Dionisio (dios)

Para otros usos de este término, véase Dionisio (desambiguación).


Dionisio
Información sobre la plantilla
Deidad
Dionisio o Baco.png
Religión o MitologíaGriega
SincretismoBaco
Patrón(a) o Dios(a) deEl vino, la fertilidad de la naturaleza y el teatro.
País o región de origenGrecia antigua
Venerado enGrecia antigua

Dionisio o Dionisos, hijo de Zeus y Sémele. Es el dios del vino y la fertilidad de la naturaleza, así como del teatro. Le costó ser aceptado en algunas regiones de Grecia. Hestia le cedió su sitio en el Olimpo.

Dionisio

Dios de la vegetación y las flores y, sobre todo, del vino. Infunde a sus seguidores (silenos, sátiros, ménades, ninfas) una locura que les proporciona una fuerza extraordinaria. En algunas ocasiones se cuenta entre los dioses olímpicos; en otras, en cambio, está ausente. Dionisio es el dios de la fiesta y la locura, de la exaltación y el desorden. Según su culto muere todos los inviernos y nace en primavera. Se considera dios de aliado de mujeres y esclavos.

Dionisio representaba la emoción y el caos, características que contrastaban con las de Apolo, dios del sol, que simbolizaba la armonía, el orden y la razón. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. En el tímpano del oeste del gran templo de Delfos se esculpió el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dioniso. Este culto era una religión mistérica con un aspecto público y otro interior, reservado para los iniciados. Las seguidoras de Baco eran las bacantes y sus fiestas las bacanales. Las bacantes eran famosas por su desenfreno (y la creencia de que consumían carne cruda), reflejado en la tragedia homónima de Eurípides y en el mito de Orfeo, a quien despedazaron al verse rechazadas por él. Se dice que las primeras bacantes fueron las ninfas que cuidaron de Dioniso cuando niño, las llamadas ménades. El dios Pan formaba también parte de su cortejo.

Atributos

Forma de cabrito en la infancia. Carro tirado por panteras y adornado con pámpanos y hiedra. Armado con un tirso, una larga asta adornada con hiedra.

Sus animales: la cabra, la pantera, el leopardo, el asno, el toro, el delfín, la serpiente y el cerdo.

Sus plantas: la hiedra, la vid, la higuera, el roble, la rosa, el nogal, el asfódelo.

Sus acompañantes: ninfas, sátiros, silenos, ménades, bacantes, lenas, basárides, Ariadna.

Culto

Dios del vino y de la inspiración, era festejado mediante grandes procesiones de los genios de la Tierra y la fecundidad: los llamados Misterios de Dionisio. El senado prohibió estos ritos licenciosos y orgiásticos llamados Bacanales en el año 186 A.C. Aunque las sectas místicas siguieron con esta tradición y aún tienen un papel importante en el Imperio.

Mitología

Nacimiento

Zeus se encaprichó de Semele, bajó a la tierra disfrazado de humano, pero ella lo rechazó. Entonces él le dijo quien era, fue ella quien accedió a ofrecerle sus encantos. Zeus accedió a concederle cualquier deseo. Hera, celosa, elaboró un plan para deshacerse de ella. Le dijo que el hombre que la pretendía no era Zeus, y Semele, recelosa, obligó a Zeus que se presentara ante ella en su máximo esplendor. Así lo hizo Zeus, y al contemplar todo su poder, cayó fulminada por un rayo. Se cuenta que entonces Zeus tomo al hijo que aún no había nacido y lo llevó en el muslo hasta su nacimiento. Es por esta razón por la que se conoce a Dionisio como «el dios nacido dos veces». Luego lo dejó con las Musas. Con el tiempo Dionisio bajó al Hades y rescató a su madre Semele.

En otra versión de la misma historia, Dionisio era el hijo de Zeus y Perséfone, la reina del Inframundo. Una celosa Hera intentó de nuevo matar al niño, enviando esta vez a los Titanes a descuartizarlo tras engañarlo con juguetes. Zeus hizo huir a los Titanes con sus rayos, pero éstos ya se habían comido todo salvo el corazón, que fue salvado, según las fuentes, por Atenea, Rea o Deméter. Zeus usó el corazón para recrearlo en el vientre de Sémele, de donde de nuevo fue ‘el nacido dos veces’. Otras versiones afirman que Zeus dio a comer el corazón a Sémele para preñarla.

Infancia y juventud

La leyenda cuenta que Zeus tomó al infante Dioniso y lo puso a cargo de Hermes. Una versión de la historia es que éste dio el niño al rey Atamante y su esposa Ino, tía de Dioniso. Hermes pidió a la pareja que criase al bebé como una niña, para esconderlo de la ira de Hera. Otra versión es que Dioniso fue puesto bajo la tutela de las ninfas de la lluvia de Nisa, que le criaron en su infancia y niñez, y que por sus cuidados fueron recompensadas por Zeus con el ascenso entre las estrellas como las Híades. Otra versión es que Zeus lo dio a Rea, o a Perséfone para que lo criase en el Inframundo, lejos de Hera. Alternativamente, fue criado por Maro.

Cuando Dioniso creció, descubrió la cultura del vino y la forma de extraer su precioso jugo, pero Hera hizo que se volviese loco y le empujó a vagar por diversas partes de la tierra. En Frigia la diosa Cibeles, más conocida por los griegos como Rea, le curó y le enseñó sus ritos religiosos, y así emprendió su recorrido por Asia enseñando a la gente el cultivo del vino. La parte más famosa de sus viajes es su expedición a la India, que se dice duró varios años. Volvió triunfante y emprendió la introducción de su culto en Grecia, pero se le opusieron algunos príncipes que temían los desórdenes y la locura que éste acarreaba.

Como hombre joven, Dionisio era excepcionalmente atractivo. Una vez, disfrazado como un mortal sentado junto a la orilla del mar, fue visto por unos pocos marineros, que creyeron que era un príncipe. Intentaron secuestrarle y llevarle lejos para venderlo como esclavo o pedir un rescate. Probaron a atarle con cuerdas, pero ninguna podía sujetarlo. Dionisio se convirtió en un fiero león y soltó un oso a bordo, matando a todos los que entraron en contacto con él. Los que saltaron por la borda fueron transformados compasivamente en delfines. El único superviviente fue Acetes, el timonel, que reconoció al dios e intentó detener a sus marineros desde el principio. En una historia parecida, Dionisio deseaba navegar desde Icaria hasta Naxos, así que alquiló un barco pirata tirrenio. Pero cuando el dios estuvo a bordo, no navegaron hacia Naxos sino hasta Asia, con la intención de venderlo como esclavo. Por esto Dionisio transformó el mástil y los remos en serpientes, y llenó la nave de hiedra y del sonido de flautas, de forma que los marineros enloquecieron y saltaron al mar, donde fueron transformados en delfines.

Otras historias

Midas

Una vez Dionisio halló que su antiguo profesor y padre adoptivo, Sileno, había desaparecido. El anciano había estado bebiendo, se había marchado ebrio y se encontró con algunos campesinos, que lo llevaron ante el rey Midas (alternativamente, Sileno se metió en la rosaleda del rey). Midas le reconoció y le trató hospitalariamente, entreteniéndole durante diez días y noches educadamente, mientras Sileno divertía al rey y sus amigos con historias y canciones. Al undécimo día Midas llevó a Sileno de vuelta con Dionisio. Éste ofreció a Midas que eligiera la recompensa que deseara. Midas pidió que todo lo que tocase se transformara en oro. Dionisio accedió, aunque lamentó que no hubiese hecho una elección mejor. Midas se regocijó en su nuevo poder, que se apresuró en poner a prueba, tocando y convirtiendo en oro una rama de roble y una piedra. Deleitado, tan pronto como llegó a casa ordenó a los sirvientes que dispusieran un festín en la mesa. Entonces halló que su pan, su carne, su hija y su vino se convertían en oro.

Enfadado, Midas se esforzó en desprenderse de su poder (el toque de Midas), pues odiaba el don que había codiciado. Rezó a Dionisio, rogando ser librado de su hambre. Dionisio le oyó y consintió, diciendo a Midas que se bañase en el río Pactolo. Midas así lo hizo, y cuando tocó las aguas el poder pasó a éstas, y las arenas del río se convirtieron en oro. Esto era un mito etiológico que explicaba por qué las arenas del río Pactolo eran ricas en oro.

Penteo

Eurípides escribió un cuento sobre la naturaleza destructiva de Dionisio en su obra Las bacantes. Dado que Eurípides escribió esta obra en la corte del rey Arquelao de Macedonia, algunos investigadores creen que el culto a Dionisio era maligno en este país pero benigno en Atenas. En la obra, Dionisio vuelve a su lugar de nacimiento, Tebas, gobernado por su primo, Penteo. Dionisio quería vengarse de las mujeres de Tebas, sus tías Ágave, Ino y Autónoe y su primo Penteo, por negar su divinidad y por tanto no adorarle. Penteo fue vuelto loco lentamente por el convincente Dionisio, y atraído a los bosques del monte Citerón para ver a las Ménades, las adoradoras de Dionisio que a menudo experimentaban el éxtasis divino. Cuando las mujeres vieron a Penteo, lo descuartizaron como habían hecho antes en la obra con una manada de ganado. Brutalmente, su cabeza fue cortada por su madre Ágave cuando suplicaba por su vida.

Licurgo

Cuando el rey Licurgo de Tracia oyó que Dionisio estaba en su reino, envió a prisión a todas sus seguidoras. El dios huyó, refugiándose con Tetis y envió una sequía que hizo que la gente se sublevara. Entonces volvió loco a Licurgo, y éste descuartizó a su propio hijo con un hacha, creyendo que era un brote de hiedra, planta consagrada a Dionisio. Un oráculo afirmó entonces que la tierra permanecería seca y baldía mientras Licurgo siguiera vivo, así que su pueblo lo mató y descuartizó. Con Licurgo muerto, Dionisio levantó la maldición.

Prosimno

Una historia más conocida es la de su descenso al Hades para rescatar a su madre Sémele, a la que ubicó entre las estrellas. Dionisio hizo el descenso desde un pozo del que se decía que no tenía fondo, ubicado en la costa de la Argólide, cerca del yacimiento prehistórico de Lerna. Fue guiado por Prosimno o Polimno, quien pidió como recompensa ser su amante. Prosimno murió antes de que Dionisio pudiese acceder a esta petición, así que al satisfacer a su fantasma, Dionisio fabricó un falo con una rama de olivo y lo clavó en la tumba de Prosimno.

Ámpelo

Según Nono, otro mito incluía a Ámpelo, un sátiro que murió en un accidente al montar un toro enloquecido por la picadura del tábano de Ate. Las Moiras concedieron a Ámpelo una segunda vida como parra, de la que Dionisio prensó el primer vino.

Mitos menores

  • Cuando Hefesto apresó a Hera en un trono de oro mágico, Dionisio lo emborrachó y lo llevó de vuelta al Olimpo, donde finalmente accedió a liberar a Hera.
  • Cuando Hestia, diosa del hogar, decidió dejar el Consejo de los Doce y atender el fuego de las casas de las familias, Zeus eligió a Dionisio para ocupar su lugar en el Olimpo como dios inmortal del vino, el jolgorio y las fiestas.
  • Cuando Teseo abandonó a Ariadna durmiendo en Naxos, Dionisio la encontró y se casó con ella. Tuvieron un hijo llamado Enopión, que se suicidó o murió a manos de Perseo. En algunas versiones, su corona era puesta en el cielo como la constelación Corona, en otras Dionisio descendía al Hades para devolverla a los dioses del Olimpo.
  • Calírroe era una mujer calidonia que desdeñó a un sacerdote de Dionisio que amenazó con provocar la locura a todas las mujeres del país. El sacerdote recibió la orden de sacrificar a Calírroe pero en vez de esto se suicidó. Calírroe se arrojó a un pozo que más tarde recibió su nombre.

Consortes y descendencia

  • Afrodita.
    • Cárites.
    • Himeneo.
    • Príapo.
  • Altea.
    • Deyanira.
  • Ariadna.
    • Enopión.
    • Toante.
    • Estáfilo.
    • Pepareto.
  • Circe.
    • Como.
  • Nix.
    • Ftono.
  • Madre desconocida.
    • Acis.

Poesía Dionisio / Baco

Dionisio / Baco

Fluya el vino en raudal; cada Bacante
dance y embriáguese la noche entera,
desnuda entre la fronda, que la fiera
dormida en cada copa es un amante

dispuesto a alborotar, desafiante,
cuerpo y alma hasta la última frontera;
espíritu de Baco, que libera
cuanto el recato reprimió frustrante.

Coronado de pámpanos, Dioniso
logra crear ficticio paraíso
sin fracasos, ni lágrimas, ni heridas,

como si todo aquello que se alcanza
se convirtiera en oro, a semejanza
del infortunio acontecido a Midas.

Estatuas

Sobre Baco existen estatuas antiguas en los museos de Madrid, París, Roma y Florencia; en este último, se puede encontrar el El Baco ebrio, escultura en mármol de Miguel Ángel, realizada entre 1496 y 1497 en el Museo de los oficios.

Fuentes