El atlas de las nubes

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El Atlas de las Nubes
Información sobre la plantilla
Ciencia ficción | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Atlas.jpg
Otro(s) nombre(s)Could Atlas
GuiónAndy Wachowski, Lana Wachowski (AKA Larry Wachowski), Tom Tykwer (Novelas: David Mitchel)
DirectorTom Tykwer, Andy Wachowski, Lana Wachowski
RepartoTom Hanks, Halle Berry, Hugo Weaving, Ben Whishaw, Jim Sturgess, Du-na Bae, Ben Whishaw, James D'Arcy, Xun Zhou, Keith David, David Gyasi, Susan Sarandon, Hugh Grant, Robert Fyfe, Martin Wuttke, Robin Morrissey, Brody Lee, Amanda Walker, Ralph Riach, Andrew Havill
Premios2012: Premios Globo de Oro: nominada a la mejor banda sonora original 2012: Satellite Awards: 3 nominaciones: mejor montaje, vestuario, efectos visuales 2012: Critics Choice Awards: Mejor maquillaje. 3 nominaciones
ProductoraCoproducción Estados Unidos-Hong Kong-Singapur-Alemania; Cloud Atlas Productions / X-Filme Creative Pool / Anarchos Pictures / Ascension Pictures / Five Drops / Media Asia Group
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Sitio web
http://cloudatlas.warnerbros.com/

El atlas de las nubes. Conjunto de varias historias que se desarrollan en el pasado, el presente y el futuro. Cada una de ellas está contenida en la anterior, y todas están enlazadas entre sí por pequeños detalles.

Sinopsis

El atlas de las nubes es una novela que da la vuelta al mundo y recorre desde el siglo XIX hasta un futuro apocalíptico, a través de seis historias entrelazadas. El relato se abre en 1850 con el regreso del notario estadounidense Adam Ewing desde las islas Chatham a su California natal. Durante el viaje, Ewing traba amistad con un médico, el doctor Goose, que comienza a tratarle de una extraña enfermedad causada por un parásito cerebral...

Repentinamente, la acción se traslada a 1931 en Bélgica, donde Robert Frobisher, un compositor bisexual que ha sido desheredado, se introduce en el hogar de un artista enfermizo, su seductora esposa y su núbil hija... De ahí saltamos a la Costa Oeste en la década de los '70, cuando Luisa Rey destapa una red de avaricia y crimen que pone en peligro su vida... Y, del mismo modo, con idéntica maestría, viajamos a la ignominiosa Inglaterra de nuestros días, a un superestado coreano del futuro próximo regido por un capitalismo desbocado y, finalmente, a Hawai, a una Edad de Hierro post-apocalíptica que corresponde a los últimos días de la historia.

Reparto

Crítica

Escribir una novela a partir de seis historias independientes entre sí, ambientadas en épocas distintas y con personajes sin ninguna conexión, supone una empresa arriesgada y ambiciosa a partes iguales. Principalmente por el cúmulo de nombres a recordar así como sus motivaciones o trascendencias sobre lo que sucede en cada una de ellas teniendo en cuenta que, al no ser narradas de forma lineal y saltar de una a otra cada ciertas páginas, uno debe tardar en asimilar seis historias que te están contando a la vez de forma intermitente.

Al menos el formato de novela te permite ir atrás y adelante a conveniencia para recordar quién hizo qué y por qué si en algún momento la narración colectiva te lleva a olvidar ciertos aspectos. Pero David Mitchell parece que consigue manejarlo con cierta destreza, como así atesora el premio Broker, uno de los más prestigiosos de la literatura en lengua inglesa, concedido a la novela en la que se basa esta película. A la novela no puedo juzgarla porque no he tenido la ocasión de leerla, pero desde luego con semejante aval no seré yo quién ponga en duda su capacidad narrativa. Lo que sí parece, una vez más, que adaptar una novela al cine, y más con una narrativa complicada, no siempre puede ofrecer el resultado esperado.

Desde luego a los Wachowski no se les puede negar su capacidad visual. Lo demostraron con la trilogía de Matrix, siguieron con Speed Racer y ahora vuelven en parecida medida con El Atlas de las nubes, reservándose entre sus tres historias las dos futuristas que dan más juego a su estética habitual, dejando al alemán Tom Tykwer las de corte más tradicional. El problema por supuesto llega a la hora de entremezclar el sexteto argumental, que aunque independientes unos de otros se supone que sutilmente cada uno va influyendo de alguna manera en el siguiente, por mucho que el montaje sea una obra de orfebrería bien construida, no quita que el interés por unas historias, algunas por simplistas, otras por demasiado elaboradas, otras por pretenciosas y pseudo-trascendentes, acabe diluyéndose en gran parte por un metraje excesivamente interminable.

Lo que para algunos será un acierto, para mí se convierte en el obstáculo final de la película: el pluriempleo del reparto. Que sí, que visualmente puede tener su atractivo y el maquillaje hace que a veces tardes en localizar a quién está debajo de la máscara, pero este recurso funciona bien en comedia, o al menos así nos convencieron Monthy Pyton, pero cuando se supone que me estás contando cosas serias, trascendentes, con aires de misticismo, pues no. Conmigo al menos este batiburrillo pretencioso no funciona. Con un tijeretazo de casi una hora igual me lo tomaba más a la ligera, pero con semejante tocho le veo la gracia por muy pocos sitios.

Fuente