Diez de Octubre

Revisión del 23:00 26 mar 2010 de Ivet jc (discusión | contribuciones) (Toma de la Habana por los ingleses)

Plantilla:Territorio El municipio de Diez de Octubre se constituye como tal en 1976, al establecerse en todo el país la nueva División Política-Administrativa aprobada por el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en diciembre de 1975, plasmada jurídicamente mediante la Ley 1304 del 5 de junio de 1976, aunque su historia se remonta al siglo XVI. Toma su nombre de una de las primitivas vías de comunicación que atravesaba el territorio con dirección norte-sur, comunicando la Villa de San Cristóbal de La Habana con el interior garantizando el traslado de ganado y productos agrícolas para la subsistencia de sus moradores. En sus inicios fue llamado Camino Real del Sur y posteriormente se le conoció como Camino de Jesús del Monte, tomando este nombre de la ermita de Jesús el Buen Pastor, construida en una elevación próxima. Ya en el siglo XVIII adquirió el rango de Calzada y en 1918, por solicitud de la Asociación de Emigrados Revolucionarios, cambió el nombre por el de Diez de Octubre como homenaje al inicio de nuestra gesta libertadora.

Historia

Etapa Colonial

El 28 de octubre de 1492 Cristóbal Colón desembarcó en la costa norte de Cuba.

Hacia el verano de 1510, ya bojeada la Isla, llega Diego Velásquez con un grupo de españoles. Comienza la ocupación de Cuba y desde 1511 hasta 1515 se produce la fundación de las primeras siete villas.

La de San Cristóbal, establecida inicialmente en la costa sur de La Habana, fue trasladada junto al Puerto de Carenas, en la costa norte, según se cree en 1519.

La necesidad de sus moradores de extender hacia los territorios cercanos las zonas de cultivos de subsistencia determinó la aparición de caminos que enlazaran la Villa con el interior. Esto se remonta a fecha anterior a 1557, pues ya en ese año el cabildo convoca a los vecinos para que cooperen con el arreglo de los mismos que habían sido destruidos por un huracán. Estos caminos fueron tomando distintas denominaciones, entre ellos se encontraban el “Camino de Matabanó”, nombrado más tarde “Camino Real del Sur” por donde entraba en la capital la mayor parte de los abastecimientos y que fue el más significativo para la historia de nuestra localidad y su futura evolución económica y social.

Hasta el presente ha sido imposible hallar evidencias materiales de asentamientos aborígenes en el área que abarca nuestro municipio en la actualidad. La permanencia en nuestra toponimia de vocablos tales como Luyanó, Uyanó, Maboa y otros sugieren esta posibilidad.

Durante el siglo XVI y hasta fines del XVIII se otorgan las primeras mercedes en el territorio, se desarrolla la agricultura de subsistencia, así como el cultivo de la caña de azúcar y el tabaco.

El dato más antiguo referido al territorio se remonta a 1558, año en que aparece mencionado un lugar denominado Sabana de la Mula, destinado por el Cabildo a apacentar el ganado manso que iba a ser sacrificado, sitio que corresponde a las actuales Calzadas de Diez de Octubre, Concha y Cristina.

Grabado del puerto y La Ciudad de La Habana visto desde la Loma de Jesús del Monte.

El primitivo Jesús del Monte se hallaba al sur de la villa de San Cristóbal, con una extensión aproximada de unas cinco leguas de superficie. Incluía las zonas que posteriormente fueron conocidas como: Luyanó, Víbora, Jacomino, Arroyo Apolo y Arroyo Naranjo.

La cercanía a la villa de San Cristóbal, los caminos que lo atravesaban, la fertilidad y topografía del terreno, así como las favorables condiciones climáticas, resultaron factores importantes para que se produjeran mercedes de tierra, primero; y el establecimiento de pobladores, después.

Actividades Económicas

Durante la segunda mitad del siglo XVI La Habana comenzó a adquirir importancia en virtud del fomento de las construcciones militares que debían defenderla de los ataques de los corsarios y por el establecimiento del régimen de flotas. De la América a España salían dos flotas: una desde Cartagena y Portobelo y otra de Veracruz.

Estas dos flotas debían reunirse en La Habana y luego emprender el viaje hacia España juntas, a través del canal de La Florida. Los viajes de las flotas empezaron a hacerse con regularidad desde 1581. La estancia de las flotas beneficiaba extraordinariamente a La Habana, puesto que tanto al venir de España como al regreso, los barcos necesitaban agua, leña, carne, viandas, frutas, cueros y otros productos de los cuales se abastecían en la villa; lo que determinaba que en varias leguas a la redonda se criara ganado y se cultivaran tierras con el propósito de abastecer a los miles de soldados, marinos y pasajeros que formaban parte de las flotas.

El otorgamiento de mercedes de tierra en la localidad se inicia aún antes de mediados del mencionado siglo, continúa durante la segunda mitad y se intensifica en el siglo XVII. Esas tierras, comenzando por las otorgadas en la zona de Luyanó, estarían dedicadas a estancias de labor y sabanas para pastoreo de ganado, actividades que tenían como objetivo abastecer la villa de San Cristóbal. Aparecen como beneficiarias de los otorgamientos personas de diferente extracción social desde Juan de Rojas y Francisco Colona, destacadas personalidades de la villa, hasta negros libres.

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Calle de Mangos. Actual calzada de Luyanó.

El cultivo del tabaco se desarrolló en Jesús del Monte desde los primeros años del siglo XVII. Los europeos habían aprendido de los indígenas a fumarlo desde mucho antes y ya en aquella época se usaba en Europa; aunque en Cuba solo se sembraba para el consumo y la venta a las flotas. En ese propio siglo fue surgiendo la agricultura cañera y se establecieron varios trapiches en el territorio. Factores importantes en el desarrollo histórico de Jesús del Monte son la presencia de numerosos caminos y serventías, en primer lugar el Camino Real del Sur, que atravesaba el territorio de norte a sur y enlazaba la villa con el campo o monte, por lo que posteriormente recibió el nombre de Calzada de Jesús del Monte. Esta vía fue durante varios años el principal camino por donde entraban los abastecimientos agrícolas y pecuarios a La Habana y conducía hasta Santiago de las Vegas, Bejucal y Batabanó.

Otra importante vía de comunicación era el Camino del Sudeste (Camino de Luyanó), el que fue con el tiempo la calle Mangos. El mismo conducía hacia Guanabacoa y San Miguel del Padrón. A principios del siglo XIX fue sustituida por la Calzada de Luyanó, que constituyó la más utilizada vía terrestre de salida de La Habana hacia el este hasta que se inauguró el Paso Superior de la Vía Blanca en 1947. Además de estos dos caminos principales, habían otros de segundo orden que atravesaban el territorio en distintas direcciones, como el camino de la Cruz del Padre o del Guanchero, coincidente en parte con la actual avenida de Mayía Rodríguez; la serventía de María Ayala, que seguía aproximadamente el rumbo de lo que es hoy la avenida de Dolores o “Camilo Cienfuegos”. También hubo caminos o serventías que al andar de los tiempos se convirtieron en importantes vías como las Calzadas de Concha y la de Porvenir.

El incesante tráfico de viajeros, carretas y arrías fue creando las condiciones para el surgimiento de cafés, fondas, herrerías y otros establecimientos necesarios para el abastecimiento y descanso del creciente personal que se movía por los caminos existentes en el territorio.

El Poblamiento

El poblamiento del territorio se fue produciendo en forma lenta y dispersa desde fines del siglo XVI y principios del XVII y a mediados de éste ya existía el caserío de Jesús del Monte en terrenos del demolido ingenio San Francisco de Paula, propiedad de Francisco de Lara Bohórquez, en las inmediaciones de la intercepción del Camino Real del Sur y el del Sudeste.

Este poblado, distante de la villa unos cuatro kilómetros en dirección sur, presentaba típicas características rurales y estaba compuesto por naturales de la Isla, inmigrantes canarios y peninsulares; así como negros libres y esclavos. Éstos se dedicaban básicamente al cultivo de la caña de azúcar y a su procesamiento; mientras aquellos, aprovechando las condiciones favorables del terreno, practicaban una agricultura de subsistencia y el cultivo del tabaco.

A fines del siglo XVII la población ascendía a 1 627 habitantes, de ellos, 673 españoles y libres y 954 esclavos. El crecimiento progresivo del asentamiento poblacional y los serios inconvenientes que confrontaban los vecinos, especialmente durante la estación de las lluvias, para trasladarse hasta la parroquial mayor a fin de participar en los oficios religiosos contribuyeron a que se construyera la ermita de “Jesús el Buen Pastor” en la elevación próxima al cruce de los dos caminos principales mencionados.

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Grabado de la Iglesia de Jesús del Monte.

En 1695, cuando ya la ermita resultaba insuficiente para desempeñar su cometido; el presbítero Cristóbal Bonifaz de Rivera, propietario de terrenos en las inmediaciones, donó la extensión necesaria para la construcción de una iglesia de piedra y tejas, de una sola nave y sin torres. La iglesia fue declarada auxiliar de la parroquial mayor.

Los documentos más antiguos existentes en el archivo parroquial; referente a matrimonios, bautizos y defunciones, son los siguientes:

  • El 3 de noviembre de 1689 se llevó a cabo el primer matrimonio en la ermita de San Cristóbal de Paso Seco perteneciente a la demarcación de Jesús del Monte. Los contrayentes fueron Baltasar López y María Márquez, ambos canarios.
  • El 6 de julio de 1690 aparece el primer bautizo de españoles, el que se corresponde a una niña llamada Isabel, hija de Cristóbal de Fuentes y de Catalina López.
  • El 16 de diciembre de 1693 se asentó la primera muerte en el libro de defunciones, la que corresponde a María, hija de Diego Díaz e Inés María Carmenate.

La sublevación de los Vegueros

Artículo principal: Sublevación de los vegueros

Durante la última etapa se produjo un enfrentamiento armado entre los vegueros, de una parte, y las fuerzas de infantería y de caballería, de la otra; en el lugar en que actualmente se encuentra Rancho Boyeros. Un veguero resultó muerto, hubo varios heridos y once cayeron prisioneros. Trasladados a Jesús del Monte fueron encerrados en un lugar seguro y luego fusilados por orden del Gobernador Guazo. A continuación fueron colgados de los árboles que había junto al camino de Jesús del Monte, el más frecuentado de los que daban acceso a la capital.

Toma de la Habana por los ingleses

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Grabado de la toma de la habana por los ingleses.

Las hostilidades fueron iniciadas por España en 1762. En ese momento La Habana era la plaza más fuerte y el principal enemigo de los ingleses en las Antillas, por lo que ellos decidieron apoderarse de la ciudad. El 6 de junio los invasores aparecieron en el horizonte, traían más de 50 barcos de guerra, 200 transportes y unos 95 mil hombres.

La Habana contaba para su defensa con unos 17 mil hombres, entre tropas regulares, marinos y voluntarios. El día 7 los ingleses desembarcaron por Cojímar y en días sucesivos ocuparon Guanabacoa, La Chorrera, las alturas donde hoy está La Cabaña y otras elevaciones, concentrando sus esfuerzos en apoderarse del Morro, defendido por tropas al mando de Luis de Velasco.

Durante los meses de junio y julio las milicias comandadas por el regidor de Guanabacoa José Antonio Gómez, conocido por Pepe Antonio, ocasionaron gran número de bajas a los ingleses, entre muertos y heridos.

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Grabado del torreon durante la toma de la habana por los ingleses.

El 30 de julio, después de 44 días de resistencia, el Morro cayó en poder del enemigo, los que sufrieron unas tres mil bajas; mientras los españoles perdieron unos mil hombres. Días después los ingleses comenzaron a cañonear la ciudad desde distintas alturas, la que se rindió el 12 de agosto. Los ingleses permanecieron en La Habana hasta el 6 de julio de 1763.

Durante más de sesenta días que duró el sitio de la ciudad, Jesús del Monte fue considerado de gran importancia estratégica. Desde sus alturas principales se dominaba gran parte de la costa y los caminos extramuros existentes. Algunas elevaciones, el camino más importante de la localidad, los puentes de Agua Dulce y de Maboa; así como el río Luyanó fueron ocupados o custodiados por tramos alternativamente, ya por los defensores o por los sitiadores.

En Jesús del Monte no hubo grandes batallas pero sí el movimiento de tropas y algunas escaramuzas. La principal de ellas se produjo el 4 de agosto de 1762 cuando los españoles atacaron a los ingleses en la Loma de Luz, ocasionándole cinco muertos y un herido, y sufriendo ellos seis heridos. En la noche de ese día los invasores evacuaron el lugar; pero antes de retirarse hacia la Loma de Aróstegui, incendiaron las casas que habían ocupado, otras de las inmediaciones y la iglesia de Jesús del Monte.

Durante la ocupación se efectuó un intenso comercio inglés a través del puerto habanero. Los cubanos pudieron adquirir cuanto necesitaban a precios económicos y vender en condiciones ventajosas lo que producían. Ello permite afirmar que la presencia inglesa resultó favorable para La Habana y sus alrededores.

Primeras luchas obreras

Durante la década del 80 en la industria del tabaco, especialmente en los centros establecidos en La Habana, se libraron fuertes luchas entre obreros y patrones. La fábrica de tabacos “Henry Clay”, situada en la Calzada de Luyanó 100, concentraba en 1888 la décima parte de los tabaqueros habaneros y vino a jugar un papel importante en el estallido huelguístico ocurrido ese año.

En dicho centro se producía una vitola marca “Alvas”, que requería de un gran trabajo, la cual se pagaba a un precio inferior a otras fábricas, incluidas las más pequeñas. Los operarios reclamaban que se les pagara a razón de $55.00 por millar, como se pagaba en otras fábricas, en lugar de a $44.00 como se pagaba en Luyanó.

La empresa simuló aceptar la demanda; pero varios días después despidió a los 30 operarios de “Alvas”. Los torcedores de la “Henry Clay” deciden apoyar a sus compañeros, los que también recibirían apoyo de los operarios de La Legitimidad, El Águila de Oro y La Diligencia, centros en los que también había luchas por aumentos salariales. Se produce una huelga que se inicia en el mes de julio y se extiende hasta septiembre de 1888 y en la que participan unos mil trabajadores. Se produjeron grandes disturbios en la Esquina de Toyo y en la Calzada de Luyanó, mientras parejas de orden público de infantería y de caballería acudieron a la fábrica para protegerla. Aunque la Unión de Fabricantes no pudo contratar a rompehuelgas para producir tabacos, se valió de la labor divisionista desplegada por el gremio “Unión Obrera” de carácter reformista para derrotar la huelga que estaba apoyada por el gremio “Alianza Obrera”, de tendencia anarquista.

El grito de Luyanó