Enfisema bulloso

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Enfisema Buloso
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Enfermedad relacionada con sacos de aire situadas dentro de los pulmones.
Clasificación:Enfermedad pulmonar

Enfisema bulloso: es una enfermedad relacionada con sacos de aire situadas dentro de los pulmones. Como todos sabemos, cuando respiramos, el aire pasa a través de la nariz y luego entra en la tráquea y finalmente viaja a través de los tubos bronquiales. Estos tubos bronquiales realizar una tarea importante de la regulación del flujo del aire en los pulmones. El aire inhalado se mueve dentro y fuera de los pulmones a través de estos tubos bronquiales. Un examen detallado de las vías respiratorias revela que los tubos bronquiales formar un árbol como la estructura interior de los pulmones.

Los dos bronquios que entran en los pulmones izquierdo y derecho, respectivamente, se ramifican, por lo tanto haciendo la manera para los pequeños tubos bronquiales. Estas subdivisiones de los bronquios terminan en un punto conocido como sacos de aire (alvéolos) que aparecen como un racimo de uvas. Lo creas o no, pero nuestros pulmones contienen más de 600 millones de alvéolos.

Definición

El Enfisema bulloso consiste en alteraciones parenquimatosas pulmonares que cursan con una ó más bullas (espacios aéreos intraparenquimatosos), representan una forma especial de enfisema y se asocian a distintos tipos de lesiones pulmonares. La asociación más común es con EPOC. También suelen asociarse al enfisema paraseptal o al enfisema paracicatrizal, como en el caso de la neumoconiosis.

Las bullas tienen un diámetro superior a 1 cm, y deben distinguirse de las vesículas pleurales (blebs)que son colecciones de aire de 1-2 cm de diámetro dentro de la pleura visceral, y de los quistes, que son espacios aéreos anómalos revestidos de epitelio. Ejemplos de estos últimos lo constituyen el quiste broncógeno y la cavidad residual que persiste tras un absceso pulmonar. Pueden ser asintomáticas y detectarse de forma casual en un examen Rx.

Factores de Riesgo

Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar enfisema son:

Fumar: El enfisema es más probable que se desarrollan en los fumadores de cigarrillos, pero los fumadores de puros y pipa también son susceptibles. El riesgo para todos los tipos de fumadores aumenta con el número de años y la cantidad de tabaco fumado.

Edad: Aunque el daño pulmonar que ocurre en el enfisema se desarrolla gradualmente, la mayoría de las personas con enfisema pulmonar relacionada con el tabaco comienzan a experimentar síntomas de la enfermedad entre las edades de 40 y 60.

Exposición al humo de otro fumador: Humo de segunda mano, también conocido como humo de tabaco pasivo o del medio ambiente, es el humo que inhalan sin darse cuenta de otra persona del cigarrillo, pipa o cigarro. Estar cerca del humo de segunda mano aumenta el riesgo de enfisema.

Exposición ocupacional a vapores o polvo: Si usted respira el humo de ciertos productos químicos o el polvo de los productos de cereales, algodón, madera o la minería, es más propenso a desarrollar enfisema. Este riesgo es aún mayor si usted fuma.

Exposición a la contaminación interior y exterior: Respirar los contaminantes de interiores, como los vapores de combustible para calefacción, así como de contaminantes al aire libre – escapes de los automóviles, por ejemplo-aumenta el riesgo de enfisema.

Causas

En la mayoría de los casos, las personas diagnosticadas con este problema respiratorio tienen el hábito de fumar.

Las infecciones virales o bacterianas de los pulmones como bronquitis también puede conducir al enfisema bulloso.

En la bronquitis crónica, los conductos a través de los cuales el aire se mueve libremente hacia y desde los pulmones no funcionan correctamente. Esto es porque en este estado, las paredes de los tubos se hinchan, estrechando de este modo los pasos de aire en los pulmones. Por lo tanto, la inhalación de aire a través de las vías respiratorias parcialmente bloqueado también puede hacer que los sacos de aire inflamado.

La contaminación del aire es otro problema, que nos enfrentamos en nuestro día a día de la vida, que puede dañar los pulmones y eventualmente causar este problema respiratorio.

Anatomía patológica

Las bullas son áreas localizadas de enfisema que contienen alveolos hiperinsuflados y tabiques desestructurados en su interior. Las bullas pueden ser únicas o múltiples, presentarse en pulmones normales o formar parte de un enfisema generalizado. Se distinguen tres tipos anatómicos.

Las bullas de tipo I

Son subpleurales y ocurren en ausencia de enfisema. Comunican con el pulmón por un cuello estrecho, tienen paredes finas y se localizan preferentemente en los vértices pulmonares. En su desarrollo interviene un mecanismo valvular que provoca el atrapamiento progresivo de aire, pudiendo adquirir gran tamaño y comprimir las estructuras vecinas.

Las bullas de tipo II

Tienen un cuello ancho y contienen tejido pulmonar con enfisema panacinar. Son más frecuentes en la superficie anterior del lóbulo medio.

Las bullas de tipo III

Tienen una base muy ancha, contienen enfisema panacinar expandido y pueden localizarse en cualquier zona del pulmón. La distinción entre los tres tipos de bullas tiene importancia clínica, ya que las de tipo I aparecen en pulmones normales, en los que pueden ocasionar alteraciones por desplazamiento de estructuras y compresión del parénquima. Por el contrario, las bullas de los tipos II y III aparecen en presencia de enfisema panacinar, por lo que puede ser difícil diferenciar las alteraciones fisiopatológicas debidas a la bulla o las asociadas a esta enfermedad.

Cuadro clínico

En las etapas iniciales, la persona afectada puede no experimentar ningún síntoma pero medida que la enfermedad avanza, los problemas respiratorios son probables de ocurrir.

Cuando la inflamación se extiende sobre un gran número de sacos de aire, los síntomas del enfisema son molestos.

  • Dificultad para respirar: es una indicación de que la inflamación de los sacos de aire interfiere con el funcionamiento normal de los pulmones.
  • Dolor en el pecho: Esta molestia en el pecho puede ser persistente o producirse de forma intermitente, dependiendo de la gravedad de la afección.


  • Tos con espectoración: A medida que la condición empeora, la persona puede desarrollar tos con flema.
  • Sibilancias: El paciente también puede sufrir de sibilancias, que no es sino una especie de ruido producido durante la respiración. Sibilancias persistentes está vinculada a problemas respiratorios y, a menudo indica estrechas vías respiratorias.

Diagnóstico

El examen físico de un paciente con enfisema bulloso puede ser normal o auscultarse disminución del murmullo vesicular en la zona de la bulla.

En el examen radiográfico, la imagen característica consiste en una zona avascularizada, bien delimitada por sombras lineales que marcan las paredes de la bulla. Estas imágenes son más evidentes en las radiografías efectuadas en espiración, dado que el aire atrapado en el interior de las bullas resalta sus características. Las estructuras vasculares adyacentes pueden estar comprimidas o desplazadas.

La TAC es de gran importancia en la valoración del enfisema bulloso ya que permite delimitar mejor las bullas, definir el volumen que ocupan, detectar si existe compresión parenquimatosa en las regiones adyacentes y poner de manifiesto signos de enfisema en el resto del parénquima pulmonar.

El estudio de la función respiratoria es de utilidad en la valoración del efecto de la bulla sobre el parénquima pulmonar y en la detección de enfisema subyacente. Las bullas en pacientes con pulmones normales ocasionan poca alteración funcional, comportándose sólo como una lesión ocupante de espacio. Si la bulla no tiene comunicación bronquial, los volúmenes pulmonares medidos por pletismografía serán superiores a los medidos por dilución de helio. La diferencia entre ambas mediciones permite estimar el volumen del aire contenido en el interior de la bulla. En las bullas asociadas a la EPOC, el valor de la DLCO y de los gases arteriales, así como la presencia de signos de hipertensión pulmonar, permiten estimar si existe enfisema grave en el resto del parénquima pulmonar.

La gammagrafía de ventilación y de perfusión contribuye a definir las características de las bullas y del resto del parénquima.

Tratamiento

Los pacientes asintomáticos no requieren tratamiento específico. Se debe aconsejar el abandono del tabaco e informar acerca de la naturaleza del proceso, así como efectuar un seguimiento clínico para detectar posibles síntomas o complicaciones.

Algunos pacientes con bullas de gran tamaño (superior al 30% de un hemotórax) que provocan síntomas pueden beneficiarse del tratamiento quirúrgico. En los pacientes con bullas localizadas y resto del parénquima pulmonar normal, la indicación quirúrgica se basará en el desarrollo de síntomas atribuibles al incremento de tamaño de la bulla con compresión de parénquima pulmonar, la presencia de complicaciones o la aparición de insuficiencia respiratoria debida a la bulla.

En los pacientes con bullas asociadas a EPOC, la indicación quirúrgica está restringida a los casos con una alteración acusada de la función ventilatoria por el efecto compresivo de la bulla y en los que el parénquima subyacente es reexpandible, lo que ocurre en un número muy reducido de casos. La valoración de estos casos es compleja y debe ser efectuada en centros con experiencia. En estos pacientes debe realizarse un estudio detallado que incluya TC de tórax, gammagrafía pulmonar de ventilación y de perfusión y examen funcional respiratorio.

Los pacientes que podrían beneficiarse de tratamiento quirúrgico son aquellos con grave limitación al flujo aéreo (FEV1 inferior al 50% del valor de referencia), en los que la TC demuestre áreas de parénquima comprimido y descarte enfisema grave en el resto del parénquima pulmonar. Al igual que en la cirugía de reducción de volumen pulmonar (véase Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), no son candidatos a tratamiento quirúrgico de la bulla los pacientes con DLCO severamente disminuida, hipercapnia y signos de hipertensión pulmonar, ya que en estos casos el enfisema suele ser muy acusado y afectar difusamente todo el pulmón.

Complicaciones

Algunas de las complicaciones son:

  • Infección
  • Neumotórax
  • Hemorragia

Fuente

  • Ciril Ferreras Rozman, Medicina Interna, Ediciones Harcourt, 14 Edición, 2000.
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