Espacio dramático (Teatro)

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Espacio dramático (Teatro)
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Concepto:Es un espacio construido por el espectador o el lector para fijar el marco de la evolución de la acción y de los personajes. (Imagen: escena de la obra La razón de las bestias, por Luis Mazas).

Espacio dramático (Teatro). El espacio dramático se opone al espacio escénico (o espacio teatral). Este último es visible y se concreta en la escenificación. El primero es un espacio construido por el espectador o el lector para fijar el marco de la evolución de la acción y de los personajes; pertenece al texto dramático y sólo es visualizable si el espectador construye imaginariamente el espacio dramático.

Como espacialización de la estructura dramática

El espacio dramático queda construido cuando se forma una imagen de la estructura dramática del universo de la obra: esta imagen está constituida por los personajes, por sus acciones y sus relaciones en el desarrollo de la acción.

Si se especializan las relaciones entre los personajes, se obtiene una proyección del esquema actancial del universo dramático. El esquema actancial se organiza alrededor de la relación sujeto que busca y objeto buscado. Alrededor de estos dos polos gravita el resto de los actantes, cuyo conjunto forma la estructura dramática.

I. Lotman (1973) y A. Ubersfeld (1977), señalan que este espacio dramático está necesariamente escindido en dos conjuntos, dos subespacios dramáticos. Aquello que describen a través de esta escisión no es más que el conflicto entre dos personajes o dos ficciones, o entre el sujeto que desea y el sujeto deseado. Todo se reduce, en efecto, a un conflicto entre dos partes, es decir, dos espacios dramáticos, y toda narración no es otra cosa que la sintagmatización (sucesión lineal) de estos dos paradigmas.

Para que esta proyección del espacio dramático se realice, no es necesaria ninguna puesta en escena: la lectura del texto basta para darle al espectadoruna imagen espacial del universo dramático. Este espacio dramático lo construimos a partir de las acotaciones escénicas del autor y de las acotaciones espaciotemporales con los diálogos (decorado sonoro). Consecuentemente, cada espectador tiene su propia imagen subjetiva del espacio dramático y por ello no es nada sorprendente que también el director de escena sólo escoja una posibilidad de lugar escénico concreto. Por esta razón, la buena puesta en escena no es – al contrario de lo que suele creerse – la que encuentra la mejor educación entre espacio dramático y espacio escénico (texto y escena).

Construcción del espacio dramático

El espacio dramático está en perpetuo movimiento: depende de las relaciones actanciales que necesariamente deben cambiar para que la obra tenga un mínimo de acción. El mismo sólo se hace concreto y visible si una opuesta en escena figura algunas de las relaciones especiales que el texto implica.

En este sentido, se puede decir que el espacio escénico y la puesta en escena siempre son tributarios, por una parte, de la estructura y del espacio dramático del texto: por más imaginación que tenga y se burle del texto que quiere poner en escena, el director no puede ignorar totalmente la representación mental que ha surgido en él mismo al leer el texto.

El espacio dramático es el espacio de la ficción. Su construcción depende tanto de las indicaciones que suministra el autor del texto como del esfuerzo de la imaginación del espectador.

Se construye y se modela a la manera del actor, sin que nunca se muestre o desaparezca en una representación real del espectáculo. Ésta es su fuerza y su debilidad, puesto que es menos visible al ojo que el espacio escénico concreto. Por otra parte el espacio dramático (simbolizado) y el espacio escénico (percibido), se mezclan constantemente en la percepción, ayudándose mutuamente a constituirse, de tal modo que al cabo de un instante, ya el espectador no sea capaz de discernir lo que nos ha sido dado y lo que hemos sido capaces de fabricar por nosotros mismos. Es en ese momento exacto cuando intervienen la ilusión teatral, la cual es del orden de la ilusión:

...nos persuade de que no inventamos nada, de que estas quimeras que se alzan ante nuestros ojos y nuestra mente son reales (denegación).

Relación entre espacio dramático y escenografía

Para convertirse en lo concreto, un determinado espacio dramático necesita un espacio escénico que le sea útil y que le permita proclamar su especificidad. Por ejemplo, para una estructura y un espacio dramático basados en el conflicto y la confrontación, es necesario utilizar un espacio que destaque esta oposición.

Queda planteada aquí la eterna cuestión de procedencia entre la escenografía y la dramaturgia (estructura dramática). Es evidente que una y otra se determinan recíprocamente; pero en primer lugar surge, indudablemente, la concepción dramatúrgica, es decir, la cuestión ideológica del conflicto humano, del motor de la acción, etc. Sólo a partir de aquí el teatro escoge el tipo de espacio escénico y dramatúrgico que mejor conviene a su visión dramatúrgica y filosófica. Hay momentos en la historia teatral en que un determinado tipo de escenografía ha paralizado el análisis dramatúrgico, y por tanto la representación del hombre en el teatro. Pero la escenografía siempre se ve abandonada cuando no presta buenos servicios; y entonces se adapta al movimiento ideológico y dramatúrgico.

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