Depresión endógena

Revisión del 17:05 8 abr 2019 de Javiermartin jc (discusión | contribuciones) (Texto reemplazado: «<div align="justify">» por «»)
Depresión endógena
Información sobre la plantilla
Depresión endógena2.jpg
Estado depresivo que se produce sin que hayan intervenido factores externos que la desencadenen; a menudo está relacionada con factores hereditarios.
Forma de propagación:Genética y psíquica.

Depresión endógena. Es una de las enfermedades psíquicas más frecuentes en la actualidad; la causa del sentimiento tiene su origen en nuestra propia conformación biológica, cerebral o hormonal, es decir, determinadas personas, por sus antecedentes familiares y carga genética, tienen más predisposición a sufrir depresiones psíquicas, lo cierto es que nuestra propia genética nos predispone.

Epidemiología

Las cifras de prevalencia de la depresión varían dependiendo de los estudios, en función de la inclusión tan sólo de trastornos depresivos mayores o de otros tipos de trastornos depresivos. En general, se suelen recoger cifras de prevalencia en países occidentales de aproximadamente 3 por ciento en la población general, y para el trastorno depresivo mayor, una incidencia anual del 1 al 2 por mil. Según la OMS en el mundo hay más de 350 millones de personas con depresión.

Estudios y estadísticas parecen coincidir en que la prevalencia es casi el doble en la mujer que en el hombre, aunque no son pocos los trabajos que cuestionan esta asimétrica incidencia: existen estudios que indican que la depresión en el hombre es mucho menos admitida y su sintomatología reporta de manera diferente.

Algunos factores estresantes vitales, como el nacimiento de un hijo, las crisis de pareja, el abuso de sustancias tóxicas (principalmente alcohol) o la presencia de una enfermedad orgánica crónica se asocian con un riesgo incrementado de desarrollar un trastorno depresivo mayor. En cuanto a la asociación familiar debida a factores genéticos, la existencia de un pariente de primer grado con antecedentes de trastorno depresivo mayor aumenta el riesgo entre 1,5 y 3 veces frente a la población general. La mayor duración del primer episodio y el mayor número de episodios en la vida de aquellos con depresión de inicio temprano se debe a la falta de detección y tratamiento oportuno en jóvenes.

Síntomas

  • Cambio en los patrones de sueño, tales como no dormir lo suficiente, tener sueño agitado, o querer dormir más de lo normal.
  • Falta de concentración e incapacidad para concentrarse en las cosas.
  • Pérdida de interés en las cosas que solían ser agradables.
  • Sensación de letargo.
  • Desesperanza, desesperación, sentimientos de inutilidad.
  • Tristeza.
  • Dificultad para recordar cosas.

Diagnóstico

La delimitación entre la depresión endógena, francamente rara en la fase prepuberal y algo más frecuente después de ella, y las depresiones exógenas de origen psíquico o condicionado por factores orgánicos, a menudo resulta muy difícil. La duración varía entre un corto período o varios años, en cuyo caso el pronóstico se torna más desfavorable a medida que la depresión se prolonga, sobre todo, por el riesgo de suicidio.

La mayoría de estos niños son presa de crisis de tristeza o pesimismo inmotivados. La predisposición endógena a la depresión puede acentuarse, a través de un mecanismo reaccional, en respuesta a la actuación de factores exógenos imprevistos o cuando los niños, por su dificultad de aprendizaje escolar, inseguridad y debilidad de concentración, son acusados de pereza mental y desidia y sometidos a medidas disciplinarias.

Tratamiento

La depresión endógena puede ser un poco más difícil de tratar en un primer momento debido al hecho de que a menudo no hay ninguna razón por la cual la persona debe estar padeciendo de depresión. Uno de los primeros pasos para obtener ayuda es ver a un profesional de la salud para una evaluación. Los tratamientos no siempre funcionan de inmediato, pero después de un período de tiempo se ven los resultados.

Es muy importante ser franco y honesto con el médico acerca de cualquier síntoma y sentimientos que puede experimentar si piensa que sufre de depresión endógena biológica, para que puedan ofrecerle el mejor tratamiento posible. Con la información adecuada, el médico o terapeuta puede estar seguro de elegir el medicamento adecuado y/u otros tratamientos que mejor se adapten y funcionen para el paciente.

Independientemente de que se llegue a un diagnóstico fino del tipo de trastorno depresivo, si la situación anímica supone una limitación en las actividades habituales del paciente, o una disminución de su capacidad funcional en cualquiera de sus esferas (social, laboral, etc.), se considera adecuada la instauración de un tratamiento. El fin del tratamiento es el de mejorar la situación anímica, así como restaurar un adecuado funcionamiento de las capacidades socio-laborales y mejorar, en general, la calidad de vida del paciente, disminuyendo la morbilidad y mortalidad, y evitando en lo posible las recaídas.

La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos.

Fuentes

  • Michael Hertl. Diagnóstico diferencial en Pediatría. Pág. 172. Edición Revolucionaria. La Habana. Cuba. 1982.
  • Información sobre Depresión endógena. Consultado: 22 de marzo de 2014. Disponible en:www.ladepresionendogena.com
  • Información sobre Depresión endógena. Consultado: 22 de marzo de 2014. Disponible en: www.depresionendogena.com
  • Información sobre Depresión endógena. Consultado: 22 de marzo de 2014. Disponible en: www.es.wikipedia.org