Emiliano Tamayo

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Emiliano
Información sobre la plantilla
NombreEmiliano Tamayo
Nacimiento1847
Bayamo, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento1868
Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

Emiliano Tamayo. Patriota cubano que ayudó a confeccionar la estrella blanca de cinco puntas de la bandera insurrecta. La dibujó en un papel, el cual Cambula fijó a un paño blanco con alfileres y cortó. Bajaba del asta cuando se le vio titubear y llevarse la mano al pecho, donde había recibido un disparo de un tirador enemigo. Casi enseguida, el cuerpo sin fuerzas se precipitó al vacío.

Síntesis biográfica

Nació en 1847 en la ciudad de Bayamo. Cursó estudios en el convento de Santo Domingo y a los 15 años la familia se trasladó a vivir a Manzanillo. El joven Tamayo desde 1866 se vinculó a la conspiración independentista liderada por Carlos Manuel de Céspedes en esa región. Formó parte de la logia “Masónica Buena Fe”, cumpliendo diversas actividades de acopio de recursos. El 8 de octubre acudió al ingenio La Demajagua al llamado de Céspedes para iniciar la lucha por la libertad..

Participación en la lucha independentista

Cuando se seleccionó la escolta de la bandera, la misma quedó al mando de Emiliano. Formó parte de la columna el día 11 de octubre, salió de La Demajagua rumbo a las Sierras de Nagua. Durante la estancia en Palmas Altas Céspedes procedió a organizar las filas insurrectas otorgando varios grados militares, entre ellos el de comandante a Emiliano Tamayo, quien pasó a ser el jefe de la escolta del cuartel general. Tomó parte unas horas después en el combate de Yara y el día 15 en el “Barranca”.

Durante los preparativos del ataque a Bayamo, Céspedes confió la misión al comandante Tamayo de llevar la propuesta de rendición incondicional de la plaza al teniente coronel español Julián Udaeta. Lo hizo el 17 de octubre a las 4 de la tarde portando bandera blanca de parlamentario. Céspedes participaba a Udaeta de su presencia con una numerosa fuerza, la que crecía por momentos y le invitaba cortésmente para evitar un inútil derramamiento de sangre. El jefe español contestó con arrogancia: «Dígale usted al señor Céspedes que primero la muerte antes que la rendición.»

En vista de ello las acciones comenzaron el 18 de octubre sobre las 10 de la mañana, barriendo los insurrectos todas las barricadas y obligando al enemigo a encerrarse en el cuartel de infantería. Carlos Manuel de Céspedes llegó hasta la plaza “Isabel II” con su escolta, aclamando por el pueblo. Como en lo alto del ayuntamiento ondeaba la bandera gualda española mandó a sustituirla por la cubana.

El comandante Emiliano Tamayo se ofreció para cumplir la encomienda. De inmediato, como un felino, subió hasta el mástil y notó que el hilo de majagua que sujetaba la enseña se había zafado. Entonces trepó por el mástil y quitó la bandera española, el que dejó caer seguido de exclamaciones del pueblo. En su lugar colocó la cubana con aplausos y gritos de ¡Viva Cuba Libre!

El joven Tamayo bajaba del asta cuando se le vio titubear y llevarse la mano al pecho, donde había recibido un disparo de un tirador enemigo. Casi enseguida, el cuerpo sin fuerzas se precipitó al vacío. El disparo había sido en la tetilla izquierda y el golpe con la acera le rompió el cráneo. En medio del más solemne silencio fue llevado para la casa de sus parientes.

A Céspedes esta muerte le dejó un amargo en las entrañas, pues estimaba grandemente al joven. Había ingresado en la honrosa lista de los que ofrendan su vida por la patria. Céspedes acudió al velorio y fue enterrado en el cementerio de “San Juan”.

Fuente