Codo del tenista

Codo de tenis
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Concepto:Es una afección extracurricular del codo caracterizada por dolor e hipersensibilidad en el origen de los músculos extensores del antebrazo insertado en el epicóndilo


Codo de tenis. Afección que constituye un motivo de consulta frecuente al ortopédico y se reporta más durante la tercera y la cuarta década de vida. Aunque se reporta mucho en deportistas, es también frecuente en pacientes que no practican deporte.

Sinonimia

Epicondilitis humeral, epicondilalgia, bursitis radiohumeral.

Clasificación

  1. Superior o humeral, que es la verdadera epicondilitis debida a una insercionitis (osteoperiostitis) del tendón común de los extensores o del ligamento externo, o una miositis del músculo primer radial.
  2. Medio o articular, debido a una condritis del cóndilo, una sinovitis o la existencia de franjas grasosas.
  3. Inferior o antebraquial, por artritis, bursitis radiohumeral o miositis de los supinadores corto y largos.

De todas estas epicondilitis la más frecuente es la superior, que se manifiesta mediante la irritación perióstica por tracción muscular Es una afección bastante incapacitante que puede durar desde un mes hasta un año.

Etiopatogenia

Muchos criterios se han emitido en relación con la etiología de esta afección dolorosa, la cual ha sido considerada como bursitis, periostitis, infección. Necrosis aséptica, neuritis de ramas articulares del nervio radial o de su rama dorsal cutánea, sinovitis radiohumeral con irritación de franjas grasosas, e irritación del ligamento lateral externo o del ligamento orbicular. Sin embargo, la teoría más aceptada es la descrita por Cyriax, que refiere roturas macroscópicas o microscópicas en el origen común de los músculos extensores del antebrazo y en especial del músculo primer radial externo (extensor carpi radialis brevis). Esta afección se presenta en profesiones o deportes en los que tienen que efectuarse repetidos movimientos de agarrar y levantar objetos. Los extensores del antebrazo se esfuerzan en estabilizar la muñeca en dorsiflexión y, por lo tanto, ocasionan la lesión en el origen de los extensores en el epicóndilo, y que se desarrolle la afección dolorosa.

Manifestaciones clínicas

El primer síntoma es el dolor en la parte externa del codo, que se irradia por la parte posterior del antebrazo. Puede aparecer súbitamente o, lo que es más frecuente, de modo solapado.

Examen físico

Hay un punto de dolor exquisito en el vértice o a veces en el borde superior del epicóndilo, también puede estar en la cara anterior e inferior del capitellllum, en el espacio radiohumeral y en la cabeza del radio durante la rotación del antebrazo. La hinchazón es rara y no hay limitación de los movimientos del codo. En esta afección está presente el signo de Cozen, que se explora indicando al paciente que haga fuerza para extender dorsalmente la mano; a esta acción el médico se opone con su mano. En caso de epicondilitis esta maniobra provoca dolor en el epicóndilo.

Curso y pronóstico

Si no se pone tratamiento, los síntomas a veces desaparecen espontáneamente. Parece que esta regresión espontánea se debe a que la ruptura incompleta de las inserciones tendinosas en el epicóndilo acaba haciéndose completa. El tendón se relaja, cicatriza con alargamiento y la lesión cura. De ahíla acción favorable de las manipulaciones violentas que facilitan la ruptura completa. Pero hay casos que la sintomatología suele persistir por largo tiempo, hasta un año.

Diagnóstico

Con el examen clínico de la localización del dolor se y mediante algunas pruebas clínicas, como la búsqueda del signo de Cozen, se hace el diagnóstico positivo de esta lesión. El examen radiográfico es de poco valor.

Tratamiento

En los casos ligeros se le explica al paciente lo benigno de su afección y que debe esperar la recuperación espontánea.

Tratamiento conservador

  • Reposo: se hace inmovilizando mediante una férula posterior de yeso con el codo flexionado en 90 grados, el antebrazo en supinación y la muñeca en extensión, durante varias semanas. Se dejan libres los dedos para permitir su movimiento. Diariamente se retira el yeso para realizar ejercicios gentiles y evitar la rigidez del codo.
  • Calor: Debe aplicarse en forma de compresas húmedas, diatermias y ultrasonido.
  • Inyección de corticoides: Se aplica preferiblemente con anestesia local en el punto de mayor dolor. Este método suele tener éxito si la inyección se hace precisamente en el punto sensible.
  • Radioterapia: Consiste en tres tratamiento de 200 rad en cada uno de loe tres campos: anterior, posterior y externo. Las sesiones serán diarias.
  • Manipulación: Se hace con anestesia local o sin ella, en el punto doloroso, con el objetivo de que la ruptura parcial del tendón conjunto se haga completa, mediante la separación del tendón del periostio inflamado. Esta técnica es conocida como método de Baker.
  • Medicamentos: Antiinflamatorios como la dometacina y la butazolidina, y relajantes musculares como mefenesina, producen excelentes resultados.

Tratamiento quirúrgico

Se preconiza solo en casos de incapacidad severa que no respondan al tratamiento conservador.

Fuentes