Federico Caprilli
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El Capitán Federico Caprilli (8 de abril de 1868 - 6 de diciembre de 1907) fue un oficial de caballería y jinete italiano que revolucionó el asiento de salto. Su posición, ahora llamada "asiento delantero", formó la técnica moderna utilizada por todos los jinetes de salto de hoy.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en Livorno, Italia y murió en Turín, Italia, en 1907, después de perder inexplicablemente la conciencia mientras montaba al paso un caballo que estaba probando, cayendo y golpeándose la cabeza en el borde afilado del sendero.
Posición de viejo asiento de salto
El viejo asiento de salto: recostándose para "salvar" las patas del caballo. Tenga en cuenta el marco invertido del caballo y la mala técnica.
El viejo asiento de salto involucraba al jinete usando estribos largos, manteniendo sus piernas empujadas frente a él, y su cuerpo reclinado hacia atrás, tirando de las riendas, mientras el caballo tomaba la cerca. Esta posición se adoptó porque solía creerse que los cuartos traseros y los corvejones eran más flexibles y mejor amortiguadores que las frágiles patas delanteras. Al inclinarse hacia atrás y levantar la cabeza del caballo, los jinetes trataron de alentar al caballo a aterrizar las patas traseras primero (o al menos con las cuatro patas), para disminuir el impacto en las patas delanteras.
Esta posición tenía serios problemas, en primer lugar porque el caballo se sentía incómodo al ser golpeado en la boca sobre cada obstáculo. La posición también mantuvo el peso del jinete directamente sobre la parte posterior del caballo y empujó al jinete detrás del movimiento, enviando su centro de gravedad detrás del caballo. El peso sobre la espalda del caballo, además del tirón hacia arriba de la cabeza, hacía imposible que el caballo se enrollara en una báscula natural sobre la cerca. Por lo tanto, el jinete interfirió con el movimiento de salto del caballo, lo que hizo más difícil (y a veces doloroso) que el animal superara el obstáculo, e hizo que muchos caballos se agrietaran al saltar.
Técnica de Caprilli
Caprilli examinó las razas de caballos que saltan libremente (sin tachuela ni jinete), usando fotografías para documentar su forma sobre las cercas, y descubrió que siempre aterrizaban en sus patas delanteras. Luego desarrolló su teoría sobre la posición que el jinete debe tomar al pasar por encima de una cerca: una que no interfiera con el movimiento de salto del caballo y, lo más importante, una que no toque la boca del caballo. Caprilli también quería entrenar a un caballo que pudiera pensar por sí mismo, sin necesidad de la guía del jinete, y no le gustaba el salto "puntual", donde el jinete intentaba agregar o alargar el paso del caballo antes de la valla.
Al caballo se le permitió alargar su paso, en lugar de acercarse a la valla de una manera rígida y muy firme. El jinete se colocó más hacia adelante en todo momento, incluso en la parte plana, de modo que su cuerpo reflejara la estructura más alargada del caballo, y el estribo se acortó para que el asiento pudiera flotar fácilmente sobre la silla, con el muslo y la parte inferior pierna que proporciona apoyo al jinete. Sobre la cerca, el jinete mantuvo su asiento fuera de la silla, se inclinó ligeramente hacia adelante y permitió que sus manos siguieran la boca del caballo hacia adelante. Su centro de gravedad se colocó directamente sobre el caballo, haciendo que el trabajo de saltar sea lo más fácil posible. Al aterrizar, el piloto permaneció ligeramente hacia adelante, en lugar de inclinarse hacia atrás como en el viejo asiento. Esta posición se mantuvo no solo sobre obstáculos fijos y verticales.
Trascendencia
La posición de Caprilli hizo que los caballos estuvieran mucho más dispuestos a saltar obstáculos, ahora que estaban libres de interferencias. Sin embargo, su "rebelión" contra la posición "clásica" le valió la hostilidad del establecimiento del ejército real italiano, de modo que cuando se extendieron los rumores de su turbulenta vida sentimental con mujeres de la alta aristocracia, fue transferido a un regimiento de caballería en el sur Italia, donde continuó sus experimentos con gran éxito en competiciones ecuestres. Como consecuencia, el Inspector General de Caballería, SAR el Conde de Turín y el Comandante de la Escuela de Caballería de Pinerolo (cerca de Turín), pronto se dieron cuenta del genio y el valor de los métodos de Caprilli y lo llamaron como instructor principal en la Caballería.
Escuela de Pinerolo, así como su filial en Tor di Quinto (cerca de Roma). Después de un año de capacitación, los miembros de las escuelas habían progresado mucho. Los caballos se volvieron tan dispuestos que los jinetes completaron el curso de entrenamiento sin riendas.
Debido a tales desarrollos, la caballería italiana comenzó a dominar la competencia internacional, y los jinetes vinieron de países de todo el mundo para estudiar el sistema de Caprilli. El estilo se extendió por todo el mundo, ayudado por el hecho de que Caprilli se manifestó en los Juegos Olímpicos de 1906.
