Daniellys Betancourt León
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Daniellys Betancourt León. Conocida también como la “China”, destacada revolucionaria del municipio Minas, fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) e integrante de las milicias, la cual fue ejemplo de heroísmo y entrega ilimitada a la causa de la Revolución Cubana.
Síntesis biográfica
Nació el 3 de noviembre de 1945 en el municipio Minas, hija de Ángel Batancourt Seijó y Clara León Castellanos. Fue una de las seis hijas de este matrimonio.
Estudios
Comienza la enseñanza primaria a los siete años en la escuela pública Salvador Cisneros Betancourt a pocas cuadras de su casa. En esta escuela alcanzó el sexto grado. Al terminar la enseñanza primaria debido a la numerosa familia y a la mala situación económica por la que atravesaba su núcleo familiar se incorpora con solo 12 años a trabajar en casas particulares, limpiando y realizando cualquier otra labor que le asignaran. Así transcurre la infancia y adolescencia de esta joven que al igual que otros niños se ven forzados a abandonar juguetes y sueños para desarrollar una madurez precoz que es capaz de enfrentar la realidad de un país desgobernados por políticos de turno.
Actividades realizadas
El triunfo abre para la China, al igual que para todos los cubanos un futuro luminoso. Ella por haber sufrido tanto de niña la miseria y vejámenes de la seudo república, tenía conciencia del pasado y de lo que representaba el presente, de las oportunidades que abrían, no solo ella sino a la sociedad completa. Por eso, se abrazó tan fuertemente a la revolución.
Sólo contaba con 13 años y ya quiere participar en todas las actividades, siente gran admiración por los lideres de la revolución cubana Fidel, Camilo, El Ché son sus ídolos, así establece rápidamente amistad con compañeros militares y combatientes del Ejercito Rebelde por los que sentía gran admiración y respeto.
Llegaron días diferentes, difíciles, abril de 1961, nuestra revolución fue invadida por mercenarios al servicio del imperialismo yanqui, nuestro pueblo le dio una inolvidable lección al derrotarlos en solo 72 horas, en las arenas de Playa Girón. Allí estaba la china para aportar su granito de arena, no en el frente de batalla pero sí supliendo el trabajo de compañeros que habían sido seleccionados para ir al combate. Voluntad y coraje le sobraban e implícito fuertemente su ser, como quien agarra con fuerza una luz vivificadora, se hallaban concentradas las enseñanzas e ideas de las mujeres revolucionarias desde Clara Zetkin, porque sabía que la hipócrita moral burguesa de las sociedades explotadoras. Esa diferencia no cabía en ella.
Cuando la crisis de octubre, las milicianas de Minas fueron acuarteladas en la antigua jefatura de la policía. La China aún no era miliciana, pero se pasaba casi todo el día en ese lugar compartiendo con las compañeras y decidida a marchar con ellas cuando así lo dispusieran.
Más tarde le dieron ingreso en las milicias, su cuerpo diminuto daba gracia vestida de verde olivo. Cuando en 1963 el ciclón Flora azotó nuestro país la China se movilizó de inmediato, comenzaron a tomarse las medidas preventivas y en pleno ciclón anduvo evacuando personal que corría peligro, para ello viajó a lugares apartados del municipio, luego en los albergues se destacó por su dinamismo, cocinando repartiendo comida y sobre todo animando a los compañeros con ese carácter optimista.
Prefería asistir a una movilización en lugar de una fiesta, pero como joven al fin en una ocasión fue a una actividad a la presa Santa Cruz donde compartió con muchos compañeros y donde decide cambiarse el nombre por el de Daniellys.
Fundadora de la FMC se mantuvo desde su inicio a la vanguardia, al igual que en los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) donde desempeño el cargo de presidenta de la cuadra, siempre con esa calidad suya de entusiasmar a quienes le rodeaban. No predicaba vanamente, lo hacía con el ejemplo, si había un trabajo voluntario era la primera en ponerse en pie para trabajar y la última en terminar, vigilante, intransigente con lo mal hecho, todos los vecinos la respetaban y la querían.
De las tantas movilizaciones que asistió, hubo una que merece ser destacada; fue realizada en Sierra de Cubitas en el mes de febrero de 1964, tenía como objetivo hacerle ruedos a las plantas de naranja. Esta duro una semana y y llevaba como divisa “Por lecho el suelo y por techo el cielo”, dormían y comían en el mismo campo donde trabajaban, por las noches improvisaban camas de saco y sobre la hierba o hamacas desafiaban el el frio y demás dificultades, así la China se mantuvo hasta el final.
En una ocasión se le pidió al pueblo el apoyo para trabajar 10 horas en el centro de acopio de Las Mercedes producto a la culminación de la zafra, se movilizaron un grupo de compañeras, dentro de ellas la China la cual operó el Winche como si fuera un hombre.
En 1970 es creado el batallón Mariana Grajales fuerza femenina del regional Nuevitas de entonces, que hizo grandes aportes a la economía en sus movilizaciones a la agricultura, dentro de este se creó una compañía especial a la vanguardia que se llamó Bon Invasor “Loto Rojo”, este estaba destinado a desarrollar apoyo donde fuera necesario, en este la China desarrolló múltiples actividades.
Muerte
En 1970 se movilizan para la gran siembra de primavera, hacía solo 9 días que permanecían albergadas en el campamento Flor de Mayo en Sierra de Cubitas, especie de cuartel general de donde se dirigían hacia distintos puntos que requerían sus fuerzas.
El 19 de junio fueron a sembrar caña a Santa Elena perteneciente a los campos que abastecían al antiguo ingenio Sierra de Cubitas perteneciente al poblado de Lugareño. Decenas de federadas se encontraban el rudo trabajo de la caña, como siempre la China iba a la vanguardia, una pausa y reparte la merienda a sus compañeras y se incorpora de nuevo al trabajo. Ese día tenía pase de fin de semana y se lo sede a su hermana María, se encontraba alegre como siempre. Su brazo enérgico alza el machete y pica y repica la caña dedicada a la siembra, ya era una experta en esa labor, mientras el cielo comienza a nublarse, a lo lejos se ve que llueve; comienzan a caer algunas gotas de agua y dan la orden de salida del campo; junto a un grupo de compañeras sigue trabajando quería concluir su surco, machete en mano, sudoroso, alzado por encima de su cabeza, cae fulminada por una descarga eléctrica en medio de su surco; todos corrieron con la esperanza que no es grave, la entierran en el fango, pero la realidad se impone, es cruel, estaba muerta.
Cientos de personas velaron su cuerpo en la humilde casa donde había nacido y hecho mujer, se efectuaron guardias de honor por sus compañeras de Loto Rojo y demás dirigentes del territorio. Su entierro fue acompañado por una banda de música. Parecía mentira que tanta alegría, amor a la vida, tanta fuerza y energía se encontraran encerradas en el pequeño espacio de un ataúd, todavía sonaban en los oídos de sus compañeras su voz y alegre sonrisa.
Daniellys es un ejemplo de mujer en nuestra revolución, 10 años dedicados por entero a las tareas de la revolución.
En su memoria en medio del surco en que cayó, fue erigido un monumento, pegado como ella a la tierra, desafiando la lluvia y la tormenta, el frio y el sol como lo hiciera la China, donde se lee:
Daniellys Betancourt León
“La China”
“Cayó en este lugar el 19 de junio de 1970
realizaba labores de la siembra de cañas
en el Batallón Femenino “Mariana Grajales,
víctima de una descarga eléctrica”
Fuente
Documentos de la Federación de Mujeres Cubana, Minas.
