Danza Moderna en Cuba. La cargada una forma más de movimiento (Libro)

Revisión del 14:43 29 may 2019 de Javiermartin jc (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Danza Moderna en Cuba. La cargada una forma más de movimiento.
Información sobre la plantilla
Danza Moderna en Cuba. La cargada una forma más de movimiento (Libro).JPG
Resume la trayectoria artística y docente de Fidel Pajares Santiesteban, quien llegó desde su Cuba natal para compartir con profesores y estudiantes de las universidades venezolanas sus experiencias como ejecutante y promotor de danza contemporánea.
Título originalDanza Moderna en Cuba. La cargada una forma más de movimiento.
Editorial:Fondo Editorial Universidad Pedagógica Experimental Libertador (FEDUPEL)
GéneroDidáctico
ISBNISBN 980-273-212-5

Danza Moderna en Cuba. La cargada una forma más de movimiento (libro). Resume la trayectoria artística y docente de Fidel Pajares Santiesteban, quien llegó desde su Cuba natal para compartir con profesores y estudiantes de las universidades venezolanas sus experiencias como ejecutante y promotor de danza contemporánea.

Identidad cubana en la danza moderna

El estudio de la estética es de vital importancia para la danza como para cualquier manifestación artística, su profundización futura servirá para resguardar el arte danzario, ya que la proveerá de las herramientas necesarias a un mejor entendimiento y adecuación de su labor como obra artística. Para esta finalidad, la historia de la estética ha brindado un esquema y una estrategia al presentarla como la ciencia que estudia las leyes generales de la creación artística. Para lograr esta finalidad se analizarán una serie de obras en las que se podrán dilucidar el rumbo emprendido por esta manifestación artística como tal, en el nuevo estilo coreográfico, junto con la nueva manera de ver la danza teatral cubana y los nuevos elementos artísticos a desarrollar.

En el libro “La danza contemporánea cubana y su estética” insistía, que, “También nos ocuparemos de la labor realizada por los discípulos de Ramiro Guerra como puente para los nuevos creadores de las nuevas generaciones que seguirán la estrategia estética de vanguardia y tradición que Ramiro promulgó desde sus inicios. Ellos son: primera generación: Eduardo Rivero, Santiago Alfonso, Víctor Cuellar. Segunda generación: Marianela Boán, Rosario Cárdenas, Narciso Medina. Tercera generación: Jorge Abril y Lídice Núñez. Indagaremos a través de sus propias visiones internas y externas, los elementos donde se encuentre el credo estético de cada uno de ellos.

Todo esto podrá brindarnos un ordenamiento orgánico que determinará la mecánica de inducción a cada capítulo. Para ello hemos desarrollado un sistema categorial que orientara el rumbo emprendido y el lugar donde se puedan ubicar estas células estéticas. Este sistema está basado en los siguientes temas generales: procedimientos técnicos claves en nuestra experiencia danzaria, los resortes de nuestra cultura en el nuevo concepto de “Danza e Identidad”, lo humorístico y lo dramático en la Danza Contemporánea Cubana, Concepción de nuestros creadores entre él publico y su obra, tema o fuente de inspiración danzaria, el abstraccionismo y la narratividad en la danza, estructura de la obra en el desarrollo de la Danza Contemporánea, sobre qué estética danzaria han incursionado los creadores cubanos dentro de la Danza Moderna, Danza Contemporánea, Danza Teatro o la Danza Posmoderna, influencia de la obra de Ramiro Guerra en las subsiguientes generaciones de creadores contemporáneos, las obras más representativas de cada creador, estética particular de la Danza Moderna o Contemporánea Cubana, nivel de satisfacción de cada creador dentro de esta estética danzaria o dentro de la cadena histórica de nuestra danza” (en qué consiste este nivel de satisfacción).

Hacer un análisis sobre la estética de esta manifestación danzaria, no sería más que resaltar aquellos elementos que pueda incorporar la historia de la danza cubana a la danza universal. Estas reflexiones van encaminadas principalmente a ubicar como proceso estético, algunas de las características que han tipificado al cubano como cuerpo, como son la gestualidad, la sensualidad, la virilidad y la sinuosidad, aspectos de nuestra identidad que han ayudado a configurar la estética de esta manifestación danzaría, ya que su precursor exploró y la encaminó sobre los resortes de nuestra cultura en varias vertientes del desarrollo danzario y teatral de la época.

En Cuba el desarrollo de la danza moderna, danza teatro y danza postmoderna, ha sido realizado por Ramiro Guerra. Su constante de vanguardia y tradición, dictó la línea estética del desarrollo de la danza teatral cubana. De ahí que su obra objeto de estudio como fenómeno estético constituya el punto de partida para nuestro estudio. Para esa finalidad, la historia de la estética ha brindado un esquema y una estrategia al presentarla como la ciencia que estudia las leyes generales de la creación artística. Ramiro Guerra ha vivido tan profundo la gestualidad de nuestra danza que la ha llegado a considerar como “la expresión culta de un pueblo alentado por sus fuentes primigenias

La gestualidad

Al estudiar nuestra gestualidad como parte de nuestra identidad en el suceso danzario, es de obligatoriedad recurrir a las profundas reflexiones y estudios que ha realizado Ramiro Guerra en defensa de nuestra cultura gestual. En los albores de su carrera alerta sobre el estudio del gesto en la raza negra, en 1948 escribe y publica, en la Revista Prometeo, un artículo que ha quedado como legado a la teorización danzaria, posible aporte de la danza negra a la danza universal, donde hace un profundo estudio sobre el éxtasis en la danza.

Años más tardes, en 1959 escribe y publica en “Lunes de Revolución”, Hacia un Movimiento de Danza Nacional, donde refiriéndose a la riqueza gestual traída de África afirmaba: “¿Es posible crear una manifestación artística nuestra, con elementos de nuestra cultura y relegar ese importante factor de nuestra sociedad a un lado?. Ellos constituyen unos de los pilares del arte musical cubano y también del coreográfico. Su poderosa agilidad rítmica, su expresividad física, su impulso dionisiaco, su calidad improvisatoria, son características imposibles de prescindir en la realización de una danza nacional... Después de entrenados buscar su colaboración para la gran obra y darles facilidades para provocar sus facultades creadoras, para así blancos y negros crear la danza que será expresión de nuestra cultura”.

Estudioso de la gestualidad del “cubano como cuerpo” y consecuente con aquella luz gestual que viera en los inicios de su carrera, de este barroquismo expresivo, publica en 1999 su libro “Coordenadas danzarias”, donde hace un recorrido etnocultural del gesto, hasta ubicarlo en la identidad. Profundo estudio que permite estudiar la proxemia en ese barroquismo, donde ubica nuestra psicología gestual como pueblo insular descendiente de españoles y africanos, con esa explosividad, esa insolencia, sensualidad, virilidad y esa sinuosidad que expresa el cubano con su lenguaje extra verbal.

Ese hondo sentido del gesto, lo vierte en la metodología de la técnica que venía desarrollando desde 1948, dejando así por escrito: una metodología para la danza moderna. Con estas bases científicas-gestuales, forma a la primera generación de bailarines, profesores y coreógrafos del conjunto, dentro de los que se encuentran Eduardo Rivero, Santiago Alfonso y Víctor Cuellar. El Sistema Nacional de Enseñanza de la Danza Moderna, asimila la esencia de esta metodología como concepto técnico danzario oficial para la formación de los futuros bailarines. Como se puede apreciar, la riqueza gestual del cubano, al tomar categoría técnica, artística y estética, constituye uno de los presupuestos técnicos fundamentales del bailarín de la danza moderna, así, para Eduardo Rivero, uno de los elementos fundamentales de nuestra identidad es la gestualidad que nos caracteriza. Ese barroquismo gestual es analizado a través de sus obras “Okantomí” y “Sulkary”, donde se desarrolla la esencia de ese lenguaje extraverbal del pueblo cubano como es el de las manos y brazos en jarra. Santiago Alfonso en su concepción estética ha desarrollado esa gestualidad en el cabaret cubano.

En este sentido se puede observar que como egresados de la escuela, formados dentro de los parámetros de la metodología de la técnica cubana de la danza moderna, el trabajo gestual, en su sentido contemporáneo es el centro de proyección metodológica de las nuevas generaciones de profesores, intérpretes y creadores. En esta ocasión es necesaria la referencia una vez más a la formación folklórica del bailarín de danza moderna desde el punto de vista ético y estético.

Se puede observar como los egresados de la Escuela Nacional de Danza, formados en el principio del “Trabajo de las diferentes partes del cuerpo”, como concepto contemporáneo, el trabajo gestual es el centro de la proyección de las nuevas generaciones. Así buscando la constante renovación dentro de ese principio de vanguardia, Marianela Boán y Rosario Cárdenas lo encuentran y lo desarrollan sus propuestas a través del trabajo de los huesos y los niveles energéticos, Narciso Medina busca su gestualidad a partir de la respiración como centro motor del movimiento, y Lídice Núñez se interna en su búsqueda a través de la sensopercepción danzaria y los fluidos energéticos.

Sensualidad y virilidad

La sensualidad y virilidad que caracterizan a la personalidad del pueblo cubano, llega por dos vertientes, el machismo español por un lado, y fundamentalmente por las características que personifican a algunas de las deidades del panteón Yoruba más veneradas por el pueblo, como Yemayá, dueña el mar y diosa la maternidad, Shangó, dios de la virilidad y la guerra, Oshún, diosa de la sensualidad y la belleza, por citar sólo algunos ejemplos.

Estas danzas originarias de África van a dar como resultado en su largo proceso de transculturación como acuñara Fernando Ortiz, a los bailes sagrados y paganos de nuestra cultura. La sensualidad y virilidad de ese primer repertorio las podemos estudiar, inclusive, con los títulos de aquellas primeras coreografías: “Mambí” reseñaba la gesta libertadora de las luchas mambisas, en una relación del mambí que muere y la posición que asume la madre mambisa. “Mulato”, crónica amorosa del mulato en la república con la señorita adinerada.

“Orfeo Antillano”, la relación de Orfeo con su novia, y la traición de la muerte a través de la belleza de las mujeres para atraerlo hacia ella. Como pedagogo, Ramiro Guerra desarrolló toda una gestualidad sensual, viril, dentro de las calidades de movimiento de la danza que proclamaba, como creador eleva a categoría artística estas raíces de la cultura cubana, al tomarlas como base del desarrollo estético de su obra coreográfica. Esto se reflejó en un repertorio de hondo sentido de cubanía.

Carácter sinuoso del movimiento

El subtexto y el doble sentido del carácter sinuoso -ocultamiento del propósito al que se dirigen- del movimiento le ha servido a la danza contemporánea cubana en su proyección artística. “El dije esto para decir aquello”, sintomático de lo sensual y viril de nuestra gestualidad, que va desde una simple aparente e ingenua mirada, para desvestir a cualquier mujer que pase, o el guiño femenino que le provoca taquicardia al hombre que la observa. Son ejemplos, que con un acompañamiento gutural del carraspeo de garganta, o una entonación nasal, pasan del gesto al piropo. Ejemplo: “Niiiña... que Oshún te bendiga”.

Pero, es que acaso, esa sinuosidad no estará en su discípulo Eduardo Rivero al expresar: “Cuando empecé a hacer coreografías estudié sus obras, pero ya no como bailarín, sino como coreógrafo, buscándole el aliento vital que yo sabía que tenían, porque al bailarlas lo sentía y quería que los bailarines que bailaran las mías sintieran lo mismo”. ¿Qué quiso decir con “aliento vital?”: algo que no se ve, pero que sin embargo era vital en la danza de su maestro. Santiago Alfonso que ha vertido esa sinuosidad que contiene la espiritualidad socio-cultural de nuestro movimiento, en el cabaret cubano, exige que el bailarín de cabaret tenga que bailar con todo el cuerpo: con los ojos, las manos, los codos, la cadera, las piernas, etc.

El estudio de lo sinuoso en el movimiento les ha servido a los jóvenes creadores para incursionar, además en la ondulación del movimiento, otra de sus acepciones, en los métodos contemporáneos de búsqueda de nuevos lenguajes y códigos danzarios de vanguardia.

Venezuela impulsa expresión danzaria

El vicerrectorado de extensión de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, comprometido con la difusión de las manifestaciones culturales venezolanas y latinoamericanas, presentó a los interesados en la expresión danzaria y al público en general, el libro de Fidel Pajares, el cual contiene pasión por el movimiento danzario.

Índice

  1. El autor /1
  2. Introducción y agradecimiento /3
  3. Reseña Histórica /7
  4. Antecedentes /9
  5. Definición de Cargada /10
  6. Capitulo I Ramiro Guerra /12
  7. Capitulo II Discípulos de Ramiro Guerra /21
  8. Capitulo III Clase de Cargada /36
  9. Asteriscos /81
  10. Anexos /82

Datos del autor

Fidel Pajares, autor del libro

Fidel Pajares Santiesteban, coreógrafo, asesor teatral, investigador e historiador. Nace en Nuevitas, Camagüey, Cuba, el 23 de marzo de 1952. Inicia sus estudios de danza en la Escuela Nacional de Arte (Danza Moderna y Folklórica, 1965-1971). Se desarrolló como bailarín en el Conjunto Nacional de Danza Moderna de Cuba, más tarde Danza Nacional de Cuba, actual Danza Contemporánea de Cuba. Durante 1995, 96 y 97 se establece en Venezuela, donde impartió talleres sobre Técnica de Cargada para bailarines contemporáneos, Expresión Corporal, Técnica de Danza Moderna y Folklore cubano, además de brindar conferencias representando a Cuba en varios eventos tanto en Venezuela como en Cuba.

Fuentes

  • Consejo Nacional de Casas de Cultura. Danza Moderna en Cuba. La cargada una forma más de movimiento. Venezuela : Fondo Editorial Universidad Pedagógica Experimental Libertador, (FEDUPEL). 1998