Filosofía china

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Filosofía china
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Concepto:Conjunto de doctrinas religiosas de larga tradición histórica.

La filosofía china posee una larga tradición histórica compuesta por las diferentes escuelas de pensamiento filosófico creadas en China.[1]

Orígenes

Interacción de los cinco primeros fundamentos.

Las fuentes de las doctrinas chinas se remontan a los comienzos del I milenio a. n. e.

Ya entre los siglos VIII y V a. n. e., había alcanzado amplia difusión la doctrina sobre las cinco «fuerzas ciegas» o primeros elementos de la naturaleza. Los pensadores de la antigua China enseñaban que las conexiones de los cinco «primeros fundamentos»: agua, fuego, metal, madera y tierra crean toda la diversidad de los fenómenos y cosas.[1]

Libro de las transmutaciones

Existía también otro sistema de clasificación de los «primeros fundamentos» del mundo real. En el Libro de las transmutaciones (Itszin) ya se citan ocho «primeros fundamentos» de esa clase, cuya interacción da origen a las distintas situaciones de la realidad.

No obstante, dicho libro no deja de ser, en el fondo, un texto de vaticinios. Solo algo más tarde recibió interpretación filosófica. Las imágenes y el simbolismo del Libro de las transmutaciones ejercieron una extraordinaria influencia sobre el desarrollo ulterior de la filosofía china.

Principios

Al mismo tiempo, se iban elaborando los principios capitales de la doctrina acerca de las fuerzas opuestas y recíprocamente ligadas, el yin y el yang, cuya acción era considerada como la causa del movimiento y de la variabilidad en la naturaleza.

Eran los símbolos de la luz y de las tinieblas, los principios de lo positivo y de lo negativo, de lo masculino y de lo femenino en la naturaleza.

Principales escuelas filosóficas

La antigua filosofía china sigue desarrollándose en el período que abarca los siglos V a III a. n. e., precisamente durante ese período surgieron las principales escuelas filosóficas.

Testimoniaron un profundísimo interés por las cuestiones filosóficas los partidarios del taoísmo, ante todo Lao Tse y Chuang Tse. De las investigaciones gnoseológicas se ocuparon sobre todo Mo-ti (Mo Tsé) y sus discípulos. Muchos pensadores de la antigua China se interesaron por la solución del problema lógico acerca de la relación entre el concepto (el «nombre») y la realidad. Mo Ti, Siun Tse y otros consideraban que los conceptos son un reflejo de los fenómenos y cosas objetivos.

Hunsun Lun ―quien alcanzó notoriedad por sus exposiciones, que recuerdan las aporías de Zenón de Elea, así como por entender con un criterio en extremo absoluto el concepto y separarlo de la realidad― dio una explicación idealista del problema. Su doctrina sobre los «nombres» tiene mucho de común con la doctrina de las «ideas» de Platón.

En el período indicado ―siglos V a III a. n. e.―, Tsou Yan investigó las representaciones sobre las fuerzas yin y yan, y los cinco «elementos» de la naturaleza.

Alcanzaron amplia resonancia las doctrinas ético-políticas de Confucio y de Mencio (Men-tsé), las ideas de Han Fei-tsé y de otros representantes de la escuela de los «legistas» (fa kia) sobre el Estado y el Derecho. Aquel fue el «siglo de oro» de la antigua filosofía china.

Confucianismo

Confucio.

El confucianismo, a veces también llamado confucionismo, es el conjunto de doctrinas morales y religiosas predicadas por Confucio. El nombre en chino de su escuela se podría ser traducido por Escuela de los Letrados. El confucianismo ha ejercido una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón. El canon de la filosofía confuciana lo componen los Cuatro Libros.

Su pensamiento se formó durante un largo período que abarca las épocas de Primaveras y Otoños y Reinos Combatientes (siglos VII a III a. n. e.). Cuando China fue reunificada por el primer emperador Qin (221 a. n. e.), ya era una doctrina perfectamente formada y definida, con muchos seguidores y un gran corpus textual. Luego de la breve dinastía Qin, su núcleo fundamental se ha mantenido intacto, excepto por posibles errores de transmisión e interpolaciones que solo afectan lo accidental.

Como para la mayor parte de sus contemporáneos, los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta. El mal gobierno contraria el orden natural y viola el Mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato.

El culto a los antepasados tiene una gran importancia. Implica la creencia de que las almas de los difuntos pueden beneficiar o castigar a sus descendientes. Su evolución posterior lo convirtió en un rito cívico simbólico. Sin embargo, ni Confucio ni Mencio hablan de esa forma del culto a los antepasados. Otro elemento de importancia en el confucianismo es el rey o emperador, también llamado el Hijo del Cielo. Él sería quien mediaría entre el Cielo y los hombres. El gobernante chino tiene el mandato y con él la autoridad de celebrar ritos.

El confucianismo ve solamente al hombre realizado en tanto ser social que ocupa un puesto y desempeña una función, no como un ser aislado. En la idea confuciana de la sociedad utópica, la jerarquía no es solo social, sino también moral. En la China antigua, la familia no era un núcleo reducido, sino un gran clan, muchos de sus miembros vivían bajo un mismo techo, reconocían un antepasado en común y mantenían vínculos con otros grupos del mismo origen.

Una familia era una prefiguración del Estado. Así, la familia era vista como un pequeño reino con jerarquías, protocolos y métodos de gobierno, y el Estado como una gran familia en la que debe haber afectos, relaciones y obligaciones morales. En la familia, los miembros están jerarquizados mediante un complejo sistema. Para el confucianismo, el aprecio, el amor y las relaciones que había entre los miembros debían estar graduadas según cada persona, su puesto, etc.

Fue la religión oficial de China hasta 1912, cuando se proclamó la República.

Neoconfucianismo

A pesar de renombre del Confucianismo, el Taoísmo y el Budismo, el Neoconfucianismo combinó sus ideas en un marco más metafísico. Se la atribuyen los conceptos del Li (principio, relacionados con las formas de Platón), el qi (fuerza vital o material), el taiji (la verdad última) y el xin (mente).

Taoísmo

Taoísmo.

Taoísmo es el nombre de: Una escuela filosófica basada en el Dào Dé Ping y en el [Libro de Zhuangzi]]. Esto es el Taoísmo filosófico (en chino Dàojia). Una familia de movimientos religiosos chinos tales como las sectas Zhengyi ("Ortodoxia") o Quanzhen ("Realidad completa"). Esto es el taoísmo religioso (en chino Dàojiào).

El caracter "Tao"(o "Dao", dependiendo del esquema de latinización que uno prefiera) significa literalmente "Camino" o "Manera", pero en la religión y filosofía china ha adquirido significados más abstractos.

El taoísmo netamente filosófico fue originado en el siglo VI a. n. e. a raíz de las enseñanzas del pensador chino al que se lo conoce como Lao-Tsé, quien vivió en el período de los Siete Reinos Combatientes. Debido a la situación de guerra que vivía la antigua China de aquella época, Lao-Tsé postuló un tratado filosófico donde planteaba las causas del comportamiento hostil del hombre y los comparaba con el comportamiento natural de la naturaleza, mostrando como es que los ciclos cósmicos naturales, los diferentes elementos y ecosistemas, y los animales mismos, vivían en una perfecta armonía que debía servir de ejemplo para trasladar dicha prosperidad a la vida del hombre, el cual en contraste se comportaba de forma autodestructiva y contraproducente para sus semejantes.

En su Tao-te-king, Lao-Tsé señala que la codicia y la ambición son las causas por las cuales los hombres han estratificado su sociedad poniendo a un poder nobiliario como máxima autoridad, la cual justifica su soberanía con leyes intolerantes, tributaciones desmesuradas, lealtad absoluta a una ética patriótica, y sumisión incuestionable al poder religioso que asegura el derecho divino de gobernar para la familia real, los cuales llegan a involucrarse en guerras sangrientas en pos de dominar las tierras y riquezas de los reinos vecinos.

Pese a ser originario del Reino de Chu, Lao-Tsé no afiliaba a la idea de la lealtad nacionalista a su soberano, el Rey Chow, ya que la filosofía del anciano maestro era contraria a todo régimen nacionalista y monárquico debido a que todos ellos perpetuaban las guerras y el sufrimiento de sus pueblos, por lo que Lao-Tsé era crítico incluso contra la propia dinastía Chou, para la cual había trabajado anteriormente como archivista de la biblioteca imperial.

Siguiendo el ejemplo de la naturaleza y el Cosmos, Lao-Tsé acaba planteando al Tao como la máxima idea de plenitud y totalidad universal, mostrando que en la naturaleza la interacción de las distintas partes en favor de su beneficio mutuo es lo que permite el desarrollo de todas las cosas, razón por la cual el hombre debe adoptar un nuevo orden social donde su interacción mutua se corresponda al desarrollo común de las vidas de todos, y no continuar con un orden artificial y estratificado impuesto por un poder nobiliario que obtiene beneficios para sí a costa del sufrimiento de los súbditos que están ubicados en la base de ese modelo social estratificado.

Así la idea de un orden espontáneo de la naturaleza es lo que el Taoísmo plasma como modelo de conducta para la humanidad, y sirviendo luego todos los conceptos taoístas para aplicarse a las distintas ramas del saber humano que posteriormente se desarrollaron en disciplinas más específicas y simbologías más crípticas.

Yin y Yan

El símbolo del Yin y Yang fue creado por el taoísmo, y simboliza una versión de la dialéctica hegeliana, pero de características no solo históricas sino también cosmológicas, metafísicas, humanísticas, y toda clase de aplicaciones que pueden analizarse mediante este esquema. El Ying y el Yang representan dos fuerzas opuestas en conflicto permanente con el otro, conduciendo así a la contradicción y el cambio perpetuos. Esta noción de dos polos opuestos y de la perpetuidad del cambio es frecuente en el pensamiento y cultura chinos a través de su historia.

Cabe destacar que estos opuestos no presentan una conflictividad absoluta sino que su dialéctica los hace relativos, permitiendo así que uno pueda tornarse en otro y viceversa, o inclusive que "el bueno" y "el malo" cambien sus roles según el contexto en el que se lo aplique, razón por la cual el taoísmo incita a que sean los propios estudiantes quienes analicen cada circunstancia para determinar cual es el "camino" correcto según sean dadas las circunstancias de las diferentes posibilidades.

La alquimia, la astrología, la cocina, varias artes marciales, la medicina tradicional, el Feng Shui, y muchos estilos de las disciplinas del entrenamiento de la respiración del Qi-Gong tienen relación con el taoísmo debido a que sus conceptos pilares se originaron a partir de los postulados taoístas.

Legismo

Han Fei.

El legismo es la filosofía política totalitaria pragmática de Han Fei, cuya máxima era "Cuando la época cambia, las maneras cambian" y su principio fundamental era la jurisprudencia. En este contexto, «legismo» significa ‘filosofía política que mantiene la regla de la ley’, distinguiéndose así del sentido occidental de la palabra. El legismo fue la filosofía elegida por la dinastía Qin.

Su regla se basa en la siguiente trinidad:

  • Fa (法 fǎ): Ley o principio.
  • Shu (術 shù): Método, táctica o arte.
  • Shi (勢 shì): Legitimidad, energía o carisma.

Mohismo

Estatua de Mozi en su pueblo natal.

El mohismo fue fundado por el filósofo Mozi, que promovía la filosofía del amor universal, es decir, el mismo afecto hacia todos los individuos. En el mohismo, la moral no está definida por la tradición, sino por una guía moral constante paralela al utilitarismo. La tradición no es consistente, y los humanos necesitan a un individuo fuera de la tradición para que les diga que tradiciones son aceptables. La moral debe promover los comportamientos sociales que maximicen la utilidad general.

Budismo

El budismo es una filosofía práctica, una religión e, indiscutiblemente, una psicología basada en las enseñanzas de Gautama Buda, que vivió en India probablemente en el siglo IV o III a. n. e. Cuando se usa en sentido genérico, Buda es aquel que descubre la verdadera naturaleza de la realidad después de años de cultivo del espíritu, estudio de las diferentes practicas religiosas y meditación. Para Buda, cualquier persona puede seguir su ejemplo, aclararse con el estudio de sus palabras "dharma" y ponerlas en práctica, lo que conduce a una vida virtuosa, moral y a la purificación de la mente.

Buda no es ni un dios, ni un mesías ni un profeta, y el budismo no postula sobre un creador. Buddha es un título en los antiguos idiomas pali y sánscrito, cuyo significado es "”el que ha despertado”". En el budismo el término no solo se usa para referirse al personaje histórico, sino también para referirse a cualquier otra persona que igualmente haya realizado lo que se considera como el descubrimiento personal que él hizo.

Las enseñanzas no son vistas por los seguidores como revelaciones divinas ni como dogmas de fe, puesto que existe una dinámica que impulsa a investigarlas e interpretarlas. Se considera que se alcanza su comprensión mediante la práctica y la experiencia.

Budismo.

El único propósito de estas enseñanzas es la erradicación definitiva de todo sentimiento de insatisfacción o frustración. Según el budismo, la causa real de la insatisfacción es o el anhelo ansioso, o el aferramiento, que a su vez son el producto último de ilusión e ignorancia, entendidas como la percepción errónea de la auténtica naturaleza de la existencia. Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar. Para guiar el esfuerzo necesario para alcanzar ese nuevo estado, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento mental y emocional, la disciplina ética y el estudio.

El budismo es la cuarta religión organizada del mundo por su número de seguidores, la mayoría de ellos en Asia, con unos 380 millones (o unos 700 millones si se incluyera a la heterogénea religión tradicional china). Todas las tendencias del budismo actual se pueden clasificar en dos grandes grupos, el Budismo del Sur (o Theravāda) y el Budismo del Este (o Mahāyāna). Una adopción de las prácticas del tantrismo hindú haría surgir lo que en ocasiones se afirma como una tercera corriente, llamada Budismo del Norte o Tántrico (Vajrayāna), si bien filosóficamente esta se incluye dentro del Mahāyāna.

Filosofía natural

En cuestiones de filosofía natural, la lucha giró sobre todo alrededor de las representaciones sobre el «tian» – «cielo»–, que unos pensadores determinan como naturaleza (Siun-tsé) y para otros es una designación de una fuerza superior, rectora (Confucio, Mencio); sobre el «tao», «camino» (ley natural y absoluta), el «de», manifestaciones, cualidades; sobre el tsi, materia primera, «elementos» de la naturaleza, etc.

Etica y moral

En el campo de la ética y de la moral, se centró la atención en la teoría sobre la esencia del hombre. Las ideas de Confucio llevaron a las concepciones de Mencio sobre la bondad innata de la naturaleza humana y a las de Siun-tsé sobre la maldad innata de la misma. Gozaron de gran predicamento las teorías del individualismo, de Yan Chu, y del altruismo, de Mo-tse.

Las concepciones de la filosofía de la naturaleza formuladas por los antiguos pensadores chinos se distinguen por la insuficiencia del material empírico aprovechado.

Entre el siglo III a. n. e. y el III d. n. e., las numerosas teorías sobre la filosofía de la naturaleza y cosmológicas siguen basándose en la doctrina de las cinco «fuerzas ciegas» o elementos primarios y las fuerzas polares Yan y Yin.

Las concepciones del tsi recibieron una interpretación materialista en el sistema, seriamente argumentado, de Van Chun. Al mismo tiempo se desarrollan distintas teorías místicas, se van perfilando corrientes religiosas en el taoísmo y en el confucianismo.

Materialismo e idealismo

En los primeros siglos d. n. e., el problema central de la lucha entre materialismo e idealismo pasa a ser el de la correlación entre el «ser» y el «no ser».

En dicho período, como resultado de las influencias recíprocas, –y de la síntesis–, de las concepciones taoístas y confucianistas, se desarrollan las representaciones acerca de lo «inicial» (yuan), de la primera materia (tsi), del «tao» y otros fundamentos del ser.

En el siglo I, en China empieza a penetrar y a difundirse el budismo, el cual, junto al confucianismo, y al taoísmo, se convierte en una de las tendencias dominantes del pensamiento chino. Los siglos V y VI transcurren bajo el signo del predominio del misticismo budista. En ese período, se sostuvo una lucha en torno a la doctrina budista sobre la irrealidad del mundo. Muchos pensadores manifestaron hondo interés por los problemas relativos a la correlación entre esencia y fenómeno, ser y no ser, cuerpo y alma. Los materialistas Je Chen-tian y Fan Chen sometieron a una crítica demoledora la creencia en la inmortalidad del alma.

El budismo queda como la doctrina más difundida en los siglos VII al X. Los ataques al idealismo budista partían fundamentalmente del confucianismo y del taoísmo. Como resultado de hondos progresos económicos y sociales, en el período de los siglos X al XIII se produce un florecimiento de la filosofía china. El ulterior desarrollo de la doctrina confucianista, denominada neoconfucianismo, constituyó una reacción contra el budismo y el taoísmo.

El neoconfucianismo no se limitaba ya a exponer ideas ético-políticas. En él figuran con mucha mayor amplitud y riqueza las cuestiones de ontología, de filosofía natural y de cosmogonía. El problema central era el de la relación entre el principio ideal li (ley, principio) y el principio material tsi (materia primera). Los primeros representantes del neoconfucianismo examinaban algunas cuestiones con un criterio materialista (Chou Tun-I, Chan Tsai).

En el desarrollo y generalización de las ideas neoconfucianistas, corresponde un preeminente lugar a Chu Si. Respondiendo a la pregunta de qué conexiones se dan entre el li y el tsi, Chu Si sostenía, en última instancia, que el li es el elemento primario, y el tsi, el secundario. Cultivaron el idealismo subjetivo en el neoconfucianismo Lu Tsiu-yuan (Lu Sianshan) y, ante todo, Van Shou-zhen (Van Yan-min). Al primero de ellos pertenece la frase:

«El mundo es mi intelecto (corazón), mi intelecto es el mundo...»

Al idealismo neoconfucianista se contraponían las doctrinas materialistas de Chen Lian, E. Shi, Lo Tsin-shun, Van Tinsian. En la lucha contra la escuela ortodoxa del neoconfucianismo desempeñó un gran papel la doctrina del pensador progresivo Li Chi. En los siglos XVII-XVIII sigue estudiándose el problema de la correlación entre el li y el tsi; lo resuelven en un sentido materialista Van Fu-Shi (Van Chuan-Shan) y Tai Zhen.

Penetración extranjera

La Guerra del Opio, en 1840, señaló el comienzo de la penetración extranjera en China. Al yugo feudal y a la agresión extranjera, el pueblo chino respondió con una poderosa sublevación campesina, el movimiento Tai-ping, en cuyo transcurso desempeñaron cierto papel ideas utópicas sobre la reestructuración de la sociedad.

Marxismo-leninismo

Posteriormente, cuando China quedó convertida en un país semicolonial, los pensadores progresivos (Tan Si-tun, Sun Yat-sen y otros) recogieron y continuaron las mejores tradiciones y las ideas materialistas de la filosofía china.

Bajo la influencia de la Revolución rusa, se produjo en China el movimiento del 4 de mayo de 1919, que inició una nueva etapa en el desarrollo del pensamiento político social y filosófico de China.

El marxismo-leninismo se convirtió en el arma ideológica principal en la lucha por la independencia nacional y las transformaciones revolucionarias del país, y la clase obrera, encabezada por el Partido Comunista de China pasó a ser la fuerza social dirigente.

Referencias

  1. 1,0 1,1 Rosental M.; e Iudin, P. (1973): Diccionario filosófico (pág. 179-180). Buenos Aires: Universo, 1973.

Bibliografía

  • Rosental M.; e Iudin, P. (1973): Diccionario filosófico (pág. 179-180). La Habana: Editora Política, 1981.

Fuentes

  • «Filosofía», artículo en el Diccionario soviético de filosofía (pág. 175-189). Montevideo: Pueblos Unidos, 1965.
  • «Filosofía china», artículo en el sitio web Wikipedia.