Culto a la personalidad

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Culto a la personalidad
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Concepto:Ciega inclinación ante la autoridad de algún personaje, ponderación excesiva de sus méritos reales, conversión del nombre de una personalidad histórica en un fetiche.

Culto a la personalidad. Ciega inclinación ante la autoridad de algún personaje, ponderación excesiva de sus méritos reales, conversión del nombre de una personalidad histórica en un fetiche.

Base teórica

La base teórica del culto a la personalidad radica en la concepción idealista de la historia, según la cual el curso de esta última no es determinado por la acción de las masas del pueblo, sino por los deseos y la voluntad de los grandes hombres (caudillos militares, héroes, ideólogos destacados, etc.). Es propio de diversas escuelas idealistas atribuir un valor absoluto al papel de las personalidades eminentes de la historia (Voluntarismo, Carlyle, Jóvenes hegelianos, Populismo).

Marxismo-Leninismo

El marxismo examina el papel de la personalidad, del dirigente, en estrecho vinculo con el curso objetivo de la lucha de clases, con la actividad histórica de las masas del pueblo. Ni siquiera la experiencia del más genial de los dirigentes puede sustituir la experiencia colectiva de millones de personas. El culto a la personalidad es profundamente adverso al marxismo-leninismo, que por su propia naturaleza, es la ideología de las inmensas masas trabajadoras, con cuyas manos se transforma la sociedad capitalista en comunista. De ahí que el P.C.U.S. desenmascare con tanta intransigencia el culto a la personalidad imperante en vida de Stalin, que ocasionó graves daños a la teoría y la práctica del socialismo. Aunque el culto a la personalidad de Stalin no pudo cambiar la naturaleza del socialismo, constituyó un lastre serio para el desenvolvimiento de la sociedad soviética. La lucha del P.C.U.S. y su Comité Central contra el culto a la personalidad de Stalin y sus consecuencias ha establecido las condiciones para dar nueva vigencia a las normas de la vida del Partido y del Estado soviético y desarrollarlas, para el ulterior avance de la democracia socialista.

Principios del Partido Comunista

El Partido Comunista se guía por la idea de que la teoría y la práctica del culto a la personalidad obstaculizan la justa educación de las masas, frenan el crecimiento de su iniciativa, debilitan en cada individuo el sentido de responsabilidad por la causa común (la revolución socialista, la construcción del comunismo), influye negativamente en el desarrollo de la ideología comunista. En la práctica, el culto a la personalidad socava los principios democráticos de los partidos comunistas y de la sociedad socialista. Sólo podrá asegurarse el éxito de la lucha contra el culto a la personalidad, tanto en la sociedad socialista como en los Partidos comunistas, si se desarrollan por todos los medios la democracia, los Principios leninistas de la construcción del Estado y del Partido.

Posición de Fidel Castro respecto al culto a la personalidad

««Los poderes absolutos suelen ir acompañados de determinados atributos. Y en un país como Cuba es muy difícil que exista alguna forma de poder absoluto, porque el cubano con su idiosincrasia, su mentalidad, lo discute todo, lo analiza todo, bien sea de béisbol, agricultura, política, de todo; los cubanos discuten de todo, tienen un carácter, una idiosincrasia especial»».
««Creo que la historia de nuestro país ha estado llena de políticos vanidosos, la historia anterior a la Revolución – y te digo que el caldo de cultivo para un enorme poder personal existía, pero jamás me dejé tentar ni me dejé arrastrar por eso, todo lo contrario -, una de las primeras leyes de la Revolución – y me pregunto si otros lo han hecho en otras partes – fue prohibir los retratos oficiales»».
««En Cuba, en más de 30 años de Revolución, nunca ha habido retratos oficiales (…) Los retratos míos que la gente puede tener en sus casas son sacados de revistas, de pancartas de propaganda de algún acto nacional. De los retratos que tiene la gente, ni un solo retrato mío es oficial, son retratos que han recogido en publicaciones (…) pero no existe el retrato oficial en Cuba, fue prohibido en los primeros meses de la Revolución»».
««Otra cosa, se prohibió terminantemente ponerles el nombre de personas vivas a escuelas, instituciones, instalaciones, fue prohibido de modo terminante; sólo se les podía poner el nombre de personas muertas. Por último se prohibió terminantemente todo lo que se refiere a estatuas, bustos y todas esas cosas. Es decir, que ni calles, ni escuelas, ni nada, podían tener nombres de revolucionarios vivos, ni podía haber estatuas de revolucionarios vivos; fue una de las primeras cosas que hizo esta revolución tan temprano como en el año 1959; cuando todavía no se había hablado en la Unión Soviética, ni en esos lugares con mucho énfasis del fenómeno del culto a la personalidad. Incluso la frase “culto a la personalidad” empezó a tener particular connotación bastante después del triunfo de la Revolución Cubana, y ya nosotros habíamos tomado todas esas medidas»».
««Siempre nos hemos expresado contra toda manifestación de culto, de endiosamiento a los líderes, es una tradición que realmente hemos establecido. ¿Tú no ves que incluso nuestros grados, los grades militares de nuestros compañeros del Ejército Rebelde, se mantuvieron en comandante, y estábamos inventando cosas para no pasar esa barrera?»».
««Tuvimos un montón de años los grados de capitán, primer capitán, mayor, comandante, primer comandante, porque teníamos un ejército enorme y no teníamos generales, y todas aquellas unidades no cabían dentro de los pocos grados que teníamos, en el que el más alto era el de comandante, hasta que un día la necesidad nos obligó a usar los grados por nuestras relaciones, incluso, con los países socialistas y otros muchos países (…) No obstante tuve el privilegio de conservar el nombre original de mi grado y no ascendí; por lo menos en lo que se refiere al título no ascendí; seguí siendo comandante, que en este caso es Comandante en Jefe, que tengo entendido (…) que por ley lo convirtieron en un grado, pero se llama así. Fíjate si nosotros en todas estas cuestiones hemos sido cuidadosos y hemos tenido una actitud modesta. Me parece que es un factor fundamental que nos ha permitido mantener la integridad de los primeros días en que nos iniciamos como revolucionarios»».[1]

Referencias

  1. Fidel Castro Ruz en Un grano de maíz. Conversación con Tomás Borge. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana. 1992.

Fuentes