Escritura maya

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Escritura Maya
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Concepto:Los mayas desarrollaron un extraordinario lenguaje gráfico, el de los glifos, apto para expresar cualquier pensamiento. La compleja interpretación de este cuantioso legado de imágenes que a primera vista aparenta ser inimaginablemente extraña, demandó más de cuatro siglos.

Escritura Maya. Sistema de escritura usado por la civilización maya precolombina en Mesoamérica. Ha sido el mejor se ha descifrado de entre los sistemas de escritura mesoamericanos, también se ha descifrado la escritura epiolmeca. La civilización maya fue la primera en desarrollar una forma de escritura pictográfica o jeroglífico, parecida a la desarrollada por los egipcios. Un Los materiales para escribir fueron variados: en pergamino de piel de diversos animales, como el jaguar y el venado, en hojas hechas de la corteza de un árbol, en objetos de arcilla. Tenían miles de libros sagrados o códices que escribieron a través de su historia pero con llegada de los españoles la mayoría fueron destruidos.

Origen de la escritura Maya

Los mayas fueron el primer pueblo de América en desarrollar una forma de escritura pictográfica o jeroglífico, parecida a la desarrollada por los egipcios. Esta se creó durante el período clásico, y su origen obedece a la necesidad de crear un sistema de recopilación y registros de los datos obtenidos en la astronomía, las matemáticas, la arquitectura y la arte en general. Escribían en hojas de papel hechas con corteza de árbol de amate, en pieles de animal o tallando los símbolos o glifos en las paredes de los edificios, escaleras, en las canchas de juego, en los techos; grabados en los adornos personales, en las artesanías y en estelas.

Los materiales para escribir fueron variados: en pergamino de piel de diversos animales, como el jaguar y el venado, en hojas hechas de la corteza de un árbol, en objetos de arcilla, en madera, huesos y en piedra. Para esculpir o tallar la escritura en piedra utilizaron cinceles de metal y de roca de jede, y otros materiales fuertes; para escribir en pergamino de piel de animal y en hojas se usaban pinceles y pintura de origen vegetal.

La escritura maya usaba logogramas complementados por un juego de glifos silábicos, con funciones similares a los de la escritura japonesa. No obstante, ciertos lingüistas niegan que en las escrituras mesoamericanas se encontrasen reglas gramaticales con la capacidad de componer ideas, ya que carecían de ciertas funciones morfológicas y ortográficas, así como la capacidad de analizar palabras por género, número y función.

Escritura de Jeroglíficos Mayas

Durante el período clásico, escribir y leer eran actividades que no podían hacer todos los mayas, ya que estas eran un privilegio de la clase sacerdotal. Fueron los sacerdotes, justamente, quienes controlaban la escritura, porque al hacerlo ejercía mucho poder sobre los conocimientos y también sobre la población. Aunque durante el período posclásico se llegó a enseñar a escribir a los pocos nobles y gobernantes, los sacerdotes o escribas seguían siendo quienes elaboraban los códices o libros.

Los mayas tenían miles de libros sagrados o códices que escribieron a través de su historia pero con llegada de los españoles la mayoría fueron destruidos. Los sacerdotes españoles, entre ellos Diego Landa, en su deseo de convertir a los indígenas a la religión católica, pensaron que quemando sus libros donde guardaban sus costumbres y tradiciones, lo lograrían. La quema de estos códices constituye una gran tragedia cultural, ya que se perdió la oportunidad de conocer más la riqueza cultural de los mayas.

De los escritos originales aún se encuentran los realizados en las paredes de los edificios y las estelas, que no pudieron ser quemados, y cuatro libros reseñados a continuación:

  • códice desdenis. Libro originario de la ciudad de tikal tiene treinta y nueve hojas de maguey escritas con temas de astronomía y matemática. Este libro actualmente se encuentra en la biblioteca real de Dresde, en Alemania.
  • códice peresano. Original de la península de Yucatán, contiene relatos de los dioses mayas; nombra los días, los meses, los años, y también sus festividades; menciona además la utilidad de algunas plantas para la medicina y explica datos de higiene y cirugía. Actualmente, este libro se encuentra en la biblioteca nacional de parís.
  • códice trocortesiano. Original de la ciudad de Chichén Itzá, contienen la descripción de mitos y costumbres de los mayas. Se encuentra actualmente en el museo de América de Madrid, España.
  • popol vuh o libro sagrado. Escrito por un sacerdote maya en lengua quiche. Fue hallado en 1854 en Guatemala por un sacerdote español por este y otros hechos se cree que algunos pasajes del libro original fueron adaptados o cambiados por explicaciones de la religión católica. En este libro se narra historias de los mayas y también la historia de sus dioses. En 1562, el sacerdote Diego Landa convenció a uno de los últimos escribas mayas para que tradujera el alfabeto español al código maya de tal manera que algunos mayas aprendieron la escritura española y realizaron unos libros.

Utilización de la escritura maya

Los signos de escritura o caracteres jeroglíficos mayas sirvieron para representar datos numéricos, fechas, nombres de personas, lugares, datos astronómicos, datos de medicina, datos de ingeniería, acontecimientos históricos, ceremonias religiosas, costumbres, leyes y celebraciones especiales.

Jeroglíficos mayas que representaron datos numéricos

Los signos jeroglíficos de la escritura maya son únicos en el mundo y su interpretación ha sido sumamente difícil, razón por la cual todavía existen cientos de estos escritos sin traducir. El avance de las interpretaciones se ha hecho desde finales de 1800 hasta el momento.

Tanto los historiadores del mundo como los diversos especialistas en literatura, se maravillan por el estilo y los contenidos de la escritura maya. Otros libros escritos por los mayas a partir del siglo XVI, en los que mezclan elementos de su cultura con la española, fueron:

  • Chilam Balam. Escritos por indígenas que aprendieron la escritura española junto con sacerdotes católicos que desearon recoger datos antiguos de las costumbres mayas.
  • Anales de los cakchiqueles. Escrito colectivamente en el siglo XVII en Guatemala. En su elaboración intervino inicialmente un indígena llamado Francisco Hernández Arana. Contiene leyendas, tradiciones, datos de reyes, narraciones de combates mayas e información astronómica.

Numerosas características distinguen a los mayas de otras culturas de la antigua Mesoamérica, pero una que ha atraído a los exploradores, escolares, y entusiastas por siglos ha sido la Escritura de Jeroglíficos Mayas. El estilo de caligrafía y la complejidad de las ilustraciones de la escritura de los jeroglíficos Mayas son como ningún otro sistema de escritura.

Aunque se ha avanzado rápidamente en las últimas décadas en el desciframiento de los jeroglíficos Mayas, opiniones diferentes acerca de que si la escritura Maya era un simple número de palabras con un dibujo o un sistema de fonética sofisticado y agobiante desciframiento por años. Realmente, fue solo a mediados del siglo veinte siguiendo un gran avance por la Mayista Tatiana Proskouriakoff que epígrafos (o expertos en jeroglíficos) pudieron finalmente estar de acuerdo en que la Escritura de Jeroglíficos Mayas era un sistema completo y funcional basado en signos fonéticos.

Aunque nuestro sistema también está basado en signos fonéticos, en comparación con la Escritura Maya parece mucho más simple. Todas nuestras palabras están formadas por varias combinaciones de solamente 26 signos que listan todas las letras que nosotros llamamos Alfabeto. Por contraste, todas las palabras Mayas son formadas por varias combinaciones de cerca de 800 signos, y cada signo representa una sílaba, y esa lista de signos es llamada Silabario, no Alfabeto.

Veintiséis signos versus cien signos? Suena imposible? No realmente. Como se puede ver en el Silabario abajo, mientras que un signo de nuestro alfabeto puede representar solamente un sonido, escritores Mayas pueden seleccionar de muchos signos diferentes para representar un sonido. Por ejemplo, hay por lo menos cinco signos diferentes para representar la sílaba Maya ba. Por favor note que el Silabario incluye solamente cerca de 100 de las 800 posibilidades.

En el Silabario presentado, los signos son formados combinando una consonante en particular con una de las cinco vocales; a, e, i, o, u. Si un escritor Maya quiere describir el acto de "escritura" (o tz’ib’ en Maya) el escritor puede seleccionar de varios signos para convertir el sonido. Por ejemplo, esta combinación puede ser escogida:

Las palabras Mayas son formadas por varias combinaciones de cerca de 800 signos, y cada signo representa una sílaba, y esa lista de signos es llamada Silabario, no Alfabeto

El uso de la escritura estaba extendido por todas las tierras bajas mayas. Sin embargo, los textos de las tierras bajas septentrionales de las meridionales se distinguen unos de otros en la forma de los símbolos y en la sintaxis, reflejando así unas diferencias no sólo artísticas sino también lingüísticas e históricas. [1]

Por la lingüística histórica sabemos que en estas regiones se hablaba el yucateca en el norte y el protochol en el sur, dos lenguas emparentadas pero claramente diferenciadas, y que diversas lenguas vecinas, primero el mixe y más tarde una variante nahua de la costa mexicana del Golfo, ejercieron también cierta influencia. Las escrituras más tempranas se encuentran en las tierras bajas meridionales. La estela 29 de Tikal se ha fechado el 290 d.C., y la placa de diorita de Leyden, que se supone originaria del mismo lugar, el 320 d.C. El uso de la escritura se conservó hasta la conquista española, pero sólo en el norte. Contamos incluso con una descripción del sistema de escritura maya procedente del período colonial temprano —aunque incompleta y equívoca— en la memoria sobre Yucatán de Diego de Landa (hacia 1566).

Representación de la escritura

La escritura aparece de múltiples formas en monumentos de piedra aislados (estelas y altares), en escalones, dinteles e intradoses de las puertas, en tableros de piedra, estuco o madera, en pinturas murales y códices, así como, en la cerámica funeraria, en pequeños utensilios y adornos.

Las piezas más relevantes para los investigadores son, sin duda, el millar de monumentos de piedra, a menudo bastante bien conservados, y, en menor medida, debido a la densidad y complejidad de su información, los cuatro libros manuscritos (códices de Dresde, de París, de Madrid y Grolier), así como la abundante cerámica policroma, descubierta sobre todo con los saqueos modernos de tumbas.

Los cuatros libros manuscritos o llamados Códices de Dresde, París, Madrid y Grolier

La escritura maya presenta destacados contrastes, incluso externamente, respecto a las otras escrituras mesoamericanas. Los jeroglíficos mayas consiguieron un alto grado de estandarización y abstracción. Los textos jeroglíficos mayas están escritos de modo muy compacto en líneas y columnas exactas y, a menudo, sin ningún tipo de representación gráfica aclaratoria.

De este hecho pueden sacarse dos conclusiones: por una parte, que después de su creación a partir de una base postolmeca, la escritura maya se desarrolló con rapidez e independientemente de otras escrituras mesoamericanas; por otra, que ya a partir de alrededor del 400 d.C. era una escritura totalmente funcional que no necesitaba el apoyo de comentarios orales ni gráficos. Este proceso se desarrolló en un período de aproximadamente 500 años. En vista de la larga tradición y estabilidad de nuestro sistema de escritura actual, este lapso puede parecemos inverosímilmente corto, pero está demostrado también para el desarrollo de la escritura sumeria, con lo cual hasta cierto punto podría considerarse un período sistemático inmanente.

Lenguajes

En atención al desarrollo de la escritura jeroglífica y su desciframiento, es importante conocer qué lengua o lenguas se hablaban en ese momento en la región y a qué influencias extranjeras se vieron sometidas en el curso de los siglos. Los métodos de investigación de la historia de la lengua, sobre todo la glotocronología, la geografía lingüística y los estudios sobre el vocabulario popular, permiten una tosca reconstrucción.

A principios del período preclásico, con el establecimiento del sedentarismo, se formó la lengua protomaya, que progresivamente se fue descomponiendo en lengua separadas, hasta alcanzar su máximo grado de fraccionamiento en el siglo XVI con unas treinta lenguas distintas.

Códice de Borgia. La escritura maya se desarrolló con rapidez e independientemente de otras escrituras mesoamericanas

Según las reconstrucciones glotocronológicas, la comunidad lingüística protomaya tenía su origen en valles de las tierras altas junto a la frontera de Guatemala y Chiapas. De allí salieron diversos grupos, uno de los cuales, los huaxtecas, se trasladó tan hacia el norte que se desvinculó definitivamente de los otros grupos mayas. Sin embargo, la mayoría se limitó a ocupar lentamente los territorios a su alrededor.

En esa misma época, al noreste de los mayas se hablaba otra lengua, el protomixe-zoque. También este grupo lingüístico ha sobrevivido hasta hoy en la aislada región montañosa del Istmo de Tehuantepec. Muy probablemente esta era la lengua de los olmecas. Así pues, entre los olmecas y los mayas no se estableció ninguna continuidad lingüística, con lo cual la escritura jeroglífica, si se originó entre los olmecas, tuvo que adaptarse idiomáticamente a unas condiciones muy distintas. Por otra parte, las lenguas mayas y sus testimonios escritos debieron conservar algunos préstamos olmecas que reflejan el papel dirigente de esta cultura durante el período preclásico.

Dos factores que hay que tener en cuenta y que han dificultado enormemente el desciframiento de la escritura maya, son el hecho de que diversas regiones reproduzcan sus inscripciones en diferentes lenguas mayas, y, sobre todo, que las influencias extranjeras posteriores se asimilaran también de modo diferente, según la región en la que actuaban. En el período clásico medio suponemos una importante influencia del totonaca, y en el posclásico otra aún mayor del nahua de la costa del Golfo.

Características de la escritura maya

Algunos ejemplos escogidos ayudarán a determinar los rasgos esenciales de la escritura maya. La principal característica —y base del desciframiento, aún incompleto— es, sin duda, el hecho de que la mayoría de las sílabas mayas tienen su correspondiente símbolo jeroglífico. Así pues, una palabra puede escribirse completa e inequívocamente con tales símbolos. El cacao, un producto típico de la América precolombina, en maya se dice kakaw.

Jeroglíficamente la palabra se forma con la yuxtaposición de los símbolos silábicos ka-ka-wa. A fin de que las sílabas no pudieran confundirse, el modo de ensamblarlas, es decir la lectura, obedecía a / determinadas reglas. En los símbolos silábicos, las vocales al final de una palabra no se leían, por lo tanto este jeroglífico de tres sílabas reproduce correctamente la palabra kakaw. [2]

Además de esta grafía silábica, la escritura maya disponía también —casi siempre en combinación con los anteriores— de un gran número de símbolos gráficos que deben interpretarse como palabras completas o como conceptos, en gran parte independientes de una lengua determinada.

Signos fonéticos del sistema funcional de la escritura maya

Un ejemplo especialmente claro y comprensible es un singular jeroglífico para el concepto «día». En él aparece gráficamente el símbolo del Sol entre los símbolos abstractos del cielo y la tierra, representando en cierto modo el sol saliente o poniente, es decir la característica principal de un día cualquiera. Sin embargo, los escribas mayas no se conformaron con estas reglas y símbolos relativamente fáciles y, por motivos estéticos o incluso para hacer más difícil el acceso al arte de la escritura y la lectura a los no iniciados, utilizaron otros recursos.

Si el espacio para escribir no era suficiente, a menudo componían dos símbolos en uno, surgiendo así a primera vista otro símbolo nuevo; no obstante, un estudio detallado puede volver a separar sus componentes originales. Para los símbolos más habituales —los del calendario— desarrollaron incluso tres o cuatro formas distintas: un símbolo abstracto que los estudiosos llaman modelo corriente por su frecuente utilización; el denominado modelo-cabeza, casi siempre la cabeza de un animal, de un hombre o de un grotesco ser mixto; y, ocasionalmente, una figura humana o animal entera.

Por lo general sólo se reconoce a qué símbolo hacen referencia estas figuras por pequeños detalles, como el adorno de la mejilla o la forma de la mandíbula inferior. Como ya se ha dicho, casi todos los jeroglíficos mayas forman textos completos, por eso ha podido estudiarse también la sintaxis, comparándola con la de las lenguas mayas aún vivas. Tanto en los textos completos como en las frases y palabras sueltas, los textos jeroglíficos muestran una rígida ordenación.

El texto inferior derecho de la página 30 del códice de Dresde, compuesto por cuatro jeroglíficos, empieza con un verbo seguido del sujeto de este verbo y dos complementos locativos. Esta estructura corresponde con toda exactitud a la sucesión de las partes de la oración en los textos narrativos de la lengua maya yucateca.

También la sucesión de las sílabas y las palabras sueltas dentro de cada jeroglífico estaba rígidamente regulada. Empezando por la izquierda, se leía el símbolo superior derecho, luego el que estaba debajo y por último el símbolo situado más a la derecha. Siguiendo esta regla se obtiene el texto:

  • u + chum + uchum... se sienta
  • chak + k(i) Chak (el dios de la lluvia)
  • chak + l(a) + te' chakal te' sobre el árbol rojo
  • ti + la + kin + n(e) ti lakin en el este

La imagen abajo representada muestra al dios de la lluvia Chak sentado en un árbol, con una bolsa para copal en la mano derecha y un hacha en la izquierda, que está levantada; con ella abre las nubes y provoca tormentas.

Códice de Dresde. Escritura e imagen que plantea: Se sienta el Dios de la lluvia sobre el árbol rojo en el este

El contenido de los textos mayas

A pesar de que el sistema de escritura de los mayas se adecuaba a todos los contenidos de naturaleza oral, los testimonios que se han conservado demuestran que se empleó sólo muy limitadamente.

Uno de los temas para el que se utilizó sobre todo la escritura en forma de libro es la predicción del futuro, que estaba en manos de sacerdotes adivinos, ahkin. Estos, que ejercían tanto privadamente como en actos oficiales públicos, se ayudaban de unos manuales en los que se detallaban las fechas del calendario, los dioses más influyentes, los pronósticos para los clientes y las ofrendas más convenientes para aplacar a los dioses.

Los adivinos contaban los días con piedras y con semillas del árbol del tzite, rezaban y ejecutaban diversas acciones rituales. Aparte de la utilización de libros adivinos en escritura jeroglífica, este tipo de predicción del futuro ha sobrevivido hasta hoy.

Las inscripciones mayas en estelas, altares y construcciones suelen tener un carácter biográfico. En el centro figura el soberano del lugar con su nombre y títulos, los acontecimientos más importantes de su vida (nacimiento, ascenso al trono y campañas bélicas victoriosas) y las obligaciones religiosas (autolaceraciones, sacrificios a los dioses).

A menudo se menciona también su descendencia de antepasados famosos o incluso en los dioses, un factor muy importante para legitimar el poder. Desde hace sólo diez años sabemos que la decoración de la cerámica funeraria pintada, con sus vivaces escenas de colores acompañadas de cortos textos jeroglíficos, suele tener un contenido mítico. Quizá se trate de sumarios de himnos fúnebres, o de los mitos sobre la muerte y el renacimiento de figuras del rico panteón indígena que ha transmitido el Popol Vuh de los indios quiché. En este campo, la investigación no ha hecho más que comenzar.

Estudiosos e investigadores de la cultura Maya

  • Diego de Landa: Escribió en 1566 "Relación de las cosas del Yucatán". Es el primer intento de desciframiento de la escritura maya, donde el clérigo ensaya un alfabeto.
  • Sylvanus Griswold Morley, Arqueólogo estadounidense (1883-1948). En 1915 publicó "Introducción al estudio de los jeroglíficos maya". Sus éxitos epigráficos consistieron en la interpretación de la numeración y los calendarios mayas. Sostenía que las inscripciones mayas eran de orden religioso o astronómico: “Las inscripciones mayas tratan en primer lugar de cronología, astronomía y cuestiones religiosa... Son tan completamente impersonales que es posible que jamás se haya grabado en ellas el jeroglífico del nombre de un hombre."
  • John Eric Sidney Thompson, arqueólogo inglés (1898 -1975). Probablemente el más renombrado y famoso entre los estudiosos de la cultura maya. En 1950 escribió "Maya Hieroglyphic Wríting" donde se ocupa más del calendario que de la escritura. En su "Catálogo de Jeroglíficos Maya" (1962) clasificó los jeroglíficos en afijos, principales y de cabeza, a cada uno le asignó un número -ver fragmento abajo-; sostuvo tenazmente que los signos no resultaban de una interpretación fonética, sino ideográfica relacionada especialmente con la astronomía:

Véase también

Referencias

  1. Mesoamérica. Cultura Maya. En el sitio: pueblosoriginarios.com. Recuperado el 9 de enero de 2018.
  2. Rasgos de la escritura maya. En el sitio: lahistoriamexicana.mx. Recuperado el 9 de enero de 2018

Fuentes