Gaspar Alonso Betancourt

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Gaspar Alonso Bentacourt
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NombreGaspar Alonso Bentacourt Cisneros
Nacimiento29 de abril de 1803
Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, Camagüey, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento7 de diciembre de 1866
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

Gaspar Alonso Bentacourt Cisneros. Fue conocido como “El Lugareño” por su apego al terruño natal y, sobre todo, por dedicarse a la introducción de cambios a favor del bienestar material e intelectual de sus coterráneos. Fue un destacado luchador cubano que dio su vida por la liberación de Cuba del yugo español.

Síntesis biográfica

Nació en la ciudad de Santa María de Puerto Príncipe, en la actualidad Camagüey, en la calle de Contaduría, el 29 de abril de 1803. Betancourt Cisneros fue privilegiado por la alcurnia de su tronco familiar. Sus padres fueron Diego Antonio Betancourt y Aróstegui y Loreto de Cisneros y Betancourt. Recibió las aguas bautismales el mismo día de su nacimiento, en la Catedral.

Popularmente conocido por el seudónimo de “el lugareño”; fue sin lugar a duda un ciudadano ejemplar y uno de los patriotas más destacados de su época, que dedicó más de cincuenta años de su fecunda vida a luchar con tesón por la independencia de su patria para separarla del férreo dominio español.

Contrajo nupcias en La Habana el 7 de septiembre de 1857 con María Monserrate Canalejo e Hidalgo-Gato. De esa unión nacieron tres hijos, pero solo uno llegó a la adultez y se hizo Doctor en Medicina.

Desde su infancia Gaspar dio pruebas de una privilegiada inteligencia, cultivada con esmerada educación en el seno familiar y, ya crecido, debió gran parte de sus conocimientos al Dr. Núñez de Cáceres, de origen dominicano y Regente de la Audiencia, trasladada a Puerto Príncipe en 1800.


Continuó alimentando su ya vasta cultura a través de los viajes que realizó a los Estados Unidos de América y Europa. Al primero llegó en 1822, cuando apenas contaba 19 años, e hizo amistad con el bayamés José Antonio Saco, importantísimo intelectual cubano con quien sostuvo un valioso intercambio en temas relacionados con los caminos en la Isla y en torno a la anexión de la misma al país norteño.

Asimismo, aprendió de las enseñanzas de Félix Varela. También es notable la amistad que lo unió con Domingo del Monte, considerado, junto a otros, como lo mejor y más avanzado de la intelectualidad cubana de su tiempo.

Activismo

El 23 de octubre de 1823, cuando solo tenía 20 años de edad, se había distinguido lo suficiente por su acrecentado patriotismo, que formo parte de la delegación de cubana que se traslado a Venezuela con el objetivo de pedir al Libertador Simón Bolívar su apoyo para lograr la independencia de Cuba. Estas gestiones fracasaron, por estimarse el momento inoportuno, ya que el secretario de EE.UU, acababa de dar seguridad al Rey de España, que su país no permitiría, ni mucho menos auxiliaría plan alguno tendiente a formar discordias internas en Cuba o en Puerto Rico, a perturbar su tranquilidad o intentar su separación del Imperio Español, se estimo imprudente aplazar para una fecha futura cualquier movimiento de liberación de la patria cubana.

A su regreso de los Estados Unidos, en 1834, el lugareño el más estudiante propulsor de elevar la educación del cubano, inicio en Camagüey las colectas para la construcción de un buen edificio que fue dedicado a colegio de niñas por estimar el que la mujer cubana no podrá permanecer en la ignorancia pues tenía ante sí la trascendencia tarea de forjar ciudadanos.

En 1837 es elogiado por su agudeza periodística en la Gaceta de Puerto Príncipe, la creación del primer centro educacional con que contó Nuevitas en 1839 y la impartición de varias asignaturas en el Colegio Calazancio de esta ciudad.

Mientras se mantenía en contacto con los que como el creían indispensable separar a Cuba del yugo Español le daba color a diversas conspiraciones que giraban al su alrededor a pesar de que el gobierno de España. Conocedor de sus gestiones en Venezuela lo miraba ya como un enemigo del régimen.

Luego de una estancia por tierras de España, Francia e Italia, regresó a La Habana el 7 de julio de 1861 y fue reconocido por sus escritos de Economía Política, publicados en El Siglo y firmados bajo el seudónimo de Homobono.

Gaspar, incansable en sus fecundas actividades, escribía sin descanso fustigando las malas costumbre ciudadanas y orientando a la ciudadanía por los mejores caminos. Al amparo de colectas populares construye un fuerte sobre el río Tínima, en el paso de carrasco. Otro sobre el arroyo de Santa Cruz.

La intensidad de su modo de vida lo llevó a fundar escuelas para niños pobres, exposiciones ganaderas, la divulgación de métodos científicos de trabajo, y el reparto y la venta a los pobres de tierras pertenecientes al patrimonio familiar a precios ínfimos, entre muchas otras obras. Esta actitud altruista hizo estrecha la colaboración con su amigo, el Padre Valencia, a favor de los más desposeídos.

Murió

Murió el 7 de febrero de 1866, en La Habana a los 63 años de edad. Su cuerpo, trasladado a Camagüey, fue expuesto al pueblo en la Parroquial Mayor hasta el día 16, cuando fue llevado al cementerio.

Fuentes