Distensión tendinosa

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Ruptura o dilaceración fibrilar y fascicular. (Distensión tendinosa)
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Ruptura o dilaceración fibrilar y fascicular. (Distensión tendinosa). Consiste en la rotura de fibras aisladas y de fascículos de fibras tendinosas. Al producirse la lesión, los haces tendinosos se relajan en el tejido interfibrilar e interfascicular y pierden su tensión y elasticidad; y, en lugar de correr lisas y paralelas, lo hacen en forma sinuosa y ondulada. Hay infiltración sanguínea en el tejido conjuntivo interfibrilar e interfascicular y este se edematiza e inflama. El defecto sana por formación de tejido conjuntivo cicatrizal, que ejerce la función de las fibras tendinosas destruidas, aunque sin poseer la elasticidad propia de las mismas. Todo esto trae como consecuencia el engrosamiento de los tejidos peri y paratendinosos, con densificación de los intersticios interfibrilares y fasciculares, por formación de tejido conjuntivo fibroso y denso. Cuando la dilaceración es mínima, no es visible ni palpable; en caso contrario, el tendón queda engrosado y doloroso. Debido a que los fenómenos inflamatorios reparadores del tendón son muy marcados, este tipo de dilaceración fibrilar y fascicular recibe el nombre de inflamación tendinosa o tendinitis traumática; que ser aguda, cuando la causa determinante actúa de una sola vez, y crónica, cuando lo hace repetidamente, generalmente con menor intensidad.

Síntomas y curso clínico

Cuando la lesión se produce repentinamente, el trastorno funcional se presenta de inmediato. Hay gran hinchazón en la zona de la lesión y desaparecen los contornos individuales del, o de los, tendones, cuando hay varios juntos (flexores de las extremidades, por ejemplo), sin que pueden apreciarse de nuevo antes de algunas semanas. Después de transcurrido este tiempo, los síntomas son similares a los de la tendinitis crónica: El tendón se encuentra engrosado. Hay calor y dolor a la palpación. Si se trata de una extremidad, hay cojera de apoyo, que mejora con el ejercicio.

Después, según se va formando el tejido conjuntivo cicatrizal, se va endureciendo el tendón y se va haciendo insensible, poro permanece engrosado; y, si se somete al animal ejercicio o trabajo continuado, termina por acortarse, por retracción cicatrizal (contractura tendinosa). Por lo contrario, mediante el reposo total, puede curar esta inflamación y el tendón se adelgaza, recuperando su volumen normal, aunque no su elasticidad, por efecto de la cicatriz fibrosa, lo que puede dejar como consecuencia ligero trastorno funcional. El reposo, sin embargo, debe extenderse, por lo menos a varios meses, para que se obtengan estos resultados.

Tratamiento

Ante todo, es imprescindible el reposo total, durante por lo menos 6 a 8 semanas, aunque resulta mucho más efectivo si se prolonga a algunos meses. A los efectos de facilitar el fortalecimiento del tendón, es conveniente permitir al animal, algún movimiento limitado, colocándolo en un box durante este tipo. Localmente, se combatirá la inf1amación (tratamiento de la inflamación aguda). En el caballo, es posible reducir las tensiones sobre el tendón lesionado, mediante la aplicación de una herradura ortopédica.

Fuentes

  • Carlos Yrurzun y Domingo Villamil. Las rupturas. Ruptura o dilaceración fibrilar y fascicular. (Distensión tendinosa). Manual de patología quirúrgica veterinaria I. Ediciones I.S.C.A.H. La Habana, Cuba,1992. 151p