Diego de Siloé

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Diego de Siloé
Información sobre la plantilla
Diego de Siloe (Sagrada Familia) (Small).jpg
Nacimiento1945
Burgos, Bandera de España España
Fallecimiento1563
Granada, Bandera de España
Nacionalidadespañola
Ciudadaníaespañola
OcupaciónArquitecto y escultor

Diego de Siloé. Fue un escultor y arquitecto burgalés, hijo del maestro escultor gótico Gil de Siloé.

Biografía

Nacido en 1495 y fallecido en el año 1563, Se formó con su padre, el escultor Gil de Siloé, y merced a una estancia de dos años en Italia, entró en contacto con el arte renacentista. Precisamente por ello, Diego de Siloé es una de las grandes figuras del Renacimiento español, al que aportó un elegante dominio de los esquemas italianizantes, enriquecidos a menudo con una profusa decoración, tendencia heredada quizás de su padre.

En 1517 se estableció en Burgos, donde realizó la escalera dorada de la catedral, considerada una de las obras maestras del Renacimiento hispánico. En la propia catedral de Burgos se le deben varias obras en la capilla del Condestable, en particular el retablo mayor, esculpido en colaboración con Vigarny. Sus figuras, poderosas y monumentales, se enmarcan en espacios arquitectónicos de claro sabor italianizante.

Trabajó en diferentes localidades de Castilla antes de trasladarse en 1528 a Granada, donde labró las estatuas orantes de los Reyes Católicos para la Capilla Real. En Andalucía, donde trabajó principalmente como arquitecto, dejó dos grandes creaciones: la catedral de Granada y la iglesia de San Salvador de Úbeda. En la primera, de la que se ocupó a partir de 1528, partió de los planos trazados por Enrique Egas, pero introdujo en ellos modificaciones sustanciales para crear un templo de cinco naves en el que demostró su gran dominio del espacio; resulta particularmente notable la concepción de la cabecera, constituida por la capilla mayor y la girola y precedida por siete espectaculares arcos de medio punto, de los que se derivan singulares efectos espaciales.

Siloé compaginó el trabajo en la catedral de Granada, en la que se le debe también la decoración escultórica de algunas puertas, con la dirección de las obras del Colegio de los Irlandeses, en Salamanca, en el que trazó un patio de un clasicismo impecable.

Fruto de sus viajes serán las novedades técnicas y decorativas que en España introduzca, habiendo sido bautizado hoy en día, como uno de los mejores ejemplos del Renacimiento español gracias, entre otras cosas, a los nuevos elementos que une a los tradicionales. Según Camón Aznar, las novedades que el español aporta son los grandes pilares, a los que adosó columnas con altos plintos, los gruesos arcos a la curva de las rotondas e imaginó composiciones de grandeza romana, con frontones sobre columnas, sus temas ornamentales itálicos y la recreación de paños que parecen mojados. Por otro lado, como ya se ha dicho, sus primeras obras conservan importantes vestigios del gótico- como el uso de las nervaduras medievales para decorar las bóvedas- heredados de su padre, Gil de Siloé, presente, al menos, en sus primeros trabajos.

En el plano más general, Siloé ejerció un profundo influjo en la escultura y arquitectura en España aunque sin duda podríamos resaltar la honda huella que en Granada el burgalés deja. Tanta fue así que la influencia que su obra traspasó el Renacimiento y constituyó allí la base del siguiente periodo, el Barroco.

Diego de Siloé en Burgos

En su ciudad natal, Burgos, Siloé realizó decenas de obras. Entre todas destaca la escalera dorada de la Catedral, obra realizada entre 1519 y 1523 e inspirada en un dibujo de Bramante, mostrando la clara influencia italiana propia de sus obras. Divida en dos tramos de escalinatas paralelas, llamó la atención por la forma en la que el artista supo superar los inconvenientes del terreno, muy desigual.

Suya es del mismo modo la torre de la iglesia de Santa María del Campo, considerada la más espléndida del Renacimiento; la capilla del Condestable de la Catedral, donde, según Martín González, colocó figuras movidas, llenas de dulce espiritualidad; o el retablo de Santa Ana, obra iniciada por su padre y concluida por él mismo.

Granada

En 1527 y tras unos diez años de incesante trabajo en Castilla Siloé se traslada hasta Granada donde realizó el resto de su obra, principalmente en el campo de la arquitectura y de carácter muy distinto al anterior: enteramente purista.

La mayor y más genial de sus obras fue la catedral de Granada, obra erigida a partir de los planos propuestos por Enrique Egás quien se fijó en la catedral de Toledo, copiando la planta de cinco naves que alternaban capillas anchas y estrechas. La obra, comenzada en 1528, muestra rasgos plenamente clasicistas en las bóvedas, las columnas y hasta en la capilla mayor, que posee dos altares organizados de estilo romano.

Además del espacio cubierto, Siloé dejó su impronta como escultor en la catedral, con tres composiciones magníficas: la portada del Ecce Homo, realizada en 1531; la de San Jerónimo, del año siguiente; y la más esplendorosa, la portada del Perdón, que resulta una verdadera obra de arte en miniatura. Es gracias a este tipo de obras por las que situamos a Siloé por encima del resto de sus compañeros y hacen de él el más grande decorador del Renacimiento español.

Tras el éxito en la Catedral, Siloé participó en los diseños de otras obras como la iglesia de San Jerónimo de Granada, las catedrales de Guadix y Málaga, la iglesia de Izanalloz y Montefrío, así como en las obras de la Iglesia del Salvador de Úbeda, excelente edificio hoy profundamente admirado y visitado.

Proyectos

Otros de sus proyectos más destacados son la Iglesia de la Encarnación de Íllora (espléndida muestra de la arquitectura de transición del gótico al renacimiento construida entre 1542 y 1573, en la que también participó uno de sus discípulos, Juan de Maeda) y la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda, concebida como lugar de enterramiento de la familia Cobos. Tiene una nave central de tres tramos, capillas laterales entre contrafuertes y una cabecera circular cubierta con una gran cúpula. Por último, habría que señalar la proyección de su arquitectura en España (catedrales de Almería, Málaga y Guadix) y en la América española, en las catedrales de Guadalajara (México), Lima y Cuzco (Perú).

Pero la obra de este artista sin par no sólo se subscribe al sur peninsular y al entorno burgalés, pues, de su imaginario surgió uno de los conjuntos funerarios más fascinantes con los que cuenta la Comunidad Autónoma Vasca, el Mausoleo del que fuera Presidente de la Chancillería de Granada, el Obispo Rodrigo Mercado de Zuazola. Esculpido en mármol blanco, lleno de grutescos y de escenas alegóricas y que se puede admirar en la Capilla de la Piedad de la Iglesia de San Miguel Arcángel (Oñate).

Fuentes