Elizardo Sánchez

Elizardo Sánchez
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NombreElizardo Sánchez Santa Cruz-Pacheco
Nacimiento29 de junio de 1944
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
Conocido porEl Camaján[1]

Elizardo Sánchez. Conocido en Cuba como "El camaján".[1]Contrarrevolucionario de origen cubano que por orientaciones de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana y la CIA ha fundado varias organizaciones con fachada de defensoras de los derechos humanos, para ocultar sus actividades anticubanas. En abril de 2015, formó parte de los mercenarios que usurparon el nombre de Cuba y fueron aceptados para participar en los Foros Paralelos de la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá.

Ha cumplido sentencias en varias ocasiones por sus actividades contrarrevolucionarias. Asiste con frecuencia a reuniones en la SINA, lugar donde recibe orientaciones y financiamientos para sus actividades.[2]

Síntesis biográfica

Elizardo Sánchez Santa Cruz-Pacheco nació el 29 de junio de 1944 en Santiago de Cuba. En 1959 se afilia al Partido Socialista Popular y da numerosas muestras de apoyo a la Revolución. En 1962 trabaja como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde ocupa diversas responsabilidades hasta que recibe un curso intensivo en 1968 y pasa a ser profesor de Filosofía Marxista en la Universidad de La Habana.

Algunos de sus compañeros de trabajo aseguran que durante los dos años en los que laboró en la casa de altos estudios demostró una gran ambición personal, la que unida a una personalidad autosuficiente y un grado de resentimiento manifiesto hacia sus compañeros de trabajo, lo llevaron a solicitar su baja.

En los primeros años de la Revolución siempre acusó a los principales líderes de la misma, de intentar formar “una elite pequeño-burguesa que ponía en riesgo el rumbo socialista del proceso revolucionario”.[3]

Actividades contrarrevolucionarias

Los servicios de contrainteligencia cubanos han demostrado que en aquella época, de manera espontánea, se convierte en informante de los Servicios de Inteligencia norteamericanos. La agente de la CIA Martha Frayde Barraqué ha firmado documentos en los que asegura que Elizardo le entregaba informaciones que luego ella hacía llegar a la CIA.[3]

En 1985, luego de cumplir una sanción de cinco años por actividades contrarrevolucionarias, crea al menos dos organizaciones que tenían como fachada la lucha por los derechos humanos. Recibe para ello todo las orientaciones y el financiamiento de parte de funcionarios de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana. La función real de estas organizaciones sería el control, preparación y financiamiento de actividades contrarrevolucionarias.

Realiza constantes visitas a la SINA, a la vez que ingresa al denominado Comité Cubano Pro Derechos Humanos, creado por Ricardo Bofill Pagés, un contrarrevolucionario de origen cubano que como pago a sus acciones radica en Miami. En la SINA Elizardo da cuenta de numerosas supuestas violaciones a los derechos humanos y ya en 1987 es ascendido a vicepresidente de la organización presidida por Bofill.

Por diferencias personales con Bofill y orientaciones de la SINA, crea el 23 de octubre de 1987, la denominada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) , de la inmediatamente se autodenomina presidente, cargo que ha seguido ocupando.[4]

Desde 1989 la SINA coordina sistemáticos encuentros de Elizardo con políticos y legisladores norteamericanos que visitan Cuba, para que este pueda entregar información manipulada sobre la realidad actual en la Isla. Con este proceder un grupo de organizaciones pretende interferir en cualquier futuro entendimiento entre los Estados Unidos y Cuba. La sección de intereses también crea las condiciones para que Elizardo estreche vínculos con organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, hacia las cuales canaliza testimonios de supuestas violaciones de los derechos humanos en Cuba, fabricados por él mismo y sus principales colaboradores.

Por sus actividades contrarrevolucionarias es nuevamente sancionado a poco más de un año de privación de libertad, terminando de cumplir su sanción en 1992, año en el que se enfrasca en mostrarse ante las organizaciones contrarrevolucionarias en Miami como una alternativa política interna llevando a un segundo plano su trabajo como supuesto defensor de los derechos humanos.

El cambio operado en Elizardo, que lo llevó a crear el llamado Proyecto de Programa Socialista Democrático, así como el Centro de Estudios sobre Democracia (CEDE), fue provocado por las palabras del presidente norteamericano George H. Bush, que ante la caída del campo socialista había declarado que el sería el primer presidente norteamericano en pisar tierra libre cubana.

En un intento por dar una falsa imagen como conciliador, Elizardo había declarado en una entrevista para El Nuevo Herald:

“Es absurdo que alguien de la disidencia interna cubana no necesite el apoyo de los exiliados…” “[…] En la isla, la intolerancia de la izquierda comunista es realmente peligrosa, ya que nos encarcelan. Sin embargo, los grupos de extrema derecha en Miami no son un peligro inmediato para nosotros […]”

Aprovechando el apoyo dado por parte del gobierno norteamericano, el agente de la CIA Carlos Alberto Montaner envió desde Madrid una carta abiertamente subversiva, fechada el 29 de julio de 1991, que tenía entre otros destinatarios a Elizardo Sánchez Santa Cruz-Pacheco. En la misiva orientaba:

[…] En síntesis, lo que quiero que estudien es la creación en Cuba, a corto plazo, de la Plataforma Democrática Cubana, no como un apéndice o filial de lo que nosotros hemos hecho en el exilio, sino al revés, como la instancia principal, la cabeza de la institución, convirtiéndonos nosotros en delegados en el exterior del núcleo central de la Isla.

La carta deja bien claro que las acciones contrarrevolucionarias serán bien recompensadas:

[…] nosotros no nos embarcamos en la creación de la plataforma solamente por amor a las convicciones ideológicas, que todos las tenemos y muy firmes, sino porque en ese concepto estratégico había un enorme caudal de ayuda potencial.

Luego de estas orientaciones, nace la Concertación Democrática Cubana, una organización dirigida por la CIA y financiada desde el extranjero.

Para reunirse con otros contrarrevolucionarios radicados en el exterior y crear falsas ideas de la situación real de los derechos humanos en Cuba, Elizardo viaja a Francia, donde le es entregado un premio,[5] y seguidamente a Portugal y España. En este país se entrevista varias veces con el presidente José María Aznar y el expresidente Felipe González. Luego se traslada a Estados Unidos para reunirse con Ricardo Bofill.

En la Florida Elizardo se entrevista con varios jefes de organizaciones contrarrevolucionaras, entre ellos, Jorge Mas Canosa. Después de las reuniones con Mas Canosa, Elizardo regresa a Cuba donde se enfrasca en la tarea de reorganizar y agrupar en uno solo a todos los pequeños grupos contrarrevolucionarios creados por la SINA.

Luego de realizar varias giras por países europeos regresa otra vez a Miami en 2001, debido al fallecimiento de su hijo. Aprovecha el viaje para reunirse con Otto Reich, entonces subsecretario Asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental. También mantuvo estrecha cooperación con el agente de la CIA Frank Calzón y otros connotados contrarrevolucionarios y terroristas confesos.

En ese mismo año la jefa de la Sección de Intereses norteamericana en La Habana, Vicky Huddleston, agradece especialmente a Elizardo por los informes aportados sobre el supuesto incremento de detenciones de elementos contrarrevolucionarios, a partir de octubre del año 2000 y elogió “la calidad de sus informaciones”. Mientras la señora Huddleston ocupó su cargo en la SINA, Elizardo fue su frecuente invitado para desayunos y almuerzos.

El Camaján en 2010, saliendo de la SINA

En el año 2002 Elizardo redacta el documento Todos Unidos, cuya propuesta básica es el restablecimiento en Cuba del capitalismo neocolonial y dependiente. En el mismo deja fuera del poder a otros contrarrevolucionarios que como el eran apoyados desde el exterior. El 10 de marzo de 2003 es aprobado el proyecto.

El Camaján, como se le conoce popularmente a Elizardo, ha continuado asistiendo a las entrevistas y reuniones en la SINA, junto a otros connotados contrarrevolucionarios como Vladimiro Roca, Laura Pollán (líder de las Damas de Blanco) y Marta Beatriz Roque.[2]

En abril de 2015, formó parte de los mercenarios que usurparon el nombre de Cuba y fueron aceptados para participar en los Foros Paralelos de la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá. Estos individuos, que reciben financiamiento directo desde el exterior para elaborar sus planes, no tienen ninguna representatividad ni conexión real con el pueblo cubano. Algunos de estos mercenarios acreditados en Panamá han llegado a la crueldad de apoyar el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba y han reclamado la intervención militar para su nación, en momentos en que la comunidad internacional ha hecho unánime el rechazo a esa política de genocidio contra Cuba y reconoce los avances de la Revolución Cubana. Varios de estos personajes se oponen también al proceso de normalización de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y se manifiestan en contra de los anuncios de ambos Gobiernos, el 17 de diciembre de 2015[6].

Agente doble

En la década de 1990 Elizardo plantea en reiteradas ocasiones a los órganos de la Seguridad del Estado cubanos su deseo de colaborar con ellos. Argumenta en sus entrevistas la necesidad de que Fidel Castro participe e incluso dirija una fase de transición a la democracia.

Al regreso de su viaje a los Estados Unidos en 1997 busca insistentemente sostener un contacto con la Seguridad del Estado de Cuba. El encuentro se produce finalmente el día 13 de diciembre de 1997 en una casa de trabajo.

Durante el contacto solicita colaborar y presenta un documento donde pide establecer un canal de comunicación con la Contrainteligencia. En ese escrito rememora las relaciones que mantuvo con el MININT en el año 1988, mediante intercambios sistemáticos con oficiales de la Seguridad, que pretende retomar. Elizardo solicita a las autoridades apoyo para :

  1. Incorporarse a la actividad laboral, sugiriendo gestionar su reingreso en la Universidad de La Habana en asuntos no vinculados directamente a la docencia, por ejemplo en la biblioteca.
  2. Obtener la excarcelación de varios reclusos contrarrevolucionarios, apareciendo su figura entre estos y sus familiares como participante en el proceso.
  3. Que las autoridades inviten al expresidente español Adolfo Suárez para que visite el país, por considerar que este podría influir en un posible mejoramiento de las relaciones entre Cuba y España.
  4. Permitir un viaje a Estados Unidos del cabecilla Manuel Silvestre Cuesta Morúa del grupo contrarrevolucionario Corriente Socialista Democrática Cubana.
  5. Que se valore la posibilidad de permitírsele alquilar un local para realizar su supuesta “labor humanitaria”.

Brinda información de interés sobre sus relaciones con elementos contrarrevolucionarios radicados en el exterior, planes de otros cabecillas y miembros de los grupúsculos vinculados a él, así como da detalles acerca de contactos sostenidos con diplomáticos y personalidades extranjeras, requiriendo orientaciones de cómo comportarse con esta categoría de personas.

Elizardo estuvo de acuerdo en sistematizar los encuentros y entrevistas clandestinas con la Contrainteligencia. Para su colaboración secreta, en un inicio adoptará el seudónimo de Juan, aunque para los efectos de la compartimentación interna, en la Seguridad se le denominará Juana. Luego usará como seudónimos Eduardo o Pestana.

Durante los tres primeros meses se realizaron 18 contactos con la fuente en disímiles lugares, sobre todo en varios parques de La Habana y algunas instalaciones turísticas y hay que decir que en cada uno de ellos se comprobó la fuerza del interés de Elizardo por obtener favores personales y el realce de su figura en medios hostiles internos y externos.

Moisés Rodríguez Quesada, “Vladimir” para los órganos de la Seguridad del Estado por más de 25 años, ha declarado públicamente que:

Elizardo siempre ha tenido muchas ansias de poder. El hecho de que manejara listas de reclusos, mapas con el lugar exacto de las prisiones, le daba una aparente actualización sobre el tema de los derechos humanos en Cuba

Vladimir, quien conoce a Elizardo desde 1980, lo define como una de las puntas de lanza de Washington contra Cuba.

Cuando dentro del círculo contrarrevolucionario corrió el rumor de la doble identidad de Elizardo, los norteamericanos sostuvieron que eso no les interesaba, lo importante para ellos eran los falsos informes que hace para Ginebra.

Referencias

Enlaces externos

Fuente

  • Barredo, Lázaro - Rodríguez, Arleen: El Camaján. ISBN 959-01-0555-6