Combate de Caracusey (1958)

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Combate en Caracusey
Información sobre la plantilla
Fecha:21 de noviembre de 1958
Lugar:aldea de Caracusey,
municipio de Trinidad
provincia de Sancti Spíritus,
República neocolonial de Cuba Bandera de Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Ejecutores o responsables del hecho:
Columna 8 Ciro Redondo y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo


Combate en Caracusey. El 21 de noviembre efectivos de la Columna 8 Ciro Redondo y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, en esa oportunidad dirigidas por el comandante Rolando Cubela, se dispusieron a atacar el puesto de la Guardia Rural de Caracusey, que fue defendido por veintidós soldados.

Acciones previas

En la primera acción conjunta de la Columna 8 Ciro Redondo y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo el Comandante Rolando Cubela decidió atacar el puesto de la guardia rural de Caracusey, construcción de mampostería y tejas, que defendido por veintidós soldados, estaba cercada con alambre de púas y tenía la frente trincheras de sacos de arena.

Esa noche se reunieron en Algarrobo fuerzas del Directorio pertenecientes a los comandos Fructuoso Rodríguez, Eduardo García Lavandero y Mario Requena – este último bajo el mando del capitán Juan Abrantes, el Mejicano - con el pelotón 4, el pelotón suicida de la Columna 8, todos bajo la dirección del capitán Ángel Frías. En un breve intercambio con los combatientes, Abrantes y el Vaquerito resaltaron el hecho de que era la primera vez que las dos organizaciones se unían en una acción.

Faure Chomón ha referido que antes de que esos efectivos partieran rumbo al objetivo, indicó a Cubela acerca de una emboscada de apoyo en la carretera a Trinidad, recomendándole destinar a ella a los combatientes mejor armados, ya que el sitio al cuartel podría mantenerse sin problemas con el armamento restante.

El jefe del Directorio plantea que le habló asimismo de las características del jefe del cuartel, sargento Cleto Pérez. Según Faure, Cubela hizo todo lo contrario, concentró todos los efectivos mejor armados en Caracusey y preparó un pelotón de los más mal armados, en su mayoría con escopetas, revólveres, alguna carabina italiana, con escasas municiones y una subametralladora Thompson, en poder del jefe, además escogió para la emboscada un sitio llano y desguarnecido, en lugar de alguna de las alturas que en determinados puntos bordeaban la carretera.

Desde Trinidad el ejército mandó un numeroso refuerzo que fue atacado por los rebeldes emboscados. El enemigo se percató de la baja potencia del fuego de las armas rivales, abandonó los 3 camiones que ocupaba e instaló sus ametralladoras calibre 30 en el pavimento, disparando hasta que los rebeldes, sin dejar de hacerlo, se retiraron. La tropa del ejército ocupó de nuevo los vehículos y continúo hacia Caracusey. El resto de los revolucionarios, unos cuarenta, rodeó el cuartel; por la caballeriza se sitúo el Vaquerito con hombres de la Columna y el Directorio; por el frente Cubela con otros compañeros y por los flancos miembros de ambas tropas.

El ataque

Alrededor de las 24.00 horas, cuando aun los guerrilleros no habían terminado de ocupar sus posiciones, comenzó el ataque, la señal debía darla el compañero Varona, del DR, destruyendo un bombillo colocado fuera del cuartel, pero un disparo precipitado del bazuquero marcó el inicio del tiroteo.

El Vaquerito, junto con otros compañeros, intentó penetrar en la instalación, en acción suicida. Ya en la caballeriza desistió de su empeño porque el adversario comenzó a lanzar granadas y la aviación a bombardear, a la par que supo del arribo del refuerzo, que puso fin al combate a las seis de la mañana, con saldo de doce enemigos heridos. La orden de retirada no llegó a todos los combatientes, por lo que se realizó desorganizadamente.

La instalación fue incendiada pero la guarnición no se rindió, ese mismo día a las 24.00 horas efectivos de la Columna 8 penetraron por tercera vez en Cabaiguán, no sin antes situar una emboscada en Guayos, esta vez los resultados fueron muy distintos.

Fuente

  • Rosado Eiró, Luis y Felipa Suárez Ramos (1999): Una mancha azul hacia el occidente. La Habana: Ediciones Verde Olivo, 1999.