Enfermedad de Peyronie

Enfermedad de Peyronie
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Enfermedad de Peyronie

La enfermedad de Peyronie ocurre cuando una placa (cicatriz) se desarrolla en los cuerpos cavernosos y/o en la túnica albugínea que los rodea. La zona donde se produce la cicatriz (fibrosis) pierde la elasticidad, por lo que no se estira cuando se rellenan los cuerpos cavernosos y por lo tanto el pene se dobla hacia la dirección de la cicatriz.

Teoría

Hay diferentes teorías para explicar la enfermedad de Peyronie:

  • Teoría del traumatismo con cicatrización anómala: con la edad la elasticidad del pene disminuye, así como su capacidad de torsión. Microtraumatismos repetidos durante el acto sexual podrían producir una placa fibrosa en personas predispuestas.
  • Manipulación uretral repetida o inyecciones intracavernosas: esta teoría solo explicaría unos pocos casos en los que ha habido instrumentaciones uretrales o inyecciones en el pene para tratar la disfunción eréctil.
  • Teoría inmunogenética: avalada por la asociación con la enfermedad de Dupuytren o la fibrosis plantar. Además se han encontrado algunos anticuerpos específicos en el tejido fibroso del pene.

Síntomas

La fibrosis (cicatriz) que se produce en la superficie del pene (túnica albugínea) puede provocar los siguientes problemas:

  • Dolor del pene durante la erección.
  • incurvación del pene durante la erección, que puede dificultar, incluso impedir la penetración.
  • Acortamiento o estrechamiento del pene.
  • Impotencia o descenso de la erección

Obviamente los problemas para la relación sexual (por la incurvación o por la falta de rigidez) pueden causar mucha ansiedad y problemas psicológicos. A la exploración, se palpa una zona endurecida, generalmente en la parte superior del pene y otras veces en los laterales del pene. Esta enfermedad tiene una evolución variable, pero tiende a ser progresiva, es decir: con el tiempo aumenta la incurvación y se reduce el tamaño del pene.

Causa

No se sabe con certeza cuál es la causa de la formación de la placa de fibrosis. Puede ser el resultado de un traumatismo con el pene erecto (por ejemplo durante el coito). Varios estudios relacionan la enfermedad de Peyronie con alteraciones del sistema inmune. Sin embargo, parece seguro que esta enfermedad no tiene relación con enfermedades de transmisión sexual, ni es un tipo de cáncer. Cualquier hombre puede padecer esta enfermedad. La media de edad para su aparición es de cincuenta años pero puede darse en varones jóvenes. Muchos pacientes acuden a nuestra consulta agobiados, pensando que ese bulto (placa fibrosa) que se palpan en el pene puede ser un cáncer. En primer lugar debemos saber que la enfermedad de Peyronie es difícil de curar. En segundo lugar, esta placa fibrosa produce incurvación y en ocasiones descenso de la rigidez del pene. Por uno u otro motivo, muchos pacientes tienen dificultad para realizar la penetración, y en casos severos la penetración vaginal no es posible. Todo esto puede producir un impacto psicológico importante.

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad de Peyronie es clínico. Habitualmente basta con la entrevista en la consulta y la exploración física para el diagnóstico. Las autofotografías que el paciente se toma en erección en los 3 planos del espacio (desde arriba, desde un lateral y desde el frente) ayudan al urólogo a hacerse una idea de la intensidad y la dirección de la curvatura del pene. En algunos casos, puede ser necesaria una inyección intracavernosa en la consulta para explorar mejor la deformidad. La ecografía y la resonancia magnética del pene pueden ayudar a determinar si la placa fibrosa está o no calcificada (si está calcificada la respuesta al tratamiento médico es pobre). La ecografía Doppler también sirve para evaluar el estado de las arterias peneanas.

Tratamiento

Esta enfermedad presenta una evolución muy variable, pero en la mayoría de los pacientes suele ser progresiva, es decir, la incurvación tiende a aumentar y la erección tiende a disminuir. Los objetivos del tratamiento son: aliviar el dolor, mejorar la incurvación y detener la progresión de la enfermedad. En la primera fase se emplean los tratamientos médicos, pero con una eficacia muy limitada. Los fármacos más utilizados son: [pentoxifilina], tamoxifeno, vitamina E y colchicina. No hay un tratamiento único que haya demostrado ser efectivo en todos los casos con enfermedad de Peyronie. El uro-andrólogo le indicará el tratamiento más apropiado para su problema y cuanto tiempo debe tomarlo. Recientemente se han presentado diferentes trabajos sobre el efecto de las ondas de choque de baja energía en pacientes con Enfermedad de Peyronie con buenos resultados. En una segunda fase, cuando el dolor haya cedido, si persiste la incurvación debe pensarse en una intervención quirúrgica para poner corregir la incurvación.

Al final, no hay ningún tratamiento oral o intraplaca milagroso que enderece perfectamente el pene. La mayoría de las veces el tratamiento farmacológico lo que pretende es reducir la curvatura lo suficiente como para que se puedan tener relaciones sin problemas. La cirugía, cuando es necesaria, sí puede corregir bien la curvatura. Pero hay que saber que con las técnicas de plicatura el pene se acorta 1-2 cm, y que con las técnicas de incisión/escisión y aplicación de parche existe riesgo de provocar disfunción eréctil.

Alternativas quirúrgicas

Las técnicas quirúrgicas se seleccionan de acuerdo a la determinada forma geométrica del defecto de la túnica albugínea después de la incisión/es. El objetivo de la cirugía fue la restauración de la forma del pene con un promedio de enderezamiento, prolongación y ampliación con el fin de satisfacer las expectativas de los pacientes tanto como sea posible.

Después de denudar el pene, el haz neurovascular es ampliamente movilizado comenzando parauretralmente con el fin de alcanzar una longitud suficiente después del enderezado y alargamiento de la túnica albugínea. También se movilizó la uretra en los casos con curvatura ventral o lateral. Cuando la placa implica al haz neurovascular, podría ser difícil encontrar el plano correcto de disección y se debe tener especial cuidado en no lesionar sus elementos. Su elasticidad se reduce y puede ser un factor limitante para el adecuado alargamiento del pene. Se induce una erección completa artificial con PGE1 o inyección intracavernosa de solución salina después de la colocación de torniquete para estimar la deformidad. Se aplicaron varias técnicas quirúrgicas en función de la deformidad encontrada: injerto sencillo en 59 pts. (60%), injertos complejos incluyendo incisión tunicular circular en 39 pts. (40%); la implantación de prótesis de pene simultánea se realizó en 37 pts. (38%) con DE.

Procedimiento de injerto sencillo

La indicación para este tipo de cirugía es una curvatura del pene situada en un punto. El ancho del defecto tunical, es decir, el injerto es igual a la diferencia entre el lado convexo más largo y el cóncavo más corto; su longitud se determina midiendo la distancia entre dos líneas circulares marcadas perpendicularmente a las partes proximal y distal normal, no afectadas de la túnica. El nivel de la incisión tunical transversal es en los puntos de intersección de los ejes proximal y distal marcados en los lados laterales del cuerpo cavernoso. La incisión debe pasar la mitad de la circunferencia con incisiones de relajación en "Y" en los bordes para permitir el contorno recto después del injerto. De esta forma, la incisión lineal se transforma en defecto cuadrangular o hexangular. La albugínea se ve socavado por la movilización del tejido cavernoso con tabique de 2-3cm proximal y distal con el fin de permitir su estiramiento y una mejor redistribución en el marco del injerto. En el caso de placa calcificada, se extirpa cuidadosamente, conservando la fina capa de la túnica no afectada.

Fuentes