Diferencia entre revisiones de «Enriqueta Faber»

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 {{Personaje_histórico|nombre=Enriqueta Faber|imagen=Enriquetafaber.jpg|descripcion=Primera mujer médico en [[Cuba]]|lugar_de_nacimiento=Lausana, Suiza|fecha_de_nacimiento=1791|fecha_de_fallecimiento=~1845|lugar_de_fallecimiento=Nueva Orleans, [[Estados Unidos]]}}La primera mujer que ejerció la medicina en Cuba....vestida de hombre.
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{{Ficha Persona
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| nombre = Enriqueta Faber
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| nombre completo = Favez Cavín, Henriette
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| lugar de fallecimiento = ciudad de [[Nueva Orleans]],<br>[[estado de Luisiana]],<br>[[Estados Unidos]] {{bandera|Estados Unidos}}
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==Pionera en la lucha por los derechos de la mujer==
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'''Enriqueta Faber''' ([[Lausana]], [[1791]] - [[Nueva Orleans (Estados Unidos)|Nueva Orleans]], [[1845]]) fue una médica suiza. Fue la primera mujer que ejerció la medicina en Cuba (aunque vestida de hombre. Fue pionera en la posición de la mujer y sus posibilidades de [[derechos de la mujer|derechos]] en el siglo&nbsp;XIX.
No son pocos los casos de mujeres que en siglos pasados para poder ejercer la profesión escogida, tuvieron que vestir ropas de hombre; pero ninguna ha sido objeto de tantas y tan diversas y controvertidas opiniones como es el caso de Enriqueta Faber. La historia de Enriqueta Faber bastante conocida por las novelas que entorno a su vida se han escrito, por la curiosidad y a veces también por las intrigas y el escándalo que se suscitaron en su época por el proceso judicial que se le llevó a cabo en [[Santiago de Cub]]a, han desvirtuado la imagen de esta mujer que indiscutiblemente fue pionera en la posición de la mujer y sus posibilidades de derechos en el siglo XIX. Enriqueta no solo fue médico, sino según reza en los documentos del proceso, muy capaz en su profesión. Nació en Lausana, Suiza, en el año 1791. Muy pequeña quedó huérfana a cargo de un tío, coronel de un Regimiento del ejército francés. Se casó muy joven con un oficial del regimiento de su tío, Juan Bautista Renaud, con quien tuvo un hijo que murió a los 8 días de nacido.  
 
  
==Vestida de hombre==
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== Síntesis biográfica ==
En esa época, [[Napoleón Bonaparte]] era Emperador de [[Francia]], y Enriqueta marcha con su tío y su marido a la guerra con [[Alemania]], donde este último muere en una batalla. Contaba entonces 18 años y de acuerdo con su carácter independiente, abandonó a su tío y se fue a [[París]]. Deseosa de ganarse la vida por su propio esfuerzo, decide vestir de hombre y estudiar cirugía en París, bajo el nombre de Enrique Faber, recibiéndose de cirujano. Ya graduado, ejerce durante corto tiempo en la residencia de la [[emperatriz Josefina]]. Lo que es un misterio de tantos en la vida de Enriqueta, es que abandona un empleo sin riesgos, para lanzarse a los horrores de la guerra con los ejércitos que trataban de conquistar a [[Rusia]]. Allí encontró a su tío y con él tomó parte en la campaña, asistiendo a los heridos.
 
  
Algunos historiadores sostienen que de diez franceses nueve murieron. El cirujano Faber padece a la par que todos: Su debilidad era extrema; "andaba sin zapatos, lo mismo que muchos otros soldados, y ninguno sabía en dónde estaban los instrumentos quirúrgicos, las cajas de las municiones o los bultos con los cobertores de reserva para la tropa. La destrucción de las ropas dejaba ver que en el ejército había numerosas heroínas, que por seguir de cerca de sus maridos o amantes se decidieron a vestir de hombre". (tomado literalmente de ''Enriqueta Faber'', de Andrés Clemente, [[1894]])
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Muy pequeña quedó huérfana a cargo de un tío, coronel de un regimiento del ejército [[francés]]. Se casó muy joven con un oficial del regimiento de su tío, Juan Bautista Renaud, con quien tuvo un hijo que murió a los 8 [[día]]s de nacido. En esa [[época]], [[Napoleón Bonaparte]] era emperador de [[Francia]], y Enriqueta marcha con su tío y su marido a la [[guerra]] con [[Alemania]], donde este último muere en una batalla.
  
Luego pasó a [[España]], murió su tío y fue hecha prisionera en Miranda, logrando escapar sin que se descubriera su sexo. Harta de guerra y de muerte, abandona [[Europa]]. Desea cumplir, además, la voluntad del moribundo: buscar a la baronesa. Tras ella, el médico viaja en 1816 a la Antilla francesa islas de Guadalupe y ejerce su profesión en Fort Louis. No encuentra a Margarita, quien entusiasmada por la prosperidad de los cafetales cubanos se había trasladado a Santiago de Cuba. Enriqueta, sin cambiar la vestimenta de hombre, porque ya estaba acostumbrada y le permitía desempeñarse como médico, que era la única forma en que una mujer podía hacerlo en los comienzos del siglo XIX, decide trasladarse al oriente cubano.  
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Contaba entonces 18 años y de acuerdo con su [[carácter]] independiente, abandonó a su tío y se fue a [[París]]. Deseosa de ganarse la vida por su propio esfuerzo, decide [[travesti|vestir de hombre]] y estudiar [[cirugía]] en París, bajo el nombre de Enrique Faber, recibiéndose de [[cirujano]].
  
El día [[19 de enero]] de [[1819]] llega a la ciudad de Santiago de Cuba, a bordo del velero La Helvetia. No demoró en la ciudad, ya que prefería un lugar recóndito donde despertara menos curiosidad su aspecto delicado, por lo que escogió a [[Baraco]]a.
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===Trayectoria laboral===
  
Sin embargo, ni siquiera allí escapó a las presiones sociales. Su soltería, aire de mundo y capacidad profesional debieron resultar muy atractivos a las casamenteras locales. Antes de rechazar a alguna señorita de sociedad, Faber optó por lo que parecía la solución ideal, proponerle matrimonio a una joven huérfana y muy pobre que padecía de tuberculosis, que según dijo después “le inspiró desde el primer momento una lástima sincera. Pensé que podría ayudarla, y ella a mí. Le expliqué que viviríamos como buenos amigos, porque estando ella tan débil y enferma no debía someterse a las obligaciones maritales. A todo dijo sí.” (tomado literalmente de Enriqueta Faber de Andrés Clemente,1894)
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Ya graduado, ejerce durante corto [[tiempo]] en la residencia de la [[emperatriz]] Josefina. Lo que es un misterio de tantos en la [[vida]] de Enriqueta, es que abandona un empleo sin riesgos, para lanzarse a los horrores de la [[guerra]] con los ejércitos que trataban de conquistar a [[Rusia]]. Allí encontró a su tío y con él tomó parte en la campaña, asistiendo a los heridos.
  
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Luego pasó a [[España]], murió su tío y fue hecha prisionera en [[Miranda]], logrando escapar sin que se descubriera su sexo. Harta de [[guerra]] y de muerte, abandona [[Europa]]. Desea cumplir, además, la voluntad del moribundo: buscar a la baronesa. Tras ella, el médico viaja en 1816 a la antilla francesa [[isla]]s de [[Guadalupe]] y ejerce su [[profesión]] en Fort Louis. No encuentra a Margarita, quien entusiasmada por la prosperidad de los cafetales cubanos se había trasladado a [[Santiago de Cuba]]. Enriqueta, sin cambiar la vestimenta de [[hombre]], porque ya estaba acostumbrada y le permitía desempeñarse como médico, que era la única forma en que una [[mujer]] podía hacerlo en los comienzos del [[Siglo XIX]], decide trasladarse al [[provincia de Oriente (Cuba)|Oriente]] cubano.
  
El [[11 de agosto]] de [[1819]] el cura párroco Don Felipe Salamé unió a la pareja en matrimonio, acto que reflejó la prensa santiaguera de la época y que quedó asentado en el libro de matrimonios de blancos. Era el comienzo de una larga cadena de acontecimientos que llevarían a “Mesie Erniquito”, como se le conocía, a un conflicto total.  
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El día 19 de enero de 1819 llega a la ciudad de [[Santiago de Cuba]], a bordo del velero “La Helvetia”. No demoró en la ciudad, ya que prefería un lugar recóndito donde despertara menos curiosidad su aspecto delicado, por lo que escogió a [[Baracoa]].
  
Mientras tanto, Juana se reponía con la buena alimentación, medicinas y los cuidados médicos. Los primeros meses de matrimonio transcurrieron tranquilamente y con felicidad para ambos. Juana, ya convaleciente, no se conformaba con su pasivo papel de amiga y ante las esquiveces de su marido se volvió huraña y sombría, comenzando a sospechar acerca de la verdadera identidad de su esposo.  
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Sin embargo, ni siquiera allí escapó a las presiones [[social]]es. Su soltería, [[aire]] de [[mundo]] y capacidad profesional debieron resultar muy atractivos a las casamenteras locales. Antes de rechazar a alguna señorita de [[sociedad]], Faber optó por lo que parecía la solución ideal, proponerle [[matrimonio]] a una joven huérfana y muy pobre que padecía de [[tuberculosis]], que según dijo después “le inspiró desde el primer momento una lástima sincera. Pensé que podría ayudarla, y ella a mí. Le expliqué que viviríamos como buenos amigos, porque estando ella tan débil y enferma no debía someterse a las obligaciones maritales. A todo dijo sí.
  
==Ëxito profesional==
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El [[11 de agosto]] de 1819 el cura párroco [[Don Felipe Salamé]] unió a la pareja en matrimonio, acto que reflejó la prensa santiaguera de la [[época]] y que quedó asentado en el [[libro]] de matrimonios de [[blanco]]s. Era el comienzo de una larga cadena de acontecimientos que llevarían a “Mesie Erniquito”, como se le conocía, a un conflicto total. Mientras tanto, Juana de León se reponía con la buena [[alimentación]], [[medicina]]s y los cuidados médicos. Los primeros meses de matrimonio transcurrieron tranquilamente y con felicidad para ambos. Juana, ya convaleciente, no se conformaba con su pasivo [[papel]] de amiga y ante las esquiveces de su marido se volvió huraña y sombría, comenzando a sospechar acerca de la verdadera identidad de su esposo.
El éxito profesional de Enrique, despertó la envidia de otros galenos de la localidad, quienes lograron le prohibieran practicar la medicina hasta que pasara las pruebas de rigor, porque se decía que su título era falso y que pertenecía a un pariente fallecido en las batallas de Napoleón.  
 
  
Enrique emprendió el largo viaje a [[La Haban]]a. Aseveran que el gobernador de la Isla, teniente general [[Juan Manuel Cagigal]], lo recibió personalmente en su despacho y el 22 de marzo de [[1820]], Cagigal le otorgaba la carta de domicilio que le permitía residir y trabajar en cualquier lugar del país.  
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El éxito profesional de Enrique, despertó la [[envidia]] de otros galenos de la [[localidad]], quienes lograron le prohibieran practicar la medicina hasta que pasara las pruebas de rigor, porque se decía que su título era falso y que pertenecía a un pariente fallecido en las batallas de [[Napoleón]].
  
Un mes después el Tribunal del Protomedicato extendía su aval: "Por cuanto en nuestra audiencia y juzgado Enrique Faber nos hizo relación de haber practicado la facultad de cirugía, con maestro examinado, el tiempo previsto por la ley, de que dio información bastante, con documentos auténticos, le examinamos en teoría y práctica, en dos tardes, y haciéndole varias y diferentes preguntas sobre el asunto, a que respondió bien y completamente. Lo aprobamos y mandamos a despachar este título y licenciamiento como cirujano romancista para que en todas las ciudades, villas y lugares pueda ejercer." (La primera mujer médico de Cuba, [[Emilio Roig]] de Leuchsenring)
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Enrique emprendió el largo viaje a [[La Habana]]. Aseveran que el gobernador de la Isla, teniente general [[Juan Manuel Cagigal]], lo recibió personalmente en su despacho y el 22 de marzo de 1820, Cagigal le otorgaba la carta de domicilio que le permitía residir y trabajar en cualquier lugar del país.
  
Faber obtuvo, asimismo, el nombramiento de Fiscal del Protomedicato en Baracoa, que lo facultaba para velar porque los médicos del territorio poseyeran las cualidades profesionales requeridas. Los médicos criollos consideraron escandaloso que un extranjero recién llegado, de rostro barbilampiño, cara picada de viruelas y modales afeminados, esgrimiera tanta autoridad. Hubo protestas al tribunal del Protemedicato. Después de eso hasta las menores acciones de Enriqueta provocaron acciones desmesuradas.
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Un mes después el tribunal del protomedicato extendía su aval:
  
Juana ya sabía el secreto que ocultaba su esposo. La experiencia de convivir cual hermanas no resultó. En mayo de 1822, Enriqueta partió sola y fijó su residencia en el pueblo de Tiguabos.
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{{sistema:cita|Por cuanto en nuestra audiencia y juzgado Enrique Faber nos hizo relación de haber practicado la facultad de [[cirugía]], con maestro examinado, el tiempo previsto por la ley, de que dio información bastante, con documentos auténticos, le examinamos en teoría y práctica, en dos tardes, y haciéndole varias y diferentes preguntas sobre el asunto, a que respondió bien y completamente. Lo aprobamos y mandamos a despachar este título y licenciamiento como cirujano romancista para que en todas las ciudades, villas y lugares pueda ejercer.|[[Emilio Roig de Leuchsenring]]: ''La primera mujer médico de Cuba''}}
  
==Rumores, prisión y proceso judicial==
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Faber obtuvo, así mismo, el nombramiento de fiscal del protomedicato en Baracoa, que lo facultaba para velar porque los médicos del territorio poseyeran las cualidades profesionales requeridas. Los médicos criollos consideraron escandaloso que un extranjero recién llegado, de rostro barbilampiño, cara picada de viruelas y modales afeminados, esgrimiera tanta autoridad. Hubo protestas al tribunal del protemedicato. Después de eso hasta las menores acciones de Enriqueta provocaron acciones desmesuradas.
Los rumores acerca de su feminidad lo siguen. Unas palabras indiscretas de su lavandera revuelven los ánimos. Faber desesperada comete grandes errores. Pretende demostrar virilidad buscando la compañía de gente soez amiga del alcohol, y enzarzándose en disputas. En enero de [[1823]], Juana de León, o verdaderamente ofendida o simplemente temiendo a la justicia, pidió la anulación del matrimonio y presentó querella criminal contra Enriqueta Faber, mediante el licenciado Garrido, que habia sido el padrino de la boda.  
 
  
Enriqueta fue presa en febrero y se ordenó su reconocimiento por los facultativos, lo que ella trató de impedir confesando su verdadero sexo, pero el examen se realizó. En la cárcel trató de envenenarse por haber llegado hasta ella el rumor de que se le iba a pasear desnuda por las calles.  
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Juana ya sabía el secreto que ocultaba su esposo. La experiencia de convivir cual hermanas no resultó. En mayo de 1822, Enriqueta partió sola y fijó su residencia en el pueblo de [[Tiguabos]].
  
En junio de ese año un tribunal de Santiago de Cuba dictó sentencia, condenando a Enriqueta Faber a 10 años de prisión en la Casa de Corrigendas situada en la Habana, y posteriormente ser deportada a cualquier punto en el extranjero.
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En 1822, en la ciudad de Baracoa, ocurre algo que produce una gran conmoción social; se abre un expediente criminal en la Comisión de Asuntos Políticos contra una mujer por haber andado vestida con ropas masculinas y haber contraído y consumado matrimonio con Juana de León, la cual aduce que años antes, en 1819:
  
Enriqueta apeló de esta sentencia a la Audiencia de [[Puerto Príncip]]e, escogiendo como defensor al licenciado Manuel Vidaurre, quien se interesó por ella. De su brillante informe son estos párrafos:  
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{{sistema:cita|Me solicitó compromiso de matrimonio una criatura vestida de hombre, que se nomina Henrique Faber y se titula profesor de 74 E.I.A.L. Cirugía y dice ser natural de los Cantones de Suiza [...] <br > el matrimonio a que me reduje atenida a las circunstancias de orfandad y desamparo en que me veía, sin que me fuese posible sospechar los designios de [...] <br > Así fue que verificado nuestro enlace usó de mi persona de un modo ese mounstruo artificial que entonces no pude comprender: pero con todas las ocultaciones con que se manejaba en los primeros días que estuvo a mi lado, me hicieron sospechar, y por más que se esforzaba no pudo desvanecer mis inquietudes [...] <br > hasta que una vez en que creyéndome dormida se desnudó, pude descubrirle los pechos de una mujer [...] <br > los cuales eran conservados ocultos bajo de un ceñidor o faja. Este descubrimiento que no esperaba, le obligó a hacerme una confesión de su incapacidad para el estado conyugal: del instrumento de que se había valido para consumar su perversa maquinación; y aunque disfrazando siempre la verdadera causa de su impotencia se humilló hasta el extremo de proponerme las ideas más indignas de toda persona que conserva algún tanto de moralidad [...] <br > me ofreció desaparecerse a fin de que nadie supiese de su paradero, ni el público llegase a trascenderla [...] <br > Este desempeño me puso ya en la necesidad de solicitar la declaratoria de nulidad de mi matrimonio, y el castigo que merecen sus excesos para que sirva de escarmiento y en lo sucesivo no sacrifique a otra infeliz como a mí, haciendo escarnio de las más sagradas instituciones de nuestra augusta religión, y del orden social.|Juana de León, esposa de Enriqueta<ref>Texto publicado en Archivo Nacional de Cuba (ANC). Fondo de Asuntos Políticos, legajo&nbsp;20, expediente&nbsp;2. Por otra parte, en el Fondo de Misceláneas existe otro expediente, referido al destierro de Enriqueta Fabert. Para más información, véase: Archivo Nacional de Cuba (ANC): Fondo Misceláneas, legajo&nbsp;3483; expediente&nbsp;Bl.<br>Citado en: [[Sierra Madero, Abel]]: [https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=7&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiJlO75l7foAhXpLLkGHQowCmsQFjAGegQIExAB&url=https%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es%2Fdescarga%2Farticulo%2F4004052.pdf&usg=AOvVaw1Lj74Ng3VHiAx8-AirAVSk «Sexualidades disidentes en el siglo XIX en Cuba»,], artículo publicado en [[portable document format|PDF]] (formato de documento portátil) en el sitio web Dialnet.</ref>}}
  
“Enriqueta Faber no es una criminal. La sociedad es más culpable que ella, desde el momento en que ha negado a las mujeres los derechos civiles y políticos, convirtiéndolas en muebles para los placeres de los hombres. Mi patrocinada obró cuerdamente al vestirse con el traje masculino, no solo porque las leyes no lo prohíben, sino porque pareciendo hombre podía estudiar, trabajar y tener libertad de acción, en todos los sentidos, para la ejecución de las buenas obras. Qué criminal es ésta que ama y respeta a sus padres que sigue a su marido por entre los cañonazos de las grandes batallas, que cura a los heridos, recoge y educa a los negro desamparados y se casa nada más que para darle sosiego a una infeliz huérfana enferma?. Ella, aunque mujer no quería aspirar al triste y cómodo recurso de la prostitución...”
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==== Prisión y proceso judicial ====
  
En este momento el fiscal interrumpió irónicamente y dijo, “debe ser una santa”, pero el defensor repuso rápidamente, “o mejor una victima”. (tomado literalmente de Enriqueta Faber de Andrés Clemente, 1894)
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Los rumores acerca de su feminidad lo siguen. Unas palabras indiscretas de su lavandera revuelven los ánimos. Desesperada comete grandes errores, pretende demostrar virilidad buscando la compañía de gente soez amiga del alcohol, y enzarzándose en disputas. En enero de 1823, Juana de León, o verdaderamente ofendida o simplemente temiendo a la justicia, pidió la anulación del [[matrimonio]] y presentó querella criminal contra Enriqueta Faber, mediante el licenciado Garrido, que había sido el padrino de la boda.
  
La Audiencia le rebajó la condena de 10 a 4 años de servicio en el Hospital de Paula de la Habana, vistiendo traje de mujer y que después saliera deportada del territorio español.  
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Enriqueta fue presa en febrero y se ordenó el reconocimiento de su género por parte de médicos, lo que ella trató de impedir confesando su verdadero género, pero el examen se realizó. En la cárcel trató de envenenarse por haber llegado hasta ella el rumor de que se le iba a pasear desnuda por las calles. En junio de ese año un tribunal de [[Santiago de Cuba]] dictó sentencia, condenándola a 10&nbsp;años de prisión en la Casa de Corrigendas, situada en La&nbsp;Habana, y posteriormente ser deportada a cualquier punto en el extranjero.
  
Esta condena significó el desplome total de su vida, convirtiendo a la pacífica y bondadosa Enriqueta Faber en irascible y pendenciera. Por tratar de escaparse del hospital, se le envió a la casa de Recogidas San Juan Nepomuceno y posteriormente por intervención del [[Obispo de Espada]], fue deportada a los [[Estados Unidos]]. (Algunos autores plantean que Enriqueta al venir a la Habana, se había confesado con el Obispo de Espada, pero realmente no existen evidencias de tal entrevista, solo lo que aparece en las novelas escritas en torno a esta mujer)
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{{sistema:cita|Apeló de esta sentencia a la audiencia de [[Puerto Príncipe]], escogiendo como defensor al licenciado Manuel Vidaurre, quien se interesó por ella. De su brillante informe son estos párrafos: <br> ―Enriqueta Faber no es una criminal. La sociedad es más culpable que ella, desde el momento en que ha negado a las mujeres los derechos civiles y políticos, convirtiéndolas en muebles para los placeres de los hombres. Mi patrocinada obró cuerdamente al vestirse con el traje masculino, no sólo porque las leyes no lo prohíben, sino porque pareciendo hombre podía estudiar, trabajar y tener libertad de acción, en todos los sentidos, para la ejecución de las buenas obras. <br> Qué criminal es ésta que ama y respeta a sus padres que sigue a su marido por entre los cañonazos de las grandes batallas, que cura a los heridos, recoge y educa a los negros desamparados y se casa nada más que para darle sosiego a una infeliz huérfana enferma? <br> Ella, aunque mujer no quería aspirar al triste y cómodo recurso de la prostitución... <br> En este momento el fiscal interrumpió irónicamente y dijo: <br> ―¡Debe ser una santa! <br> El defensor repuso rápidamente: <br>―O, mejor: una víctima.}}
  
==Destierro,  muerte y trascendencia==
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La audiencia le rebajó la condena de 10 a 4 años de servicio en el Hospital de Paula, en La&nbsp;Habana, vistiendo traje de mujer, y que después saliera deportada del territorio [[español]].
Existen diferentes versiones de lo que pasó después con Enriqueta Faber, unos dicen que murió manteniendo el sexo masculino y que fue conocido en Estados Unidos como el doctor suizo, pero la versión más aceptada es que [[1844]] se dirigió a [[Veracruz]] vestida con el hábito de las [[Hermanas de la Caridad]], respondiendo al nombre de Sor Magdalena, donde trabajó como portera. Después pasó a [[Nueva Orleáns]], donde acabó santamente sus días asistiendo a los enfermos. (No obstante no existen evidencias concretas de ninguna de las dos versiones.[[Image:EscandaloTrapapeque.jpg|thumb|left|Imágen de la obra teatral "Escándalo en la Trapa", inspirada en Enriqueta Faber]]]
 
  
Lo cierto de esta triste historia, es que Enriqueta Faber, fue la primera mujer médico que ejerció la medicina en Cuba, autorizada legalmente por el Tribunal del Protomedicato de la Habana a ejercer como médico cirujano romancista, y puede también considerarse pionera del movimiento feminista. No existe ni una sola imagen de esta mujer extraordinaria, pero han quedado los documentos del juicio que se celebró en Santiago de Cuba, los documentos que en [[1820]] emitió el tribunal del Protomedicato que la examinó y un buen numero de novelas, obras de teatro, biografías y una película cubana que se presentó en el Festival de Cine de La Habanaen el año 2000.  
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Esta condena significó el desplome total de su vida, convirtiendo a la pacífica y bondadosa Enriqueta Faber en irascible y pendenciera. Por tratar de escaparse del hospital, se le envió a la casa de recogidas “San Juan Nepomuceno” y posteriormente por intervención del obispo de Espada, fue deportada a los Estados Unidos. (Algunos autores plantean que Enriqueta al venir a La Habana, se había confesado con el Obispo de Espada, pero realmente no existen evidencias de tal entrevista, solo lo que aparece en las novelas escritas en torno a esta mujer).
  
==Bibliografia==
+
No son pocos los casos de mujeres que en siglos pasados para poder ejercer la profesión escogida, tuvieron que vestir ropas de hombre; pero ninguna ha sido objeto de tantas y tan diversas y controvertidas opiniones como es el caso de Enriqueta Faber. Sus historias bastantes conocidas por las novelas que entorno a su vida se han escrito, por la curiosidad y a veces también por las intrigas y el escándalo que se suscitaron en su época por el proceso judicial que se le llevó a cabo en Santiago de Cuba, han desvirtuado la imagen de esta mujer que indiscutiblemente, no sólo fue médico, sino según reza en los documentos del proceso, muy capaz en su profesión.
  
Datos aportados por el Dr. Gregorio P. Delgado García. Historiador del Ministerio de Salud Pública.
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===Muerte===
  
Roig de Leuchsenring, E. “La primera mujer médico en Cuba”, en 1819: Enriqueta Faber. En Academia de Ciencias de Cuba “ Médicos y Medicina de Cuba”. La Habana. Museo Histórico de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay 1965 (31-49).  
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Existen diferentes versiones de lo que le pasó después, unos dicen que apenas salió de la colonia española mantuvo el género masculino, y que fue conocido en Estados Unidos como «El Doctor Suizo». La versión más aceptada es que en 1844 se dirigió al puerto de [[Veracruz (México)]] vestida con el hábito de las Hermanas de la Caridad, respondiendo al nombre de sor&nbsp;Magdalena, y trabajó en un convento como portera. Después pasó a la ciudad de [[Nueva Orleáns]], donde acabó santamente sus días asistiendo a los enfermos. (No obstante no existen evidencias concretas de ninguna de las dos versiones.
  
Enriqueta Faber. Ensayo de novela histórica, escrito por Andrés Clemente Vázquez en 1894.  
+
Lo cierto de esta triste historia, es que Enriqueta Faber, fue la primera mujer médico que ejerció la medicina en Cuba, autorizada legalmente por el tribunal del [[Protomedicato de La Habana]] a ejercer como médico cirujano romancista, y puede también considerarse pionera del movimiento feminista. No existe ni una sola imagen de esta mujer extraordinaria, pero han quedado los documentos del juicio que se celebró en [[Santiago de Cuba]], los documentos que en 1820 emitió el tribunal del Protomedicato que la examinó y un buen número de novelas, [[obras de teatro]], [[biografía]]s y una [[película]] cubana que se presentó en el Festival de Cine de La Habana en el año 2000 bajo el título [[Insumisas (película)|''Insumisas'']].
  
Enriqueta Faber La mujer-hombre o el médico.mujer. Marta Rojas disponible en: http://www.lajiribilla.co.cu/2003/n122_09/122_10.html
+
== Bibliografia ==
  
Mujer en traje de Batalla. Entrevista al autor Antonio Benitez Rojo. disponible en&nbsp;:  
+
* [[Roig de Leuchsenring, Emilio]] (1965): «La primera mujer médico en Cuba en 1819: Enriqueta Faber», en el libro ''Médicos y Medicina de Cuba'' (págs.&nbsp;31-49). La&nbsp;Habana: Academia de Ciencias de Cuba - Museo Histórico de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, 1965.
 +
* [[Andrés Clemente Vázquez|Clemente Vázquez, Andrés]]: ''Enriqueta Faber'' (ensayo de novela histórica), 1894.
 +
* [[Marta Rojas|Rojas, Marta]] (2003): [http://www.lajiribilla.co.cu/2003/n122_09/122_10.html «Enriqueta Faber: la mujer-hombre o el médico mujer»,] artículo publicado en 2003 en el sitio web de la revista cultural ''La&nbsp;Jiribilla'' (La&nbsp;Habana).
 +
* [[Antonio Benítez Rojo|Benítez Rojo, Antonio]] (2001): ''Mujer en traje de batalla''. La&nbsp;Habana: Santillana, 2001.
 +
* [[Bacardí Moreau, Emilio]] (1972): ''Crónicas de Santiago de Cuba'' (págs.&nbsp;218-219). Madrid (España): Breogán, segunda edición, 1972.
 +
* [[Alejandro Milián|Milián, Alejandro]]: ''Enriqueta Faber''.
 +
* [[Julio César González Pagés|González Pagés, Julio César]] (historiador y antropólogo cubano): ''Enriqueta Faber''.
  
http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01260963343493764100035/209421_0033.pdf
+
== Fuentes ==
  
Bacardí Moreau, Emilio: 1972. Crónicas de Santiago de Cuba. Madrid: Breogán, 2a ed., 218-219
+
{{listaref}}
 +
:* [[Gregorio Delgado García|Delgado García, Gregorio]]: [http://www.sld.cu/sitios/histologia/temas.php?idl=151&idv=22119 «Enriqueta Faber»,] datos aportados por historiador del [[Ministerio de Salud Pública]] en el sitio web de Histología de Infomed (La&nbsp;Habana)..
 +
:* [http://www.pdcorynthia.sld.cu/WEB%20Arte%20y%20Medicina/Historia.html Pdcorynthia]
 +
:* [http://www.socreum.sld.cu/paginas/enriqueta_faver.htm Socreum]
 +
:* [http://www.bohemia.cu/2006/mar/05/sumarios/especiales/enriqueta.html Bohemia]
 +
:* [http://www.encyclopedia.com/doc/1P3-1310384621.html Encyclopedia]
 +
:* [http://www.lajiribilla.co.cu/2005/n209_05/proscenio.html La Jiribilla]
 +
:* [http://bvs.sld.cu/revistas/mciego/Vol10.Suple1/T37.htm Revistas]
 +
:* [http://www.cultstgo.cult.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=361&Itemid=35 www.cultstgo.cult.cu]
 +
:* [http://www.habanafilmfestival.com/peliculas/peli_amplia.php3?ord=297&festi=1998 Habanafilmfestival]
 +
:* [http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01260963343493764100035/209421_0033.pdf Descargas.cervantesvirtual.com]
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:* http://www.radiobaracoa.icrt.cu/es/especiales/ptiempo/item/586-una-mujer-desconocida-por-la-historia.html
 +
:* Sierra Madero, Abel (2005): [https://diversidadsexual.blogia.com/2005/021604-la-policia-del-sexo-la-homofobia-durante-el-siglo-xix-en-cuba.php «La policía del sexo: la homofobia durante el siglo XIX en Cuba»,] artículo publicado el 16 de febrero de 2005 en la revista ''Sexología y Sociedad'' (La&nbsp;Habana), año 9, n.º 21, abril de 2003.
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:* https://studylib.es/doc/5996567/por-andar-vestida-de-hombre
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:* http://files.sld.cu/digitalizacion-bmn/files/2018/03/0045-9178.1983.0066.0003.pdf
  
Enriqueta Faber. Alejandro Milián
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{{NF|1791|1845|Faber, Enriqueta}}
  
http://www.pdcorynthia.sld.cu/WEB%20Arte%20y%20Medicina/Historia.html
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[[Categoría: Historia de la medicina]]
 
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[[Categoría: Médicos]]
[http://www.socreum.sld.cu/paginas/enriqueta_faver.htm http://www.socreum.sld.cu/paginas/e][http://www.socreum.sld.cu/paginas/enriqueta_faver.htm nriqueta_faver.htm]  
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[[Categoría: Médicos de Cuba]]
 
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[[Categoría: Personas de Suiza]]
[http://www.bohemia.cu/2006/mar/05/sumarios/especiales/enriqueta.html http://www.bohemia.cu/2006/mar/05/sumarios/especiales/enriqueta.html]  
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[[Categoría: Personas de Lausana]]
 
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[[Categoría: Mujeres de Cuba del siglo XIX]]
[http://www.lajiribilla.cu/2003/n122_09/122_10.html http://www.lajiribilla.cu/2003/n122_09/122_10.html]  
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[[Categoría: Expatriados]]
 
 
[http://www.encyclopedia.com/doc/1P3-1310384621.html http://www.encyclopedia.com/doc/1P3-1310384621.html]  
 
 
 
[http://www.lajiribilla.co.cu/2005/n209_05/proscenio.html http://www.lajiribilla.co.cu/2005/n209_05/proscenio.html]  
 
 
 
[http://bvs.sld.cu/revistas/mciego/Vol10.Suple1/T37.htm http://bvs.sld.cu/revistas/mciego/Vol10.Suple1/T37.htm]
 
 
 
[http://www.cultstgo.cult.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=361&Itemid=35 http://www.cultstgo.cult.cu/index.php?option=com_content&amp;task=view&amp;id=361&amp;Itemid=35]  
 
 
 
[http://www.habanafilmfestival.com/peliculas/peli_amplia.php3?ord=297&festi=1998 http://www.habanafilmfestival.com/peliculas/peli_amplia.php3?ord=297&amp;festi=1998]<br>
 
 
 
2009
 
 
 
MSc Belén Z. Iglesias Ramírez
 
Tomado de: [http://www.sld.cu/sitios/histologia http://www.sld.cu/sitios/histologia] [[Category:Literatura|Literatura]]&nbsp;
 

última versión al 03:23 26 mar 2020

Enriqueta Faber
Información sobre la plantilla
Enriquetafaber.jpg
NombreFavez Cavín, Henriette
Nacimiento1 de abril de 1791
ciudad de Lausana,
Suiza Bandera de Suiza Suiza
Fallecimiento1845
ciudad de Nueva Orleans,
estado de Luisiana,
Estados Unidos Bandera de los Estados Unidos de América
Nacionalidadsuiza
Otros nombresEnrique Faber
Ciudadaníasuiza
Ocupaciónmédico
CónyugeJuan Bautista Renau

Enriqueta Faber (Lausana, 1791 - Nueva Orleans, 1845) fue una médica suiza. Fue la primera mujer que ejerció la medicina en Cuba (aunque vestida de hombre. Fue pionera en la posición de la mujer y sus posibilidades de derechos en el siglo XIX.

Síntesis biográfica

Muy pequeña quedó huérfana a cargo de un tío, coronel de un regimiento del ejército francés. Se casó muy joven con un oficial del regimiento de su tío, Juan Bautista Renaud, con quien tuvo un hijo que murió a los 8 días de nacido. En esa época, Napoleón Bonaparte era emperador de Francia, y Enriqueta marcha con su tío y su marido a la guerra con Alemania, donde este último muere en una batalla.

Contaba entonces 18 años y de acuerdo con su carácter independiente, abandonó a su tío y se fue a París. Deseosa de ganarse la vida por su propio esfuerzo, decide vestir de hombre y estudiar cirugía en París, bajo el nombre de Enrique Faber, recibiéndose de cirujano.

Trayectoria laboral

Ya graduado, ejerce durante corto tiempo en la residencia de la emperatriz Josefina. Lo que es un misterio de tantos en la vida de Enriqueta, es que abandona un empleo sin riesgos, para lanzarse a los horrores de la guerra con los ejércitos que trataban de conquistar a Rusia. Allí encontró a su tío y con él tomó parte en la campaña, asistiendo a los heridos.

Luego pasó a España, murió su tío y fue hecha prisionera en Miranda, logrando escapar sin que se descubriera su sexo. Harta de guerra y de muerte, abandona Europa. Desea cumplir, además, la voluntad del moribundo: buscar a la baronesa. Tras ella, el médico viaja en 1816 a la antilla francesa islas de Guadalupe y ejerce su profesión en Fort Louis. No encuentra a Margarita, quien entusiasmada por la prosperidad de los cafetales cubanos se había trasladado a Santiago de Cuba. Enriqueta, sin cambiar la vestimenta de hombre, porque ya estaba acostumbrada y le permitía desempeñarse como médico, que era la única forma en que una mujer podía hacerlo en los comienzos del Siglo XIX, decide trasladarse al Oriente cubano.

El día 19 de enero de 1819 llega a la ciudad de Santiago de Cuba, a bordo del velero “La Helvetia”. No demoró en la ciudad, ya que prefería un lugar recóndito donde despertara menos curiosidad su aspecto delicado, por lo que escogió a Baracoa.

Sin embargo, ni siquiera allí escapó a las presiones sociales. Su soltería, aire de mundo y capacidad profesional debieron resultar muy atractivos a las casamenteras locales. Antes de rechazar a alguna señorita de sociedad, Faber optó por lo que parecía la solución ideal, proponerle matrimonio a una joven huérfana y muy pobre que padecía de tuberculosis, que según dijo después “le inspiró desde el primer momento una lástima sincera. Pensé que podría ayudarla, y ella a mí. Le expliqué que viviríamos como buenos amigos, porque estando ella tan débil y enferma no debía someterse a las obligaciones maritales. A todo dijo sí.”

El 11 de agosto de 1819 el cura párroco Don Felipe Salamé unió a la pareja en matrimonio, acto que reflejó la prensa santiaguera de la época y que quedó asentado en el libro de matrimonios de blancos. Era el comienzo de una larga cadena de acontecimientos que llevarían a “Mesie Erniquito”, como se le conocía, a un conflicto total. Mientras tanto, Juana de León se reponía con la buena alimentación, medicinas y los cuidados médicos. Los primeros meses de matrimonio transcurrieron tranquilamente y con felicidad para ambos. Juana, ya convaleciente, no se conformaba con su pasivo papel de amiga y ante las esquiveces de su marido se volvió huraña y sombría, comenzando a sospechar acerca de la verdadera identidad de su esposo.

El éxito profesional de Enrique, despertó la envidia de otros galenos de la localidad, quienes lograron le prohibieran practicar la medicina hasta que pasara las pruebas de rigor, porque se decía que su título era falso y que pertenecía a un pariente fallecido en las batallas de Napoleón.

Enrique emprendió el largo viaje a La Habana. Aseveran que el gobernador de la Isla, teniente general Juan Manuel Cagigal, lo recibió personalmente en su despacho y el 22 de marzo de 1820, Cagigal le otorgaba la carta de domicilio que le permitía residir y trabajar en cualquier lugar del país.

Un mes después el tribunal del protomedicato extendía su aval:

Por cuanto en nuestra audiencia y juzgado Enrique Faber nos hizo relación de haber practicado la facultad de cirugía, con maestro examinado, el tiempo previsto por la ley, de que dio información bastante, con documentos auténticos, le examinamos en teoría y práctica, en dos tardes, y haciéndole varias y diferentes preguntas sobre el asunto, a que respondió bien y completamente. Lo aprobamos y mandamos a despachar este título y licenciamiento como cirujano romancista para que en todas las ciudades, villas y lugares pueda ejercer.
Emilio Roig de Leuchsenring: La primera mujer médico de Cuba

Faber obtuvo, así mismo, el nombramiento de fiscal del protomedicato en Baracoa, que lo facultaba para velar porque los médicos del territorio poseyeran las cualidades profesionales requeridas. Los médicos criollos consideraron escandaloso que un extranjero recién llegado, de rostro barbilampiño, cara picada de viruelas y modales afeminados, esgrimiera tanta autoridad. Hubo protestas al tribunal del protemedicato. Después de eso hasta las menores acciones de Enriqueta provocaron acciones desmesuradas.

Juana ya sabía el secreto que ocultaba su esposo. La experiencia de convivir cual hermanas no resultó. En mayo de 1822, Enriqueta partió sola y fijó su residencia en el pueblo de Tiguabos.

En 1822, en la ciudad de Baracoa, ocurre algo que produce una gran conmoción social; se abre un expediente criminal en la Comisión de Asuntos Políticos contra una mujer por haber andado vestida con ropas masculinas y haber contraído y consumado matrimonio con Juana de León, la cual aduce que años antes, en 1819:

Me solicitó compromiso de matrimonio una criatura vestida de hombre, que se nomina Henrique Faber y se titula profesor de 74 E.I.A.L. Cirugía y dice ser natural de los Cantones de Suiza [...]
el matrimonio a que me reduje atenida a las circunstancias de orfandad y desamparo en que me veía, sin que me fuese posible sospechar los designios de [...]
Así fue que verificado nuestro enlace usó de mi persona de un modo ese mounstruo artificial que entonces no pude comprender: pero con todas las ocultaciones con que se manejaba en los primeros días que estuvo a mi lado, me hicieron sospechar, y por más que se esforzaba no pudo desvanecer mis inquietudes [...]
hasta que una vez en que creyéndome dormida se desnudó, pude descubrirle los pechos de una mujer [...]
los cuales eran conservados ocultos bajo de un ceñidor o faja. Este descubrimiento que no esperaba, le obligó a hacerme una confesión de su incapacidad para el estado conyugal: del instrumento de que se había valido para consumar su perversa maquinación; y aunque disfrazando siempre la verdadera causa de su impotencia se humilló hasta el extremo de proponerme las ideas más indignas de toda persona que conserva algún tanto de moralidad [...]
me ofreció desaparecerse a fin de que nadie supiese de su paradero, ni el público llegase a trascenderla [...]
Este desempeño me puso ya en la necesidad de solicitar la declaratoria de nulidad de mi matrimonio, y el castigo que merecen sus excesos para que sirva de escarmiento y en lo sucesivo no sacrifique a otra infeliz como a mí, haciendo escarnio de las más sagradas instituciones de nuestra augusta religión, y del orden social.
Juana de León, esposa de Enriqueta[1]

Prisión y proceso judicial

Los rumores acerca de su feminidad lo siguen. Unas palabras indiscretas de su lavandera revuelven los ánimos. Desesperada comete grandes errores, pretende demostrar virilidad buscando la compañía de gente soez amiga del alcohol, y enzarzándose en disputas. En enero de 1823, Juana de León, o verdaderamente ofendida o simplemente temiendo a la justicia, pidió la anulación del matrimonio y presentó querella criminal contra Enriqueta Faber, mediante el licenciado Garrido, que había sido el padrino de la boda.

Enriqueta fue presa en febrero y se ordenó el reconocimiento de su género por parte de médicos, lo que ella trató de impedir confesando su verdadero género, pero el examen se realizó. En la cárcel trató de envenenarse por haber llegado hasta ella el rumor de que se le iba a pasear desnuda por las calles. En junio de ese año un tribunal de Santiago de Cuba dictó sentencia, condenándola a 10 años de prisión en la Casa de Corrigendas, situada en La Habana, y posteriormente ser deportada a cualquier punto en el extranjero.

Apeló de esta sentencia a la audiencia de Puerto Príncipe, escogiendo como defensor al licenciado Manuel Vidaurre, quien se interesó por ella. De su brillante informe son estos párrafos:
―Enriqueta Faber no es una criminal. La sociedad es más culpable que ella, desde el momento en que ha negado a las mujeres los derechos civiles y políticos, convirtiéndolas en muebles para los placeres de los hombres. Mi patrocinada obró cuerdamente al vestirse con el traje masculino, no sólo porque las leyes no lo prohíben, sino porque pareciendo hombre podía estudiar, trabajar y tener libertad de acción, en todos los sentidos, para la ejecución de las buenas obras.
Qué criminal es ésta que ama y respeta a sus padres que sigue a su marido por entre los cañonazos de las grandes batallas, que cura a los heridos, recoge y educa a los negros desamparados y se casa nada más que para darle sosiego a una infeliz huérfana enferma?
Ella, aunque mujer no quería aspirar al triste y cómodo recurso de la prostitución...
En este momento el fiscal interrumpió irónicamente y dijo:
―¡Debe ser una santa!
El defensor repuso rápidamente:
―O, mejor: una víctima.

La audiencia le rebajó la condena de 10 a 4 años de servicio en el Hospital de Paula, en La Habana, vistiendo traje de mujer, y que después saliera deportada del territorio español.

Esta condena significó el desplome total de su vida, convirtiendo a la pacífica y bondadosa Enriqueta Faber en irascible y pendenciera. Por tratar de escaparse del hospital, se le envió a la casa de recogidas “San Juan Nepomuceno” y posteriormente por intervención del obispo de Espada, fue deportada a los Estados Unidos. (Algunos autores plantean que Enriqueta al venir a La Habana, se había confesado con el Obispo de Espada, pero realmente no existen evidencias de tal entrevista, solo lo que aparece en las novelas escritas en torno a esta mujer).

No son pocos los casos de mujeres que en siglos pasados para poder ejercer la profesión escogida, tuvieron que vestir ropas de hombre; pero ninguna ha sido objeto de tantas y tan diversas y controvertidas opiniones como es el caso de Enriqueta Faber. Sus historias bastantes conocidas por las novelas que entorno a su vida se han escrito, por la curiosidad y a veces también por las intrigas y el escándalo que se suscitaron en su época por el proceso judicial que se le llevó a cabo en Santiago de Cuba, han desvirtuado la imagen de esta mujer que indiscutiblemente, no sólo fue médico, sino según reza en los documentos del proceso, muy capaz en su profesión.

Muerte

Existen diferentes versiones de lo que le pasó después, unos dicen que apenas salió de la colonia española mantuvo el género masculino, y que fue conocido en Estados Unidos como «El Doctor Suizo». La versión más aceptada es que en 1844 se dirigió al puerto de Veracruz (México) vestida con el hábito de las Hermanas de la Caridad, respondiendo al nombre de sor Magdalena, y trabajó en un convento como portera. Después pasó a la ciudad de Nueva Orleáns, donde acabó santamente sus días asistiendo a los enfermos. (No obstante no existen evidencias concretas de ninguna de las dos versiones.

Lo cierto de esta triste historia, es que Enriqueta Faber, fue la primera mujer médico que ejerció la medicina en Cuba, autorizada legalmente por el tribunal del Protomedicato de La Habana a ejercer como médico cirujano romancista, y puede también considerarse pionera del movimiento feminista. No existe ni una sola imagen de esta mujer extraordinaria, pero han quedado los documentos del juicio que se celebró en Santiago de Cuba, los documentos que en 1820 emitió el tribunal del Protomedicato que la examinó y un buen número de novelas, obras de teatro, biografías y una película cubana que se presentó en el Festival de Cine de La Habana en el año 2000 bajo el título Insumisas.

Bibliografia

Fuentes