El espejo de tinta

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El Espejo de Tinta
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Título originalEl Espejo de Tinta
Autor(a)(es)(as)Jorge Luis Borges,Bandera de Argentina Argentina
Génerocuento

El Espejo de Tinta; cuento escrito por el destacado escritor argentino Jorge Luis Borges. Fue publicado primero en la revista Crítica el 30 de septiembre de 1933 y luego en el libro Historia universal de la infamia 1935. Entre los temas que sugiere, se destacan los del espejo, del círculo y del tiempo, y de las máscaras. También nos habla de la estética y del poder de la palabra.

Argumento de la obra

Abderrahman el Masmudí, el hechicero del cruel Rey Doliente de Sudán, tiene poderes sobrenaturales que le permiten proyectar las maravillas del mundo en un pequeño espejo de tinta. Entre esas maravillas siempre aparece un hombre con una máscara. Un día, el rey despiadado pide ver morir un hombre. En el espejo de tinta aparece un hombre con el rostro cubierto. El hechicero manda traer a ese hombre, y cuando lo traen a la presencia del rey, el hechicero le advierte sobre el peligro de matar a este hombre. El rey le pide que prosiga con la ejecución y cuando le quitan la máscara al hombre, el rey ve que la cara de aquél hombre es la suya propia. El miedo y la locura lo invaden y rueda muerto por el suelo.

Personajes

  • El Rey Sudanés Yakub «El Doliente»
  • El Hechicero
  • El Enmascarado

Datos del autor

Jorge Luis Borges Nació en Buenos Aires, el 24 de agosto de 1899 fue un escritorargentino, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el pensamiento universal, y que ha sido objeto de minuciosos análisis y de múltiples interpretaciones, trasciende cualquier clasificación y excluye todo tipo de dogmatismo. Es considerado uno de los eruditos más reconocidos del siglo XX. Ontologías fantásticas, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, dramas teológicos, invenciones geométricas y recuerdos inventados son parte del inmenso paisaje que las obras de Borges ofrecen tanto a los estudiosos como al lector casual. Y sobre todas las cosas, la filosofía, concebida como perplejidad, el pensamiento como conjetura, y la poesía, la forma suprema de la racionalidad. Siendo un literato puro pero, paradójicamente, preferido por los semióticos, matemáticos, filólogos, filósofos y mitólogos, Borges ofrece —a través de la perfección de su lenguaje, de sus conocimientos, del universalismo de sus ideas, de la originalidad de sus ficciones y de la belleza de su poesía— una obra que hace honor a la lengua española y la mente universal. Ciego desde los 55 años, personaje polémico, con posturas políticas que le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura al que fue candidato durante casi treinta años. Fallece en Ginebra el 14 de junio de 1986.

Simbología

  • Tinta

La tinta representa la escritura y la literatura mismas. Pero la escritura en Borges es idéntica al proceso de lectura, es decir, estos dos procesos son dos caras de la misma moneda: la creación. Entonces, la creación estaría en el centro de la obra Borgeana, y como ejes creadores estarían la escritura (tinta, re-escritura), la lectura (y re-lectura), la palabra, el pensamiento y el sueňo, como en Las ruinas circulares , un cuento que afirma su biógrafo es una parábola sobre la creatividad . La tinta es entonces metáfora de la literatura y la literatura es creación pura. Alfonso de Toro argumenta que la tinta-literatura en Borges es un sueño dirigido. Es decir, se reconoce que hay un elemento irreal en Borges pero a la vez se acepta que este carácter irreal es más bien un artificio muy lógico y estructural del estilo Borgeano. En realidad no hay nada de irreal en Borges, porque él ha renunciado a la realidad desde el inicio, y ha escogido la ficción como su único mundo posible. Entonces la frase sueño dirigido se refiere a la retórica empleada por el escritor Borges, y no tanto a la naturaleza real o irreal de su obra. Borges nos sumerge de lleno en el mundo de los sueños, es decir, estamos en ese mundo desde el principio de sus cuentos. Y nunca salimos de ese sueño, salvo para ir a otro sueño. Esta es la realidad en Borges. Como explica el crítico Alberto Ribas-Casayas, la tinta (el lenguaje) tiene poder: es como las palabras que hacen cosas, crean un encantamiento, son vehículo de una invocación. Se dice Hágase X y se hace X. Ribas-Casasayas explica que la tinta-escritura en Borges es como una entelequia aristotélica, y por entelequia se entiende: entidad inmaterial que contiene en sí misma el motor que conduce al fin o actualización que ella misma es en potencia . La tinta es pues El Logos Bíblico, La Palabra, El Soplo Divino, que al nombrar, crea. Alazraki apoya esta naturaleza religiosa, divina, de la tinta, y que prefigura objetos divinos como el Aleph o bien la visión de la Rueda en La Escritura del Dios La tinta es el instrumento mágico del poeta que nombra al mundo , creándolo y recreándolo.

  • Espejo

Los espejos son objetos-símbolos muy recurrentes en la obra del escritor Borges: forman parte de la biografía de Borges, de sus obsesiones y de sus terrores nocturnos desde su niñez Sobre este horror a los espejos, el mismo autor-narrador nos dice en el cuento «Los espejos velados» que: Yo conocí de chico ese horror de una duplicación o multiplicación espectral de la realidad, pero ante los grandes espejos. Su infalible y continuo funcionamiento, su persecución de mis actos, su pantomima cósmica, eran sobrenaturales entonces desde que anochecía Pero en este cuento, el espejo es más bien un instrumento productor de realidades, que van desde la mente del hechicero, pasan por el espejo y terminan en la mente del Rey Yakub. En realidad es el hechicero quien hace posible estas apariciones, a través de la magia y el poder de la palabra. Otra interpretación del espejo sería la de una especie de pasadizo fantástico, donde se podría ingresar a otra dimensión, universo o bien, situarse fuera del tiempo, en un lugar atemporal, como lo afirma Balderston: El Sur...alude a la eternidad del instante. Hay varias figuras heroicas en Borges que viven fuera del tiempo, en la eternidad y separados de nosotros como por un cristal. Para Alazraki, el espejo sería no tanto un tema o leitmotif recurrente sino más bien un aspecto central de la estructura estilística borgeana. Es decir, no se niega la presencia constante de la imagen o metáfora del espejo, pero para Alazraki el espejo es un instrumento retórico alrededor del cual se tejen sus historias, es un eje central, un diseňo organizador del relato, el principio estructurador Así que Alazraki está de acuerdo con el comentario del desconstruccionista Paul de Man, quien dice que todos los cuentos [de Borges] tienen una estructura semejante a un espejo Alazraki trata de seguir esta línea crítica-literaria en torno a un principio estructurador muy evidente.

  • El círculo y el tiempo

Es muy posible que en Borges el círculo sea un referente del Tiempo. Según la experta Beatriz Borovich El tiempo en Borges fluye en círculos infinitos, junto con las letras y los planetas. Entonces, con respecto al tiempo, Borovich señala un claro concepto de eterno retorno inmanente en la obra borgeana. Mientras tanto, otra experta en Borges, Ana Berrenechea nos dice que uniendo las filosofías de Berkeley, Schopenhauer y Nietzsche, Borges llega a la conclusión de que todas las cosas vuelven cíclicamente. Jaime Alazraki también nos habla de la relación entre círculo y tiempo: De todos los esquemas temporales en Borges, su preferido es el cíclico o circular. Sin embargo, este concepto de Eterno Retorno, para Alazraki, no es el clásico noción de la repetición de lo mismo, o el eterno retorno de lo idéntico, sino más bien de un tiempo cíclico en el que hay pequeňas variaciones: En el ensayo sobre J.W. Dunne, Borges presenta al lector la espléndida teoría de Dunne sobre El Tiempo, en el que el tiempo tiene innumerables dimensiones. Y según Alazraki, es esto lo que vemos en El jardín de senderos que se bifurcan , pues es allí donde encontramos una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Por otro lado, también se puede entender el círculo como la esfera divina, sin centro y sin circunferencia, infinita pues en el tiempo y en el espacio. Para Robin Lefere, el círculo es sin duda Dios: La Rueda en este cuento es una revelación del absoluto. Ésta es aún más reveladora que el Aleph: además de proporcionar una visión total, la propia visión del uni-verso, revela las causas y los efectos, por tanto, la Necesidad y la Unidad última de Todo. Otro experto, Adrián Huici, piensa también que el círculo es Dios, y enseguida hace un repaso por la historia de esta idea del círculo. Además, este autor también relaciona la idea de círculo con la idea de eternidad o la doctrina de los ciclos.. Entonces el círculo es relacionado con Dios, el tiempo y la eternidad.

  • Desierto

El desierto es la metáfora del laberinto. Se ve muy bien cómo el desierto es una versión laberíntica borgeana en el cuento Los dos reyes y los dos laberintos (recogido en El Aleph), en el que el rey babilónico se pierde y muere, como castigo a su arrogancia. Entonces, el desierto, además de ser una creación de Dios, es también símbolo de otra cosa, no necesariamente como algo en sí mismo. El símbolo en Borges es pues siempre símbolo de otra cosa más, el referente nunca es estático, sino dinámico. También, hay que señalar que el desierto puede ser visto como una metáfora de las posibilidades de la literatura de ir en direcciones infinitas, usando un lenguaje finito. Mientras que los laberintos edificados por reyes y sociedades son finitos, el desierto, creado por Dios, es infinito, como las posibilidades para el lector y para el escritor, y esto sugiere la naturaleza infinita de la escritura y la literatura.

  • Máscara

Según Norma Garza Saldívar la máscara significa o bien el doble o bien la otredad: La máscara juega a ser otro, a representar otro ser. También podría ser la palabra del poeta o literato, ya que la palabra a veces funciona como instrumento y otras veces es una barrera. A veces nuestro lenguaje es muy pobre y no podemos acceder a los misterios del universo a través de éste. Otras interpretaciones de la máscara hacen alusiones, primero que nada, a aquello que la máscara cubre: la cara. Sylvia Molloy piensa que el uso de máscaras como un leitmotif (igual que los espejos, laberintos, etc.) en la obra borgeana cumple una función de lo que llama (en una discusión de El tintorero enmascarado Hákim de Merv theatrical distancing , es decir, como una forma de performance e incluso de decepción. Entonces, la máscara esconde o disfraza no sólo al autor mismo, el ser real Borges, sino que puede ser también la última barrera rumbo al absoluto, al sentido o a lo sagrado, como clama Alfonso de Toro. También, para este último crítico, las diferentes máscaras que utilizan y las formas de disfrazarse que realizan los personajes Tom Castro en particular en los textos borgeanos simbolizan el intento de encontrar una identidad absoluta, que en realidad no existe. En muchos de los cuentos de Borges se topa el lector con las máscaras de la divinidad, y algunas veces con la divinidad misma, como en El Aleph , pero este intento de fijar y comprender lo divino inevitablemente falla.

Fuente