Fístula perianal

Fístula perianal.
Información sobre la plantilla
Clasificación:Enfermedades del recto y el ano.

Fístula perianal. Se caracteriza por la presencia de tractos crónicos, purulentos, fétidos y ulcerantes, en los tejidos perianales. Es más común en pastores alemanes, pero también se observa en setters y retrievers. Los perros >7 años corren un mayor riesgo de padecer esta afección.

Etiología y patogenia

La causa es desconocida. La contaminación de los folículos pilosos y glándulas anales por material fecal y las secreciones del saco anal, puede producir necrosis, ulceración e inflamación crónica de la piel y tejidos perianales. Los animales afectados pueden estar predispuestos a padecer problemas cutáneos generalizados. El hipotiroidismo y una función deficiente de las células T pueden contribuir a la susceptibilidad. La probabilidad de contaminación es mayor en perros con cola de base ancha. La presencia de pliegues anales profundos puede causar la retención de las heces dentro de las glándulas rectales y desempeñar así un papel importante en esta enfermedad. Las fístulas están tapizadas por un tejido inflamatorio crónico y frecuentemente se extienden hasta la luz del recto y el ano. Como la infección puede llegar a estructuras más profundas y afectar al esfínter anal externo, debe ser tratada sin demora.

Hallazgos clínicos

En el perro, los signos clínicos son los cambios en el comportamiento, tenesmo, disquecia, anorexia, letargo, diarrea e intentos de morderse y lamerse el área anal. Los signos en gatos son similares a los observados en perros, pero además pueden tener el pelo enmarañado y permanecer sentados en el cajón donde defecan.

Tratamiento

El tratamiento médico generalmente fracasa. El tratamiento quirúrgico debe ser seguido de la administración de antibióticos y una dieta baja en residuos. La mayoría de los procedimientos quirúrgicos comprenden la saculectomía anal, además de extirpar o bien destruir los tejidos enfermos. Estas técnicas incluyen la extirpación quirúrgica, el desbridamiento, la fulguración y la criocirugía. Después de la cirugía, el área anorrectal debe limpiarse al menos una vez al día. Se ha recomendado la amputación de la cola por su base como tratamiento o como medida coadyuvante. Pueden complicar la recuperación la incontinencia fecal, la estenosis anal y las recidivas; la probabilidad de recidiva aumenta con la gravedad de la enfermedad inicial.

Fuentes

  • Manual Merck de Veterinaria Quinta Edición, 2000