Columna 18 Antonio López Fernández

Columna 18 Antonio López Fernández
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Museo Puriales1.JPG
Comandancia Columna No.18 “Antonio López Fernández”
PaísBandera de Cuba Cuba
FidelidadMovimiento 26 de Julio
TipoColumna guerrillera
EspecializaciónGuerra de guerrillas
Comandantes
ComandanteFélix Lugerio Pena Díaz
CapitánManuel Fajardo Sotomayor
Insignias
Bandera del Ejército RebeldeMovimiento 26 de Julio
Cultura e historia
Colores de la BanderaNegro y Rojo
Guerras y batallas
Guerra de Liberación Nacional de Cuba (1956-1958)

Columna 18 Antonio López Fernández. Columna que se crea en el acelerado proceso de desarrollo y consolidación del Segundo Frente Oriental "Frank País", teniendo como principal jefe Félix Lugerio Pena Díaz.

Constitución de la Columna 18

La creación de la Columna No 18 ¨Antonio López Fernández¨ se enmarcó en las medidas aplicadas por el comandante Raúl Castro Ruz. La designación del comandante Félix Lugerio Pena Díaz como jefe de la misma y del capitán Manuel Fajardo Sotomayor como segundo jefe, fue el justo reconocimiento al resultado obtenido por ambos combatientes de la Sierra Maestra, destacados jefes de compañía de la Columna No 6 ″Frank País″.

Pena comenzó a aplicar una estructura acorde con los lineamientos de la Comandancia Central que diera respuesta a las exigencias de la guerra en el orden militar, político, social, y económico, teniendo en cuenta las misiones planteadas y el vasto territorio que comprendía la zona de operaciones a ella asignada, que llegó a abarcar los municipios de Baracoa, Yateras y el Este de Guantánamo, hasta los límites con la Base Naval yanqui, e incluía a la costa Norte y Sur de la región más oriental de la entonces provincia de Oriente.

Acertadamente en cada compañía se crearon unidades móviles para su empleo en diferentes zonas de responsabilidad de la columna, específicamente la Compañía D, que en el mes de mayo había recibido un importante refuerzo proveniente de la Columna No 9 ¨José Tey¨, para también librar acciones en escenarios distantes, fuera de este territorio, en cooperación con tropas de otras columnas.

Para compensar la escasez de armamentos se crearon fábricas en las que fueron construidos los primeros cañones que en cierto momento determinaron la victoria en el combate, obuses, morteros, bazucas, cientos de minas y granadas, se construyeron y repararon decenas de kilómetros de caminos, así como fueron creadas o acondicionadas pistas de aterrizaje con vistas a la basificación del frente.

Para mantener las comunicaciones se enlazaron los campamentos y jefaturas con líneas telefónicas y plantas de radio. A fin de atender los heridos y enfermos se establecieron dispensarios, postas sanitarias u hospitales donde llegaron a realizarse delicadas operaciones, como amputación de miembros y otras, que salvaron vidas.

La columna 18, creada, con sólo 15 barbudos de la Sierra Maestra, sobre la base de los grupos guerrilleros que operaban en el territorio, con una acertada dirección creó las condiciones para nutrir constantemente sus filas con valerosos y emprendedores combatientes del campo y de la ciudad y librar más de un centenar de acciones de ataques, hostigamientos, operaciones comandos y sabotajes de forma exitosa, entre ellas las resonantes victorias de Guamá y de Imías, el rechazo de la ofensiva por Casimba, el de Redó y las cabeceras municipales de Jamaica , Baracoa y en cooperación con las columnas 6 y 20, la toma de Guantánamo.

Combates

Ataque a las postas del aeropuerto ubicado en Sabanilla, el 20 de junio de 1958 con un saldo de dos heridos y un muerto por parte de la guarnición. Simultáneamente otros miembros del pelotón emboscaron al enemigo en el acueducto del río Macaguanigua y Jaitecico, sosteniendo tiroteos prolongados toda la noche contra el puesto del ejército en la tiranía.

Emboscadas realizadas en Guamá

El Primer Teniente Zapata tenía conocimiento de que el ejército acostumbraba a realizar relevos de las tropas que custodiaban el aeropuerto en el lugar conocido por Guamá, por lo que decide realizar estas emboscadas, las cuales tuvieron un éxito rotundo.

La tercera emboscada fue una de las más importantes de la Columna 18, llevada a cabo hasta aquellos momentos. Las del Ejército Rebelde le asestaron un golpe sensible al ejército de Batista en las mismas puertas de Baracoa. El refuerzo que despacharon del Escuadrón 17 de la Guardia Rural, compuesto por cinco vehículos y 70 efectivos fue aniquilado, causándoles 60 bajas entre muertos, heridos, y prisioneros, solo lograron escapar 10 soldados sin ser heridos de balas.

Estas pérdidas representan más de un 85% de las fuerzas que componían las tropas, que pretendían reforzar el aeropuerto de Sabanilla, además del significativo armamento y parques ocupados. Con estas armas y municiones se mejoró el armamento y el poder de fuego de las unidades de la Columna 18 y se equipó el pelotón móvil de la misma.

Además del significado militar de la victoria rebelde, ésta tuvo una gran repercusión política en Baracoa y en toda la región, el régimen no pudo silenciar estos hechos, todo el pueblo de Baracoa se enteró de la aplastante derrota sufrida por el ejército de la tiranía y aumentaba la seguridad en el triunfo del Ejército Rebelde.

En esta emboscada cae Patricio Sierralta, cuando un carro blindado de la tiranía logró pasar el área de combate disparando ininterrumpidamente, pero al llegar a la curva de Sabanilla, dio un giro de 180 grados y concentró el fuego sobre la posición que éste ocupaba, quien disparaba con su browning y cayó mortalmente herido. El comandante Pena tomó el arma y continuó disparando.

Ocupación de Baracoa

Por orden del comandante Pena, después de la toma de Imías, además de la Compañía D, las compañías E y A, avanzaron para acercarse a Guantánamo. El Primer Teniente Celso Sevilla, jefe del pelotón móvil de la columna, se ubicó con éste en la loma de Glorieta, el Primer Teniente Fidel Martínez al frente de su pelotón, más dos pelotones de la Compañía A dirigidos por el jefe de ésta, ocuparon la carretera que va de Glorieta a la Base Naval, tramo que fue minado para impedir la posible evacuación enemiga desde Guantánamo.

Una vez tomados los cuarteles y apostaderos rurales, y encerrada la ciudad de Baracoa en un semicerco por tierra, por dos pelotones de la Compañía A, las fuerzas batistianas fueron sometidas a constantes hostigamientos de los rebeldes, que los obligaban a permanecer encerrados. El enemigo no podía recibir ayuda por tierra, y los pocos abastecimientos que le llegaban era por vía marítima. No obstante, por cumplir órdenes superiores que constituían un verdadero sacrificio para ellos, resistieron durante el mes de diciembre e hicieron algunos amagos de ofensiva al tratar de salir de la ciudad hacia Duaba y Cabacú, pero fueron rechazados en todos sus intentos.

Un grupo de militares que conspiraban contra la dictadura dentro de la guarnición de Baracoa, decidió incorporarse al Ejército Rebelde. Coordinaron la operación con los contactos del Movimiento y, al amanecer del día 27 se presentaron 13 soldados y clases con armas y parque y se unieron definitivamente a la guerrilla. En la noche del 26, sin otra alternativa, las tropas batistianas habían abandonado la ciudad por vía marítima, dirigiéndose hacia Santiago de Cuba. Baracoa fue ocupada de inmediato el día 27, en horas de la mañana.

Al tomar Baracoa, liberar a los presos políticos y consolidar el poder revolucionario en la ciudad, el jefe de la Compañía A, por disposición del comandante Pena, partió con uno de los pelotones que allí quedaban rumbo al territorio de la Compañía E, entregando el mando de la ciudad al primer teniente Lahite y al doctor Gilberto Cervantes, el día 28.

La justeza de la causa por la que lucharon contra la oprobiosa tiranía batistiana, el ejemplo del Moncada y del Granma, la firme y sabia dirección de los comandantes Fidel Castro y Raúl Castro Ruz, la presencia del recuerdo imperecedero de Ñico López, unido a la férrea voluntad de sus combatientes, hicieron posible que la columna diera cumplimiento a la misión asignada con la alborada de enero de 1959.

Fuente

  • Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida. José L. Franco. Tomo 1. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana. 1975.
  • Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510 1868) tomo II Acciones combativas. Ediciones Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2004.