Cinco entierros del mayor general José Maceo

Cinco entierros del mayor general José Maceo Grajales
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Cementerio santa ifigenia.jpg
Fecha:5 de julio de 1896
Lugar:El Aguacate (4,8
Descripción:
Breve reseña de los cinco entierros que tuvo el mayor general José Maceo
País(es) involucrado(s)
Cuba


Tras la caída en combate de José Maceo Grajales ―el León de Oriente o el León de Baconao―, quien fue un luchador incansable por la independencia de Cuba, sus restos fueron enterrados en varias ocasiones hasta descansar en el cementerio Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba. En total suman cinco las veces que fue sepultado en diversos sitios.

Antecedente histórico

Primer entierro

El 5 de julio de 1896, durante una batalla entre las tropas mambisas y el ejército español al mando del coronel Vara del Rey, cayó mortalmente herido el mayor general José Maceo Grajales.

Según datos aportados por el coronel José Justo León y Brito, el capitán José Palacio y el teniente Salvador Durruty, José Maceo habría expirado en el camino comprendido entre El Aguacate y Soledad de Tí Arriba, otras versiones plantean que muere en la casa de Madame Lombart, madre de Elvira Cape entre las 3 y 4 de la tarde.

Esta versión es defendida por su médico Porfirio Valiente del Monte.

En horas de la noche, Porfirio Valiente del Monte, Tomás Padró Griñan, Lino D'ou, Lorenzo González y un grupo de sus más cercanos colaboradores, acuerdan desenterralo para evitar que algún traidor delatara el lugar y fueran profanados sus restos. Pasan ríos, suben lomas para llegar a Campo Rico donde le son entregados los restos al prefecto capitán Antonio (Ñico) Puerta, para que eligiera el lugar de su nueva sepultura y se encargara de la custodia de su tumba.

Segundo entierro

En 1902, por iniciativa del entonces gobernador de la provincia de Oriente, general Francisco Sánchez Hechevarría, son exhumados nuevamente sus restos por el coronel Enrique Tomás y llevados al poblado de Songo, donde son expuestos en la Escuela Pública n.º 1 (hoy Adela Desquiron Araujo).

Este hecho se produce el día 20 de septiembre de 1902, según consta en las Crónicas de Santiago de Cuba de Carlos E. Fornet.

El móvil de la exhumación responde al propósito de rendir tributo a 7 figuras gloriosas de la historia patria caídos en los campos de batalla, en el 34 Aniversario del inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878). Los citados mártires fueron:

Al cortejo fúnebre fueron agregados por sus familiares los restos de los también patriotas:

Tercer entierro de José Maceo

El día 9 de octubre (posiblemente de 1902) la ciudad de Santiago de Cuba guardó silencio imponente de duelo local, mientras que en los edificios públicos sociedad y muchas casas particulares, aparecieron también banderas a media asta y crespones negros pendientes de la puertas y ventanas. A la 5 de la tarde de este día, se produce el tercero de los entierros de José Maceo.

Este entierro se produce en el patio D del Cementerio Santa Ifigenia en cuyo centro se encontraba el terreno cedido para este efecto por el Ayuntamiento de la Ciudad de Santiago de Cuba. La bóveda que guardó los restos estaba confeccionada de cemento y construida con fondos recolectados por la junta organizadora, según consta en el acta levantada en el citado cementerio y que aparece firmado por Emilio Bacardí, Carlos Duboy, José Portuondo, Angel Perche, José Calasanz Oduarod, Francisco Rosado y Eduardo Dubois, miembros todos de la Comisión Ejecutiva y de Duelo organizada con estos fines.

En el año 1933, durante la presidencia de José Barnet, se aprueba un presupuesto para la reparación y embellecimiento del Cementerio Municipal de la Ciudad de Santiago de Cuba, lo cual incluía la reconstrucción, terminación y embellecimiento de la tumba de los Mártires de la Patria, donde se encontraban los restos de José Maceo, Flor Crombet, Guillermón Moncada y otros patriotas hasta sumar 29.

Cuarto entierro de José Maceo

A inicios del año 1944 que se produce la exhumación de los restos de estos patriotas del Panteón de los Veteranos, las cajas que contenian los restos colocadas en la oficina del administrador del cementerio Sr. Raúl Ibarra Albuernes, Justo Basilio Guerra Molina, con varios oficiales; el comandante Ramón Sarriga, presidente del Consejo Territorial de Veteranos de la Independencia; el Capitán Luis Mancebo, Secretario de dicha entidad y una nutrida concurrencia de libertadores. La exhumación se produce con motivo de la demolición de esta obra por constratar enormemente su pobreza con el lujo del Panteón de las Fuerzas Armadas.

Es aprovechado este momento, para efectuar el penúltimo de los entierros de José Maceo, al ser trasladados amorasamente sus restos junto al de los restante patriotas, desde la oficina del administrador del cementerio hasta el Panteón de las Fuerzas Armadas. Este movimiento se considera una farsa para no crear dificultades en la inauguración del mismo, la que tuvo lugar el 25 de febrero de [[1944] con la presencia del Presidente de la República Fulgencio Batista.

Quinto entierro

No se ha podido precisar cuándo se produjo la nueva exhumación, lo cierto es que en el periódico Oriente, con fecha 8 de diciembre de 1944, aparece publicada la siguiente carta dirigida a Ramón Grau San Martín, el nuevo presidente de la República, la cual corrobora que dicha exhumación se produjo.

El 23 de enero de 1945, la prensa publica el abandono en que todavía se encontraban dichos restos, a raíz de la visita del Ministro de Obras Públicas Ingeniero Gustavo Moreno Lastro a dicho panteón, una de las obras paralizadas en la ciudad por falta de presupuesto.

El 6 de diciembre, atendiendo a la luctuosa fecha del día 7 de diciembre del propio mes, el Consejo Provincial de Veteranos, organizó para este día la colocación de los restos de un grupo de los más valientes y heroicos jefes libertadores en el Panteón recientemente construido en el cementerio de la ciudad de Santiago de Cuba.

La jefatura del Distrito Militar de Oriente, que tuvo a su cargo la tributación de los honores militares correspondientes a esos libertadores, dictó la orden militar # 26 (del 28 de noviembre de 1945).

El Consejo de Veteranos de la Independencia con motivo de este acontecimiento, recibió mensajes del jefe de estado mayor del ejército constitucional, Genovevo Pérez Damera y del Ministro de Defensa Comandante Menéndez Villach, delegando su representación a esos actos en el Jefe del Distrito Militar Coronel R. de la C. Quesada González, así como enviaron mensajes de adhesión al acto, el jefe del distrito militar Agramonte, el del # 8 Juan Ruíz Rivera y el Presidente del Consejo Nacional de Veteranos de la Independencia, comandante Pablo L. Villegas, que dió su representación al capitán Luis Mancebo Portuondo, el presidente del Senado [[Eduardo Suárez Rivas].

Tal como se previó, a las 5 de la tarde del día 6 de diciembre de 1945, fueron cargados por miembros de las Fuerzas Armadas y colocados sobre un armón los restos de los mártires de la patria, los mayores generales, generales de división, de brigadas, coroneles y comandantes; en otro armón fueron ubicados los otros restos. Todos estaban cubiertos con la bandera cubana; iniciándose el solemne acto de traslado de los mismos hasta una tumba digna a su memoria: el Retablo de los Héroes del cementerio Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba.

Participan en la ceremonia el coronel Rogelio de la Quesada (jefe del Distrito Militar), el coronel Miguel Santo Mora (jefe del Distrito Naval de Oriente), Mariano Rosa (presidente del Ayuntamiento), además participaron el Presidente de los Emigrados Revolucionarios, el Dr José Maceo González, hijo del mayor general José Maceo, Flor Crombet, hijo del general de igual nombre; Ambrosio Garzón (hijo); Antonio, Wilfredo y Adalberto Moncada, nietos del mayor general Guillermón Moncada Veranes y Armando Garzón, nietos del citado héroe, así como oficiales del Ejército, la Marina, la Policia Nacional y demás miembros.

La señora Ernestina Valdez, viuda del general Fransisco Leyte Vidal colocó sobre el cofre que guardaba los restos del general José Maceo la bandera cubana y el machete de su propiedad, que ella guardaba como reliquia y que poseía como recuerdo de su esposo. Este acto fue el más concurrido y de mayor solemnidad de los que se verificaron en ocasión del triste aniversario de la muerte de Antonio Maceo.

Fuentes

  • Carrero Preval, Dr. Alexis: Los cinco entierros del general José Maceo (folleto).