Embarazo molar

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Embarazo Molar
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Embarazo molar. Es el resultado de un óvulo fertilizado anormalmente que produce un crecimiento deforme de la placenta, convirtiéndose en una masa de quistes. Este embarazo nunca puede llegar a término, ya que el óvulo o no existe, o no se desarrolla de manera adecuada.

Caracterización

Un embarazo molar se produce cuando la placenta crece de forma anormal durante los primeros meses y se convierte en una masa de quistes (llamada mole hidatidiforme) que se parece a un racimo de uvas blancas. El embrión no se llega a formar o se forma mal y no puede sobrevivir. Es el resultado de un óvulo fertilizado anormalmente. Aproximadamente uno de cada 1.500 embarazos es molar.

Las mujeres de más de 40 años o que han sufrido dos o más abortos previos son más propensas a sufrir un embarazo molar.

Este tipo de embarazo supone un gran riesgo para la madre, sobre todo si la masa prende profundamente en la pared uterina, lo que puede provocar una fuerte hemorragia. A veces, incluso puede convertirse en una masa cancerígena.

Tipos de embarazo molar
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- Completo: no hay embrión ni tejido placentario normal. Además, todos los cromosomas del óvulo fertilizado provienen del padre, cuando lo normal es que la mitad de los cromosomas provengan del padre y la otra mitad de la madre. Poco tiempo después de la fertilización, los cromosomas del óvulo de la madre se pierden o desactivan y los del padre se duplican.

-Parcial: puede haber una placenta normal y el embrión, que es deforme, se desarrolla aunque de manera anormal. A diferencia del embarazo molar completo, los 23 cromosomas de la madre están presentes, pero existen dos grupos de cromosomas del padre (por lo que el embrión tiene 69 cromosomas en lugar de los 46 normales). Esto puede suceder si el óvulo es fecundado por dos espermatozoides.

Síntomas más frecuentes

- Hemorragia vaginal, normalmente de color marrón oscuro, alrededor de la 10ª semana de embarazo. Antes de ese momento parece un embarazo normal.

- Náuseas y vómitos de carácter grave.

- Hipertensión arterial.

- Calambres abdominales.

- Sialorrea (aumento de la producción de saliva).

- Útero más grande de lo normal para este periodo del embarazo.

- Crecimiento excesivamente veloz del útero. -

Hipertiroidismo: frecuencia cardiaca rápida, intranquilidad, nerviosismo, intolerancia al calor, pérdida de peso inexplicable, deposiciones blandas, manos temblorosas.

Cuando se tienen estos síntomas, se debe acudir al médico, quien realizará una serie de pruebas para asegurar el diagnóstico. Lo normal es que haga una prueba de ultrasonido. También se miden las concentraciones de hCG (gonadotropina coriónica humana), que suelen ser más altas de lo normal en moles completas y más bajas de lo normal en moles parciales.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento consiste básicamente en extraer todo el tejido molar del útero para evitar que se desarrolle un cáncer a causa del embarazo malogrado. Por lo general, esto se realiza mediante un procedimiento llamado curetaje de succión (D&C), con anestesia total. Ocasionalmente, si la masa de quistes es grande y la mujer ha decidido que no desea tener más embarazos, puede practicarse una histerectomía (extirpación quirúrgica del útero).

Para controlar el posible desarrollo de un cáncer, el médico vuelve a medir la concentración de hCG después de la operación. Si ha bajado a cero, por lo general la mujer no necesita tratamiento adicional. Sin embargo, el médico seguirá supervisando las concentraciones de hCG durante seis meses a un año para asegurarse de que no quede tejido molar.

¿Es frecuente que se produzca un cáncer?

Después del vaciado del útero, aproximadamente el 20% de las moles completas y menos del 5% de las moles parciales persisten y el tejido anormal restante puede seguir creciendo. Esta condición se denomina trastorno trofoblástico gestacional persistente (GTD). El tratamiento con uno o más medicamentos para el cáncer cura esta enfermedad casi en un 100%.

En raras ocasiones, una forma cancerígena del GTD, denominada coriocarcinoma, se desarrolla y se extiende a otros órganos. El uso de varios medicamentos para el cáncer trata con éxito este tipo de tumor.

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¿Cuándo volver a quedar embarazada?

Una mujer que haya tenido un embarazo molar no debe quedar embarazada durante seis meses a un año, puesto que un embarazo dificultaría la supervisión de las concentraciones de hCG.

Las perspectivas de tener un futuro embarazo son buenas. El riesgo de que se desarrolle una mole en un embarazo posterior es sólo del 1 al 2 por ciento.

Una vez superado el dolor por la pérdida del embarazo, y si las pruebas de hCG no presentan complicaciones, la mujer puede volver a intentar quedarse embarazada.

¿Se puede evitar?

Los embarazos molares pueden ser originados por una deficiente alimentación carente de proteínas, la cual también podría causar defectos en la ovulación. Algunos estudios científicos han demostrado que consumir mucha cantidad de proteínas de origen animal y vitamina A, a través del consumo de vegetales de hoja verde y amarilla y de frutas de cáscara amarilla, podría ayudar a reducir la incidencia de desarrollar embarazos molares.

Fuentes