Contaminación marina

Revisión del 11:03 3 nov 2020 de Carlos idict (discusión | contribuciones) (Protegió «Contaminación marina» ([Editar=Sólo moderadores] (indefinido) [Trasladar=Sólo moderadores] (indefinido)))
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)


Contaminación marina
Información sobre la plantilla
Contaminación marina.jpg
Concepto:Es la contaminación que afecta los mares y los océanos, desde la zona de rompientes hasta el mar abierto.

Contaminación marina . Es la contaminación que afecta los mares y los océanos, desde la zona de rompientes hasta el mar abierto. Incluye la que se produce en las costas, en los puertos, en las plataformas pesqueras, en la industria, en la navegación y en las zonas marítimas.

Tiene un carácter global y requiere convenios internacionales, como MARPOL, y esfuerzos internacionales dirigidos a reducirla y asegurar un desarrollo sostenible del medio marino.

Se produce cuando existen efectos dañinos o potencialmente dañinos que resultan de la introducción al océano de productos químicos, partículas, desechos industriales, agrícolas y residenciales, ruido excesivo o la propagación de organismos invasores.

Reseña histórica

Aunque la contaminación marina tiene una larga historia, las primeras leyes internacionales para contrarrestarla solo se promulgaron a partir del siglo XX. Durante mucho tiempo, la mayoría de los científicos creían que los mares y los océanos eran tan grandes que tenían una capacidad ilimitada para diluir la contaminación y, con ello, neutralizar sus efectos dañinos. Sin embargo, a comienzos de la década de 1950, la contaminación marina se había convertido en una fuente de preocupación que también se manifestó en varias convenciones de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

A finales de la década de 1950 y principios de la década de 1960, surgieron las primeras controversias sobre el vertimiento de desechos radiactivos en las aguas costeras de los Estados Unidos por compañías autorizadas por la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, en el mar de Irlanda por la instalación de reprocesamiento británica de Windscale, y en el mar Mediterráneo por el Commissariat à l'Energie Atomique francés. Después de la controversia en el mar Mediterráneo, Jacques Cousteau, entre otros, se convirtió en una figura internacional en la campaña para detener la contaminación marina. La contaminación marina hizo más titulares internacionales tras el naufragio del petrolero Torrey Canyon en 1967, y el derrame de petróleo de Santa Bárbara de 1969 en una plataforma petrolífera frente a la costa de California.

La contaminación marina se convirtió en un tema de discusión importante durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972, celebrada en Estocolmo. En ese año se firmó la Convención sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras materias, también conocida como el Convenio de Londres. Aunque este convenio no prohibió la contaminación marina, estableció listas negras y grises de las sustancias prohibidas (negras) o reguladas por las autoridades nacionales (grises). Sin embargo, el Convenio de Londres se aplicó únicamente a los desechos vertidos desde los buques y, por lo tanto, no impidió ni reguló la contaminación por los desechos vertidos como líquidos por medio de conductos costeros o a través de los ríos.

Vías de contaminación

Las tres principales vías de contaminación de los ecosistemas marinos incluyen la descarga directa de desechos en los mares y océanos, la escorrentía debido a la lluvia y la descarga de los contaminantes en la atmósfera.

Descarga directa

Los contaminantes ingresan a los ríos y directamente al mar mediante las descargas urbanas alcantarillado y desechos industriales, a veces en la forma de desechos peligrosos o tóxicos.

Otra fuente de contaminación marina es la minería tierra adentro, incluyendo la minería de cobre, oro, etc. La mayor parte de la contaminación se compone de tierra que termina en los ríos y que fluye hacia el mar. Sin embargo, algunos minerales descargados en el curso de la extracción minera pueden causar problemas más serios, como el cobre, un contaminante industrial común, que puede interferir con el ciclo de vida y el desarrollo de los pólipos de los corales marinos. La minería tiene un pobre historial medioambiental. En los Estados Unidos por ejemplo, la minería ha contaminado partes de las cabeceras fluviales de más del 40 % de las cuencas hidrográficas en el oeste continental del país, según datos de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Gran parte de esta contaminación sigue el curso de los ríos y termina en el mar.

Escorrentía

La escorrentía de tierras agrícolas, así como la de zonas urbanas, incluyendo la construcción de carreteras, edificios, canales y puertos, lleva tierra y partículas cargadas de carbono, nitrógeno, fósforo y minerales. Esta agua rica en nutrientes puede causar la proliferación de algas y fitoplancton en las zonas costeras y puede producir condiciones de hipoxia por consumir el oxígeno disuelto en el agua. En las aguas costeras del sudoeste de Florida por ejemplo, la proliferación de algas dañinas existe desde hace más de cien años, y ha causado la muerte de peces, tortugas, delfines y camarones; incluso puede tener efectos nocivos en los seres humanos al nadar en estas aguas.

El escurrimiento contaminado proveniente de carreteras y caminos puede ser otra fuente importante de contaminación del agua en las zonas costeras. En la costa oeste de los Estados Unidos por ejemplo, aproximadamente 75 % de los químicos tóxicos que fluyen hacia el estrecho de Puget son acarreados por el agua de lluvia que corre por las carreteras pavimentadas, entradas de vehículos, techos, patios y otros terrenos urbanos. En California, las tormentas ocurren de octubre a marzo, y las aguas de escorrentía que terminan en el océano Pacífico contienen petróleo, metales pesados, contaminantes de emisiones, etc.

En China, la zona costera es muy poblada y la escorrentía proveniente de esta zona contribuye en una parte importante a la contaminación del océano que también se ve afectado por la descarga de aguas residuales. En 2001, más de 66.795 mi² de las aguas oceánicas costeras chinas obtuvieron una calificación inferior a la Clase I del Estándar de Calidad del Agua del Mar de China. Gran parte de la contaminación producida por la escorrentía incluía metales tóxicos, cómo Ag, Cu, Cd, Pb, As, así como DDT, PCB, etc.

Contaminación procedente de buques

Los buques pueden contaminar los cursos de agua y los océanos de varias maneras. Los derrames de petróleo pueden tener efectos devastadores. Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) que se encuentran en el petróleo crudo son tóxicos para la vida marina, muy difíciles de limpiar y permanecen durante años en el sedimento y el medio ambiente marino.

Los derrames de crudo o petróleo son probablemente los acontecimientos de contaminación marina más conocidos. Sin embargo, aunque el naufragio de un buque petrolero suele resultar en una amplia cobertura en los medios de prensa, gran parte del petróleo vertido en los mares del mundo proviene de fuentes menos conspicuas, incluido la descarga de agua de lastre, mezclado con restos de crudo, utilizados en los tanques de los petroleros durante los viajes de retorno, las fugas en los oleoductos y otras tuberías, y el óleo de motores vertido en las alcantarillas.

La descarga de residuos de carga de graneleros puede contaminar los puertos, las vías fluviales y los océanos. En muchos casos, los buques siguen con la descarga de desechos si la legislación que lo prohíbe no está acompañado de medidas que permiten controlar su cumplimiento. La ausencia de normas nacionales sobre la descarga de residuos incluso puede convertirse en un incentivo para cruceros de descargar desechos en lugares donde las sanciones son inadecuadas. Se ha estimado que los buques portacontenedores pierden más de 10 000 contenedores en el mar cada año, generalmente durante tormentas. Los barcos también generan contaminación acústica que puede perturbar la vida silvestre natural; la descarga de aguas de lastre puede diseminar algas dañinas y otras especies invasoras.

Contaminación procedente de la atmósfera

La contaminación marina se produce también a través de la atmósfera. El viento arrastra polvo y escombros, incluyendo bolsas de plástico, hacia el mar desde vertederos y otras zonas terrestres. Polvo proveniente del Sahara se traslada alrededor de la periferia sur de la cresta subtropical hacia el Caribe y Florida durante la temporada cálida cuando la cresta se fortalece, moviéndose hacia el norte a través del Atlántico subtropical. Otro movimiento global de polvo ocurre desde los desiertos Gobi y Taklamakan, por Corea, Japón y el norte del Pacífico a las Islas Hawaianas. El aumento de los períodos de sequía en África a partir de la década de 1970, también ha empeorado el traslado de polvo. Aunque existe una gran variabilidad en el traslado anual de polvo hacia el Caribe, el flujo suele ser mayor durante las fases positivas de la oscilación del Atlántico Norte. El USGS vincula los episodios de descarga de polvo a una disminución en la salud de los arrecifes de coral en todo el Caribe y Florida, principalmente desde la década de 1970.

El calentamiento global conlleva un aumento de la temperatura oceánica y un incremento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Estos niveles crecientes de dióxido de carbono causan la acidificación de los océanos. Esto, a su vez, está alterando los ecosistemas acuáticos y conduce a cambios en las distribuciones de peces, y tiene un impacto significativo en la sostenibilidad de la pesca y en la vida de las comunidades humanas que dependen de ella. Los ecosistemas oceánicos saludables también son importantes para la mitigación de los efectos actuales y futuros del cambio climático.

Minería marina

La minería marina es un método de recuperación de mineral del lecho marino relativamente nuevo. Los sitios de minería oceánica generalmente se encuentran alrededor de grandes áreas de nódulos polimetálicos o de fuentes hidrotermales activos y extintos a profundidad de aproximadamente 1400-3700 metros debajo de la superficie del mar. Estas fuentes hidrotermales producen depósitos de sulfuro, que contienen metales preciosos como plata, oro, cobre, manganeso, cobalto y zinc. Los depósitos se extraen mediante bombas hidráulicas o sistemas de cuchara que llevan el mineral a la superficie para su procesamiento. Al igual que otras operaciones mineras, la minería en aguas profundas plantea preguntas sobre el riesgo de daños ambientales a las áreas circundantes.

Como la minería de aguas profundas es un campo relativamente nuevo, aún no se conocen todas las consecuencias de las operaciones de minería a gran escala. Sin embargo, expertos señalan que la eliminación de partes del lecho marino provocará disturbios en la capa béntica, un aumento de la toxicidad de la columna de agua y las columnas de sedimentos de los relaves, y dependiendo del tipo de extracción y su ubicación, estas perturbaciones del hábitat de los organismos bentónicos podrían ser permanentes. Además del impacto directo de la minería en el área, las fugas, los derrames y la corrosión alterarían la composición química de la zona minera.

Se cree que las columnas o plumas de sedimento podrían constituir el mayor impacto ambiental de la minería de aguas profundas. Las columnas de sedimento se producen cuando los relaves de la minería (generalmente partículas finas) se vuelcan al océano, creando una nube de partículas suspendidas en el agua. Se distinguen dos tipos de columnas de sedimento: las que ocurren cerca del lecho marino y las que se producen en la superficie. Las columnas de sedimento cerca del fondo marino se producen cuando los relaves se bombean de vuelta en la zona minera. Las partículas suspendidas aumentan la turbidez del agua, obstruyendo el aparato de alimentación por filtración utilizado por los organismos bentónicos. Las columnas o plumas superficiales causan un problema más serio. Dependiendo del tamaño de las partículas y las corrientes de agua, podrían extenderse sobre vastas áreas. Las columnas de sedimento pueden afectar al zooplancton y a la penetración de la luz, lo que a su vez afecta a la red alimentaria de la zona.

Tipos de contaminación

Los océanos son el principal sumidero natural de carbono y absorben una parte importante del dióxido de carbono en la atmósfera. Como los niveles de dióxido de carbono atmosférico están aumentando, los océanos están volviéndose más ácidos. Aunque aún no se conocen todas las consecuencias de la acidificación de los océanos, existe preocupación de que afecte todas las estructuras hechas de carbonato de calcio susceptibles a la disolución, como los corales y los moluscos.

Los océanos y los ecosistemas costeros desempeñan un papel importante en el ciclo global del carbono y han almacenado aproximadamente 25 % del dióxido de carbono emitido por las actividades humanas entre 2000 y 2007 y aproximadamente la mitad del CO2 antropogénico emitido desde el comienzo de la revolución industrial. El aumento de las temperaturas oceánicas y la acidificación de los océanos reduce la capacidad de absorción de carbono de los océanos y su función como sumidero se debilitará gradualmente, dando lugar a preocupaciones globales expresadas en las Declaraciones de Mónaco y Manado.

Según un informe de los científicos de la NOAA publicado en la revista Science en mayo de 2008, un gran volumen de agua relativamente acidificada del océano Pacífico está aflorando dentro de cuatro millas de la plataforma continental de América del Norte. Esta zona es un área crítico donde vive o nace la mayor parte de la vida marina más local. Si bien el documento se limitaba a la zona desde Vancouver hasta el norte de California, otras áreas de la plataforma continental pueden estar experimentando efectos similares.

Una cuestión relacionada es la de los depósitos de hidrato de metano que se encuentran debajo de los sedimentos en los fondos oceánicos. Estos almacenan grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero; sin embargo, existe la posibilidad de que el calentamiento oceánico libere el metano contenido en estos depósitos. En 2004 se estimó que el inventario mundial de hidrato de metano oceánico ocupaba entre uno y cinco millones de kilómetros cúbicos. Si todos estos hidratos de metano se distribuyeran uniformemente en el fondo de los océanos, alcanzarían un espesor de entre tres y catorce metros. Esta estimación corresponde a 500-2500 gigatoneladas de carbono (Gt C), y puede compararse con las 5000 Gt C estimadas para todas las demás reservas de combustibles fósiles.

Eutrofización

La eutrofización se refiere a un aumento de los nutrientes químicos, típicamente compuestos que contienen nitrógeno o fósforo, en un ecosistema. Puede resultar en un aumento en la productividad primaria del ecosistema (crecimiento excesivo de plantas y su rápida descomposición) y otros efectos, incluida la falta de oxígeno y las graves reducciones en la calidad del agua, que afecta a los peces y otras poblaciones de animales y plantas acuáticas.

Los ríos forman la mayor fuente de eutrofización ya que al desembocar en los mares y océanos acarrean muchos productos químicos utilizados como fertilizantes en la agricultura, así como desechos orgánicos del ganado y de los seres humanos. El exceso de sustancias químicas que agotan el oxígeno en el agua puede provocar hipoxia y puede culminar en áreas muertas.

Los estuarios tienden a ser eutróficos porque los nutrientes provenientes de la tierra suelen concentrarse donde la escorrentía ingresa al medio marino en un canal confinado. El World Resources Institute ha identificado 375 zonas costeras hipóxicas en el mundo, que se concentran en Eu

Los desechos marinos se componen principalmente de desechos tirados o abandonados por los seres humanos que terminan flotando en el océano. Ochenta por ciento de los desechos marinos se componen de material plástico, un componente que ha ido acumulándose rápidamente desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Se estima que la masa de plástico acumulado en los océanos puede haber alcanzado 100 millones de toneladas (98 000 000 toneladas largas; 110 000 000 toneladas cortas) por el año 2008.

Las bolsas de plástico desechadas, los anillos de six-pack y otros desechos de plástico que terminan en el océano constituyen un peligro para la vida silvestre y la pesquería. Las amenazas para la vida acuática incluyen el enredo, la asfixia y la ingestión de plástico. Las redes de pesca, usualmente hechas de plástico, pueden ser abandonadas o perdidas en el océano por los pescadores. Conocidas como redes fantasma, enredan peces, delfines, tortugas marinas, tiburones, dugongos, cocodrilos, aves marinas, cangrejos y otros animales marinos, restringiendo el movimiento, causando inanición, laceración, infección, y también la sofocación en aquellos que necesitan subir a la superficie para respirar.

Muchos animales que viven en la superficie o dentro del mar ingieren restos de plástico que a menudo se parecen a sus presas naturales. Cuando son relativamente voluminosos o enredados, estos desechos plásticos a menudo se atascan en el tracto digestivo. Especialmente los animales con adaptaciones evolutivas en la garganta que sirven para evitar que las presas resbaladizas puedan escapar, no logran deshacerse de los objetos de plástico atascados. Las tortugas marinas, por ejemplo, a menudo ingieren bolsas de plástico sumergidas, suspendidas en el agua, ya que se parecen a las medusas, una de sus principales presas; como bloquean el paso de los alimentos, causan la muerte por inanición o infección.

Los desechos de plástico se acumulan porque no se biodegradan del mismo modo que otras substancias. Con el tiempo degradarán al ser expuesto al sol, pero solo lo harán en condiciones secas, puesto que el agua inhibe el proceso de fotodegradación. En ambientes marinos, el plástico fotodegradado se desintegra en piezas cada vez más pequeñas que permanecen polímeros, incluso hasta alcanzar el tamaño molecular. Cuando las partículas de plástico flotantes o suspendidas en el agua se fotodegradan hasta el tamaño del zooplancton, los animales marinos, como las medusas, intentan consumirlas, y de esta manera el plástico ingresa en la cadena alimentaria marina. Piezas de plástico terminan a menudo en los estómagos de aves y otros animales marinos, como las tortugas marinas y los albatroses de patas negras.

Los desechos marinos tienden a acumularse en el centro de los giros oceánicos. La «mancha o isla de basura del Pacífico» tiene un nivel muy elevado de fragmentos y partículas de plástico suspendido en la columna de agua superior. En muestras tomadas en 1999, la masa de plástico superó seis veces la del zooplancton, la vida animal dominante en el área. Las islas Midway, al igual que las islas hawaianas, reciben una parte importante de los desechos de la mancha de basura. El noventa por ciento de esta basura se compone de plástico que se acumula en las playas de Midway, donde se convierte en un peligro para las poblaciones de aves de la isla. Las islas Midway albergan dos tercios (1,5 millón) de la población mundial de los albatroses de Laysan. Casi todos estos albatroses tienen fragmentos de plástico en su sistema digestivo y un tercio de sus polluelos mueren.

Los aditivos tóxicos utilizados en la fabricación del plástico pueden transferirse al entorno cuando son expuestos al agua. En el agua, los contaminantes hidrófobos se concentran y se magnifican en la superficie de los desechos plásticos, haciendo que el plástico sea mucho más dañino para la salud en el océano de lo que sería en tierra. Los contaminantes hidrófobos también tienden a bioacumularse en los tejidos grasos de los animales, y con ello se biomagnifican en la cadena alimentaria y afectan especialmente a los superpredadores. Se ha comprobado que algunos de estos aditivos plásticos interrumpen el sistema endocrino cuando se consumen, otros pueden suprimir el sistema inmune o disminuir las tasas de reproducción. Los desechos flotantes también pueden absorber contaminantes orgánicos persistentes del agua de mar, incluidos PCB, DDT y PAH. Además de los efectos tóxicos, cuando se ingieren, algunos de estos aditivos afectan a las células cerebrales de los animales de manera similar al estradiol, y provocan disturbios hormonales en los animales afectados. También se descubrió que durante el proceso de descomposición del plástico se transfieren al agua substancias tóxicas, como el bisfenol A (BPA) y el oligómero PS.

Una preocupación creciente con respecto a la contaminación por los desechos plásticos en el ecosistema marino es el uso de microplástico. Los microplásticos son diminutas partículas de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro. Es un aditivo común en jabones de manos, limpiadores faciales y otros exfoliantes. Cuando los consumidores utilizan estos productos, los microplásticos pasan por el sistema de alcantarillado y por cursos de agua y los ríos a los océanos; debido a su pequeño tamaño, es probable que no sean capturados en las plantas de tratamiento de aguas residuales. Los microsplásticos son dañinos para todos los organismos, y en el ambiente marino especialmente para los que se alimentan por filtración, ya que pueden fácilmente ingerir el plástico.

Toxinas

Además de los plásticos, también existen problemas con otras toxinas que no se desintegran rápidamente en el medio marino, incluyendo toxinas persistentes como PCB, DDT, TBT, pesticidas, furanos, dioxinas, fenoles y residuos radiactivos. Los metales pesados son elementos químicos metálicos que tienen una densidad relativamente alta y son tóxicos o venenosos a bajas concentraciones. Ejemplos son el mercurio, plomo, níquel, arsénico y cadmio. Estas toxinas pueden acumularse en los tejidos de muchas especies marinas en un proceso conocido como bioacumulación. También se acumulan en ambientes bentónicos, como los estuarios y en los sedimentos de las bahías, que se convirtieron en un registro geológico de las actividades humanas del siglo pasado.

Ejemplos específicos

  • Debido a su alta posición en la cadena alimenticia, y la consiguiente acumulación de metales pesados de su dieta, las especies de peces mayores, como el atún rojo y el albacora, pueden tener altos niveles de mercurio en sus tejidos. Por esta razón, en marzo de 2004, la FDA estadounidense decidió emitir directrices, en la que recomendó que las mujeres embarazadas, las madres lactantes y los niños limitaran su consumo de atún y otras especies de peces depredadores.
  • Algunos moluscos bivalvos y cangrejos pueden sobrevivir en ambientes contaminados, acumulando metales pesados o toxinas en sus tejidos. Por ejemplo, el cangrejo de Shanghái tiene una notable capacidad para sobrevivir en un hábitat acuático altamente modificado, incluyendo aguas contaminadas. El cultivo y la recolección de tales especies requieren un manejo cuidadoso si van a utilizarse como alimento.
  • La escorrentía agrícola contaminada con residuos de pesticidas puede causar cambios genéticos que transforman el género de especies de peces de machos en hembras.
  • Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, varios países, incluido la Unión Soviética, el Reino Unido, los Estados Unidos y Alemania, han vertido los restos tóxicos de sus armas químicas en el mar Báltico, lo que da lugar a preocupaciones sobre la contaminación ambiental que puede causar.
  • En 2005, la 'Ndrangheta, un sindicato de la mafia italiana, fue acusado de hundir al menos 30 barcos cargados con desechos tóxicos, en gran parte radiactivos. Dio lugar a investigaciones extensas sobre los vertidos ilegales de residuos nucleares.
  • El daño a la planta de energía nuclear Fukushima Dai-ichi en 2011, resultó en la emisión de residuos radiactivos en la atmósfera y en el océano. Todavía hay muchos isótopos en el océano, que afectan directamente a la red alimentaria bentónica y la cadena alimentaria más amplia. La concentración de 137C en el sedimento del fondo marino contaminado por agua con altas concentraciones en abril-mayo de 2011 sigue siendo bastante elevada y solo muestra signos de disminución muy lenta.

Ruido submarino

Los animales marinos pueden ser afectados por la contaminación acústica, es decir el ruido submarino producido por el tráfico marítimo, las detonaciones de cargas durante exploraciones geosísmicas petroleras y el sonar naval de baja frecuencia. En el mar, los sonidos se desplazan con mayor velocidad y sobre distancias mayores que en la atmósfera. Los animales marinos, como los cetáceos, a menudo tienen una vista débil y viven en un mundo principalmente definido por información acústica. Esto se aplica también a muchos peces que permanecen en la oscuridad de las zonas más profundos del mar. Entre 1950 y 1975, el ruido ambiental medido en un sitio en el océano Pacífico aumentó con aproximadamente diez decibelios, es decir, un aumento de intensidad diez veces mayor a la medición inicial.

Un aumento del ruido submarino hace que las especies se comuniquen con un volumen más fuerte, un fenómeno conocido como respuesta vocal de Lombard o fenómeno de Lombard. También se observó que los cantos de las ballenas se vuelven más largos cuando las instalaciones de sonar para detectar los submarinos están encendidas. Si los animales marinos no «hablan» lo suficientemente alto, su voz puede ser enmascarada por los sonidos antropogénicos. Estas voces inauditas podrían ser advertencias, hallazgos de presas o preparaciones para una caza coordinada. Sin embargo, cuando una especie comienza a «hablar más fuerte», enmascara las voces de otras especies, haciendo que todo el ecosistema finalmente hable más fuerte.

De acuerdo con la oceanógrafa Sylvia Earle, «la contaminación acústica submarina es como la muerte por mil cortes. Cada sonido en sí mismo puede no ser una cuestión de importancia crítica, pero tomados en conjunto, el ruido de la navegación marítima, las exploraciones geosísmicas y la actividad militar, están creando un entorno totalmente diferente del que existía hace cincuenta años. Ese alto nivel del ruido tendrá evidentemente un fuerte impacto en la vida en el mar».

El ruido producido por el tráfico marítimo y otras actividades humanas también puede ser dañino para los cnidarios y ctenóforos, grupos de organismos muy importantes en el ecosistema marino. Fomentan una gran diversidad y, por sus estructuras simples, se utilizan como modelos para la ecología y la biología. Las vibraciones causadas por el ruido submarino dañan los pelos de los cilios en los celentéreos. En un estudio se comprobó que en los organismos que fueron repetidamente expuestos a ondas de sonido submarina, se observaron células ciliadas dañadas, extruidas o eliminadas o que se presentaron doblados, flácidos, o careciendo de cinocilios y estereocilios.

Bibliografías

  • Chabalina, L.; Beltrán, J. "Contaminación marina en bahías y zonas costeras de Cuba y del Gran Caribe". La Habana. Cuba, 1999.
  • Organización Marítima Internacional (OMI). Manual sobre la Contaminación ocasionada por Hidrocarburos. Parte I Prevención. Capítulo 2. “Prescripciones aplicables a todos los petroleros”.
  • Seoanez Calvo, Mariano. Manual de Contaminación Marina. Capítulo 3 “La contaminación del mar”. Ediciones Mundi-Prensa, año (2000).
  • Resolución 2/98. Para la prevención de la contaminación., Cuba, 1998.
  • Waldichuk, Michael: La contaminación mundial del mar: una recapitulación, C.O.L., Colección Técnica 18, 1977.
  • Rheinheimer, G. 1987. Microbiología de las aguas. Editorial S.A. Zaragoza 287 p.
  • Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. (1982). Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Nueva York.
  • Revista de Biología Marina y Oceanografía, Diciembre del 2008 Universidad de Valparaíso, Facultad de Ciencias del Mar Casilla 5080 Reñaca, Viña del Mar.

Fuentes