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Muchas evidencias demuestran la [[La Guerra de los Diez Años en la región unionense|Incidencia en la región unionense|incidencia en la región unionense]] durante la guerra de los Diez años, la presencia de las ideas abolicionistas, anexionistas y reformistas en la región entre los años [[1840]] y [[1868]], propiciaron la participación activa de los pobladores en los sucesos que tienen lugar en el territorio y su periferia inmediata, para ello se hace imprescindible tener en cuenta la presencia de familias con proyecciones ideológicas a fines a estas tendencias y que poseían importantes propiedades en el territorio.
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Muchas evidencias demuestran la [[La Guerra de los Diez Años en la región unionense|Incidencia en la región unionense]] durante la guerra de los Diez años, la presencia de las ideas abolicionistas, anexionistas y reformistas en la región entre los años [[1840]] y [[1868]], propiciaron la participación activa de los pobladores en los sucesos que tienen lugar en el territorio y su periferia inmediata, para ello se hace imprescindible tener en cuenta la presencia de familias con proyecciones ideológicas a fines a estas tendencias y que poseían importantes propiedades en el territorio.
  
 
El asumir estas formas de pensar y actuar les valió el asedio de las autoridades españolas y la envidia y maledicencia de los recalcitrantes peninsulares, que no solo veían en ellos sus enemigos políticos, sino a ricos propietarios por expropiar. Basta señalar algunos apellidos: Poey, Teurbe Telón, Lamar, Alfonso y Aldama, estos se debatieron entre sus intereses y lo que representa el estallido revolucionario oriental.
 
El asumir estas formas de pensar y actuar les valió el asedio de las autoridades españolas y la envidia y maledicencia de los recalcitrantes peninsulares, que no solo veían en ellos sus enemigos políticos, sino a ricos propietarios por expropiar. Basta señalar algunos apellidos: Poey, Teurbe Telón, Lamar, Alfonso y Aldama, estos se debatieron entre sus intereses y lo que representa el estallido revolucionario oriental.

Revisión del 10:21 30 ene 2020

Etapa colonial
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Fecha:a partir de 1492 hasta 1898
Lugar:Unión de Reyes, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba

Etapa Colonial en Unión de Reyes.Etapa enmarcada desde el año 1492 hasta el 1898. Como en el resto del país las mercedaciones de las tierras se iniciaron en fecha temprana, pero la efectividad de la presencia colonial no se logró hasta el siglo XIX cuando se asocia básicamente a la expansión azucarera a través de la plantación esclavista.

Estas mercedaciones de las tierras fueron por lo general de gran extensión y de límites indeterminados teniendo en cuenta que Cuba estaba en su mayor parte deshabitada, y al menos en esta región no se conoce de la presencia aborigen en el territorio.

Antecedentes

En la Historia Eclesiástica se explica que antes de 1688 había una pobre ermita en Alacranes, que actuaba como auxiliar de la parroquia de San Julián de Güines ermita que desapareció más tarde destruida por una descarga eléctrica, no salvándose nada más que un cuadro de la Virgen María que se conservó en el Archivo Parroquial de la referida Iglesia de San Francisco de Paula por mucho tiempo después. Esta evidencia es la primera manifestación de núcleo poblacional en la región.

El primer acto público en que conocemos que este cabildo se relaciona con la mercedación de tierras en esta comarca fue el asentado en las Actas capitulares de dicha ciudad el 3 de octubre de 1747, según se cita en las mismas se procedió a solicitar por Don Miguel de Otero licencia para poblar un sitio en su hacienda que se llamaría Sabanilla del encomendador o Sabanilla de Otero, ese lugar había atraído pobladores para el corte de maderas en sus vastos montes, con destino a la construcción de buques de la Real Armada de España, trabajos que se realizaban en los astilleros enclavados en la Bahía y Puerto de Matanzas.

  • El 15 de febrero de 1718 se pide por Nicolás Enteca unas tierras realengas 28 lenguas a barlovento entre la Vieja, Cabezas, Moscas, Sabanilla, Alacranes, El Cuzco Jagüeyes, y los Palos y se nombra Laguna Bermejas.
  • El 11 de octubre de 1726 se otorga a Fernando de Otero la merced del sitio La Sabanilla.
  • El 4 de febrero de 1729 se otorga la merced de un pedazo de tierra de tres leguas llamado La Lima en los confines de los corrales Moscas, Los Palos, Jagüeyes, Laguna Bermeja, los Alacranes y la sabanilla 23 leguas a barlovento llamado Laguna de Jicoteas a Baltasar Sotolongo.
  • El 28 de enero del 1729 se pide un sitio nombrado Cerro de Cabras, 19 leguas a Barlovento, limitando con la Magdalena, la Vieja, Cabezas y las Moscas por Don José de Fuentes.
  • En 1746 después de muerta Doña Catalina de Fuentes esposa de Fernando de Otero dejó por dar bienes las cinco haciendas de ganado menor y mayor nombradas: Nuestra señora del Rosario a La Palma, Nuestra señora de la Candelaria a Río Auras, San Andrés, Santa Lucía de La Lima a Bolondrón y San Juan a la sabanilla.

Como se puede apreciar durante estos tres siglos la región afirmo por su significación agrícola y ganadera donde la enorme riqueza forestal de la zona propició además el trabajo de astilleros de Matanzas y el fomento de los primeros ingenios azucareros en los primeros años del siglo XIX.

Caracterización económica de la región. Ascenso de la producción azucarera

A partir de 1790 el territorio vivirá un intenso proceso de cambios en la esfera económica, como consecuencia lógica de los cambios que se producen en Matanzas y en todo el país, motivado en primer lugar por la habilitación del puerto de Matanzas por Real Orden de 1793 para el comercio nacional y la posterior aprobación, el 9 de mayo de 1809, para el comercio con la naciones neutrales y aleados y en segundo lugar por el incremento en la introducción de negros bozales en buques españoles o extranjeros.

Múltiples elementos convergieron en el territorio lo que permitió alcanzar tan portentoso crecimiento de la gran manufactura azucarera, la presencia de una vegetación primaria, donde los bosques proporcionaron madera de gran calidad para la construcción de trapiches, carretas e implementos para levantar el conjunto de edificios requeridos, además de suministrar combustible durante toda la zafra. Producto del uso y explotación de todos estos recursos, la región vivirá a fines del siglo XVIII y principios del XIX un proceso de importantes transformaciones de su paisaje, donde las torres de los ingenios irrumpen en el campo como paisaje cotidiano, se inicia la invasión cañera, talando bosques vírgenes y cubriendo las tierras fértiles de más fácil comunicación.

El ganado abundante que existía en la zona, garantizaba la alimentación de los propietarios y sus dotaciones, así como el resto de la población que se van a ir incrementando como lógico resultado del desarrollo económico que va alcanzando esta zona. Gran parte de sus tierras permanecerían como hatos para la crianza de ganado de todas las clases como: vacuno, caballar, cerdo, mular, asnal, caprino y lanar, durante este período.

Influye además favorablemente en este despegue económico la cercanía del mismo a La Habana donde eran construidos los instrumentos y tecnologías necesarias para incrementar la producción azucarera, así como a sus puertos, La Habana y Batabanó que junto al de Matanzas facilito el comercio del azúcar. Matanzas llegó a producir en 1827 el 25% del azúcar cubano y continuó su ritmo de crecimiento que la llevaría a alcanzar a mediados del siglo XIX, el 55% de la producción insular. La producción del territorio unionense tenía gran incidencia en esos resultados.

Ingenio Conchita antes Virginia fundado en 1823

El incremento y desarrollo del número de fábricas azucareras se produce con una diversidad tecnológica asombrosa permitiendo que nuestra región gane prestigio e importancia en [[Matanzas. Ejemplo de ello es la zona de Santa Ana, que para 1817 tiene 24 ingenios y para 1827 ya cuenta con 36 ingenios. Zona que no solo va liderando en el territorio, por número de ingenios con que cuenta sino también con la introducción de nuevas tecnologías en sus industrias, muestra de ello es el ingenio “San Silvestre” o “Ácana” del Cuartón de “Las Cidras”, en 1823 se convierte en el primero de la jurisdicción de Matanzas, en instalar la máquina de vapor por su dueño José Eusebio Alfonso.

El mismo tenía 6 caballos de fuerza. En décadas posteriores funcionaría otro mayor. Este ingenio había sido fundado en 1816 por Gonzalo Alfonso y comenzaría a moler en 1818, ingenio que heredó José Eusebio Alfonso y Soler en 1821, quien a raíz de la muerte de su padre José, había contraído matrimonio con Lugarda de Espada y Basso. Podemos concluir que el territorio en la zafra de 1834-1835 contaba con un total de 145 ingenios lo que el sostenido crecimiento de la industria azucarera que repercutiría no solo en el plano económico, sino también en el político y social de la comarca.

Otros renglones económicos

El tabaco a finales del siglo XVIII y principio del XIX evidencia una incuestionable retirada del territorio. Las llamadas vegas de la “Magdalena” que comprendía la zona del partido de Santa Ana, hasta los límites del partido de Cabezas fueron disminuyendo a ritmo acelerado.

A esta caída del cultivo del tabaco verdín en la zona, se le suma a demás otras razones como es que desde finales del siglo XVIII, Cuba entra en estrecho contacto con una importante zona comercial: las ex-colonias inglesas de Norteamérica, que no necesitaba para nada esta hoja, porque tenía las de Virginia, pero por el contrario después de la revolución haitiana le era imprescindible grandes cantidades de azúcar; he aquí otro factor externo que impulsa la producción azucarera.

La producción y el consumo del café en Cuba experimentan un alza considerable durante el primer cuarto del siglo XIX. A la par que La Habana, la zona yumurina fue asiento de los mayores cafetales cubanos. En el territorio la producción cafetalera, también aparece, al igual que el tabaco, por el partido de Santa Ana, perteneciente a la jurisdicción de Matanzas, en 1802 con los dos primeros cafetales. Ya para 1817 tenía 21 y en 1827 existían 49 de los 203 que existían en la jurisdicción, lo que demuestra el incremento de las plantaciones de este producto en el partido de Santa Ana.

A demás de las plantaciones antes mencionadas, se infiere la existencia de plantaciones de café, en la década del treinta, en dichos siglo, en la zona de Sabanilla del Encomendador, Alacranes y San Antonio de Cabezas como demuestra la información encontrada en las Partidas de Entierro de Pardos y Morenos de la Iglesia Auxiliar de San Francisco de Paula de Alacranes, donde aparece la relación de 23 esclavos fallecidos por cólera en un cafetal de la localidad, perteneciente al rico hacendado criollo Esteban Santa Cruz de Oviedo, importante figura de la socarocracia criolla, con propiedades azucareras de gran prestigio nacional.

La crisis comercial que va a afrontar este producto desde la década del treinta, unido a la expansión, más la llega del ferrocarril, el cual permitía la entrada de productos más baratos hasta los sitios más lejanos, provocará que la producción cafetalera, así como el número de cafetales, se acortara poco a poco. Ejemplo de ello es la zona de Santa Ana que abarcaba Cidra, donde en 1827 existían 49 cafetales y para 1841 solo cuenta con 10, que representa el 20,4% de lo que existió en 1827.

Transporte y comunicaciones

En este período histórico al igual que todo el país, tenía una difícil situación con el transporte terrestre, era un problema agobiante para los productores criollos. La situación del mercado y sobre todo la eminente evolución económica hacían urgente una solución a este difícil problema.

Las primitivas vías de comunicación, no eran más que estrechas sendas, trilladas al paso de los transeúntes y bestias de carga, dichas vías se fueron transformando en caminos rurales por el propio desarrollo que se alcanzó en el traslado de la producción .Pero estos caminos y serventías internas resultaban intransitables en la época de lluvia

El ferrocarril se presentaba como el medio idóneo para la extracción y conducción de los productos hasta los puertos exportadores, por lo que la invención tenía también un gran interés para los comerciantes que traficaban con estos azúcares e importaban todo género de artículos, incluidos la maquinaria necesaria para las plantaciones

Primeras sublevaciones esclavas

Producto al florecimiento del sistema esclavista, el crecimiento de la masa negrera en el territorio y el recrudecimiento de su explotación, se fueron cuando las condiciones para el desarrollo de las primeras manifestaciones de rebeldía esclava en el territorio. El cimarronaje fue un fenómeno que estuvo presente desde 1815 en el cuartón de Bermeja, en el partido de Santa Ana y desde 1835 en las lomas de San Antonio de Cabezas, los cuales subsistieron por varios años.

En diciembre de 1843, una esclava del hacendado Esteban Santa cruz de Oviedo, llamada Polonia, había revelado a su amo un proyecto de sublevación que desencadeno una enorme represión conocida como la sublevación de la escalera, al utilizarse como castigo una escalera para atar y torturar a los esclavos encausados.

Este territorio vivirá en las próximas décadas momentos de gran rebeldía.

Repercusión en el territorio unionense de las contradicciones políticas- ideológicas

A finales de la primera mitad del siglo XIX la mayoría de dueños de ingenios y de esclavos, así como de otros importantes negocios, comprendieron que las aspiraciones de que España implantara reformas en Cuba, están en un callejón sin salida. Toda esta compleja y contradictoria situación dentro de la que se movían los hacendados cubanos, provocó que hacia 1847 una parte de esta clase propietaria criolla entrara en acción para incitar la separación de Cuba de España. Pero no para ser la isla independiente, sino para incorporarla a los Estados unidos de América, expresando de esta forma los temores irreprimibles o cálculos de financistas de esta clase social que demostraba sus aspiraciones de asegurar y ampliar sus riquezas.

Todo ello propició que alrededor de 1847 se fundará el Club de La Habana, una Asociación secreta contraria a la dominación española, que tenía como objetivo el mantenimiento de la esclavitud y de la propiedad contra las posibles acciones inglesas y frente a un eventual movimiento popular.

Expresiones Culturales

Entre 1840 a 1868 la Cultura alcanza un cierto desarrollo en el territorio donde aparecen centros educacionales en muchos de los poblados de la comarca, así como publicaciones periódicas y de libros, manifestándose un auge en el teatro, las tertulias y otras expresiones culturales, como muestra evidente del progreso económico que se está dando fundamentalmente en sector azucarero.

La Guerra de los Diez Años.

Muchas evidencias demuestran la Incidencia en la región unionense durante la guerra de los Diez años, la presencia de las ideas abolicionistas, anexionistas y reformistas en la región entre los años 1840 y 1868, propiciaron la participación activa de los pobladores en los sucesos que tienen lugar en el territorio y su periferia inmediata, para ello se hace imprescindible tener en cuenta la presencia de familias con proyecciones ideológicas a fines a estas tendencias y que poseían importantes propiedades en el territorio.

El asumir estas formas de pensar y actuar les valió el asedio de las autoridades españolas y la envidia y maledicencia de los recalcitrantes peninsulares, que no solo veían en ellos sus enemigos políticos, sino a ricos propietarios por expropiar. Basta señalar algunos apellidos: Poey, Teurbe Telón, Lamar, Alfonso y Aldama, estos se debatieron entre sus intereses y lo que representa el estallido revolucionario oriental.

La Tregua Fecunda. Situación Política del territorio entre guerras

La derrota sufrida por los cubanos al firmarse la paz sin independencia en 1878 trajo como consecuencia un auge de las ideas reformistas y una etapa de reflujo del movimiento revolucionario. España se comprometió a ofrecer a Cuba algunas reformas que en esencia no variaron la situación de la isla, por el contrario, sus resultados fueron para la política colonial el rechazo de diversos sectores de la burguesía insular que se alejaron definitivamente de los Círculos de poder hispanos. Al mismo tiempo, las experiencias de la guerra serían de extraordinaria utilidad en la creación de las condiciones indispensables para reiniciar la insurrección armada con posibilidades de victoria.

Guerra necesaria en la Región unionense

Período que abarca desde el año 1895 hasta el año 1898. José Martí como máximo representante del Partido Revolucionario Cubano,para lograr la definitiva independencia había organizado la insurrección en Oriente, al igual que en el resto del país.

La Guerra necesaria en la Región unionense fue un hecho relevante para la historia de la localidad. Para alcanzar sus objetivos independentistas Martí se apoyó en figuras unionenses tales como: Juan Gualberto Gómez, Antonio Lopez Coloma entre otros, además, resulta de particular importancia los sucesos que ocurrieron el 24 de febrero de 1895 en Ibarra.

Fuente

  • Fondo del Museo Municipal; "Juan Gualberto Gómez"
  • Investigación realizada por Beatriz Gladis Ortega Alfonso y Henry García González, 2007. Museo "Juan Gualberto Gómez", municipio Unión de Reyes, provincia Matanzas. 2007.