Día Mundial contra la Hepatitis
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Día Mundial contra la Hepatitis. Esta celebración responde a una iniciativa de los pacientes y forma parte de una campaña permanente lanzada por la Alianza Mundial de la Hepatitis en el 2008. El Día Mundial de la Hepatitis está enfocado a aumentar el conocimiento de la hepatitis B y C y su objetivo a largo plazo es evitar nuevas infecciones y lograr el mejoramiento de la salud de las personas que viven con hepatitis B y C.
Sumario
Un problema de salud pública global
Las hepatitis B y C causan la muerte a más de un millón de personas cada año. Actualmente, 500 millones de personas en el mundo están infectadas con hepatitis crónica del tipo B o C, y una de cada tres personas ha estado expuesta a uno o ambos virus. Contrario a la hepatitis C, la B puede evitarse mediante una vacunación efectiva.
Esta celebración responde a una iniciativa de los pacientes y forma parte de una campaña permanente lanzada por la Alianza Mundial de la Hepatitis en el 2008. El Día Mundial de la Hepatitis está enfocado a aumentar el conocimiento de la hepatitis B y C y su objetivo a largo plazo es evitar nuevas infecciones y lograr el mejoramiento de la salud de las personas que viven con hepatitis B y C.
Luego de la adopción de una resolución para la hepatitis viral durante la 53 Asamblea Mundial de la Salud, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo del 2010, el Día Mundial de la Hepatitis se reconoció al nivel global como el objetivo primordial en los esfuerzos para lograr un mayor conocimiento, a nivel nacional e internacional, y la conmemoración se cambió para el 28 de julio. Se escogió esta fecha en honor al premio Nóbel, profesor Blumberg, descubridor del virus de la hepatitis B, que celebra su cumpleaños ese día.
La resolución resuelve que:
- Se designará el 28 de julio como el Día Mundial de la Hepatits con el objetivo de asegurar una oportunidad para la educación y mayor comprensión de la hepatidis viral como un problema de salud pública global, y para estimular el fortalecimiento de las medidas de prevención y control de esta enfermedad en los Estados miembros.
Esta jornada brindará la oportunidad de centrar la atención en medidas específicas, como por ejemplo:
- El fortalecimiento de la prevención, el cribado y el control de las hepatitis virales y las enfermedades conexas.
- La ampliación de la cobertura de vacunación contra la hepatitis B y su integración en los programas nacionales de inmunización.
- La coordinación de una respuesta mundial contra la hepatitis.
Los virus A, B, C, D y E de la hepatitis causan infecciones agudas y crónicas e inflamación del hígado, que pueden desembocar en cirrosis y cáncer hepático. Esos virus representan un riesgo enorme para la salud mundial, pues hay alrededor de 350 millones de personas con infección crónica por hepatitis B y unos 170 millones de personas infectadas crónicamente por el virus de la hepatitis C.
Catalogada como una enfermedad de origen viral, es también la causa de casi un millón de defunciones al año, a pesar de que muchas personas, incluido personal sanitario, desconocen el gran tributo que esta afección le impone a la salud pública en el planeta. Programas de vigilancia epidemiológica, seguridad sanitaria, educación, prevención e inmunización contra el serotipo B, permiten manejar este problema, mientras que el diagnóstico temprano brinda mejores oportunidades de recibir una terapia eficaz, y evitar nuevas infecciones, pero se debe conocer la forma de transmisión de la dolencia.
La hepatitis A y E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados, mientras las formas B, C y D se producen de ordinario por el contacto con humores corporales infectados (relaciones sexuales desprotegidas, transfusiones de sangre o productos sanguíneos contaminados, transmisión de madre a hijo en el parto, son las más comunes).
Un informe divulgado en la más reciente edición de la revista The Lancet, alerta ahora sobre el número creciente de afectados por hepatitis B y C (1,3 millones y 10 millones respectivamente), en consumidores de drogas inyectables.
La diferencia en el porcentaje de ambas infecciones pudiera deberse a que en muchos países existe vacunación sistemática para la hepatitis B, sin embargo para la C, no hay vacuna, señalan expertos.
Lo que si es seguro que en la actualidad, en este grupo poblacional hay más contagios por hepatitis que por VIH.
De ahí la necesidad de incrementar los esfuerzos para la prevención y tratamiento de la hepatitis viral.
Esfuerzos en Cuba para disminuir la incidencia de la Hepatitis
En los últimos 4 años, el país ha reducido la incidencia de estas infecciones en más del 90%, según los casos confirmados.
Con una tasa de 11.2 casos de hepatitis viral aguda por cada 100 mil habitantes Cuba registró al cierre del 2010 la más baja incidencia de esta enfermedad en su territorio durante las últimas dos .
Programas de vigilancia epidemiológica, seguridad sanitaria, educación, prevención e inmunización contra el serotipo B, desde 1992, han permitido al Ministerio de Salud Pública de la República manejar este problema; sin embargo, todavía prevalecen conductas sexuales, higiénicas y culturales sensibles al contagio (sexo desprotegido, consumo de agua sin hervir e ingestión de alimentos contaminados o colocación de piercings y realización de tatuajes sin cumplir las medidas antisépticas adecuadas).
Esta patología de origen viral que afecta al hígado, a pesar de los esfuerzos, figura entre las 35 primeras causas de muerte en el país, pues si la infección por hepatitis B ó C transcurre en el organismo de manera asintomática el paciente evoluciona hacia condiciones crónicas como la cirrosis y el cáncer hepáticos.
Registros de la enfermedad en la Isla evidencian situaciones epidemiológicas complejas entre 1991 y 1992, 1996 y 1997, así como entre el 2005 y el 2006, cuando los diagnósticos crecieron hasta 34 mil, 24 mil y 26 mil pacientes infectados, respectivamente. Sin embargo, desde el 2007 la incidencia de las hepatitis virales agudas en la población cubana viene disminuyendo, con una reducción a la mitad del número de casos confirmados al cierre de cada año.
Vacuna contra la hepatitis B, producida por el CIGB.
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En 1992 se diagnosticaban en el país 2 194 personas, 1 344 en 1997, 34 en el 2006, 17 en el 2007 y 15 en el 2008, para una reducción de la incidencia de esta enfermedad en más de un 99%. En el primer cuatrimestre de este 2009 no se ha reportado un solo caso de hepatitis B, considerada como un problema médico-social de mayores consecuencias en el mundo.
Desde el punto de vista epidemiológico, y de acuerdo con criterios de la OMS, cuando un país reporta menos de 10 casos de una enfermedad, se considera eliminada como problema de salud. No obstante, se mantienen las estrategias de vacunación y control estricto en las donaciones de sangre, a fin de evitar que los pacientes devenidos crónicos puedan transmitir la infección a personas aún no inmunizadas.
La epidemióloga Graciela Delgado González, asesora de la Dirección Nacional de Epidemiología delMINSAP, informó que la obtención y producción a gran escala de la vacuna recombinante contra la hepatitis B en el CIGB, permitieron que a partir de 1992, mediante el Programa de Prevención y Control de las Hepatitis Virales, el ciento por ciento de los niños al nacer comenzaran a ser vacunados contra el tipo B, y también a estudiantes y grupos de riesgo. Actualmente se encuentran vacunados todos los ciudadanos menores de 28 años.
La prevención de la infección perinatal, cuando la gestante es positiva al virus de la hepatitis B, también se inició en 1992, y, desde entonces, se realizan estudios de seguimiento de los hijos de las madres portadoras. Por ello, el esquema de inmunización de los recién nacidos hijos de mujeres no portadoras es diferente del que se aplica a madres que presentan el virus.
En los logros de Cuba se suman varias instituciones del Polo Científico del oeste de la capital, como el CIGB, el Centro de Inmunoensayo, el Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí" (IPK), la Planta de Sueros y Hemoderivados, el Instituto de Gastroenterología, numerosos centros asistenciales y miles de trabajadores de la salud que colaboran en estas acciones.
Se trazan las estrategias actuales en el diagnóstico y tratamiento de las hepatitis crónicas B y C, y se analiza una propuesta para el desarrollo de un programa de manejo integral del paciente con cirrosis hepática, la principal complicación de estas infecciones. El CIGB trabaja actualmente en la obtención de una vacuna contra la hepatitis C.
