Cáncer de cabeza y cuello

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Cáncer de cabeza y cuello
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Cáncer de cabeza y cuello. Incluye cánceres de boca, nariz, senos paranasales, glándulas salivales, garganta y ganglios linfáticos en el cuello. La mayoría comienza en los tejidos húmedos que rodean la boca, la nariz y la garganta, representa el 5-6% del total de tumores malignos y es más frecuente en los varones, teniendo su máxima incidencia en la 5ª-6ª década de la vida. Es un tumor que produce un 8% de mortalidad por cáncer en el varón y un 1% en la mujer. Afecta a funciones tan importantes como son la fonación y la deglución.

Síntomas

• Un bulto o un dolor que no se cura

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• Dolor de garganta que no desaparece
• Dificultad para tragar
• Cambios de voz o ronquera
El consumo del tabaco o de las bebidas alcohólicas aumenta el riesgo. De hecho, el 85 por ciento de los cánceres en la cabeza y cuello se relacionan con el consumo del tabaco, incluyendo el tabaquismo y el tabaco sin humo. Si se detectan anticipadamente, estos cánceres suelen ser curables.

Generalidades del cáncer de cabeza y cuello

El término cáncer de cabeza y cuello en realidad abarca muchos tipos diferentes de cáncer. La conducta de un cáncer particular de cabeza y cuello depende de dónde surge. Por ejemplo, los cánceres que comienzan en las cuerdas vocales tienen una conducta muy distinta a la de los que surgen en la parte posterior de la lengua,

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apenas una pulgada o menos de las cuerdas vocales. El tipo de cáncer más común de cabeza y cuello es el carcinoma de células escamosas,

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que aparece en las células que revisten el interior de la nariz, la boca y la garganta. Otros tipos de cáncer de cabeza y cuello menos comunes son tumores de las glándulas salivales, linfomas y sarcomas.

Diseminación de tres maneras principales

  1. El primero es por extensión directa desde el sitio primario a áreas adyacentes.
  2. El segundo se disemina a través de los vasos linfáticos hacia los ganglios linfáticos.
  3. El tercero es la diseminación a través de los vasos sanguíneos a sitios distantes en el cuerpo.

En el cáncer de cabeza y cuello la diseminación a los ganglios linfáticos del cuello es relativamente común.Los ganglios linfáticos más comúnmente afectados son los que se encuentran a lo largo de los vasos sanguíneos mayores debajo del músculo esternocleidomastoideo, a cada lado del cuello, especialmente el ganglio de la yugular interna en el ángulo de la mandíbula. El riesgo de diseminación a otras partes del cuerpo por el torrente sanguíneo depende estrechamente de si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos del cuello, cuántos ganglios están afectados, y cuál es su ubicación en el cuello. El riesgo es mayor si hay cáncer en los ganglios linfáticos de la parte inferior del cuello que en los que se encuentran en la parte superior.

Etiología

Este cáncer está relacionado con una historia prolongada de consumo de tabaco y alcohol. El tabaco es el principal factor de riesgo y el alcohol potencia su efecto cancerígeno. También se ha relacionado con déficits en la dieta, como el déficit de vitamina A, y con exposición profesional a determinados productos como el polvo de madera relacionado con el cáncer de senos paranasales y el asbesto con el cáncer de laringe. La radiación UV solar está relacionada con el cáncer de labio. De origen infeccioso es la relación del virus de Epstein-Barr con el cáncer de nasofaringe. El síndrome de Plummer-Vinson está relacionado con los tumores de hipofaringe.

Histología

El carcinoma de células escamosas es el tipo histológico predominante. La determinación del grado de diferenciación es muy importante ya que los tumores bien diferenciados o Grado I (queratinización mayor del 75%) son menos agresivos que los tumores pobremente diferenciados o grado III, que son tumores muy agresivos y que, aunque responden muy bien a los tratamientos, recidivan con gran facilidad. En el diagnóstico histológico es muy importante que el patólogo especifique el tamaño del tumor, el estado de los bordes quirúrgicos, el grado de diferenciación y la afectación ganglionar, especificando el estado de la cápsula ganglionar.
En la nasofaringe predomina el carcinoma indiferenciado (linfoepitelioma). Otras variedades de aparición rara son los linfomas, los sarcomas y los adenocarcinomas. Los tumores de las glándulas salivares son en su mayoría benignos (adenona pleomorfo y tumor de Warthin). Las variedades malignas más frecuentes son el adenocarcinoma y el tumor mucoepidermoide.

Diagnóstico

Para diagnosticar y estadiar una neoplasia originada en el tracto aerodigestivo superior, lo fundamental es una anamnesis completa seguida de una exploración física general con especial atención a la esfera ORL, detallando tanto la extensión del tumor primario como de las adenopatías regionales. La fibroscopia es una ayuda fundamental para los tumores que no son accesibles a la laringoscopia indirecta. La laringoscopia directa con toma de biopsia, completa el estudio y nos proporciona la información del tipo histológico y el grado de diferenciación tumoral. En los tumores avanzados con adenopatias cervicales de gran tamaño, la punción aspiración con aguja fina (PAAF) se puede realizar en la consulta, obteniendo el diagnóstico histológico con gran rapidez.
Se considera imprescindible la realización de una tomografía axial computerizada (TAC) cervical en los tumores avanzados para definir la extensión, la afectación ósea y la diseminación ganglionar. En el caso de tumores de la cavidad oral, la ortopantomografía también es útil para detectar infiltración del hueso adyacente.
Una radiografía de tórax y una analítica de rutina son obligatorias para completar el estudio de extensión y descartar metástasis a distancia. Otras pruebas más específicas como la gammagrafía ósea y el TAC torácico, abdominal o cerebral, sólo se pedirán en el caso de existir sospecha clínica.

Opciones de tratamiento

Los tres principales tipos de tratamiento para manejar el cáncer de cabeza y cuello son la radioterapia, la cirugía y la quimioterapia. Los tratamientos primarios son radioterapia o cirugía, o una combinación de ambas; la quimioterapia se usa a menudo como tratamiento adicional o coadyuvante. La combinación óptima de las tres modalidades de tratamiento para un paciente con cáncer de cabeza y cuello depende del sitio y el estadío (etapa) de la enfermedad.
En general, los pacientes con cáncer de cabeza y cuello en etapas tempranas (especialmente los cánceres limitados al sitio de origen) se tratan con una sola modalidad, ya sea radioterapia o cirugía. Los pacientes con un cáncer más extendido se tratan a menudo con quimioterapia y radioterapia concurrentes. A veces, según el escenario clínico, los pacientes se tratan con cirugía seguida de radioterapia y quimioterapia postoperatorias.
Si el plan de tratamiento consiste en radioterapia sola para el cáncer primario, también se da radioterapia al cuello. Además, podría ser necesario extirpar los ganglios linfáticos afectados del cuello si la afección en los ganglios del cuello es relativamente extensa o si el cáncer en los ganglios del cuello no ha sido totalmente eliminado al completar el curso de la radioterapia.
La cirugía es otro tratamiento que podría ser necesario antes de la radioterapia o después. En general, si está indicada la extirpación quirúrgica de tumor primario, la radioterapia se da después, si es necesaria. Sin embargo, a veces el cáncer es extenso o no es posible eliminarlo por completo al principio. La radioterapia entonces se da primero para tratar de reducir el tamaño del tumor, y la cirugía sigue a la radioterapia.
Los estudios recientes indican que la quimioterapia administrada al mismo tiempo que la radioterapia es más eficaz que si se da antes de la radioterapia. Por lo tanto, el programa de radioterapia a veces incluye quimioterapia si el cáncer está avanzado (estadios avanzados III o IV). La quimioterapia se puede administrar de distintas maneras, como por ejemplo una dosis baja todos los días, una dosis moderada cada semana, o una dosis relativamente alta cada tres o cuatro semanas.

Radioterapia

Habitualmente, se usa uno de los siguientes procedimientos de radioterapia para tratar el Cáncer de Cabeza y Cuello.

La radioterapia de haz externo (EBT): un método para entregar un haz de rayos X de alta energía al sitio del tumor. El haz se genera fuera del paciente (por lo general mediante un acelerador lineal) y si dirige al sitio del tumor. Dichos rayos X pueden destruir las células cancerosas y la planificación cuidadosa del tratamiento permite dejar a los tejidos normales circundantes sin mayor efecto.
• La radioterapia de intensidad modulada IMRT, por sus siglas en inglés es una modalidad avanzada de radioterapia de alta precisión que utiliza aceleradores de rayos X controlados por computadora para administrar dosis de radiación precisas a un tumor maligno o a áreas específicas dentro del tumor. La dosis de radiación está diseñada para conformarse a la forma tridimensional (3D) del tumor mediante la modulación (control) de la intensidad del haz de radiación para enfocar una dosis más alta en el tumor, al tiempo que se reduce al mínimo la exposición a la radiación en las células sanas.

Proceso de la radioterapia

La primera cita con el radioncólogo es una consulta para tomar la historia clínica de su problema y hacer un examen físico. Por lo general en este momento o poco después hay consultas con otros miembros del equipo de cabeza y cuello, como el cirujano de cabeza y cuello, el patólogo, el radiólogo y el dentista. Es importante que los diversos miembros del equipo que le han de cuidar a usted den sus opiniones antes de decidir el plan de tratamiento y comenzarlo.
Una vez que se le ha explicado al paciente el tratamiento recomendado y las posibles opciones, el paciente y el equipo médico deciden cuál tratamiento usar, y se determina una fecha para planeamiento del tratamiento de radioterapia. Luego se hace una "simulación" ya sea con radiografías corrientes (rayos X) o una tomografía axial computarizada (TAC). Estos estudios radiográficos se usan para planificar el tipo y la dirección de los haces de radiación usados para tratar el cáncer.

Dentro de la máquina de tratamiento los bloques de una aleación de plomo hechos a medida o un colimador especial (colimador multiláminas) conforman los haces de radiación para bloquear las áreas que no hay que tratar. Luego se alinean los campos de tratamiento, y el curso de tratamiento comienza uno o dos días después de la sesión de planificación inicial. Típicamente los tratamientos se dan una o dos veces al día, cinco días por semana, por cinco a siete semanas, según el programa elegido por el radioncólogo.

En general las primeras citas de planificación e inicio del tratamiento en el departamento de radioncología toman una a dos horas; luego, cada tratamiento individual dura unos pocos minutos y el paciente puede irse del departamento de radioterapia después de 30 a 45 minutos en cada sesión. Durante la radioterapia no se siente ni se ve nada, y los efectos secundarios, si los hay, en general toman dos semanas o más en aparecer.

Efectos secundarios de la radioterapia

Los efectos secundarios dependen del sitio y la extensión del cáncer de cuelo y cabeza. En general la radiación de la cabeza y el cuello no causa náuseas, pero algunos pacientes sí tienen este síntoma durante el tratamiento, Hay muchos antieméticos eficaces (medicamentos que alivian las náuseas) que pueden aliviar estos síntomas si ocurren.
En general los efectos secundarios de la radioterapia aparecen unas dos semanas después de comenzar el curso de tratamiento y pueden consistir en dolor de garganta, pérdida del sentido del gusto, y sequedad de la boca y la piel. El dolor de garganta es el principal efecto secundario que dificulta la radioterapia.
Si el dolor de garganta es intenso, podría impedir la ingesta suficiente de alimentos y líquidos por la boca para mantener el peso y evitar la deshidratación. En estos casos los médicos instalan una sonda de alimentación temporal en el estómago (sonda de gastrostomía) que permite mantener una alimentación adecuada sin tener que tragar toda la comida que necesita. La colocación de la sonda de gastrostomía es un procedimiento que no requiere hospitalización. Sin embargo, es importante que el paciente siga tragando aunque tenga colocada la sonda, o de otra forma se atrofian los músculos usados para tragar, lo que causa problemas permanentes para tragar y hace difícil dejar de usar la sonda de alimentación aun después de terminar la radioterapia.
Un nutricionista debe participar en la atención del paciente durante la radioterapia para ayudarle a mantener los ingresos calóricos necesarios y la hidratación. Cuando aparecen los efectos secundarios, es una tentación dejar de recibir los tratamientos, pero esto no es una buena idea. Los tejidos normales "de respuesta aguda", como la piel y el revestimiento de la garganta, y que son los responsables por los efectos secundarios durante la radioterapia, tienden a responder a la radioterapia igual que las células cancerosas. Si el tratamiento produce pocos efectos secundarios agudos, es poco probable que sea muy eficaz contra el cáncer. Por lo tanto, en el cáncer de cabeza y cuello, tener molestias significa que el tratamiento está dando resultados. Hacer pausas en el curso de tratamiento para reducir los efectos secundarios le da al cáncer la oportunidad de volver a crecer, y esto reduce significativamente la probabilidad de curarlo. Los medicamentos que se necesitan casi siempre durante el curso de radioterapia son los analgésicos narcóticos, tanto de acción larga como de acción corta, para el dolor inicial, y laxantes para tratar el estreñimiento, un efecto secundario común de los narcóticos. También podrían ser necesarios los anestésicos tópicos como los enjuagues bucales para aliviar el dolor de garganta, y tal vez también antieméticos para tratar la náusea.

Fuentes