El Rebozo

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El Rebozo (Pintura)
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La pintura de Jesús Helguera muestra la situación de la mujer precolombina se encontraba en dos posiciones totalmente opuestas: como diosa y como víctima.
Datos Generales
Autor(es):Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza
Año:19401970
País:México
Estilo pictórico:Modernismo
Técnica:Óleo sobre Lienzo

El Rebozo es una pintura de Jesús Helguera, Pintor e Ilustrador Mexicano, como también se le conoce como el Pintor de la Identidad Mexicana.

Historia

La figura femenina en la obra pictórica de Jesús Helguera”, en el que se pretende abordar a la mujer como objeto de representación, en una época en específico como lo es el México de los años 1940 a 1970. El objetivo que se busca a través de esta investigación es concientizar tanto a la sociedad, como al artista actual en materia de perspectiva de género, dejando finalmente una puerta abierta hacia la reflexión de cómo el arte podría ser una herramienta de transformación social.

La situación de la mujer precolombina se encontraba en dos posiciones totalmente opuestas: como diosa y como víctima. Si bien tenían el respeto de los hombres por la admiración que le profesaban a la fertilidad, la sociedad indígena era meramente patriarcal.

El papel que desempeñaba la mujer era obedecer, servir y procrear, independientemente si su condición era noble o humilde. Igual servían como cocineras y telanderas y también trabajaba en las labores del campo lo que las hacía un importante elemento productivo en el desarrollo económico y cultural, éste último por transmitir las costumbres y tradiciones a través de leyendas y ritos. Desde pequeñas eran instruidas en las actividades que, de acuerdo a su sexo, debían cumplir.

Eran comprometidas desde pequeñas y ellas asentían sabiendo el papel que desempeñarían en el hogar. Dentro del ambiente familiar había gran respeto, el adulterio era castigado tajantemente con la lapidación y además existía una especie de divorcio en la que los hijos varones se iban con el padre y las hijas con la madre, pero el valor de la mujer estaba determinado por el número de hijos que eran capaces de darles al hombre, siendo esto una confirmación a su hombría.

Existía otra índole íntima que afectaba profundamente su psicología y por medio de la cual se identificaba a través de su religión con la madre naturaleza en sus tres aspectos: vida, conservación y muerte.

Esta posición le daba a la mujer indígena una exaltación como dadora de vida, pero también hay que recordar que en ocasiones debía entregar a sus hijos en sacrificio a sus dioses.

En este sentido es como se puede comprender de manera más cercana cómo es que su condición de madre la engrandecía al mismo tiempo que implicaba sacrificarse a sí misma, la madre sufriente que asumía lo que el hombre decidía.  Y esta situación se multiplicó al llegar la conquista española que trajo con ella aún mayor sumisión, pero una sumisión humillante, al ser objeto de ultrajes por parte de los españoles que las tomaban y dejaban sin más y a la impotencia de no contar con el apoyo de los antiguos señores que tuvieron que rendirse ante el poder español. 

La conquista implicó un resquebrajamiento cultural total en todos los aspectos, desde su religión y costumbres, así como el orgullo del hombre indígena del que sólo quedo el recuerdo en esas viejas anécdotas que alababan sus victorias y bravura.

Las mujeres comenzaron a criar a sus hijos solas y es que el nuevo hombre no pedía permiso para tomarlas y aun cuando algunos españoles se casaban, no eran vistos como un igual, lacerando con mayor fuerza la condición de ser mujer y acentuando más esa idea de la sufrida mujer mexicana que lo aguanta todo.

En la época colonial se definen los roles de género de acuerdo a su posición social. Para la mujer aristocrática su limitada educación se encontraría en casa, mientras esperaba a casarse, o en los conventos. Sin embargo, para la mujer humilde la educación era nula o a lo que más aspiraría a aprender sería a coser y a bordar, aunque su destino prácticamente eran las casas o haciendas como sirvienta en donde sería abusada y maltratada por los patrones. Cabe señalar que mujer rica o humilde, ambas serían instruidas en la religión cristiana

Datos del autor

Nació el Jesús Enrique Emilio de la Helguera Espinoza el 28 de mayo de 1910, fue un pintor e ilustrador mexicano, hijo de Álvaro de la Helguera García, economista español emigrado a México, y de la mexicana María Espinoza Escarzaga.

Vivió los primeros años de su infancia en la Ciudad de México y posteriormente en la ciudad veracruzana de Córdoba. A los siete años abandonó México con su familia a causa de la revolución mexicana y emigró a España. Allí radicó inicialmente en Ciudad Real y posteriormente en Madrid, donde, a los doce años de edad, ingresó en la Escuela de Artes y Oficios, bajo la tutela de Hipólito Hidalgo de Caviedes, dos años más tarde ingresó en la Academia de San Fernando para completar sus estudios de pintura; estudió primeramente bajo la tutela de Cecilio Plá y Moreno Carbonero y después con los maestros Marcelino Santamaria, Manuel Benedito y Julio Romero Torres.

Su trayectoria escolar, conjuntamente con el estudio independiente de obras en el Museo del Prado lo llevaron a ser galardonado en un concurso del Círculo de Bellas Artes con diferentes premios y matrículas de honor. El prestigio obtenido le abrió la posibilidad de trabajar como ilustrador para diferentes editoriales.

Helguera tuvo su primera experiencia docente a los 19 años de edad como maestro de dibujo en la primaria. Sin embargo, algunos años después ganaría un concurso por oposición para obtener una plaza de maestro de arte en un instituto de Bilbao. Este sería el inicio de una carrera sobresaliente en la enseñanza pictórica española.

Al estallar la guerra civil española, Helguera, en familia con su esposa Julia Gonzáles Llanos y con sus dos hijos (María Luisa y Fernando), optó por retornar a México ante las dificultades económicas en las que se encontraba. Su primer trabajo en México lo encontró en la revista "Sucesos para todos". durante ese tiempo recorrió el país para hacerse una imagen del mismo y de sus costumbres y tradiciones y conocer su geografía, de esta forma es como nació la que sería la primera versión de "La Leyenda de los Volcanes", uno de sus trabajos más reconocidos.

A partir de 1954 y hasta 1970 trabajó para la editorial Galas de México, la editorial encargada de reproducir su obra de forma seriada para publicidad comercial por encargo de la Cigarrera La Moderna. Falleció el 4 de diciembre de 1971 a causa de una hernia intestinal.

Fuentes