Dora Alonso

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Dora Alonso
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Autora de importantes libros para niños y obras para adultos.
Nombre completoDoralina de la Caridad Alonso y Pérez-Corcho
Nacimiento22 de diciembre de 1910
Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Defunción21 de marzo de 2001
Ciudad de la Habana, Bandera de Cuba Cuba
GéneroLiteratura infantil, poesía, teatro
Obras notablesAventuras de Guille
El cochero azul
Pelusín del monte
Once caballos
Sol de Batey
Tierra Brava
CónyugeConstantino Barredo Guerra
PremiosPremio Nacional de Literatura (1988)

Dora Alonso, nombre por el cual se conoce a Doralina de la Caridad Alonso y Pérez-Corcho (Matanzas, 22 de diciembre de 1910 - La Habana, 21 de marzo de 2001). Narradora, dramaturga, poeta y periodista cubana considerada como una de las más importantes escritoras para niños. Es la autora cubana para niños más traducida y publicada en el extranjero. Su estilo literario narrativo estuvo basado en la sencillez y manejo de las emociones resaltando siempre en sus textos al campesinado cubano a través del recreo de sus valores humanos y el amor por la naturaleza. Obtuvo antes de morir el Premio Nacional de Literatura.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 22 de diciembre de 1910 en Recreo (llamado Máximo Gómez a partir de 1924), término municipal de Martí, provincia de Matanzas. Era hija de un emigrante español, David Alonso Fernández, criador y vendedor de ganado, de desahogada posición económica, que procedía de la aldea La Rubiera en Asturias, nacido el 21 de diciembre de 1859 y que en Cuba unió su vida a una campesina criolla, Adela Pérez - Corcho Rodríguez nacida en Guamutas el 31 de julio de 1880), en un entorno rural que marcaría su vida y nutriría el discurso literario de Doralina de la Caridad a quien se le conoce como “Dora Alonso”.

A los nueve años de edad muestra su temprana vocación por la literatura cuando gana el primer premio del concurso literario provincial "Estela Brochs de la Torriente" (1919). Siendo apenas una adolescente de 16 años publicó en las páginas de "El Mundo", un prestigioso diario cubano de la época, su primer poema, con el título de "Amor".
” Desde niña pensé que podía, que quería, que iba a ser escritora. Era muy precoz y sumamente receptiva. Inventaba mil imaginerías, soñaba por horas y horas, refugiada bajo la sombra de un árbol, envuelta en una naturaleza casi virginal, cuyos ruidos conforman mi gusto y mi pensamiento. Por eso, fui escritora antes de saber escribir”.[1]

Trayectoria periodística

Dora, periodista

Dora Alonso es conocida en el mundo intelectual más por su obra con destino a los más pequeños, que por su labor periodística, la cual ejerció durante toda la vida. Enrumbó su vida hacia el periodismo, y en 1933 trabaja como corresponsal del diario Prensa Libre, de Cárdenas. Como otros jóvenes de su generación, la de la década de 1930 del siglo XX, se lanza a la lucha por la justicia ingresando, en 1934, en la organización antiimperialista "Joven Cuba" dirigida por Antonio Guiteras, donde conoce al tabacalero Constantino Barredo Guerra, su compañero en la vida y en las luchas revolucionarias hasta 1938.

Existe un folleto, convertido en texto obligado para todo aquel que pretenda acercarse a la realidad de los acontecimientos de los primeros años de la Revolución cubana. Su título, “El Año 61” y enmarca la memoria de los interesados, en temas del nacimiento del proceso revolucionario, donde la autora muestra pruebas irrefutable del sacrificio y el trabajo que permitieron la consolidación del deseo de todo un pueblo de ser libre. La realidad de una Revolución en plena ebullición, condujo por laberintos de verdades, desconocidas para el ciudadano actual, que ha tenido la oportunidad de nacer en una sociedad que ha superado sus antecedentes, mucho más con la campaña de alfabetización, momento crucial de despunte y luz cultural, que llegó a cubrir las más elevadas montañas y lugares remotos de la geografía antillana.
Portada del libro "El años 61"

En escenas desgarradoras, descritas con maestría, la autora cuenta los momentos vividos en pequeños espacios geográficos de la accidentada Sierra Maestra, convertidos en experiencias cotidianas de ese año, trasmitidas con admiración, regocijo y tristeza por todos los jóvenes brigadistas quienes inundaron costas, llanuras, valles y montañas, para enseñar a leer y escribir, rodeados de peligros de todo tipo, al amparo del pueblo, de sus lápices, cartillas y faroles.

En el año 1961 fue intimidada por el autodenominado Movimiento Revolucionario del Pueblo, a pocos días de la invasión armada por Playa Girón, sin embargo se mantuvo reportando como corresponsal de guerra de Bohemia, durante los días 15 y 19 del abril. Se había enterado en Bayamo del ataque al aeropuerto de Santiago de Cuba y desde allí salió rauda a cubrir la noticia, pudiendo apreciar la destrucción de varios aviones y de la pista por los cráteres producidos por las bombas de 500 libras, arrojadas contra el pavimento, concluido su reportaje y misión retorna a La Habana, en el camino conoce de lo que ocurría en Playa Girón, y por ello pide permiso y una vez en Jagüey Grande, se dirige al Central Australia, adonde arriba para observar y luchar, porque ejercer el periodismo en condiciones de guerra la convirtió en combatiente de la virtud. En ese momento no tembló por miedo; sino se estremeció de dolor ante los cuerpos inermes de campesinos esparcidos por la carretera o combatientes achicharrados por el nepal diseminado, por ello recogió sentidas crónicas que hablan de los horrores de la guerra.[2]

Dora en Playa Girón
Posteriormente en 1962, aún como corresponsal de guerra de Bohemia y acompañada por el comandante Vitalio (Vilo) Acuña, se dirigió a la localidad habanera de Minas al decretarse el bloqueo norteamericano a Cuba y comenzar la llamada Crisis de Octubre.
” Yo me preguntaba: ¿qué van pensando?, ¿tienen miedo?, ¿están como yo? Experimentaba sensaciones muy diversas: deseaba ardientemente estar con los míos; pensaba que no sabíamos a ciencia cierta por dónde habían atacado, pensaba en mi madre, mi marido, en los hijos que he criado -aunque no son míos- y, al mismo tiempo, la obsesión: los yanquis nos atacan, tengo que ir allá, tengo que reportarlo todo, porque no dudé ni un momento de la victoria [...] Yo me fijaba en las reacciones de la gente; el miedo es un estado normal, pero lo escondían tan bien como yo, porque, mira, yo tenía que elegir: o me retiraba, o avanzaba y hacía mi reportaje. Si el miedo me vencía no me hubiera considerado nunca ni cubana, ni revolucionaria ni periodista, y no creo que nadie en mi caso hubiera dudado. Hice lo que tenia que hacer, nada más”.[3]

La periodista avanzó en su dominio del oficio, realizó importantes entrevistas, como la del poeta chileno Pablo Neruda, quien años más tarde fue laureado con el Premio Nobel de Literatura[4]

Guionista radial

Más tarde exploró la radio escribiendo sus primeros guiones de novelas radiales: Mensajeras y La sombra lúcida, este último, germen de Entre monte y cielo de temática campesina, con la cual obtuvo gran éxito.
” Con mi esposo enfermo y yo sin saber nada más que escribir. Fue cuando me dediqué a la artesanía y costura de baratillo. Cosía de noche para los «polacos» que tenían sus tiendas en la calle Muralla, en la Habana Vieja. Me pagaban diez o doce centavos por un montón de piezas. En mis ratos libres compraba retazos de tela y con ellos fabricaba muñequitos que llenaba de aserrín, les pintaba la cara y los bordaba; también confeccionaba rompecabezas con revistas viejas [...] Así estuve un tiempo hasta que un día me dijeron que podía hacer guiones para la radio. Pedí prestado un guión para conocer como se estructuraba, y adapté -siguiendo este molde- un cuento de tema esclavista, «Blanco y negro». Se pasó por la radio y gustó [...] Claro, el convenio tenía una cláusula por la que cualquiera de ambas partes, con un mes de antelación, podía rescindir el contrato; ello me permitía que no tocara ni una coma. De esta forma, gracias al elevado porcentaje de oyentes, pude hacer novelas radiales de carácter social tan definitorias que todas se pasaron después de la Revolución”.[5]

Sus piezas más conocidas son Sol de batey, y Tierra brava, ambas de gran popularidad entre el público cubano y adaptadas posteriormente para la televisión cubana. En ambos casos, se trata de historias ambientadas fundamentalmente en el pasado (período colonial y primera etapa republicana, respectivamente), y en las regiones rurales de Cuba; y donde se desarrollan intensos conflictos familiares y amorosos sin que la historia principal se desvincule de los acontecimientos políticos y sociales de su época: en el primer caso, la esclavitud y los primeros intentos independentistas cubanos; y en el segundo, la corrupción política de los gobiernos, los abusos de la guardia rural y la penetración imperialista en los campos cubanos.

Con los años y mucha escritura se convertiría en una de las más importantes novelistas de ese medio, con obras que posteriormente fueron llevadas a la televisión cubana. Y todo eso mientras escribía sus cuentos y los daba a conocer en la revista Bohemia, así como se dedicaría a otra vertiente, la más conocida y reconocida de su obra, la que produjo para la niñez, y que comenzó en 1940, cuando escribió su primer poemario, con el título de “Coral”, aunque este permaneció inédito hasta 1983.

Vida personal

Su hijo
En el año 1953 decidió criar como hijo legítimo a un niño huérfano, José Joaquín Alfonso Malagón, un niño mulato de siete años de edad, proveniente del pueblo de Herradura, en Pinar del Río, de donde eran su padre y su abuelo. Decide viajar a México en 1954 y recorre durante tres meses, las ciudades de Acapulco, Tasco, Cuernavaca y Ciudad México. Un año más tarde conoció a Fausto Rodríguez Sánchez en Cárdenas, militante del Partido Socialista Popular (comunista desde los dieciséis años de edad), quien es su compañero en la vida a partir de 1956.
” Sí, en el año 1953 a Fulgencio Batista se le ocurrió convocar a un congreso de historiadores latinoamericanos por el nacimiento de Martí. Yo mezclaba a Martí un poco con los llantos de mi madre -que fue reconcentrada- y con la grandeza del heroísmo cubano. Mamá me trasmitió su devoción por él. Por eso, cuando Batista decide convocar al congreso, me sentí indignada, me di cuenta del ultraje de Batista, que intentaba hablar de la grandeza de Martí. Entonces decidí que, quizás si yo encontraba un niño huérfano, absolutamente huérfano, lo adoptaba, lo criaba, hacía de él un hombre revolucionario y de bien. Eso me significaba -por lo menos- quince o veinte años de dedicación, de esfuerzo y de sufrimientos, como es lógico. Y encontré al niño. Un niño mulato, en la más asqueante de las creches de La Habana. No necesité papeles ni nada cuando lo encontré. O sea, que yo pude haber hecho de él un monstruo. Pero de aquella cosa oscura, de aquellas raíces desconocidas, de aquel mundo poblado de horrores y de lágrimas que fue su infancia, salió un hombre bueno”. [6]

Trayectoria literaria

Escribe su primera obra de teatro para adultos: “La hora de estar ciegos”, donde aborda críticamente los conflictos raciales en Cuba. Ya en 1956 con Pelusín y los pájaros inicia su producción teatral para niños. En 1957 varias de sus novelas como Tierra brava, Río abajo, Tierra nueva, Por los verdes caminos, Tierra adentro, Flor de aguinaldo y Rancho Luna, son radiadas en Puerto Rico, Panamá, El Salvador, México, Nicaragua, Colombia, Brasil, Venezuela y en otros países.
” Nunca había incursionado en la literatura infantil, mejor dicho, en la literatura para niños, y traté de complacerlos. Así nació un personaje que gustó muchísimo a los niños y que fue llevado luego a la televisión: Pelusín del Monte, un títere que encarna a un campesino cubano, y que se sitúa en la línea de toda mi literatura. Eso fue por el año 1956. Después escribí dos libretos más que ellos llevaron con sus títeres a varias regiones del país, y posteriormente, al triunfo de la Revolución, ese mismo personaje siguió su «carrera» en la televisión y en dos o tres temporadas del Teatro Guiñol de Cuba. Así es como, por complacer a mis amigos titiriteros, me enamoré para siempre de la literatura para niños. Y para ellos sigo escribiendo, hasta hoy”.[7]
Dora con Pelusín
Para 1960 aparece la primera puesta en escena de La hora de estar ciegos por el grupo Teatro Estudio bajo la dirección de Roberto Blanco, en el Palacio Municipal de Marianao. Más tarde en 1961 contribuye a la preparación de los primeros libros de texto para la enseñanza primaria en Cuba. Comienza a publicar en la Revista Bohemia la sección Páginas Nuevas, destinada a promover y orientar la expresión literaria y artística de los niños y adolescentes cubanos. Su novela Tierra inerme es merecedora del máximo galardón en el II Concurso Literario Hispanoamericano de la Casa de las Américas.
” Sin una base vivencial, conocida, no creo que se pueda hacer una literatura auténticamente válida, cercana al mundo en que actúan los lectores. En Tierra inerme, las tres cuartas partes de la obra están afincadas en vivencias personales. Esa novela es una especie de visión en cámara lenta sobre lo que fue el campo cubano antes de 1959, y en ella el ambiente, los personajes, muchas situaciones constituyen un reflejo de una realidad que yo conocí y viví de cerca. Mi padre fue un ganadero rico, y en la familia de mi madre había finqueros, sitieros, jornaleros. Un verdadero mosaico del paisaje humano de nuestros campos. Fue ella quien tuvo la idea de mandarme a conocer ese mundo. De ahí que haya tomado personajes que existían en aquel medio. Clemente Muñoz es uno de ellos. En fin, se trata de un mundo que conocí porque lo viví, porque fui testigo y partícipe de sus esperanzas y de sus desgracias”.[8]

Creó piezas teatrales como Tintín Pirulero, Bombón y Cascabel, Mandamás y El sueño de Pelusín (estrenadas por el Guiñol Nacional de Cuba) y también Cómo el trompo aprendió a bailar, Espantajo y los pájaros, Quico Kirico y El adivino Cachucho, entre otras muchas. Algunos de estos textos fueron representados también en el extranjero. A inicios de la década de 1960 escribió para la televisión el programa semanal de títeres Las aventuras de Pelusín del Monte.

Presentación del libro Ponolani
Su libro de cuentos Ponolani, de 1962, obtiene primera mención en el concurso Casa de las Américas. Ese libro fue creado por la necesidad que sentía de referir a los niños la hermosa aventura de la búsqueda y captura de un ejemplar de la llamada gaviota negra que, ciertamente, realizó en unión de un modesto científico y amigo, por los mismos lugares de la costa norte de Cuba que se describen. Todo resultó fácil y muy lejos de la elaboración intelectual. Entendió que los niños no disponían de un libro de esa característica y sintió profundo gozo al ofrecérselo, llevándoles, con la aventura el interés por la ciencia y el conocimiento de los logros obtenidos por el pueblo a partir del triunfo de la Revolución. Onelio Jorge Cardoso al referirse al libro expresó:
” Yo no creo que Dora Alonso haya escrito un libro más suyo que éste (...) Ponolani (...) este libro de Dora donde la poesía tiene en su suave voz de evocada ternura, una acusación profunda por el crimen de la trata cometido”.[9]
Aventuras de Guille

En 1964 comienza la publicación de su noveleta juvenil Aventuras de Guille en busca de la gaviota negra en el suplemento para niños del diario Revolución y bajo el seudónimo de D. Polimita. Mas tarde tres textos suyos para niños, serían musicalizados -"Cuento del conejo" (criolla), "Niño pionero" (guajira), y "Niñito cubano"( habanera)-, son seleccionados entre las diez mejores canciones cubanas destinadas a niños entre 7 a 13 años.

En el año 1970 escribió Once caballos, obra que partió también de una experiencia cercana: Dora visitaba el Zoológico asiduamente; una costumbre de años. Le tenía mucha pena a los animales, y mucho más a esos que viven encerrados, privados del aire libre. A ella los animales nuevos, esos que nacen sin conocer la alegría de la libertad, le dolían mucho. Y con el libro once caballos lo que hizo fue aproximarme a ellos, a su estado de deformación; un acercamiento por la vía intelectual. Para ella, quien maltrataba a un animal era lo mismo que si maltratara a un niño, a un inocente de todo. Y esas vivencias, como muchas otras son desgarradoras e imperecederas también. Al decir de Eduardo Heras León este libro
” Más que un libro de cuentos, para los narradores de mi generación, aquel texto (Once caballos) fue una lección de madurez. Lo leímos tan entusiasmados que a partir de entonces se convirtió en uno de mis libros de cabecera. [10]
Portada de El valle de la pájara pinta

Posteriormente en 1971 su obra Cómo el trompo aprendió a bailar, alcanza el primer premio en el I Festival de Teatro Infantil de Vallenar, en Chile. Más tarde en 1973 escribió Aventuras de Guille resultando el libro de más demanda entre los jóvenes lectores cubanos, según encuesta realizadas en las bibliotecas públicas del país. Un tiempo después se dió a conocer las primicias de su noveleta para niños El cochero azul, en versión libre para el espacio Aventuras de Rapilito, transmitido por la emisora cubana Radio Progreso.

En 1975 su obra Espantajo y los pájaros merece el Premio de la Municipalidad de Leipzig, Alemania por su puesta en escena con actores alemanes y bajo la dirección de Eddy Socorro. Recibe en este propio año la Orden Nacional "Raúl Gómez García". Ya para 1979 inspirada en un relato suyo que describe el avatar de una joven negra secuestrada en África y traída a Cuba para ser vendida en un mercado de esclavos, en Guantánamo, Danza Nacional de Cuba lleva a la escena del Teatro Mella su obra Ponolani, coreografía, guión y escenografía de Víctor Cuéllar música de Miguel Cobas y vestuario de Gabriel Hierrezuelo. Sol de batey es seleccionada como la mejor novela y el mejor original del año.

El cochero azul

En 1980 su cuento "El valle de la Pájara Pinta" gana el Premio Casa de las Américas. El jurado lo integraron Alfonso Chase de Costa Rica, Armando José Sequera de Venezuela) y los cubanos Ana María Salas y Omar González. Este cuento seguía la huella trazada por El cochero azul. Con este libro quiso apartarse por todos los medios de las consabidas formas europeas. No contaba con antecedentes en este campo porque aunque Martí con La Edad de Oro resulta una raíz hermosísima, en la cuentística no tenía modelos a seguir, pero sí suficientes elementos para trabajar en una literatura infantil cimentada en la obra revolucionaria.

Tanteando aquí y allá, fue marcando distintos aspectos para la cuentística que quería hacer. En primer lugar, la realidad cubana unida a la fantasía de todo libro dirigido a la gente menuda. Luego, elementos del folklore, humor, y el marco geográfico de alguna región determinada, en este caso Varadero. Con esos elementos estructuró El cochero azul, que tuvo una buena acogida por parte de los pequeños. Al intentar su segundo cuento, El valle de la Pájara Pinta, escogió los elementos presentes en El cochero azul. El lugar esta vez fue Viñales. Todo lo que pudo decir de ese rincón cubano está presente en él; pero en esta ocasión se trata de un cuento para las niñas. La protagonista es una niña. Ella sólo podía darse en la Cuba Revolucionaria, no podía ser una niña de ayer y jamás una niña de un país capitalista. José Antonio Gutiérrez sobre este cuento afirmó:
”Si El cochero azul fue un verdadero éxito, desde el punto de vista editorial y de público, por su condición de pionero de toda una nueva tendencia de conformación artística del relato infantil cubano, a tono con lo más avanzado de la narrativa latinoamericana contemporánea, El valle de la Pájara Pinta lo es doblemente, no por repetir la fórmula, sino por subvertirla, por esa capacidad dual de ser creación y magisterio a la vez. Amén de que las dos obras pos ean un mismo proceso épico lineal y una estructura aditiva, en donde el relato realista se imbrica con lo real maravilloso, lo maravilloso hiperbólico y la magia; independientemente de los parentescos formales entre ambas, en El Valle ... confluyen elementos que actúan en favor de un determinado equilibrio expresivo en cuanto al manejo de la tensión dramática y de los recursos propios de la narración, una mayor soltura en las formas genéricas y elocutivas utilizadas, así como en el desarrollo de la trama y su desenlace, no conseguido del todo en el texto precedente”.[11]

Reconocimientos

Su vida se va desarrollando en una secuencia en 1981 recibe la medalla conmemorativa del aniversario 20 de la Invasión a Playa Girón. Recibe la Distinción por la Cultura Nacional, 1982 y la Medalla "Alejo Carpentier" en ceremonia que preside Fidel Castro. En 1983 el Teatro Nacional de Guiñol estrena su obra "Mandamás", con música de Héctor Angulo, coreografía de Alberto Méndez, diseños (escenografía, vestuario y muñecos) de Armando Morales, y dirección artística de Hedí Socorro, 1984 el compositor cubano Juan Piñera obtiene el premio en canción para ser escuchada por el niño en el XIII Concurso La Edad de Oro, por su musicalización de "En la casa que recuerdo", de "La flauta de chocolate". Aparece entre los escritores cubanos más populares de 1983, según encuesta de la revista Opina, al alcanzar 9 mil 780 votos.

En 1985 “El valle de la Pájara Pinta” es galardonado en tres ocasiones: Diploma del Premio Internacional Máximo Gorki, el premio de literatura para niños y jóvenes más relevantes de las secciones nacionales de los países socialistas de la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY); el Premio La Rosa Blanca, de la UNEAC; y el Premio de la Crítica -correspondiente a 1984- del Instituto Cubano del Libro. Para 1986 se estrena su obra El teatro de Pelusín por el Teatro Nacional de Guiñol, con música de Juan Marcos Blanco, diseños de Jesús Ruiz, coreografía de Zoa Fernández y dirección de Roberto Fernández. En 1987 su poemario “Los payasos” es incluido en el listado básico del Banco del Libro de Venezuela. Recibe una réplica del machete del General Máximo Gómez por haber contribuido con su obra a la elevación de la conciencia patriótica e internacionalista del pueblo cubani. Le es otorgado el Premio "El Diablo Cojuelo" por la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba.

Dora con Pelusín

En 1988 escribe Carta autobiográfica al Patito Feo. Es declarada Hija Distinguida en el Día del Matancero Ausente de la XIII Semana de la Cultura del municipio Matanzas. Recibe la Orden "Félix Varela" de Primer Grado, la más alta distinción cultural que concede el Consejo de Estado de la República de Cuba. Le es otorgada la categoría de Miembro Emérito de la UNEAC. Recibe el Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra. Recibe en 1989 la Distinción 23 de Agosto de la Federación de Mujeres Cubanas.

En 1990 se realiza la presentación de Juega la dama. Le es otorgada la Orden Nacional Ana Betancourt. Inicia un espacio dominical de comentarios, no sólo literarios, por Radio Taíno. Lo titula "Habladurías". Al siguiente mes comienza uno similar, pero de anécdotas "De memoria", por Radio Progreso. Recibe la Distinción por la Educación Cubana. Es presentado en 1991 el disco El cochero azul, del grupo teatral Anaquillé. Recibe el Premio "Los Zapaticos de Rosa". En 1992 teatro para niños es proclamado entre los diez títulos ganadores del Premio de la Crítica. Para 1993 es presentada su selección de Teatro para niños.

Dora a edad avanzada

Recibe en 1994 la Distinción Jovellanos correspondiente a 1993, máximo galardón de la Federación de Sociedades Asturianas de Cuba. Aparece su nuevo poemario para adultos Escrito en el verano. Por "Tres lechuzas en un cuento" recibe el Premio La Rosa Blanca, de la UNEAC. Su cuento "La rata" se publica en un libro de texto para estudiantes de preuniversitario suecos, en Estocolmo. En 1995 sale al aire por Radio Progreso su novela Donde anidan las gaviotas, con asesoría de Carmen Puga y dirección de Caridad Martínez.

Su radionovela Medialuna, bajo el título de Tierra brava y con guión y dirección general de Xiomara Blanco alcanzó gran audiencia en 1997 esta vez en televisión. Obtiene el Premio Mundial de Literatura "José Julían Martí" otorgado en Costa Rica por el conjunto de toda su obra. Publica “Tiempo ido”, crónicas periodísticas, por la nueva colección Cemí, de la Editorial Letras Cubanas. En 1999 Juan Ligero y el gallo encantado es publicado por Gente Nueva.

Muerte

Murió el 21 de marzo de 2001, a la edad de 90 años. A petición suya su cuerpo fue cremado y sus cenizas esparcidas en su querido Valle de Viñales, en la occidental provincia de Pinar del Río.

Homenajes

El 20 de diciembre de 2010 se celebró en la Casa de la Cultura “Guanajayabo”, en el municipio de Perico su pueblo natal, un homenaje por el centenario de su natalicio, bajo el título de Dora entre nosotros, al acto asistieron personalidades ligadas a la vida personal y profesional de Dora. Se develó además una tarja en honor a la famosa escritora en su casa natal, donde radica hoy la Casa de los combatientes del Consejo Popular Máximo Gómez.

Premios

Obras

Narrativa

Pelusín del Monte
  • Agua pasada, La Habana, Ediciones Unión, 1981, (Colección Cuadernos Girón)
  • Aventuras de Guille en busca de la gaviota negra, La Habana, Editora Juvenil, 1991
  • Cuentos, La Habana, Ediciones Unión, 1976 (Colección Bolsilibros Unión)
  • El caballito enano, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1968, (libro-disco)
  • El cochero azul, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1975
  • El libro de Camilín, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1979 (Colección Arco Iris)
  • El valle de la Pájara Pinta, La Habana, Casa de las Américas, 1984 (Colección Premio)
  • Gente de mar, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1977 (Colección Universo)
  • Juega la dama, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1989 (Colección Giraldilla)
  • Letras, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1980 (Colección Letras Cubanas)
  • Once caballos, La Habana, Ediciones Unión, 1970 (Colección Contemporáneos)
  • Ponolani, La Habana, Ediciones Granma, 1966 (Serie del Dragón)
  • Sol de Batey, radionovela, 1950
  • Tierra Brava, novela
  • Tierra inerme, La Habana, Casa de las Américas, 1961 (Colección Premio)
  • Tres lechuzas en un cuento, La Habana, Editorial Gente Nueva, [[1994] (Colección Biblioteca Escolar)
  • Una, La Habana, Editorial Arte y Literatura, 1977 (Colección Mínima-Narrativa, 9)

Poesía

  • El grillo caminante, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1981
  • Escrito en el verano, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1993
  • La flauta de chocolate, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1980
  • Los payasos, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1985
  • Palomar, La Habana, Ediciones Unión, 1979, (Colección Ismaelillo)
  • Suma, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1984 (Colección Mínima-Poesía)
  • Viaje al Sol, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1979 (Colección Jardinerito)

Teatro

  • Doñita Abeja y Doñita Bella, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1976
  • Espantajo y los pájaros, La Habana, Consejo Nacional de Cultura, 1966 (Colección Biblioteca del Teatro Infantil, 1)
  • Pelusín del Monte, La Habana, Editorial Gente Nueva (Colección Arco Iris)
  • Teatro para niños, La Habana, Editorial Gente Nueva, 1992 (Colección Biblioteca Escolar)

Enlaces externos

Referencias

Fuentes