Ciudad inteligente (tecnología)

Ciudad inteligente
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Concepto:La ciudad inteligente, a veces también llamada ciudad eficiente o ciudad súper-eficiente, se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad2 que es capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y de los propios habitantes, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales.​

La ciudad inteligente (smart cities) es aquella que utiliza el potencial de la tecnología y la innovación, junto al resto de recursos, para promover de manera más eficiente un desarrollo sostenible y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de sus ciudadano. Ciudades inteligentes, dado su origen natural de las Ciudades Digitales, se basa en el uso intenso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en prestación de servicios públicos de alta calidad y calidez, seguridad, productividad, competitividad, innovación, emprendimiento, participación, formación y capacitación.

Ventajas

El internet de las cosas (IoT), el big data, aplicaciones móviles, industria 4.0, entre otros, están consiguiendo mejorar la eficiencia de las ciudades, si sabemos utilizarlo de manera inteligente. En este sentido, una ciudad puede gestionar la tecnología para mejorar la vida de las personas y más concretamente, para conseguir beneficios como:

  • Contribuir a la mejora del medio ambiente.
  • Ahorrar costes a sus ciudadanos.
  • Optimizar los servicios públicos.
  • Mejorar la transparencia en la gestión de las administraciones.
  • Conseguir retener empresas y atraer talento.
  • Mejorar la comunicación con los ciudadanos.

Requisitos

Para que cualquier municipio se considere una ciudad inteligente, debe reunir estas condiciones:

  • Desarrollo económico, social y medioambiental sostenible y en armonía.
  • Gestión óptima de los recursos naturales a través de la participación de los ciudadanos.
  • Ciudadanos e instituciones comprometidas con la ciudad.
  • Infraestructuras e instituciones dotadas de soluciones tecnológicas para hacer la vida de los ciudadanos más sencilla.

Pero la pieza clave para el funcionamiento de una ciudad inteligente es la participación ciudadana. Si los ciudadanos no contribuyen activamente el uso y fomento de estas alternativas, no se conseguirán los objetivos previstos en su implantación. Es esencial la información, formación y difusión a los ciudadanos por parte de las administraciones públicas.

Ámbitos de aplicación

Los sectores de aplicación de las ciudades inteligentes son muy amplios. Así, destacamos:

  • El medio ambiente: Sistemas que permitan el ahorro de energía, realizar un consumo eficiente del agua, fomentar el reciclaje, reducir la emisión de gases nocivos, fomento del uso de vehículos eléctricos públicos y privados (eMobility), etc.
  • Sanidad: Telemedicina, teleasistencia, gestión de datos e historiales de pacientes, alertas a los servicios de emergencias automáticamente cuando una persona mayor o discapacitada se ha caído o se ha desviado de su ruta, entre otros.
  • Urbanismo: Gestión eficiente del tráfico, optimización de rutas del transporte público, infraestructuras sostenibles (smart buinding), nuevos sistemas de alumbrado público con tecnologías LED y adaptaciones del consumo, riego automático e inteligente de jardines, y demás.
  • Administración y gobierno: Sistema de administración electrónica, plataformas de pago online, entornos iCloud, banda ancha para teléfonos móviles y wifi público gratuito (el reto de la UE para 2020).
  • Seguridad: Como ejemplo, tenemos el CISEM (Centro Integrado de Seguridad y Emergencias) de Madrid que coordina a los cuerpos del Samur y la policía reduciendo los tiempos de respuesta en 8 minutos.
  • Turismo y ocio: Aplicaciones para facilitar las visitas turísticas, como guías de ocio y consumo para buscar lugares de compras y restaurantes. Así, los resultados se podrían adaptar a los intereses particulares de cada individuo.

Fuente