Guerra de Troya

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Guerra de Troya
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Fecha:Eratóstenes fechó la Guerra de Troya entre el 1194 y el 1184 a. C., la Marmor Parium entre el 1219 y el 1209 a. C., y Heródoto en el 1250 a. C.
Lugar:La ciudad de Troya
País(es) involucrado(s)
Grecia
Líderes:
Agamenón y Príamo


Guerra de Troya, en la mitología griega, la guerra de Troya fue un conflicto bélico en el que se enfrentaron una coalición de ejércitos aqueos contra la ciudad de Troya (también llamada Ilión), ubicada en Asia Menor, y sus aliados. Según Homero, se trataría de una expedición de castigo por parte de los aqueos, cuyo casus belli habría sido el rapto (o fuga) de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya.

Esta guerra es uno de los ejes centrales de la épica grecolatina y fue narrada en un ciclo de poemas épicos de los que sólo dos han llegado intactos a la actualidad, la Ilíada y la Odisea, ambas obras atribuidas a Homero. La Ilíada describe un episodio de esta guerra, y la Odisea narra el viaje de vuelta a casa de Odiseo, uno de los líderes griegos. Otras partes de la historia y versiones diferentes fueron elaboradas por poetas griegos y romanos posteriores. Los antiguos griegos creían que los hechos que Homero relató eran ciertos. Creían que esta guerra había tenido lugar en los siglos XIII a. C. o XII a. C., y que Troya estaba situada cerca del estrecho de los Dardanelos en el noroeste de la península de Anatolia (actual Turquía).

Por ejemplo, el historiador Heródoto no sólo consideraba segura la guerra, sino que además para él fue la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos.1 En tiempos modernos, en cambio, tanto la guerra como la ciudad eran consideradas mitológicas.

Pero en 1870 el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann excavó la colina de Hisarlik, donde creía que estaba la ciudad de Troya, y halló los restos de la antigua ciudad de Nueva Ilión, bajo la cual halló otras ruinas, y debajo de éstas, otras más. Cada una de estas ruinas daba lugar a los restos de distintas ciudades que parecían haber sido habitadas en épocas distintas.

Schliemann pretendía hallar la Troya homérica pero, en el curso de los años, él y sus colaboradores hallaron siete ciudades sepultadas y más tarde otras tres. Sin embargo, quedaba por decidir cuál de estas diez ciudades era la Troya de Homero. Estaba claro que la capa más profunda, Troya I, era la prehistórica, la más antigua, tan antigua que sus habitantes aún no conocían el empleo del metal, y que la capa más a flor de tierra, Troya IX, tenía que ser la más reciente.

Algunos historiadores creen que Troya VI o Troya VII deben identificarse con la ciudad homérica, porque las anteriores son pequeñas y las posteriores son asentamientos griegos y romanos. Otros historiadores opinan que los relatos de Homero son una fusión de historias de asedios y expediciones de los griegos de la Edad del Bronce o del periodo micénico, y no describen hechos reales. Los que piensan que los poemas épicos de la guerra de Troya derivan de algún conflicto real, lo fechan entre 1300 a. C.–1100 a. C.

Introducción

Se cree que la leyenda se basa en hechos verídicos, episodios de una guerra real entre los griegos del último periodo micénico y los habitantes de Tróade, en Anatolia, parte de la actual Turquía. Modernas excavaciones arqueológicas han revelado que Troya fue destruida por el fuego a principios del siglo XII a.C., tradicional fecha de la guerra, y que ésta pudo haber estallado o bien por el deseo de saquear esa rica ciudad o por poner fin al control comercial que Troya ejercía sobre Dardanelos.

Historia

La historia de la guerra de Troya sufrió, en el curso del tiempo, numerosos cambios y ampliaciones.

El meollo de esta historia está contenido en los dos poemas épicos de Homero, la Ilíada y la Odisea. Los episodios relatados o brevemente aludidos en dichos poemas, fueron elaborados o desarrollados "'por los poetas posthoméricos, ya sea relacionándolos con otras tradiciones populares, ya agregándoles detalles de su propia invención. Cuenta Homero que una vez que Helena hubo sido raptada por París, Menelao y Agamenón visitaron a todos los jefes griegos exhortándolos a tomar parte en una expedición que aquéllos preparaban con el objeto de vengar la afrenta.

Agamenón fue elegido comandante en jefe; los más destacadas héroes griegos que le seguían eran, su hermano Menelao, Aquiles y Patroclo, los dos Ayax, Teucro, Néstor y su hijo Antíloco, Mises, Diomedes, Idomeneo y Filoctetes.

Las huestes griegas, compuestas de 100.000 hombres, que contaban con 1.186 barcos, se concentraron en el puerto de Aulis. Allí, mientras celebraban un sacrificio bajo un plátano, surgió una víbora debajo del altar, ascendió por el árbol y devoró un nidal con ocho pichones de gorrión, junto con la madre de los pajarillos.

Calcas, el adivino de la expedición, interpretó que ese hecho significaba que la guerra duraría nueve años y que terminaría en el décimo, con la destrucción de Troya. Agamenón había recibido por su parte un oráculo del dios de Delfos, según el cual Troya caería después de que los mejores griegos se querellaran entre sí.

Relatos legendarios de la guerra

Remontan su origen a una manzana de oro, dedicada a “la más bella”, que lanzó Eris, diosa de la discordia, entre los invitados celestiales a las bodas de Peleo, soberano de los mirmidones, y Tetis, una de las nereidas. La entrega de la manzana a Afrodita, diosa del amor, por parte de Paris, hijo de Príamo, rey de Troya, aseguró a Paris el favor de la diosa y el amor de la hermosa Helena, mujer de Menelao, rey de Esparta.

Rapto de Helena

La mujer más bella del mundo era Helena. Era hija de Leda, la cual estaba casada con Tíndaro, rey de Esparta, y fue seducida por Zeus en forma de cisne; los informes difieren sobre cuáles de los cuatro hijos de Leda lo eran de Zeus y cuáles de Tíndaro, pero Homero presenta a Helena como hija de Zeus.

Helena tenía muchos pretendientes, y Tíndaro estaba poco dispuesto a elegir uno por miedo a que los otros tomasen represalias. Finalmente, uno de los pretendientes, Odiseo de Ítaca (Ulises en la mitología romana) propuso un plan. Hizo prometer a todos defender el matrimonio de Helena con quien ella eligiese. Ella eligió a Menelao, quien humildemente no hizo la petición por sí mismo, sino enviando a su hermano Agamenón en su lugar. Los dos hermanos vivían en la corte de Tíndaro desde que fueron desterrados de Micenas, después de que su padre, Atreo, fuese asesinado y su trono usurpado por su hermano Tiestes y su hijo Egisto. Menelao heredó el trono de Esparta de Tíndaro, con Helena como su reina, y Agamenón, casado con la hermana de Helena, Clitemnestra, recuperó el trono de Micenas.

Enviado a hacer tratos diplomáticos a Esparta, Paris se enamoró de Helena y, con la ayuda de Afrodita, la raptó o la sedujo, y la llevó de regreso a Troya como esposa. Todos los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y recuperarla.

La jefatura de las tropas

Odiseo estaba casado con Penélope y tenía un hijo, Telémaco. Odiseo para evitar ir a la guerra, se fingió loco y sembró sus campos con sal. Palamedes fue más listo que él y puso a su hijo Telémaco delante del arado. Odiseo se incorporó al no estar dispuesto a matar a su hijo, revelando su cordura y viéndose obligado a ir a la guerra.

El adivino Calcas auguró que nunca podría ser conquistada la ciudad de Troya sin que Aquiles participara en la batalla. Su madre Tetis, sabiendo que Aquiles moriría si iba a Troya, lo disfrazó de mujer en la corte del rey Licomedes en Esciro. Allí tuvo una relación amorosa con la hija del rey, Deidamía, de la que tuvieron un hijo, Neoptólemo. Odiseo descubrió a Aquiles entre las mujeres y consiguió así que participara en la expedición.

Finalmente, se reunió una flota de más de mil barcos al mando de Agamenón, rey de [[Micenas].Los griegos también llevaron los huesos de Pélope, padre de Atreo y abuelo de Agamenón y Menelao, para ayudarles a ganar la guerra. Otro oráculo auguró que serían necesarios para conseguir la victoria. El ejército de Agamenón incluía a muchos héroes griegos famosos, como Aquiles, Patroclo, Áyax, hijo de Telamón y Áyax, hijo de Oileo, Teucro, Néstor, Odiseo y Diomedes.

El sitio de la ciudad

Ruta del ejercito griego

La partida hacia Troya se realiza inmediatamente y después de instalar el campamento entre la costa y las murallas de la ciudad, Mises y Menelao se dirigen como embajadores a la corte de Príamo, para pedir la entrega de Helena. La demanda, a pesar de la inclinación de la propia Helena y de las admoniciones del troyano Antenor cae en el vacío, debido a la oposición de Paris, y la guerra queda declarada. El número de los troyanos, cuyo héroe principal es Héctor, apenas alcanza a la décima parte del de los sitiadores. Y aun cuando los primeros cuentan con poderosos aliados, tales como Eneas, Sarpedóny Glauco, no se atreven por temor a Aquiles, a afrontar un encuentro abierto con sus enemigos. Por otra parte, los aqueos nada pueden hacer frente a la ciudad bien defendida y fortificada, viéndose obligados a limitar su acción a la ejecución de emboscadas y a desbastar las vecindades de la plaza; la falta de víveres los obligaba, asimismo, a organizar expediciones por las zonas próximas, que se llevaban a cabo por mar y tierra bajo el mando de Aquiles. Llegó al fin el año décimo, el decisivo en el sitio de Troya. Crises, sacerdote de Apolo, llega al campo de los griegos vestido con sus ropas sacerdotales, para rescatar a su hija Criseida, del poder de Agamenón. Es rudamente rechazado y Apolo castiga a los griegos infligiéndoles una plaga. En una asamblea de los griegos, convocados por Aquiles, Calcas declara que el único modo de apaciguar al dios, es el de entregar a la joven sin rescate. Agamenón asiente a ese deseo general, pero, a modo de compensación, quita a Aquiles, a quien se considera el instigador de toda la trama, a su esclava favorita, Briseida. Aquiles, ofendido, se retira airado a su tienda e implora a su madre Tetis que obtenga de Zeus la promesa de que los griegos sufran continuas derrotas en la lucha con los troyanos, hasta tanto Agamenón, le rinda una satisfacción. Los troyanos salen inmediatamente a campo abierto y Agamenón, inducido por una promesa de victoria que le sugirió un sueño enviado con tal propósito por Zeus, elige el día siguiente, como día de la batalla. Las huestes de ambos bandos están frente a frente, dispuestas a entrar en lucha, cuando deciden, de común acuerdo, que el conflicto por Helena y por los tesoros saqueados, sea decidido en duelo singular, entre Paris y Menelao. París es vencido en el duelo y sólo es salvado de la muerte por la intervención de Venus. Cuando Agamenón exige el cumplimiento del tratado, el troyano Pandareo rompe el armisticio, disparando una flecha contra Menelao, con lo que dio comienzo al primer encuentro general de la guerra, en el cual Diomedes realiza milagros de bravura bajo la protección de Minerva, llegando, inclusive, a herir a Marte y a Venus. El día termina con un duelo no decisivo entre Héctor y Ayax, hijo de Telemón. En el armisticio que sigue a continuación, ambos bandos dan sepultura a sus muertos y los griegos rodean su campamento de un muro y se atrincheran. Al iniciarse de nuevo la lucha, Zeus prohíbe a los dioses tomar parte en ella y ordena que la batalla termine con una derrota de los griegos. Durante la noche siguiente, Agamenón planea la retirada, pero Néstor le aconseja que se reconcilie con Aquiles. Los esfuerzos de los intermediarios resultan inútiles y pese a los esfuerzos de Agamenón que lucha con bravura, son heridos varios héroes, entre ellos Ulises, Diomedes y el mismo Agamenón. Los griegos se retiran tras el muro de su campamento, para cuyo ataque preparan los troyanos cinco destacamentos.

Ataque troyano

La defensa de los griegos es valerosa, pero Héctor logra destrozar con una roca la puerta de entrada de las fortificaciones y el torrente enemigo se precipita incontenible dentro del campamento griego. Una vez más, los héroes griegos que aun están en condiciones de combatir, especialmente los dos Ayax e Idomeneo, consiguen rechazar a los troyanos con ayuda de Poseidón, mientras Ayax estrella a Héctor contra el suelo, con una piedra; pero este último no tarda en resurgir en el campo de batalla, con nuevo brío, otorgado por Apolo, por orden de Zeus. Poseidón es obligado a dejar librados a los griegos a su propia suerte. Estos se retiran nuevamente hacia sus barcos, que Ayax defiende en vano, cuando Aquiles, cediendo a los ruegos de su amigo Patroclo, envía a éste, cubierto con su propia armadura, al mando de los mirmidones, en ayuda de los derrotados griegos. Creyendo que tenían ante sí al mismo Aquiles, los troyanos huyen ante Patroclo, presas de terror, perseguidos por éste, hasta los muros de la, ciudad, y sufriendo muchas bajas, incluso la del valiente Sarpedón, cuyo cuerpo es rescatado de los griegos, sólo después de una encarnizada lucha. Finalmente, Héctor, con la ayuda de Apolo, da muerte a Patroclo; la armadura de Aquiles está perdida y aun el cuerpo del héroe griego es rescatado a duras penas. Aquiles se arrepiente entonces de su enojo, se reconcilia con Agamenón y al día siguiente, provisto de una nueva y espléndida armadura, forjada por Vulcano, a pedido de Tetis, venga la muerte de su amigo, dando muerte a infinidad de troyanos y, por último, al propio Héctor. Con el entierro de Patroclo y con los juegos funerales establecidos en su honor, con la entrega del cuerpo de Héctor a Príamo y con entierro del héroe troyano, para lo cual quermite Aquiles un armisticio de once días, termina la Ilíada. Poco después de la muerte de Héctor, las leyendas posteriores hacen llegar a las Amazonas en ayuda de los troyanos, siendo muerta la reina de aquéllas, Pentesilea, a manos de Aquiles. Aparece luego Memmon, a la cabeza de los etíopes y da muerte a Antíloco, hijo de Néstor, y es muerto, a su vez, por Aquiles. Se cumple en ese momento el oráculo recibido por Agamenón en Delfos. Durante un banquete de sacrificio estalla una violenta disputa entre Aquiles y Ulises, pues éste afirma que sólo con la astucia y no con la fuerza, podrá; Troya ser capturada. Inmediatamente y, mientras se forzaba la entrada de Troya por la puerta Scean, o según otra leyenda, durante la boda de la hija de Príamo, Polixena, en el templo de Apolo timbreano, Aquiles cae muerto por una flecha de París, dirigida por, aquel dios. Una vez realizado el entierro del héroe, Tetis ofrece las armas de su hijo, como un premio al más bravo de los griegos, correspondiendo dicha recompensa a Ulises. En ese momento, el rival de Ulises, Ayax, se suicida. Los griegos hallan, sin embargo, cierta compensación por tales pérdidas. Procediendo de acuerdo con la admonición de Heleno, hijo, de Príamos, que había sido capturado por Ulises, según la cual Troya no podría ser conquistada sin las flechas de Hércules y la presencia de un descendiente de Eaco, fueron a buscar a Filoctetes, el heredero de Hércules, que había sido abandonado en Lemmos, y a Neoptolemo, el joven hijo de Aquiles, quien fue traído de Esciros. Este último, digno hijo de su padre, mata al último aliado de los troyanos. Eurífilo, el bravo hijo de Telefos; Filoctetes mata a París, con una de las flechas de Hércules. Aun cuando hubiera sido cumplida la última condición para la captura de Troya, es decir, el retiro del Palladium, del templo de Minerva, en la ciudadela, empresa que realizaron Diomedes y Ulises, se advierte que la ciudad sólo puede caer mediante alguna estratagema.

El caballo de madera

Por consejo de Minerva, Epeio, hijo de Panopeo, construye un gigantesco caballo de madera, en cuyo vientre se ocultan los más bravos de los griegos, bajo la dirección de Ulises, mientras que el resto, después de quemar su campamento, se embarcan y parten en sus barcos, sólo para anclar detrás de Tenedos. Creen los troyanos que los griegos se han retirado, salen de la ciudad y encuentran el caballo de madera, dudando qué hacer con él. Según algunas leyendas, fueron engañados por el traicionero Sinón, un pariente de Ulises, quien se habría quedado en el lugar, por propia voluntad. Explicó a los troyanos que había escapado a la muerte a la que había sido condenado por la maldad de Ulises y que el caballo había sido erigido como expiación por el robo del Palladium; destruirlo, sería fatal para Troya. En cambio, si se lo introducía en la ciudadela, Asia llegarla a conquistar a Europa. La suerte de Laocoonte elimina toda duda del espíritu de los troyanos. Como la puerta de la ciudad resulta demasiado estrecha, rompen una parte del muro, para que pueda pasar el caballo, que es arrastrado hasta las ciudadelas, como ofrenda dedicada a Minerva. Mientras los troyanos festejan lo que estiman un triunfo, Sinón abre durante la noche el vientre del caballo. Los héroes salen de su interior y prenden las hogueras que dan a la flota griega la señal, previamente convenida, para el retorno.

Caballo de Troya

Así fue capturada Troya; todos sus habitantes fueron muertos, o bien arrastrados a la esclavitud, y la ciudad quedó arrasada por la rapiña y las llamas. Los únicos sobrevivientes de la casa real fueron Helena de Troya, Casandra y Andrómaca, viuda ésta de Héctor, además de Eneas. Una vez que Troya hubo sido destruida y saqueada, Agamenón y Menelao, contrariamente a la costumbre, convocaron a los embriagados griegos a una asamblea, celebrada por la noche. Se produjo una división entre ellos, pues mientras la mitad de los reunidos estaba de parte de Menelao, deseosos de retornar en seguida a sus hogares, la otra mitad, de acuerdo con Agamenón, quería apaciguar a la diosa Minerva, la cual había sido ofendida por el ultraje del Ayax locrio. El ejército griego quedó, pues, dividido en dos partes. Sólo Néstor, Diomedes, Neoptolemo, Filoctetes e Idomeneo, alcanzaron sus hogares sanos y salvos; mientras que Menelao y Ulises tuvieron que pasar antes largas vicisitudes. La muerte sorprendió a Ayax y a Agamenón, inmediatamente después de su vuelta al hogar.

Participantes

Personaje Verdugo
Aquiles Paris
Áyax el Grande Suicidio
Áyax Oileo Poseidón
Antíloco Memnón
Ántifo Agamenón
Ascálafo Deífobo
Astianacte Neoptólemo
Cebríones Patroclo
Cicno Aquiles
Deífobo Menelao
Dolón Ulises y Diomedes
Eurípilo Neoptólemo
Forcis Áyax el Grande
Héctor Aquiles
Medonte Eneas
Memnón Aquiles
Paris Filoctetes
Patroclo Héctor
Pentesilea Aquiles
Polites Neoptólemo
Políxena Neoptólemo
Príamo Neoptólemo
Protesilao Héctor
Sarpedón Patroclo
Tersandro Télefo
Tersites Aquiles
Tlepólemo Sarpedón
Troilo Aquiles
Dos hijos de Merops
(Adrasto y Amfio)
Diomedes
Grecia Troya
Dioses
  1. Atenea
  2. Hera
  3. Poseidón
  4. Hermes
  5. Hefesto
  6. Ares
  1. Artemisa
  2. Apolo
  3. Leto
  4. Escamandro
  5. Afrodita
Humanos
  1. Acamante
  2. Aquiles
  3. Agamenón
  4. Áyax el Grande
  5. Áyax el Menor
  6. Antíloco
  7. Automedonte
  8. Calcas
  9. Demofonte
  10. Diomedes
  11. Epeo
  12. Esténelo
  13. Estentor
  14. Eteoneo
  15. Eumelo
  16. Euríalo
  17. Euríbato
  18. Eurípilo
  19. Filoctetes
  20. Glauco
  21. Haleso
  22. Idomeneo
  23. Macaón
  24. Medón
  25. Menelao
  26. Meríones
  27. Neoptólemo
  28. Nestor
  29. Nireo
  30. Odiseo
  31. Palamedes
  32. Patroclo
  33. Podarces
  34. Podalirio
  35. Polipetes
  36. Protesilao
  37. Sinón
  38. Teucro
  39. Tersandro
  40. Tersites
  41. Tlepólemo
  1. Ainia
  2. Anquises
  3. Andrómaca
  4. Antenor
  5. Antibrote
  6. Ántifo
  7. Ascanio
  8. Astianacte
  9. Casandra
  10. Cebríones
  11. Corebo
  12. Cicno
  13. Deífobo
  14. Dolón
  15. Eneas
  16. Euforbo
  17. Eurípilo
  18. Euritión
  19. Forcis
  20. Héctor
  21. Hécuba
  22. Héleno
  23. Helicaón
  24. Hicetaón
  25. Laocoonte
  26. Licaón
  27. Memnón
  28. Migdón
  29. Pándaro
  30. Paris
  31. Pentesilea
  32. Polites
  33. Polidamante
  34. Políxena
  35. Príamo
  36. Reso
  37. Sarpedón
  38. Tenes
  39. Teucro
  40. Troilo
  41. Yápige
Ejércitos
  1. Arcadia
  2. Argos
  3. Atenas
  4. Beocia
  5. Cifo
  6. Espóradas
  7. Creta
  8. Duliquio
  9. Ecalia
  10. Élide
  11. Etolia
  12. Eubea
  13. Fílace
  14. Fócida
  15. Ítaca
  16. Lacedemonia
  17. Locria
  18. Magnesia
  19. Melibea
  20. Micenas
  21. Mirmidones
  22. Orcómeno
  23. Perraibia
  24. Ptía
  25. Pilos
  26. Rodas
  27. Salamina
  28. Sime
  29. Tesalia
  30. Yolco
  1. Adrastea
  2. Álibe
  3. Amazonas
  4. Caria
  5. Ciconia
  6. Colonas
  7. Caucones
  8. Dardania
  9. Etiopía
  10. Frigia
  11. Larisa
  12. Léleges
  13. Licia
  14. Meonia
  15. Mileto
  16. Misia
  17. Paflagonia
  18. Pelasgos
  19. Peonia
  20. Percote
  21. Tracia
  22. Troya
  23. Zelea

Fuente

  • Virgilio. Eneida. Edición de José Carlos Fernández Corte. Traducción de Aurelio Espinosa Pólit. Madrid: Ediciones Cátedra, 1989.

Referencia bibliográfica