Grandes desastres naturales

Desastres naturales más grandes de la historia
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Los desastres naturales más grandes de la historia. Algunos desastres naturales, como los rayos o los tornados, suponen un espectáculo maravilloso a la vista, pero también se pueden convertir en nuestra mayor pesadilla si nos atrapan cerca de ellos.

Esto hace que deseemos no tener que presenciar nunca ninguno especialmente intenso, aunque no por ello deje de resultarnos curioso e interesante aprender sobre ellos.

Entre los desastres naturales más grandes de la historia se encuentran los terremotos enormemente intensos, rayos súper largos, tornados gigantes y otros muchos sucesos que debieron resultar terribles en su momento para los que tuvieron que vivirlos, pero igualmente fascinantes, por la forma en que representan la fuerza de la naturaleza, que puede aplastar a los “súper inteligentes” seres humanos, como si de pequeñas hormigas se tratara.


El rayo más largo y el más duradero

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Hay pocos fenómenos meteorológicos más bellos que un rayo surcando el cielo con su efímera estela luminosa. Por eso abrimos con ellos este artículo, para hablaros sobre los rayos que han conseguido batir récords a lo largo de la historia. Lógicamente, como pasará con el resto de ejemplos que veamos, hablamos de los primeros del ránking de los casos documentados desde que se mantienen registros de los fenómenos meteorológicos, pero no debemos descartar que existan casos antiguos mucho mayores.

Pero teniendo en cuenta lo registrado, según la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas, el rayo más largo tuvo lugar en 2007, en Oklahoma, y su tamaño desafió directamente la definición de lo que se supone que es un rayo. Esto es así porque, hasta entonces, se creía que éstos no podían superar los 32 kilómetros de longitud; pero aquella tormenta dejó un rayo mucho más largo, con una friolera de 321 kilómetros. Pero no fue el único, pues en 2012 tuvo lugar en Francia una nueva sucesión de estos fenómenos eléctricos, que alcanzaron los 200 kilómetros, aunque no pasaron a la historia por eso, sino porque permanecieron en el cielo durante casi 8 segundos, siendo la media habitual de un sólo segundo.

El terremoto más intenso

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Por desgracia, son muchos los terremotos que sacuden continuamente nuestro planeta a lo largo y ancho de todos sus puntos. A veces la cosa queda en pequeños temblores, de esos que al día siguiente se convierten en tema de conversación entre vecinos, amigos y familiares: “¿Escuchaste tú el terremoto anoche?“. “Yo la verdad es que ni me desperté“. Otros, en cambio, son mucho más intensos, y acaban dejando daños terribles, tanto materiales como humanos. Normalmente estos últimos son los que se encuentren muy arriba en la escala de Richter, utilizada para medir la intensidad de un terremoto, en base a la energía que libera.

Para que os hagáis una idea, el reciente terremoto de Italia, que se saldó con la vida de casi 300 personas, tenía una magnitud de seis grados en dicha escala, por lo que niveles superiores suponen terremotos inmensos. De hecho, el más grande de todos los terremotos registrados a lo largo de la historia se dio con la escalofriante magnitud de 9’5 grados. Tuvo lugar en 1960, en la localidad chilena de Valdivia, y fue acompañado por la erupción del volcán Puyehue, acabando ambos con la vida de unas 5.000 personas. Puede parecer una cifra mínima, si tenemos en cuenta terremotos menores que han terminado con la muerte de cientos de miles de personas, pero es importante tener en cuenta que en lo que a defunciones se refiere influyen otros factores, como la densidad de población de la zona en cuestión o la calidad de sus infraestructuras.

El tornado más mortal

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Y siguiendo con las terribles catástrofes naturales que terminaron con un número muy alto de víctimas, pasamos al que está considerado como el tornado más mortal de la historia. Tuvo lugar en 1.989, en Bangladesh, y se saldó con un total de 1.300 muertos y hasta 80.000 personas agraviadas por la pérdida de sus hogares.

Las técnicas poco avanzadas dieron lugar a que se desconozca su magnitud en la escala Fujita, utilizada para medir la intensidad de los tornados, pero tal devastación sugiere que probablemente se encontrara cerca del nivel 5, considerado como máximo.

La mayor erupción volcánica

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Maneras en las que la civilización humana puede terminar Los volcanes son otro ejemplo de fenómenos de la naturaleza que, aún siendo terribles y peligrosos, ofrecen imágenes totalmente increíbles a la vista.

Todos conocemos la famosa erupción del volcán Vesubio, que sepultó, literalmente, la ciudad romana de Pompeya, pero quizás éste no fue ni el único ni el mayor caso de erupciones volcánicas sumamente violentas.

De hecho, la que está considerada como la mayor erupción volcánica registrada de la historia es la del volcán Tambora, de Indonesia, que en 1.815 hizo a la Tierra estremecerse con una explosión que terminó con la vida de 71.000 personas, de las cuáles unas 11.000 murieron directamente por su causa, y el resto por el hambre y las enfermedades consecuentes. Además, a causa de la erupción tuvo lugar una larga sucesión de cambios climáticos, que derivaron en lo que se conoce como “invierno volcánico“, provocando que 1.816 pasara a conocerse como “el año sin verano”.

La peor inundación de la historia humana

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Para terminar, vamos a hablar de la peor inundación de la historia humana que, como tantas otras, tuvo lugar después de que se desbordara el río Amarillo, en China. Son muchísimas las grandes inundaciones conocidas de este río, pero la más grande de las que se han registrado a lo largo de la historia humana se dio de julio a noviembre de 1931, terminando entonces con la vida de entre 1 y 4 millones de personas.

Como veis, son muchas las catástrofes naturales gigantescas que han asolado diferentes regiones de la Tierra, desde que el planeta es planeta. De la mayoría de ellas nunca sabremos nada, pero las que quedaron registradas nos demuestran, como os decía, lo insignificantes que puede hacernos sentir el poder de la naturaleza, a la que para colmo solemos tratar bastante mal. Velar por ella no evitará muchos de estos sucesos, pero sí que podría detener algunos, así que deberíamos comenzar a planteárnoslo.

Fuentes