Día Mundial de la Alimentación

Día Mundial de la Alimentación
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Día Mundial de la Alimentación
Fecha:16 de octubre
Descripción:
Proclamado en 1979 por la Conferencia de la FAO, tiene por objetivo despertar en el público conciencia acerca del problema que aflige al mundo en relación con la alimentación y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza.
Organizaciones involucradas:
FAO, ONU, PMA.


Día Mundial de la Alimentación. El día 16 de octubre conmemora la fecha de fundación de la FAO en 1945. En 1980, la Asamblea General acogió con beneplácito la observancia del día en atención al hecho de que "la alimentación es un requisito para la supervivencia y el bienestar de la humanidad y una necesidad humana fundamental" (Resolución 35/70 de 5 de diciembre).

En el mundo

La actual crisis económica mundial ha agravado la situación alimentaria en el mundo, los pobres disminuyen sus comidas e ingieren alimentos menos nutritivos, además de recortar sus gastos de sanidad y educación.

En el mundo se requieren recursos para alimentar a más de mil millones de personas que sufren hambre y asegurar que la población mundial, que pasará de seis mil 800 millones a casi nueve mil 100 millones en 2050, tenga suficiente reservas para alimentarlos.

En tal sentido se convoca a la comunidad de donantes a incrementar la ayuda a la agricultura, hasta alcanzar los niveles de 1980, cuando Asia y América Latina fueron salvadas de la devastación de las hambrunas de los años 70.

Cada año el apoyo a la agricultura en los países de la OCDE es de 365 mil millones de dólares, mientras el gasto militar es de 1.34 billones de dólares, y de la misma manera que las naciones poderosas reaccionaron de forma rápida, colectiva y enérgica a la crisis económica mundial, ahora se necesita el mismo compromiso fuerte para combatir el hambre.

Campaña contra el hambre

De acuerdo con el informe dado a conocer por la FAO, la mayoría de las personas que padecen hambre y desnutrición viven en los países en vías de desarrollo, y entre ellas la mayor parte (642 millones) en la región Asia-Pacífico.

Le siguen África subsahariana, con 265 millones; América Latina y el Caribe, con 53 millones; Medio Oriente y el norte de África, con 42 millones. En cambio, en los países industrializados el hambre afecta a 15 millones de personas en total. “Ninguna nación está libre y, como siempre, son los países más pobres –y las poblaciones más desprotegidas– los que más sufren”, lamentó Jacques Diouf , director general de la FAO.

En América Latina las crisis simultáneas de alimentos y económica elevaron a 53 millones la cifra de personas que padecen hambre, según informaciones de la oficina regional de la FAO. Quince millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, y las poblaciones infantiles de Guatemala, Bolivia, Honduras, Perú y Ecuador son las más afectadas.

La situación, provocada en parte por el abandono de las políticas de fomento agrícola, coincide con la existencia de una alta disponibilidad de alimentos, principalmente en México y Sudamérica, según el director regional de la FAO, José Graziano. De hecho, en México, así como en Uruguay, Brasil, Argentina y Chile hay al menos 50 por ciento más de los nutrientes mínimos que las personas necesitan para alimentarse adecuadamente. No obstante, en estos países la desnutrición infantil es de entre 7 y 15,5 por ciento. La única excepción es Chile, con 2,1 por ciento. Brasil, Cuba y Chile, por ejemplo, han consolidado importantes avances en la lucha contra el hambre.

En Cuba

Cuba ha recibido y prestado conocimientos, en colaboración con la FAO, en proyectos para la seguridad alimentaria.

En conferencia de prensa, Marcio Porto, representante de la FAO en la isla, reconoció los esfuerzos que desarrolla la nación cubana para mejorar la producción y calidad de los productos alimenticios en beneficio de la población.

Cuba es uno de los estados de la región con más bajos índices de malnutrición y mayor seguridad alimentaria pues es voluntad prioritaria del gobierno la importancia de una buena nutrición en niños y embarazadas y para ello se incrementa el empeño para realizar programas que beneficien a todos, sobre todo a los niños.

Ejemplo de ello es la instauración en Cuba del proyecto 10589 de apoyo al Programa Nacional de Prevención y Control de la Anemia en niños menores de cinco años de edad, embarazadas, madres lactantes y personas mayores de 65 años.

El objetivo es disminuir la anemia en un 20 por ciento en menores de tres años y un 10 en menores de cinco, realizar aportes al gobierno para fomentar las capacidades de producción local y garantizar la evolución del proyecto.

Proyectos similares en cooperación con el PMA permiten suministrar meriendas a base de galletas y líquidos con lactoso y enriquecidos con micronutrientes para los niños de la enseñanza primaria y en centros internos y seminternos una ración de leche vitaminada y distribuye una ración de aceite vegetal para la elaboración de almuerzos y comidas a este sector de educación.

Todos los programas cuentan con la contribución de la Federación de Mujeres Cubanas(FMC), brigadistas sanitarios, atención primaria a la salud, medios de difusión masiva, monitores del PMA, el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología, el Programa Materno Infantil y los Trabajadores Sociales,

Con la ayuda del PMA se implementan estos proyectos en todo el país bajo el lema "Seguridad Alimentaria Mundial,los retos del cambio climático y bioenergía".

Con hambre y sin esperanzas

Más de 100 mil millones de personas en el mundo padecen hambre

En el planeta sufren desnutrición en su fase más grave 19 millones de menores de cinco años. El tema de los altos precios de los alimentos y la intención de algunos de convertir el sustento para nuestras vidas en biocombustibles, han pasado a un segundo plano mediático o hasta han desaparecido de los informativos, aunque este asunto amerite la mayor atención.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), dio a conocer que el 16 de octubre, instituido por la ONU como el Día Mundial de la Alimentación, se celebra cada año en un contexto dramático, marcado no solo por el aumento en lo que va de 2008 de 75 millones de personas con hambre o desnutridas, que ya suman 923 millones en todo el planeta, sino también por la convicción de que no se alcanzará ninguno de los ya archiconocidos Objetivos del Milenio que preveían la reducción a la mitad del número total de hambrientos para el año 2015.

Los datos sobre el hambre en 2008 son deplorables. Después de cinco o seis años de supuesta estabilización, el planeta está por llegar a la alarmante cifra de mil millones de malnutridos, lo que contrasta con los 200 000 millones de dólares gastados por EE.UU. para afrontar su crisis inmobiliaria, los 1950 millones despilfarrados en la guerra de Iraq, o los 700 000 millones para «rescatar» a las empresas financieras.

El empeoramiento de la situación tiene como protagonista principal a la crisis alimentaria mundial, motivada a su vez por la subida de los precios agrícolas, la especulación y el alza del petróleo. A ello se suma que, pese a la globalización y al mercado libre, muchas materias primas son controladas por una quincena de actores en el mundo, que influyen en el destino de millones de personas.

El problema del hambre no radica en la producción de alimentos, ya que la cosecha de 2008 bastaría para dar de comer a 9 000 millones de personas; el problema está en la desigual distribución de ese recurso básico.

Lo cierto es que cada 16 de octubre, instituido con la finalidad de concientizar a las poblaciones sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza, pasa inadvertido para muchos que, concentrados totalmente en la crisis financiera y otros asuntos que nada le aportan al bienestar de la humanidad, no se han percatado de que el dilema alimentario sigue ahí, y que incluso podría empeorar.

Fuentes