnología en Cuba. Resultados de la Ciencia en Cuba. Disponible en:Red Cubana de la Ciencia. Consultado el 24 de abril de 2011
  • Anuario Estadístico 2007. Edición del 2008.
  • El desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en Cuba: Algunas cuestiones actuales. INTERCIENCIA 18(6): 289-294.1993.
  • Investigación sobre Ciencia, Tecnología y Desarrollo Humano en Cuba. PNUD.228 p. 2003
  • Cuba por el camino de la Ciencia y la Tecnología. Disponible en: 50 aniversario de la revolución cubana. Centro Internacional de Prensa. Consultado el 24 de abril de 2011.
  • La ciencia y la tecnología en Cuba. Conferencia de la doctora Rosa Elena Simeón Negrín, ex ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente durante el V Congreso Latinoamericano de Medicina Tropical celebrado en el Palacio de las Convenciones, La Habana. Rev Cubana Med Trop v.49 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 1997. Disponible en:Revista Cubana de Medicina Tropical. Consultado el 24 de mayo de 2011.