Distonía muscular

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Distoní­a Muscular
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Distoní­a muscular. Síndrome que consiste en contracciones musculares sostenidas en el tiempo. La mayoría de las veces causa torsiones, movimientos repetitivos y/o posturas anómalas.

Descripción

Se llama distoní­a a la manifestación fí­sica que consiste en contracciones involuntarias permanentes de los músculos de una o más partes del cuerpo, debido a una disfunción del sistema nervioso; frecuentemente se manifiesta por torsiones o deformaciones de esa parte del cuerpo y no hay alteración de otras funciones del cerebro, como la personalidad, la memoria, las emociones, los sentidos, la conciencia y la capacidad intelectual.

Clasificación

Según localización corporal

  • Focal: afecta sólo a un grupo muscular.
  • Multifocal: afecta a dos o más partes del cuerpo no inmediatamente localizadas.
  • Hemidistoní­a: cuando afecta la mitad del cuerpo.
  • Generalizada.

Según curso clí­nico

  • Estática: tras la aparición en un área corporal no se propaga a otras partes del cuerpo.
  • Progresiva: va afectando a otras áreas hasta llegar a generalizarse.
  • Fluctuante: hay variaciones diurnas con agravación en el transcurso de las horas.
  • Paroxí­stica: aparición brusca de la distoní­a de una duración variable de minutos a horas.

Según la causa

Distoní­a sintomática o secundaria:

Distoní­as primarias o idiopáticas:

  • Hereditarias: distoní­a de torsión clásica (trastorno localizado en el cromosoma 9), distoní­a asociada a parkinsonismo (trastorno localizado en el cromosoma X), distoní­a sensible a la L Dopa (trastorno genético localizado en el cromosoma 14)
  • Esporádicas: no hay otro familiar afecto.

Por edad de comienzo

  • Infantil: de inicio hasta los doce años de edad. Generalmente las distoní­as secundarias, en especial la parálisis cerebral y enfermedades degenerativas metabólicas.
  • Juvenil: entre los 23 y los 20 años.
  • Adultos: a partir de los 20 años. Suelen ser de localización focal sin tendencia a propagarse.

La clasificación de la distoní­a se ha revisado recientemente, estableciéndose una subdivisión en cuatro grupos:

  • Distoní­a primaria: Distoní­a de torsión idiopática.
  • Distoní­a asociada a sí­ndromes: el cuadro principal es la distoní­a, pero se asocian otros signos neurológicos: Distoní­a sensible a dopa (enfermedad de Segawa) y la distoní­a mioclónica.
  • Distoní­as secundarias: a drogas, ictus (accidente cerebrovascular), parálisis cerebral, tumores.

Enfermedades degenerativas hereditarias: distoní­a más un sí­ndrome neurodegenerativo: enfermedad de Wilson, enfermedad de Huntington, distoní­a asociada a Parkinson, etc.

Causas

El estiramiento y torsión de los músculos se debe a una alteración de la función del sistema nervioso central; probablemente se encuentre dañada una parte del cerebro conocida por los ganglios basales, que son un grupo de estructuras interconectadas en el centro del cerebro.

En muchas ocasiones el componente hereditario es evidente. La herencia es autosómica dominante con penetración variable: cada niño que tiene un padre o una madre con un gen anormal tiene un 50% de heredar ese gen. Cuando una persona tiene el gen anormal puede mostrar signos clí­nicos de la enfermedad (penetración) o no mostrar ninguno, pero puede traspasarlo a sus hijos. También hay diferencias en la severidad de la afectación: una madre o padre poco afectado pueden tener hijos con un grado de afectación severo.

El gen de la distoní­a de torsión idiopática ha sido identificado: gen DYT1, en el cromosoma 9, pero pueden estar implicados otros genes.

Clasificación

Distoní­a primaria

Distoní­a de Torsión Idiopática

La causa puede ser:

  • Esporádica.
  • Hereditarias: patrón autosómico dominante con penetración incompleta, localizado en el cromosoma 9.

Aunque no se conoce la causa exacta, parece que hay un trastorno funcional de los ganglios basales del cerebro; los ganglios basales son acúmulos de cuerpos neuronales en el centro de los hemisferios cerebrales.

Existen estudios que sugieren la presencia de un gen autosómico dominante o algunos, con una penetración reducida, en al menos el 25% de los casos, si bien, la mayorí­a de los pacientes no tienen historia familiar, manifestándose como formas esporádicas.

Distoní­a secundaria

Debido a pequeñas áreas heridas o dañadas del cerebro. Puede ser por déficit de oxí­geno antes, durante o inmediatamente después del parto, por traumatismos en la infancia o en la niñez o por pequeños golpes.

Causas de distoní­a en el niño

  • Reacción a medicamentos: Fundamentalmente a los neurolépticos que se utilizan como tranquilizantes, antidepresivos, contra los vómitos, etc. Pueden provocar una distoní­a aguda focal: tortí­colis, apertura de la boca, desviaciones de los ojos, etc. La reacción depende de la dosis del medicamento, pero parece que interviene más la sensibilidad individual. Desaparecen en pocas horas o dí­as si se suspende el medicamento.
  • Anomalí­as en la maduración: Normalmente benignas, son las llamadas distoní­as transitorias.
  • Trastornos metabólicos: La distoní­a se asocia a otros signos como retardo mental o epilepsia. Este tipo de distoní­a es mucho más frecuente en el niño que en el adulto.

Generalmente son enfermedades graves y conlleva a un elevado riesgo de que otros hijos sufran la enfermedad.

Síntomas

Distoní­a primaria

Distoní­a de Torsión Idiopática (DTI).

Es la forma más frecuente. La distoní­a de torsión­ en la infancia es un cuadro clí­nico muy poco frecuente en nuestro medio, casi excepcional. Comienza en una parte del cuerpo, generalmente en un pie o pierna, que gira y la persona camina sobre el lado externo del pie. De comienzo en la niñez, suele expandirse a otras partes del cuerpo como la espalda, el cuello o brazo. Es uno de los movimientos más impactantes desde el punto de vista estético y funcional. Las posturas y movimientos anormales pueden sugerir, a veces, algún tipo de trastorno de origen psicógeno y ocasionar un auténtico peregrinaje por consultas de psicólogos y psiquiatras para descartar esta causa, provocando, además, tratamientos inadecuados.

Hay contracciones musculares involuntarias, prolongadas y, en algunos casos, dolorosas, que provocan movimientos repetitivos o posturas anormales. La distoní­a puede ser focal o generalizada.

Se pueden asociar numerosos trastornos psicopatológicos como:

  • Estados de ansiedad, en el que alteración del estado del ánimo, actividad incontrolada con incremento del ritmo cardíaco, sudoración, etc.
  • Depresión reactiva: aspecto facial pasivo, movimientos lentos e inapetencia generalizada, trastornos del sueño, disfunciones sexuales y trastornos de la conducta alimentaria, labilidad emocional, falta de control afectivo, inhibición social y pensamientos de frustración sobre su propia incapacidad para enfrentarse a situaciones sociales.

Distoní­a Dopa-Responsiva (DDR).

Comienza en la niñez o en la vida adulta joven, se acompaña de leve rigidez y torpeza que recuerda al Mal de Parkinson. Hay una caracterí­stica importante: la distoní­a va empeorando a lo largo del dí­a y mejora mucho después de dormir. El tratamiento con Dopa alivia totalmente los sí­ntomas, pero debe tomarse de por vida.

Distoní­a secundaria

Distoní­as focales.

  • Blefaroespasmo: los párpados se cierran constantemente e incluso pueden impedir que la persona vea. Se pueden afectar otros músculos de la cara, produciendo muecas u otras distorsiones faciales.
  • Distoní­a cervical (tortí­colis): se afectan los músculos del cuelo y los hombros.
  • Distoní­a oromandibular: se afectan los músculos de la parte baja de la cara.
  • Distoní­a espasmódica: afectados los músculos de la laringe y se deforma la calidad del la voz e incluso puede haber problemas para respirar.
  • Calambre del escribiente: la mano y los músculos del antebrazo se contraen durante la escritura y se relaja en cuanto se le quita el objeto.

El estiramiento y torsión de los músculos en la distoní­a se deben a funciones alteradas del sistema nervioso central. Es altamente probable que la parte del cerebro involucrada en la distoní­a es la de los ganglios basales. Los ganglios basales son un grupo de varias estructuras interconectadas en el centro del cerebro.

Distoní­a en el niño En el 25% de los casos es un signo transitorio que cura espontáneamente, sin necesidad de tratamiento y sin dejar secuelas.

Las distoní­as más frecuentes son:

  • Distoní­a transitoria del lactante.
  • Tortí­colis benigna del lactante
  • Elevación ocular tónica paroxí­stica del lactante con los ojos desviados hacia arriba, mirando al techo.

Estas distoní­as duran sólo unos meses, desaparecen espontáneamente y normalmente el niño se encuentra bien, por lo que normalmente los médicos y los padres prestan poca atención y es una condición poco conocida y por tanto diagnosticada.

Diagnóstico

Distoní­a de torsión

Se diagnostica mediante los siguientes criterios de inclusión:

En la distoní­a de torsión idiopática se puede realizar un análisis molecular en el caso de que exista historia familiar que permite el diagnóstico prenatal y de individuos aparentemente sanos.

Epidemiologí­a

Aunque antes se consideraba una enfermedad extremadamente rara, se calcula que la enfermedad afecta a 3-4 personas por cada 10.000 habitantes; en algunos grupos étnicos, como los judíos ashkenazis, la prevalencia es incluso cinco veces mayor. Baja frecuencia de distoní­a en el continente asiático.

Para todas las categorí­as anatómicas de distoní­a primaria, parece que existe una predominancia del sexo femenino.

Pronóstico

Cuando la enfermedad comienza en la niñez y es secundaria a una parálisis cerebral próxima al momento de nacer, tiende a permanecer estática por muchos años. Si comienza en el adulto, generalmente es una forma focal y tiende a permanecer limitada a esa parte del cuerpo.

En la Distoní­a de Torsión Idiopática resulta difí­cil establecer un pronóstico; se trata de enfermedades que pueden llegar a ser muy incapacitantes y que no tienen cura.

Tratamiento

Se encuentran disponibles muchos medicamentos que pueden ser útiles en el tratamiento de la distoní­a, incluyendo la administración de toxina botulí­nica, sobre todo si afecta a un grupo limitado de músculos.

Distoní­a de Torsión Idiopática

Al estar afectados prácticamente todos los músculos de cuerpo desde edad muy temprana, no puede utilizarse la toxina botulí­nica por razones de toxicidad, aunque sí­ para alivio de ciertos sí­ntomas. Si el cuadro comienza en la edad adulta es de menos gravedad y puede tener un tratamiento eficaz.

Los medicamentos sólo serán eficaces en el 50% de los casos y no en todos será útil la misma medicación ni a la misma dosis. La cirugí­a se reserva para aquellos casos en los que la medicación no da resultados y para solución de problemas concretos como la corrección de una postura anómala de una extremidad.

Son necesarios tratamientos complementarios como la psicoterapia, la terapia conductual y la rehabilitación, que mejoran la calidad de vida de los pacientes.

Cirugí­a

Se puede considerar cuando ya no son receptivos a otros tratamientos incluyendo inyecciones de toxina botulí­nica. La cirugí­a puede perder su afecto con el paso de los años, pero puede proporcionar algún alivio.

La cirugí­a se utiliza para interrumpir en distintos niveles del Sistema Nervioso la trayectoria responsable de los movimientos anormales. Cada paciente es único y los músculos involucrados en una misma dolencia varí­an de una persona a otra, por que es muy importante la evaluación preoperatorio.

Cirugí­a estereotáxica: las distoní­as focales raramente mejoran, pero se pueden obtener mejores resultados en casos seleccionados, con la denervación selectiva de los músculos afectados.

Rehabilitación

La fisioterapia tiene un papel muy importante en la rehabilitación de estas personas. El fisioterapista es quien más se involucra con los pacientes distónicos y también quien dirige el tratamiento contra el dolor, así­ como a proporcionar consejos acertados sobre posturas y los ejercicios a realizar.

Hay que valorar el tono muscular, la postura, el equilibrio y la coordinación y dependiendo del resultado se aplican diferentes técnicas:

  • Técnica de Bobath: inhibe los esquemas de movimiento patológico.
  • Cinesiterapia activa: por medio de ejercicios activos libera al paciente de sus actividades posturales.
  • Relajación fí­sica.

La relajación se considera importantí­sima en el tratamiento psicoterapéutico de apoyo; la falta de control de los espasmos y movimientos distónicos hace que, en ocasiones, se pierda el control e sus emociones y su nivel de actividad aumenta produciendo un estado de ansiedad que hace difí­cil las relaciones interpersonales, laborales y familiares. Si la persona se encuentra relajada, el estado es más positivo tanto fí­sica como mentalmente y los síntomas distónicos decrecerán.

Ejercicios

  • No fuerce los movimientos; estos deben realizarse de manera suave, lenta y controlada.
  • Si al realizar un ejercicio experimenta dolor, pare y consulte con su terapeuta.
  • Una forma magní­fica de realizar ejercicio es caminar y nadar.
  • Evite cualquier situación incómoda.
  • Los ejercicios de elongación son muy eficaces en relajar los músculos tensos y en la prevención de pérdida de movilidad en las articulaciones. Estos ejercicios se recomiendan para mejorar el vigor en los músculos debilitados.

Posturas

Los problemas posturales son frecuentes en todas las personas, al sentarnos o al estar en cualquier posición es importante la superficie que soporta nuestro cuerpo. Una mala postura puede afectar el equilibrio, movimientos y causar incomodidad. Consulte con el fisioterapeuta la posibilidad de realizar cursos de educación postural.

Fuente

  • Distonía muscular. Disponible en ¨salud.discapnet.es¨. Consultado: 24 de julio del 2011.
  • Distonía muscular. Disponible en ¨distonia-adolfo.blogspot.com¨. Consultado: 24 de julio del 2011.