Frottage
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Frottage. También conocida como el arte de frotar, esta técnica de pintura perteneciente al surrealismo consiste en pintar con la ayuda de un lápiz sobre un papel superpuesto a una superficie con relieves a fin de reproducir la textura de dicha superficie. Fue inventada por Max Ernst en 1925 y pronto los surrealistas recurrieron a su uso con frecuencia, considerándola un punto de partida para la expresión de la imagen subconsciente y un estímulo para la imaginación.
Técnica del azar
Desde las primeras experiencias artísticas en la infancia, el “frottage” es un procedimiento largamente utilizado por el hombre.
El “frottage” (palabra de origen francés equivalente a frotamiento) es una técnica gráfica que consiste en refregar con un pigmento blando una hoja de papel o un pedazo de lienzo sobre una superficie con relieve. De esta forma, se consigue una muestra de la textura del objeto o las formas de la superficie que, según el pigmento empleado ('lápiz plomo, carboncillo o cera) varía las cualidades del dibujo. El “frottage” es practicado extensamente en las clases de arte para niños, así como en los ejercicios de grabado.
Las posibilidades de experimentación con la técnica son inmensas pues estimula la imaginación del artista a través de un juego de asociaciones ilógicas y lo convierte en espectador del proceso creativo. Este proceso, más parecido a un acto mecánico al azar que puede repetirse y renovarse, da como resultado una imagen cuya expresividad radica en la textura.
Creación
Hacia la década de 1920, Max Ernst inspirado en el veteado de un suelo de madera acentuado por el paso de los años, desarrolló una serie de dibujos al colocar hojas de papel sobre el suelo y frotar con un lápiz suave. Las imágenes creadas asemejaban formas orgánicas y Ernst publicó algunos de estos dibujos en 1926 bajo el título de “Histoire Naturelle” (”Historia Natural”).
Esto se convertiría en un método automático utilizado por los surrealistas en los que se utiliza un lápiz o un dibujo de otros y herramientas para frotar el papel sobre una superficie con textura, por lo tanto, la creación resultante de un "roce" que deja impreso su huella en el papel.
Más tarde, Ernst, crea la técnica surrealista de grattage con Joan Miró, que es la práctica de raspar la pintura seca de un lienzo para crear un diseño.
Resultados
Esta técnica de fricción o frotamiento automático transfiere al papel o al lienzo el veteado de una superficie rugosa con la ayuda de un sombreado a lápiz, sirviendo así como modelo de activación de la imaginación creativo- visionaria, al combinar una variedad de texturas de manera ingeniosa que logra una enrriquesida propuesta artística.
