Dualidad monetaria

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Dualidad Monetaria en Cuba
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Concepto:situación en que dos monedas coexisten y comparten legalmente, en alguna medida, las funciones del dinero en la economía nacional.


Dualidad monetaria: situación en que dos monedas coexisten y comparten legalmente, en alguna medida, las funciones del dinero en la economía nacional. Es decir que sean utilizadas como medio de pago, medida de valor (expresión de los precios de los bienes y servicios que se comercializan, las deudas y los registros de los valores económicos) y como medio de atesoramiento (depósitos en los bancos y efectivo).

Por lo general, la aparición de la dualidad monetaria está asociada a situaciones que afectan severamente al sistema productivo e impiden que la moneda nacional preserve las funciones del dinero.

Surgimiento de la dualidad monetaria

La desaparición del campo socialista significó un extraordinario impacto para la economía cubana. Entre 1989 y 1993 el Producto Interno Bruto (PIB) sufrió una caída del orden del 35%; se perdió más del 80% del comercio exterior, el consumo de combustible se redujo en más de un 50% y desaparecieron casi en su totalidad las fuentes externas de financiamiento.

El gobierno de Estados Unidos recrudeció el bloqueo y aprobó dos leyes dirigidas a obstaculizar el proceso de reinserción financiera y comercial de Cuba en las nuevas circunstancias de la economía internacional: La Ley Torricelly (1992) y la Ley Helms – Burton (1996).

A pesar de la abrupta caída en la actividad económica del país, se preservaron el empleo y los salarios, con la intención de aminorar el costo social de la crisis. Sin embargo, fue imposible evitar el crecimiento excesivo de la cantidad de dinero en manos de la población entre los años 1990 y 1993, en momentos que la oferta de bienes y servicios se contraía como resultado de las adversidades económicas ya señaladas.

Lo anterior, propició un significativo crecimiento en los precios y el deterioro de las funciones de la moneda nacional en un entorno donde proliferaba la economía informal, regida por las leyes de oferta y demanda. Esta situación generó una significativa pérdida del poder adquisitivo da la moneda nacional y un ambiente de inestabilidad económica. Comienza a utilizarse el dólar en gran escala para las transacciones entre la población, como consecuencia de la creciente presencia de turistas en el país y de la entrada de remesas por distintas vías.

En esta coyuntura resultó inevitable una dolarización parcial de la economía cubana, denominación que sitúa en su justa medida el tipo de dualidad monetaria prevaleciente en ese periodo.

A partir de 1993, se despenaliza la tenencia de divisas, decisión que se complementa con otras medidas como la autorización de abrir cuentas de ahorro en dólares; la puesta en funcionamiento de una red de casas de cambio (CADECA) a lo largo de todo el país que posibilita la convertibilidad interna de la moneda nacional para la población; y el establecimiento de una red de comercio minorista en dólares, con la función de recaudar divisas.

De esta manera, se oficializa una situación que se venía incrementando desde los inicios del periodo especial: la tenencia y circulación informal del dólar dentro del circuito monetario de la población; y se concretaba el primer paso de trascendencia en la reorganización del entorno monetario nacional, en busca de incorporar oficialmente estos flujos monetarios a la economía del país.

Características de la dualidad monetaria en Cuba

A pesar de todo lo anterior, el pueblo continuó recibiendo los servicios fundamentales, entre ellos, la salud y la educación de forma gratuita. Se garantizó el funcionamiento del sistema de asistencia social de acuerdo a las posibilidades. Los servicios básicos como la electricidad, el agua y el gas, no sufrieron alteraciones significativas en sus precios y se continuaron cobrando en moneda nacional. Esta política también se aplicó para un grupo de productos alimenticios básicos que continuaron distribuyéndose a precios altamente subsidiados.

En el sector empresarial fue necesario introducir nuevas formas de gestión económica, que provocaron la división de la economía en dos grandes agrupaciones:

  • La que se caracterizaba por su operatoria en dólares y una expansión de la inversión extranjera. Surgieron numerosas empresas mixtas, representaciones de firmas extranjeras e incluso sociedades mercantiles cubanas que trabajaban bajo diferentes esquemas de autofinanciamiento en divisas.
  • El constituido por el resto de las empresas y unidades presupuestadas de la economía nacional que continuaron operando en pesos cubanos y que dependían de asignaciones centralizadas de divisas.

Todo ello en un escenario que se distinguió por su marcada descentralización y la incorporación de determinados elementos de mercado, sin que existiera la preparación técnica y la madurez institucional necesarias para incorporarlos a nuestros métodos y mecanismos de planificación.

Principales problemas económicos afrontados

La pérdida del poder adquisitivo de los salarios, erosionó en buena medida su capacidad movilizativa de las fuerzas productivas, al dejar de ser el mecanismo fundamental para la distribución de los bienes y servicios creados por la sociedad, deteriorándose la relación directa entre el nivel de vida y los resultados del trabajo.

Aparecieron nuevas formas de ingresos, incluyendo las ilegales, que acentuaron las desigualdades. En estas nuevas circunstancias, quienes reciben significativos ingresos en dólares o moneda nacional que no provienen del salario, tienen igual acceso a productos y servicios altamente subsidiados, lo cual les otorga el dañino privilegio de un desmedido poder adquisitivo y resulta social y económicamente nocivo.

En un número de ciudadanos se generó un pernicioso concepto: luchar por obtener todos los medios materiales que sean posibles para él y su familia, con independencia de su aporte a la sociedad, sin establecer en su mente vínculo alguno entre su deber de aportar a la sociedad y su derecho a recibir. Esto último es particularmente nocivo en los casos en que se tiene autoridad sobre riquezas materiales, pues se convierte en un factor primario para el ejercicio de la corrupción y el fraude.

Entidades productivas que se apartaron del objeto social para el que habían sido creadas, estimuladas por la posibilidad de obtener ingresos en moneda libremente convertible.

Entidades productivas que generaron una tendencia desmedida a la importación e insuficiente gestión financiera y negociación contractual en la concepción de las operaciones comerciales con el exterior. Todo ello limitaba la disponibilidad de divisas y la capacidad de articular políticas en las que primara el interés nacional.

No existencia de una tasa de cambio oficial que refleje objetivamente el valor real de nuestra moneda nacional y permitiera su convertibilidad interna, impidió una integración racional del sector estatal de la economía en sí misma, y con un todo con el resto del mundo.

Dualidad monetaria y poder adquisitivo.

Es común que la causa del bajo poder adquisitivo de los salarios se atribuya a la doble circulación monetaria y a la tasa de cambio de CADECA, percepción que estimula la creciente demanda popular de eliminar la dualidad monetaria, como solución mágica y definitiva para este problema. En tal sentido, se requiere de una comprensión integral de la situación actual, como premisa indispensable para estimular la participación la participación consciente de todos en la solución – que no será rápida y fácil – de este y otros retos que debemos enfrentar.

Las causas fundamentales que propician la pérdida del poder adquisitivo del salario, y debilitan su papel como fuente fundamental para la distribución de los bienes y servicios creados por la sociedad, están vinculadas a la organización, eficiencia y al nivel de productividad del trabajo en la economía, así como a la efectividad de los procesos distributivos y redistributivos de la riqueza creada.

La eliminación de la dualidad monetaria coadyuvará a la mejor medición de la eficiencia económica y será un factor positivo para promover el desarrollo económico del país, pero no es una medida que crea de por sí nuevas riquezas. No es un fin. Es un medio.

Para que no se produzca un desequilibrio monetario inmanejable, debe existir un determinado balance entre salario y demás pagos que el Estado le hace a la población y los ingresos que le llegan a las personas del exterior, por una parte, y los productos y servicios que se ofertan por las entidades estatales, por la otra.

Todo lo anterior permite concluir que la eliminación de la dualidad monetaria no puede lograrse mediante la sustitución del peso cubano por el peso convertible a la tasa del uno por uno. Esta se alcanzará cuando el peso cubano sea la única moneda que circule en nuestro país con una sola tasa de cambio, pero esta última y el poder adquisitivo de esa única moneda (el peso cubano) no depende ni dependerá de una decisión administrativa, sino del nivel de fortalecimiento y eficiencia de nuestra economía.

Avanzando hacia la unificación monetaria

  • Once años después de la despenalización de la tenencia de divisas, en nuestro entorno monetario predominaba la circulación del peso cubano y el dólar estadounidense. El peso convertible, introducido en 1994 con una tasa de cambio frente al dólar de uno por uno, era utilizado de manera muy limitada por nuestra población.
  • En julio de 2003 el sistema monetario cubano experimentó una importante transformación al pasar a pesos convertibles las transacciones entre las empresas del Estado y sus cuentas en dólares. Con ello se eliminó la circulación del dólar entre las empresas estatales cubanas.
  • En octubre de 2004 se estableció el cobro en pesos convertibles de las ventas de bienes y servicios realizadas por el segmento de la red minorista que anteriormente operaba en dólares, y se aplicó un gravamen del 10% al cambio de dólares. Esto se aplicó como respuesta a las acciones tomadas por el gobierno estadounidense para recrudecer el bloqueo impuesto a nuestro país, tratando de impedir mediante amenazas y sanciones económicas a bancos extranjeros, que nuestro país pudiese depositar en el exterior los dólares recaudados por establecimientos cubanos…
  • En el primer cuatrimestre de 2005 se revalorizaron las monedas nacionales y se reforzó el proceso de desdolarización, que se extendió a los depósitos del pueblo en las instituciones bancarias. El peso cubano se reevaluó un 7% con relación al peso convertible y este último en un 8% con relación al dólar.
  • Adicionalmente, se instrumentó la Resolución 92 del Banco Central de Cuba, dirigida a fortalecer el control sobre el uso de los recursos en divisas del país, ordenar las relaciones monetarias y financieras del sector estatal de la economía y reforzar las medidas de control de cambio con el objetivo de imprimirle un mayor nivel de racionalidad y ordenamiento a las relaciones financieras y comerciales con el exterior.

Al cierre de febrero de 2008 el ahorro de la población mantenía la siguiente estructura por tipo de moneda: 58,9% en pesos cubanos, un 35,9% en pesos convertibles y solo el 5,2% en dólares, lo que evidencia la confianza de la población en las monedas emitidas por las autoridades monetarias cubanas.

Bibliografía

  • Documento del PCC. Material de estudio abril – junio 2008. Editora Política.
  • Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
  • Carlos García y colectivo de autores. Economía cubana: del trauma a la recuperación. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.1998.