Faustino Miranda González

Faustino Miranda González
Información sobre la plantilla
Mirandaretrato web.jpg
NombreFaustino Miranda González
Nacimiento19 de febrero 1905
Gijón
Fallecimiento17 de diciembre 1964
México
NacionalidadEspañola

Faustino Miranda González (1905-1964). Naturalista español. Obtuvo algunos reconocimientos en su país, y en 1939 vino a México exiliado por el Gobierno del general Franco. Ingreso como investigador en el Departamento de Botánica del Instituto de Biología de la UNAM. Fue catedrático de Acosta, y otras instituciones educativas. Por una temporada vivió en Chiapas, donde fue director del Instituto y Jardín Botánico de la capital del Estado. Realizó una importante labor histórico - botánica, cuando se le comisiona a identificar especies botánicas del famoso Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis. Asimismo, clasifica más de setenta nuevas Especies y Géneros. Escribió varios libros y numerosos artículos, entre los que destacan: La vegetación del Mundo. México, 1939; y, La vegetación de Chiapas, 1953. Posteriormente, en 1960, fue designado para dirigir la creación del Jardín Botánico dentro de la Ciudad Universitaria. En 1966 este notable recinto recibió su nombre.

Biografía

A las siete horas del día 19 de febrero de 1905 nace en la casa paterna de Gijón Faustino Antonio Miranda González. Sus padres fueron Mercedes González Forcelledo (Infesto, 1874) y Hugo Miranda Tuya (Gijón, 1874). Faustino tuvo dos hermanos: José (Gijón, 1903), abogado y prestigioso historiador, y Bernardo, médico, fallecido prematuramente. Tuvo también una hermana, Julia, producto del segundo matrimonio de su padre, que se decantó por los estudios filológicos.

Faustino obtuvo brillantes resultados en sus estudios de Secundaria, que realizó en el Instituto «Jovellanos» de Gijón (1915-20), donde su padre era secretario y catedrático de Matemáticas, obteniendo a su término el premio extraordinario «Jovellanos - Habana». Posteriormente estudió la licenciatura de Ciencias Naturales, primero en la Universidad de Oviedo (1921-22) y después en la Universidad Central de Madrid (1922-25); en esta última completó los cursos de doctorado (1925- 26). Durante los dos años siguientes realizó la tesis doctoral sobre las algas bentónicas marinas del Cantábrico, en el laboratorio de Fitografía del Jardín Botánico de Madrid, bajo la dirección de Arturo Caballero Segares, obteniendo a su término el premio extraordinario de doctorado.

Al finalizar la tesis doctoral continuó estudiando las algas marinas del Cantábrico con una beca del Museo Nacional de Ciencias Naturales (1928-32). Además, en 1931 acudió a Francia para completar su formación ficológica. A su regreso obtuvo por oposición la cátedra de Historia Natural en el Instituto de Secundaria de Lugo (1932), que trasladó al año siguiente al de Pontevedra (1933-35). Durante su permanencia en esta ciudad, participó en las actividades de la estación de Biología marina recién creada en Marín (Pontevedra). El Museo contó también con Faustino, como botánico auxiliar, en la malograda expedición al Amazonas organizada por Luis Iglesias. En 1935, un nuevo concurso de traslado le permitió incorporarse al Instituto de Secundaria «Jovellanos» de Gijón. Durante estos últimos años en Pontevedra y Gijón realizó sus aportaciones más importantes en Ficología; en las memorias de la JAE figura que, además, llevó a cabo algún estudio sobre los cromosomas del garbanzo común (Cicer) (JAE, 1935:313), aunque no llegó a publicar los resultados.

Con el inicio de la Guerra Civil Miranda tuvo que huir a Francia y posteriormente a Barcelona, donde se alistó al ejército de la República y retomó su actividad docente en el Instituto Obrero; mientras tanto, sus padres fueron destinados por el gobierno republicano a Murcia. Después de la batalla del Ebro, siendo inminente la entrada del ejército franquista en Cataluña, cruzó a pie y sin equipaje los Pirineos y, ya en Francia, se albergó con otros republicanos en el campo de concentración de Saint-Cyprien, al sur del país.

Logró salir del mismo con la ayuda de Bibiano Fernández Ossorio-Tafall y, tras un fugaz paso por Toulouse y Burdeos, se incorporó en París al Muséum National d’Historia Naturelle, dirigido por Pierre Allorge. Aunque su paso por la capital francesa fue breve, tuvo gran relevancia en su contribución a la Ficología española, pues aprovechó para recopilar datos bibliográficos de carácter ficológico en la biblioteca del Muséum, que le permitieron, años más tarde (ya en México), publicar su último trabajo sobre algas marinas (Dosil Mancilla & Cremades Ugarte, 1999).

Finalmente, en mayo de 1939, como consecuencia de la definitiva derrota republicana, partió para México. Como es sabido, formó parte de un grupo de exiliados de esmerada preparación, que incluía la plana mayor de la intelectualidad y de la ciencia española. Después de un difícil período en que estuvo viviendo muy modestamente, impartiendo clases en escuelas privadas mexicanas, pudo reiniciar sus investigaciones botánicas, aunque esta vez centradas en el estudio de la vegetación terrestre mexicana (especialmente de Chiapas), que con el tiempo le convirtieron en una de las máximas autoridades en la materia.

Miranda compaginó los trabajos de campo con la impartición de clases de Botánica en diversas universidades mexicanas y, a partir de 1954, en el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrollando una importante labor en la institucionalización de los estudios botánicos mexicanos.

Falleció prematuramente, la mañana del 17 de diciembre de 1964, tras sufrir un segundo infarto de miocardio, en plenas facultades físicas y mentales. En estos veinticinco últimos años describió más de medio centenar de táxones nuevos para la ciencia (entre tribus, géneros y especies) y, en su reconocimiento, se le han dedicado diversos géneros de plantas, como Mirandaceltis A. J. Sharp (1958), Mirandea Rzedowsky (1959) y Neomirandea King & Robinson (1970).

Colaboración con la estación de Biología de Marín (PONTEVEDRA)

Miranda estuvo vinculado al grupo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, dirigido por el entomólogo Ignacio Bolívar Urrutia, tanto en su formación como científico en el Jardín Botánico madrileño, como en su investigación posterior como becario del mencionado Museo.

En el verano de 1932, el Museo logró establecer en Marín (Pontevedra) una estación de Biología marina, en la línea de las que funcionaban en Santander o Málaga. Con esta estación, proyectada sin éxito desde hacía más de una década, el Museo recuperaba un laboratorio costero (ya que los anteriores habían pasado, en 1914, a manos del Instituto Español de Oceanografía), que impulsaría el estudio de la Biología marina, tanto en un plano educativo, mediante la impartición de cursos veraniegos a los alumnos de Ciencias, como científico, dispensando a los investigadores de material científico y de alojamiento.

Miranda participó activamente en el funcionamiento del laboratorio de Marín desde el verano de 1933. Los motivos que animaron al Museo Nacional de Ciencias Naturales a contar con su servicio en el funcionamiento de la estación fueron diversos. Por una parte, es conocido el firme propósito de la JAE de integrar a los antiguos becarios en los diversos laboratorios existentes en España, para que aplicaran los conocimientos adquiridos en el extranjero; el paso del botánico por la estación marítima del prestigioso Muséum parisino habría sido, en este sentido, decisivo. Además, en 1933, Miranda pasó a ocupar la cátedra de Historia Natural en el Instituto de Secundaria de la vecina Pontevedra, lo cual facilitaba claramente su disponibilidad. No hay que olvidar tampoco el interés científico de sus investigaciones que, sin duda, lo configuraban, ya entonces, en el botánico español mejor capacitado para dirigir unos cursos de algas marinas. El Museo valoró muy favorablemente su actuación en la Estación y pronto pasó a ser, junto con el director José Rioja, una de las figuras más relevantes en su funcionamiento. Impartición del «Curso de Ficología marina»

Durante los veranos de los años 1933 y 1934, Miranda impartió en los laboratorios de la estación sendos cursos de Ficología marina a alumnos de Ciencias Naturales de la Universidad Central; aunque carecemos de datos del año 1935, es probable que se hubiese continuado su colaboración. En 1933, el curso se extendió del 8 al 20 de agosto y participaron once alumnos; todos ellos repitieron la experiencia al año siguiente. El curso incluía una parte teórica y otra práctica. Después de una introducción téorica sobre aspectos básicos de las algas y su clasificación, realizaban recolecciones en el intermareal y en el infralitoral, por medio de dragados en barca, en diversas localidades de la ría de Pontevedra: isla de Tambo, Vilagarcía de Arousa, isla de Ons, Cortegada... Posteriormente estudiaban el material recolectado en el laboratorio, procediendo a su identificación y conservación, guiando las observaciones con las explicaciones del profesor. Los alumnos y miembros del Museo mostraron su satisfacción por la labor docente desarrollada por Miranda. Con estas palabras lo expresa José Rioja Martín, director de la estación:

«En este segundo año la labor realizada en la Estación de Biología de Marín ha sido más activa y provechosa para los pensionados del Museo, por haber tomado parte en ella nuestro consocio el catedrático del Instituto de Pontevedra D. Faustino Miranda, que instruyó a los becarios en el conocimiento de las algas marinas, acompañándoles en sus excursiones para recoger ejemplares que luego eran estudiados en el laboratorio, y enseñándoles a formar herbarios de estos vegetales, que les han de servir para recordar sin esfuerzo las lecciones recibidas» (Rioja Martín, 1933:128).

Entre los documentos de la Estación de Biología marina de Marín del Museo Nacional de Ciencias Naturales se encuentra una colección de más de cuarenta ejemplares de algas, bien preparadas sobre tarjetas de cartulina de 10 × 15 cm, recolectadas en las proximidades del laboratorio durante el curso de Ficología por los alumnos y por el propio Miranda. También elaboraron tarjetas postales con las algas, al igual que hacían en la Estación de Biología de Santander y en otros laboratorios marítimos europeos, como el de Mónaco.

Investigación en los laboratorios de la estación.

Durante su temporada como profesor del Instituto de Pontevedra (1933-35), Miranda se estableció en Marín y realizó sus investigaciones tomando como centro los laboratorios de la estación, utilizando para las recolecciones los materiales de la misma, como la barca y la draga. Con estas palabras expresa convencido el director de la estación el interés de la presencia de Miranda en sus laboratorios:

Tomando como base este laboratorio y utilizando los medios disponibles en la estación, como la barca y la draga, Miranda llevó a cabo el primer estudio de las comunidades de algas en España y fue pionero en el estudio de las algas del infra litoral en el noroeste peninsular, plasmando los resultados en su trabajo «Materiales para una flora marina de las rías bajas gallegas» (Miranda, 1934).

Fuentes