Conciencia social

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Conciencia social
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Concepto:Reflejo del conjunto de relaciones materiales entre los hombres.

Conciencia social. Es el reflejo de las relaciones entre los hombres. La vida social es la esfera más compleja del mundo material, y conjuntamente con los fenómenos de orden económico-material y político-social, incluye los fenómenos espirituales definidos por el marxismo-leninismo en el concepto de conciencia social.

Papel del ser social

La conciencia social es el reflejo del proceso vital del hombre, de su existencia social, que surge de su actividad histórico-social, de la práctica, y en la medida en que es reflejo del ser social, la conciencia del hombre es, en su esencia, también social y será de la misma manera mientras el hombre exista.

La conciencia social guarda, en relación con la conciencia, la misma relación que el ser social con el ser; es un aspecto, una parte esencial de la conciencia y al igual que la conciencia es un reflejo del ser, se halla determinado por el ser social.

Efecto activo sobre el ser social

En la conciencia social existe la herencia o la sucesión en el desarrollo. Toda tendencia, una vez que nace, se desarrolla en conexión con las ideas surgidas, desarrollándolas y transformándolas. La conciencia corresponde a un modo de producción, recoge ideas anteriores, conserva y aprovecha las que corresponden a los intereses de la clase dada, cuyo contenido concreto será determinado por las condiciones materiales de vida de la sociedad. La conciencia social se adelanta o se atrasa con respecto al desarrollo social.

El desarrollo de la ideología transcurre no solo sobre la base de las leyes generales de la historia, según la cual la conciencia social es producto del ser social y se debe a él, sino también sobre la base de las demás leyes objetivas específicas, inherentes al propio desarrollo económico, a su capacidad para desarrollarse según las leyes específicas, en virtud de su lógica interna.

Carácter de clase

En las sociedades clasistas, las relaciones sociales son contradictorias, y estas contradicciones se manifiestan en la conciencia social como contradicciones de clases.

La historia de la humanidad demuestra la tesis sobre el carácter clasista de la conciencia social. Todas las sociedades posteriores a la comunidad primitiva han sido sociedades divididas en clases antagónicas, y, durante mucho tiempo, la humanidad conoció solamente formaciones socioeconómicas de explotación del hombre por el hombre; por lo tanto, la conciencia social independientemente de toda variedad y diversidad, debe necesariamente moverse dentro de esas formaciones socioeconómicas de explotación.

Formas de la conciencia social

Distintas formas del reflejo, en la conciencia del hombre, del mundo objetivo y del ser social; ese reflejo constituye la base apoyándose en la cual dichas formas surgen en el proceso de la actividad práctica.

La conciencia social existe y se manifiesta en las formas, de la ideología política, de la conciencia jurídica, de la moral, de la religión, de la ciencia, del arte y de la filosofía. La diversidad de las formas de la conciencia social está determinada por la riqueza y diversidad del mundo objetivo mismo: la naturaleza y la sociedad. Las distintas formas de la conciencia reflejan los distintos dominios y aspectos de la realidad (por ejemplo, las ideas políticas reflejan las relaciones entre las clases, naciones y Estados, sirven de base a los programas políticos que se plasman en la actuación de las clases y grupos sociales; en la ciencia, se entra en conocimiento de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, etc.). Cada forma de la conciencia posee un objeto peculiar de reflejo y se caracteriza, asimismo, por su forma especial de reflejar (por ejemplo, concepto científico, norma moral, imagen artística, dogma religioso). Pero la riqueza y la complejidad del mundo objetivo sólo crea la posibilidad de que aparezcan distintas formas de conciencia social. Tal posibilidad se convierte en realidad sobre la base de la necesidad social concreta. Así, la ciencia nace únicamente cuando la simple acumulación de experiencia y de conocimientos empíricos resulta insuficiente para el avance de la producción social; las concepciones e ideas políticas y jurídicas surgieron, al aparecer las clases y el Estado, para fundamentar y consolidar las relaciones de dominio y subordinación, etc.

En cada formación económico-social, todas las formas de la conciencia están concatenadas entre sí, y en su conjunto constituyen la vida espiritual de una sociedad determinada. La peculiaridad de las necesidades sociales que dan origen a tales o cuales formas de conciencia social, determina asimismo el papel histórico concreto que tales formas desempeñan en la vida y desarrollo de la sociedad. Por ejemplo, la formación comunista surge, existe y se desarrolla sobre la base del conocimiento y de la aplicación consciente de las leyes objetivas. Por esto ya en su fase inferior, bajo el socialismo, empieza a desaparecer la religión; en la fase superior, las supervivencias religiosas quedarán plenamente superadas. Al mismo tiempo, ocurren transformaciones esenciales en la vida espiritual de la sociedad en su conjunto.

Con la victoria del comunismo, dejará de existir la necesidad de una ideología política y jurídica, y tales ideologías desaparecerán. En cambio alcanzarán su florecimiento formas de la conciencia social como la ética, la ciencia, el arte y la filosofía, las cuales no sólo permitirán satisfacer las múltiples necesidades sociales, sino que además, al formar la imagen espiritual de cada persona, serán la condición necesaria para que el hombre pueda desarrollarse plenamente, para que pueda aplicarse en su actividad creadora, para que cada ser humano pueda desplegar toda la riqueza de las aptitudes, inclinaciones y hábitos individuales, una vida plena. La formación del nuevo hombre incluye la concepción científica del mundo, la educación moral, cultural, técnica y estética, lo cual atestigua el inmenso papel que desempeñan las correspondientes formas de la conciencia social.

Ser social y conciencia social

Son dos aspectos, material y espiritual, de la vida de la sociedad que se hallan en determinada conexión e interacción recíprocas.

Por ser social, el marxismo entiende la vida material de la sociedad, la producción de bienes materiales y las relaciones que los hombres establecen en el proceso de dicha producción (relaciones de clase en la sociedad clasista). La conciencia social está formada por las concepciones, las representaciones, las ideas, las teorías políticas, jurídicas, estéticas, éticas, etc., la filosofía, la moral, la religión y demás formas de la conciencia.

El problema de la relación entre el ser social y la conciencia social constituye una forma concreta de la cuestión fundamental de la filosofía aplicada a la sociedad. Antes del marxismo, la concepción predominante en filosofía era la de que en la vida de la sociedad el papel determinante correspondía a la conciencia. La verdad es, sin embargo, que la conciencia no es sino el reflejo del ser social de los hombres en su vida espiritual. La primen formulación de esta tesis, que proporciona una firme base científica a la disciplina que estudia la sociedad, la dieron Marx y Engels en La ideología alemana: “...los hombres, al desarrollar su producción y su intercambio material (es decir, las relaciones de producción, Red.), modifican también, junto con esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia lo que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia” [1].

El marxismo no sólo explicó este hecho, decisivo para comprender la vida del hombre. También ha puesto en claro que las correlaciones entre el ser social y la conciencia social no son simples, sino complejas, móviles y se desarrollan a la par que avanza y se hace más compleja la vida social. Mientras que en los primeros peldaños de la historia la conciencia social se forma como fruto inmediato de las relaciones materiales existentes entre los hombres, posteriormente, al dividirse la sociedad en clases, al surgir la política, el derecho, la lucha política, el ser social actúa de manera determinante sobre la conciencia de los individuos a través de un gran número de eslabones intermedios, como son el Estado y el régimen estatal, las relaciones jurídicas y políticas, etc., las cuales ejercen, asimismo, una influencia inmensa sobre la conciencia social. En estas condiciones, inferir la conciencia social directamente de las relaciones materiales lleva a la vulgarización y a la simplificación. El marxismo, por otra parte, requiere que se vea y se tenga en cuenta el gran papel de la conciencia social y su incidencia sobre el desarrollo del propio ser social. La contraposición absoluta de estos dos aspectos de la vida de los hombres es válida tan sólo en el marco de la cuestión fundamental acerca de qué es lo primario y qué lo secundario. Más allá de este problema, tal contraposición absoluta pierde sentido; en ciertos períodos el papel de la conciencia social puede llegar a ser, y llega a ser, hasta decisivo, pese a que también en estos casos está determinado y condicionado, en última instancia, por el ser social.

A la conciencia social y a sus múltiples formas, pese a su dependencia del ser social, les es inherente una relativa independencia. Ello se refleja en el hecho de que los cambios en la vida material de la sociedad no dan nunca origen a productos totalmente nuevos de conciencia social, pues las representaciones espirituales –ideas científicas, filosóficas, artísticas y demás– dependen del acervo acumulado con anterioridad y están subordinadas, también, a una determinada lógica interna de su desarrollo. Por otra parte, los cambios en las relaciones materiales no pueden provocar un cambio instantáneo, automático de la conciencia social, ya que las representaciones espirituales del ser humano poseen una considerable fuerza de inercia, y sólo la lucha entre las representaciones nuevas y las viejas lleva, conforme a leyes, a la victoria de las originadas por las exigencias fundamentales de la modificada vida material del nuevo ser. La teoría marxista acerca del ser social y de la conciencia social, tiene un enorme valor metodológico, ayuda a plantear científicamente los problemas de la vida social y a resolverlos en la práctica.

Referencias

  1. "C. Marx y F. Engels, t. III, pág. 25"

Fuentes

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