Diferencia entre revisiones de «Dédalo»
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Antes de partir, Dédalo había recomendado a Ícaro que no volase demasiado alto ni demasiado bajo, volarían por encima del mar por lo que si las alas rozaban el agua se empaparían y si se acercaban demasiado al sol, los ardientes rayos podría derretir la cera. | Antes de partir, Dédalo había recomendado a Ícaro que no volase demasiado alto ni demasiado bajo, volarían por encima del mar por lo que si las alas rozaban el agua se empaparían y si se acercaban demasiado al sol, los ardientes rayos podría derretir la cera. | ||
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| + | Pero Ícaro era un joven lleno de orgullo e impetuoso. Salió volando sin hacer caso de los consejos de su padre y se elevó tan cerca del sol que la cera se derritió y cayó a las profundidades del mar. Este mar, se llamó más tarde Icaria. | ||
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Revisión del 12:25 3 ago 2011
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Dédalo. Personaje de la mitología griega, era conocido por todas partes como un gran escultor, arquitecto e inventor.
Mito
Tras la muerte del Minotauro y la huida de Teseo y Ariadna de Creta, el Rey Minos, irritado, encerró en el laberinto a Dédalo y a su hijo, Ícaro. El laberinto era un complicado circuito, y Dédalo no podía retener los planos en su memoria.
El gran escape
Padre e hijo se sentaron en el centro y observaron a los pájaros que volaban a su alrededor. Éstos, al agitarse iban perdiendo plumas, Dédalo estudió su forma y comprobó que eran lisas por debajo y curvas por arriba. Observó que las plumas se levaban cuando el viento soplaba y lo asemejó a su forma. Así descubrió el principio de la fabricación de un ala. Dédalo construyó para ellos dos unas alas con las muchas que caían del cielo; las iba pegando con la cera de las velas que había en las esquinas del laberinto. y las fijó a los hombros de su hijo y en los suyos, para después emprender el vuelo.
Advertencia del padre
Antes de partir, Dédalo había recomendado a Ícaro que no volase demasiado alto ni demasiado bajo, volarían por encima del mar por lo que si las alas rozaban el agua se empaparían y si se acercaban demasiado al sol, los ardientes rayos podría derretir la cera.
Desobediencia de Ícaro
Pero Ícaro era un joven lleno de orgullo e impetuoso. Salió volando sin hacer caso de los consejos de su padre y se elevó tan cerca del sol que la cera se derritió y cayó a las profundidades del mar. Este mar, se llamó más tarde Icaria.
