Fantasía (psicología)

La raíz de la fantasía
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La raíz de la fantasía. El mundo que conforma la fantasía no se alimenta de nada que no exista antes en la realidad. Lo que la imaginación aporta es el enlace entre los dos mundos. Desde que inicia su andadura por la existencia, el ser humano va alternando sus pasos entre el mundo que se encuentra a su alrededor, y aquel que, de forma intensa y continua, fluctúa dentro de sí.

La unión entre la fantasía y la realidad

Ambos mundos, el interno y el externo, alcanzan un punto de encuentro peculiar y diferente en cada caso, que conforma el universo individual de cada interior, compuesto por los elementos que se mezclaron, tomados de ambos lados, y formando otro mundo, indisoluble, único e imposible de repetir, aquel que habita en el interior de cada mente viva.

De este modo se va conformando el entramado general de todo universo. En este mundo interior, en este reino donde la alquimia entremezcló sus elementos, no existen ni han existido jamás dos formas iguales de la existencia. Es imposible repetir dos gotas del pensamiento, dos sueños iguales, dos sentimientos idénticos.

La fantasía y sus manifestaciones

El miedo, la belleza, el dolor, la alegría, componen la realidad porque hay seres que poseen estos sentimientos hechos de la misma raíz. Todas son ideas que se realizan en un contexto donde se tuvo miedo, se sintió belleza, dolor o alegría. Entendiendo este entramado, se puede entender la división que conforma la frontera entre dos universos que muchos llaman opuestos, pero que no lo son, la fantasía y la realidad.

Los cuentos de los niños, las leyendas, las manifestaciones del arte, están repletas de imágenes maravillosas, monstruos y otras figuras, que no son, sino la representación mental de los miedos humanos, sus deseos, y sus anhelos más excitantes y descarnados. La mente, a partir de estas sensaciones, elabora, con lo que tiene en su fondo, un universo compuesto por cosas que existen en el mundo general, conocido por todos los seres humanos, pero reelaborado y transformado en nuevos personajes que identifican mucho mejor las realidades existentes en ese tercer mundo o mundo de la imaginación.

Personajes fantásticos

Nada que exista en la fantasía ha dejado de existir antes en la realidad, lo que la fantasía hace es entremezclar partes de un todo de una manera diferente a como son en el mundo de la realidad, y hacerlas "reales" en el mundo fantástico. Por ejemplo, con la idea de una mujer y la idea de un pez, la fantasía elabora el personaje de una sirena, la mujer pez que en su imagen enlaza el mundo marino con el terrestre, idealizada en una figura imposible en la existencia conocida por todos, pero no imposible para el mundo fantástico que la desea y la siente.

Encarnará toda la sensualidad y el deseo de una mujer y el mítico universo húmedo y antiguo de los océanos. Protagonizará leyendas donde su corazón se conecte con el deseo de belleza y seres legendarios que el hombre posee en lo más profundo de sus anhelos.

De la misma forma, cuando se engendra para la colectividad un monstruo, se toman del mundo real aquellos elementos que puedan ceñirse a la idea de todo aquello que asuste al ser humano: la fealdad, una cara horrible; lo monumental: un cuerpo descomunal; la maldad de sentimientos: seres que hieren y matan sin ningún escrúpulo; la sed de venganza: asesinos ignorantes sin corazón.

Las imágnes de la fantasía: dragones, sirenas, vampiros, monstruos

En el mundo de la fantásía, los monstruos son dragones, seres gigantes con el cuerpo de un animal que inspira temor desde los ancestros, cuya boca exhala fuego, el más grandioso motivo de pánico para la antigüedad. Los monstruos son gigantes, seres sin ninguna inteligencia, deformidades que causan repulsión a la vista y cuyas acciones crueles y desenfrenadas causan temor.

En el mundo de la fantasía, lo idílico surge encarnado en las figuras más deseadas para el corazón humano: doncellas bellísimas cuya visión y cuyos actos solo engendran felicidad, lugares de ensueño de donde nunca nadie se alejaría, tesoros largamente acariciados por el corazón humano.

La fantasía y la cultura

La cultura también es un factor a tener en cuenta en la elaboración del mundo fantástico. Así, muchos seres imaginarios entre culturas que el hombre occidental desconoce, como los surgidos en territorios africanos, o asiáticos, perdidos en la selva o en parajes lejanos, no podrían ser jamás entendidos por él. Vampiros, monstruos de las nieves, hombres lobos, son patrimonio de aquellos que conocen el contexto y saben lo que es la nieve, un lobo, un hombre, o un muerto en vida, un ser que habita la noche y huye de la luz.

Detrás de estos seres se esconde no solo lo más frágil de la consciencia del hombre, como es el miedo, sino también su belleza. Detrás de estos mitos reside el ansia, el dolor y la soledad. Entre ellos repiran los deseos de la humanidad y su desconcertante sed de conocimiento, su anhelo de juventud eterna, todas aquellas cosas que pueden hacer especial una vida dentro de los pequeños márgenes que conforman su tiempo.


Fuentes