Etnobotánica

Etnobotánica
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Concepto:Estudia las plantas y su utilización por los hombres. Las complejas relaciones humanidad - planta en sus dimensiones simultáneamente antropológicas, ecológicas y botánicas
Etnobotánica. Es una ciencia que estudia la relación entre los hombres y las plantas. El rol que las plantas cumplen en los grupos humanos, éstas se han usado con fines terapéuticos, místicos y alimenticios.

Historia y etimología

La palabra Etnobotánica, fue usada formalmente por primera vez por el botánico estadounidense John W. Harshberger alrededor del año 1895. Mucho tiempo antes, en la antigua Grecia, en el célebre tratado “De materia Médica” de Dioscórides ya se aludía a importantes aspectos de la relación entre los hombres y las plantas.

Son muchas las publicaciones que a lo largo de la historia han subrayado el importante rol de las plantas en la vida. Por citar sólo algunas de ellas, menciono el catálogo publicado por Leonhart Fuchs en 1532 “De Historia Stirpium” y a “Historia Plantarum” de John Ray a fines del siglo XVI.

Los primeros estudios con la perspectiva indígena del mundo vegetal fueron los del médico alemán Leopold Glueck, a finales del siglo XIX, durante su estancia en Sarajevo Su obra sobre el uso de las plantas en la medicina tradicional de los pueblos rurales de Bosnia, escrita en 1896 se considera el primer trabajo moderno de etnobotánica.

En las dos primeras décadas del siglo XX aparecieron las investigaciones de:

  • Matilda Cox Stevenson Plantas zuñi (1915)
  • El equipo de enfoque de Wilfred Robbins, JP Harrington, y Barbara Freire-Marreco Plantas del pueblo Tewa de Nuevo México (1916).
  • Frank Cushing Alimentos de los Zuni (1920)
  • Keewaydinoquay Peschel hongos de los Anishinaabe (1998)

Etimología

La misma raíz etimológica de esta palabra, ya nos otorga pistas acerca de su significado. Analizando “etno” (personas) y “botánica” (plantas) es sencillo deducir que el término alude a la relación entre las personas y las plantas.

Relación sociedad –planta

La etnobotánica, como disciplina científica, estudia e interpreta la historia de las plantas en las sociedades antiguas y actuales. Esta relación sociedad - planta es siempre dinámica: por parte de la sociedad intervienen la cultura, las actividades socioeconómicas y políticas, y por parte de la planta, el ambiente con sus floras.

Lo más destacable de esta ciencia, es su dedicación a la recuperación y estudio del conocimiento que las sociedades, etnias y culturas de todo el mundo han tenido y tienen, sobre las propiedades de las plantas y su utilización en todos los ámbitos de la vida. Constituye un marco para el estudio de las complejas relaciones humanidad - planta en sus dimensiones simultáneamente antropológicas, ecológicas y botánicas. Este conocimiento tradicional se ha ido conservando de generación en generación, y ha permitido el florecimiento y triunfo de diversas civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad sobre la tierra, constituyendo una fuente valiosísima de información, para el futuro de la agricultura y la medicina.

Son muy diferentes los enfoques prácticos de esta ciencia en relación con las diversas maneras de entender la ecología, la conservación y la reversión del conocimiento sobre el uso y aprovechamiento de las plantas. Así, y según distintos puntos de vista, diferentes expertos la han definido con diversas acepciones:

“La investigación etnobotánica tiene varios aspectos de vital importancia que pueden contribuir de forma notable al progreso de la ciencia. Hay tres de éstos que yo encuentro de singular interés y que, sin pérdida de tiempo, merecen una atención amplia y constructiva:
  • la protección de las especies vegetales en peligro de extinción
  • el rescate de los conocimientos sobre los vegetales y sus propiedades, que poseen las culturas que están en peligro de rápida desaparición
  • la domesticación de nuevas plantas útiles, o en términos más amplios, la conservación del plasma genético de las plantas económicamente prometedoras"
    Richard Evans Schultes [1]

Objeto de la etnobotánica

“El principal objeto de la Etnobotánica es el estudio de las sabidurías botánicas tradicionales
Alfredo Barrera [2]

Importancia del estudio de la etnobotánica

El estudio de la etnobotánica es especialmente importante en el trópico húmedo, debido a que en estas zonas, es en donde se concentra la mayor diversidad biológica y cultural del planeta. En el caso del sureste de México, existe evidencia de la presencia humana desde hace por lo menos unos tres mil años. Durante este tiempo, se han desarrollado culturas que no sólo han sobrevivido en estos ecosistemas, sino que han tenido éxito conviviendo en ambientes de alta diversidad biológica.

Estudiar etnobotánica es importante porque representa una aproximación al uso y manejo de los recursos naturales, en este caso del trópico, desde la perspectiva de las culturas que han habitado y convivido con esta diversidad biológica por miles de años. Durante esta convivencia milenaria, al igual que en la actividad científica, se ha desarrollado un meticuloso proceso de observación y experimentación que ha sido transmitido por generaciones, y que ha resultado en un manejo eficiente de la naturaleza. A diferencia de la actividad científica, el conocimiento generado por estas culturas es mas antiguo y por lo tanto ha sido validado y/o refutado desde hace mucho mas tiempo. La ciencia como la conocemos, es una actividad muy joven, de hace apenas unos cuantos siglos.

Difusión de las plantas alimentarías

Los viajes y descubrimientos del hombre produjeron la difusión de las especies vegetales en todos los continentes. Plantas como las especias (vainilla, canela, pimienta, nuez moscada, etc.) fueron muchas veces el motor de los grandes descubrimientos de las tierras. El descubrimiento de América nos dio a conocer la patata (Solanum tuberosum) y el maíz (Zea mays) hoy imprescindibles en la alimentación de toda Europa. El tráfico de negros africanos injertó en aquel continente plantas como la mandioca (Manihot utilissima) que encontró las vías de penetración del Río Congo y el Ubangui para llegar hasta el corazón del Africa ecuatorial, como le ocurriría a la papaya (Carica papaya). Hoy la mandioca que alimentó a millones de indios americanos, alimenta a su vez a millones de africanos.

A través de las islas Canarias llegarían a América la caña de azúcar (Saccharum officinarum), el plátano (Musa paradisiaca). Los viajes de los portugueses por el continente asiático llevaron en todas direcciones muchas plantas de aquellas tierras, algunas de las cuales como el mango (Mangifera indica) arraigarían con gran fuerza en toda la América tropical y en Africa.

Los cereales como el trigo (Tritichum sp.), la avena (Avena sativa), el mijo (Penisetum glaucum), el sorgo (Sorghum bicolor), alimentan a millones de seres humanos y animales. El arroz (Oriza sativa) que era cultivado en China 3.000 a.C., llegó a la India con los arios siendo cultivado en el Eufrates a la llegada de Alejandro Magno el 400 a.C. Hoy dependen de él 1.6 billones de seres humanos para vivir.

Azucares La glucosa tan necesaria para el metabolismo la obtenían los pueblos mediterráneos de la palmera datilera (Phoenix dactylifera), más tarde de la remolacha azucarera (Beta vulgaris) y finalmente en gran medida de la caña de azúcar (S. officinarum).

En la actualidad se han descubierto alternativas del azúcar como edulcorantes sin glucosa, la sacarina obtenida a partir de aceites vegetales fósiles como el petróleo, los ciclamatos y el aspartamo procedentes de plantas africanas edulcorantes bien conocidas por los aborígenes como el Thaumatococcus danielli, que produce el thaumatin, la substancia más dulce conocida, 4.000 veces más dulce que la sucrosa.

Los indios guaraníes conocían el caa-ehe (Stevia rebaudiana) cuyo principio activo es la glicirricina y de cuyas hojas se extrae el esteriósido, un polvo cristalino 300 veces más dulce que la sucrosa. Los aztecas conocieron la Lippia dulcis que usaban como edulcorante. Hoy de esta planta se ha aislado y sintetizado más tarde una substancia 1.000 veces más dulce que la sucrosa.

Utilización

Todas las plantas son útiles. El reino vegetal es el gran productor de oxígeno atmosférico. Las hemos utilizado como adornos, como remedios, como alimentos e incluso con fines místicos. Plantas para atraer los buenos espíritus, para “limpiar” los ambientes, o por el contrario para alejar a los malos han formado parte de las más ricas tradiciones de todas las cultura.

Tipos de plantas

Plantas textiles

El hombre se ha vestido con productos derivados de los vegetales. Desde las hojas de parra bíblicas de Adán y Eva, hasta el algodón (Gossypium sp.), el balso (Ochroma lagopus), la tapa hawaiana obtenida de la morera de papel (Bronssonetia papyrifera) cultivada en toda Polinesia, Japón y China, gran variedad de palmeras entre las que citaré la palma de rafia (Raphia vinifera). De la morera (Morus nigra) el gusano de seda (Bombyx mori) se alimenta para producir el hilo de seda. De la piña (Ananas carnosus) variedad "Red Spanish" se hacen las famosas camisas transparentes de Filipinas. EL lino (Linum ussitatissimum), el cáñamo (Cannabis sativa), la pita (Agave americana) son unos ejemplos de la infinidad de plantas textiles con las que el hombre se ha vestido.

Plantas pigmentos

También ha utilizado las plantas como pigmento para embellecerse o proteger su piel. La bija o urucú (Bixa orellana) de la que se obtiene el pigmento llamado E-160 (b) o annato, la jagua o genipapo (Genipa americana), ya citada y alabada por los primeros cronista de Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo. En Africa y Asia, la henna (Lawsonia inermis) de la que se extrae el colorante lawsona o ácido hennotocánico, y el índigo tan buscado en la época de los grandes descubrimientos continentales.

Plantas aromáticas

Muchas plantas han sido utilizadas como perfume en el pasado y hoy son base de una floreciente industria. Cualquier perfume en la actualidad se compone de más de 20 ingredientes distintos, base de los cuales es el ilang-ilang (Cananga odorata) de Filipinas, Madagascar e Indonesia. Hoy se hacen sintéticas las fragancias pero derivadas de plantas: el geraniol de la Citronella, la trementina (del pino), la lavanda, compuesta de linalol y acetato de linalilo (de la Lavanda officinalis), el sándalo (Santalum album) y otras muchas.

Plantas jabón

Las plantas-jabón ricas en saponinas (Saponaria officinalis) fueron utilizadas por el hombre para su higiene personal. Tal es el caso de la atuqsara (Phytolacea bogotensis) y la quillaja (Quillaja saponaria) conocidas por los incas.

En el s. XIV se explotaba ya en España el famoso "jabón de Castilla" tan apreciado por los pueblos mediterráneos, que se fabricaba con aceite vegetal. Hoy se utilizan aceites vegetales de las palmeras cocoteras (Cocos nucifera) y de las palmeras oleaginosas africanas (Elaeis guineensis). Hay árboles dentífricos como la talha del Sahara (Dyospiros usambarensis) usadas para conseguir palillos de dientes por los tuaregs o la Salvadora persica, de intenso poder bacteriano, que mastican y usan como cepillo en la India. También hay plantas depilatorias como el platanillo (Heliconia bihai).

Plantas madereras

Viviendas y mobiliarios se han construido y construyen con plantas. Pino (Pinus sp.), abeto (Betula sp.), balso (Ochroma lagopus), sequoia (Sequoia sempervirens), bambú (Bambusa arundinacea), roble (Quercus ruber), haya (Fagus silvatica), nogal (Juglans regia), ratán (Calamus caesius), espadañas o juncos (Schoenoplectus lacustris), caoba (Swietenia mahogani), baobab (Adansonia digitata), etc.

Los indios de Matto Grosso construyen sus malocas, verdaderos microclimas que les permiten soportar las temperaturas extremas de aquellas regiones, utilizando la gran variedad de árboles tropicales que les rodean. Los indios de Panamá utilizan mucho la caña brava de Castilla (Arundo donax) y la palma-jira o pixvá (Gulielma utilis). Japoneses e indonesios usan mucho el bambú para sus viviendas tradicionales, los árabes de Irak, el junco (Phragmites australis) y los pigmeos del Ituri el mongulu (Dyospiros canaliculatum). La hoja de palma seca es utilizada para techar las viviendas aborígenes por su impermeabilidad, duración y fácil recambio. La vivienda en Indonesia es una verdadera obra de arte en maderas variadas.

Plantas medicinales

El falus impudicus (Ityphallus impudicus) según estas teorías era un afrodisíaco de primera fila por su forma, a pesar de su olor nauseabundo y lo mismo el satyrion (herba ad veneram incitans) según palabras del Dr. Laguna.

El beleño (Hyosciamus niger) cuyo fruto tiene forma de molar arrancado de su alvéolo, debía ser bueno para el dolor de muelas y aquí acertaron los que tal dijeron y además combatía el insomnio eficazmente.

La curandera que usó la dedalera o digital (Digitalis purpurea) en el Sur de Inglaterra para curar a sus pacientes con cardiopatías descompensadas no sabía qué substancia contenía. Esto correspondería averiguarlo a un médico con curiosidad investigadora, William Withering y al farmacéutico Leroyer que aisló el principio activo, la digitalina. Hoy, conocida su estructura química y sus efectos, es insubstituible en el tratamiento de muchas cardiopatías. Larga y anecdótica es la historia del árbol de la quina (Cinchona sp.) cuya corteza reducida a polvo se usaba hace siglos para curar las fiebres palúdicas. La ipecacuana (Psy-chotria emetica) con su alcaloide la emetina sigue siendo un excelente amebicida.

El sauce (Salix alba) y la ulmaria (Filipendula ulmaria) usados como antirreumáticos y febrífugos por los indios americanos, nos han proporcionado el ácido salicílico, base de la aspirina. El ajo fue utilizado por su efecto hipotensor hace 4.000 años por los pueblos mediterráneos. La efedra (Ephedra dystachia) ya era utilizada por los chinos hace 5.000 años para curar el asma bronquial. El cólchico (Colchicum autumnale) era recomendado por DIOSCORIDES contra la gota. Hoy sabemos que su alcaloide, la colchicina tiene efectos antigotosos. El curare (Strichnos toxifera, Chondodendrum tomentosum), potente veneno paralizante usado por los indios sudamericanos ha proporcionado la tubocurarina utilizada en anestesia general. El chenopodio (Chenopodium antihelminticum), la copaiba (Copaifera multijuga), el podófilo (Podophyllum peltatum), la chaulmoogra (Taraktogenos kurzii), la rauwolfia (Rauwolfia serpentina), el alcanfor (Cinnamomum camphora) fueron conocidos y utilizados empíricamente antes de su uso científico. La pervinca (Catharantum roseus) conocida por los brujos africanos por su efecto antitumoral, ha proporciondo hoy la vinblastina y la vincristina muy eficaces en la enfermedad de Hodgkin y en las leucemias. Hacen falta 55 Tm. de [hojas] de la planta para obtener 100 gr de vincristina

Plantas estimulantes y alucinógenas

El hombre buscó hace miles de años o halló por azar plantas estimulantes, psicotropas, alucinógenas, defatigantes, que le hacían sentirse mejor o ver paraísos que creía sobrenaturales. Así conocieron griegos y egipcios: El nepenthes, que era una mezcla de alucinógenos. La adormidera (Papaver somniferum) productora de opio y sus derivados modernos, la morfina, codeína, heroína, láudano.

El cáñamo (Cannabis sativa), el beleño (Hyosciamus niger), le belladona (Atropa belladona), la hierba mora (Solanum dulcamara), la mandrágora (Mandragora autumnalis), que servían para preparar el ungüento alucinógeno de las brujas.

El soma (Amanita muscaria) citado por los textos sagrados hindúes como la planta de la inmortalidad y usada por los chamanes siberianos por lo menos 2.000 a.C..

El peyote (Lophophora williamsii), el ololiuhqui (Ipomea violacea), el mescal (Sophora secundiflora), el yagé o ayahuasca (Banisteriopsis quitensis y B. caapi). La coca (Erythro-xylon coca), el niopó (Paulinia sp), el yocó (Piptadenia peregrina), el cactus de San Pedro o sanpedrillo (Trichocereus pachanoi), las más de 300 especies de virolas (Myristica fragans), el eboka africano (Tabernanthe iboga), el yohimbe (Pansystolia yohimbe) y muchos más.

Estimulantes como la kola (Cola acuminata), la guaraná (Paulinia cupana), el qat (Qata edulis), el café (Coffea arabica), el te (Thea sinensis), el betel (Piper betel), las banksias (Banksia sp), el tabaco (Nicotiana tabacum) son utilizados en infusión, fumados o masticados por millones de personas en el mundo entero.

Plantas venenosas

Venenos para practicar la eutanasia o la muerte judicial, u ordálica. Como la cicuta (Cicuta virosa), la ina-nusu (Spighelia anthelmia) de los indios cunas, o el haba del Calabar (Fisostigma venenosa), venenos saqgitarios como el manzanillo de playa (Hippomoea mancinella) o venenos ictiotóxicos como los barbascos (Verbascum thapsus).

Bebidas fermentadas

Las bebidas fermentadas fueron descubiertas muy pronto por el hombre, desde el bíblico Noé y la vid (Vitis vinifera), hasta los miles de variedades de vinos del mundo entero, hechos de los más variados frutos y savias vegetales, como el kawa de Tahiti, el saki japonés hecho de arroz fermentado, vodka del centeno, la sidra de la manzana, el pulque de la pita o agave, el zytros o cerveza egipcia, el pombe de mijo, la chicha de maíz, el ron de caña de azúcar y el whisky de la destilación de la malta de cebada.

Y como alimento de alimentos, la celulosa obtenida de la madera sirve para fabricar el papel con el que se harán los libros, los grandes difusores de cultura, a los que se refería DIODORO SICULO cuando hablaba de la "Medicina animi", y también "Nutrimentum spiritus".

Útiles caseros

Se hacen de yute (Corchorus capsularis), con pita o sisal (Agave americana), palma piassava (Attalea funifera). Los telares se han construido en el mundo entero. Del totumo o calabazo (Crescentia cujete) y del tulo (Lagenaria domestica) se hacen recipientes para comida y agua. El transporte lo ha obtenido el hombre del reino vegetal. Desde la batanga polinesia uno de los más ingeniosos inventos que permitió recorrer todo el inmenso Océano Pacífico y poblar todas sus islas hasta los barcos de velas de los descubridores, de las carretas de ruedas a los trineos, las canoas y almadías de balso y las embarcaciones de totora (Schoenoplectus riparius) del Lago Titicaca.

Patrimonio vegetal

Las plantas son la vida del hombre. La ETNOBOTANICA estudia en profundidad todo lo que las relaciona con el hombre. Pero con la inconsciencia que nos caracteriza, estamos destruyendo el manto vegetal que nos protege, lo mismo que estamos alterando las aguas y la atmósfera en una carrera desenfrenada hacia la propia destrucción. el hombre "civilizado" tiene mucho que aprender de los que llamamos "primitivos", quienes a través de milenios supieron respetar y conservar esa riqueza que han utilizado con la máxima prudencia y respeto como un patrimonio.

Referencias

  1. Evans Schultes, Richard (1990), en el Catálogo del Museo de Etnobotánica de Córdoba. Disponible en: Jardín botánico de Córdoba
  2. Barrera, Alfredo (1983), en el Catálogo del Museo de Etnobotánica de Córdoba. Disponible en: Jardín botánico de Córdoba

Fuentes