Gustavo Luis Pozo Docal

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Gustavo Luis "Neno" Pozo Docal
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GustavoL Pozo.jpg
Combatiente clandestino contra la tiranía
NombreGustavo Luis Pozo Docal
Nacimiento25 de agosto de 1936
poblado de Mantua,
provincia de Pinar del Río,
Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento28 de septiembre de 1958 (22 años) 
cerca de la ciudad de Cienfuegos,
provincia de Cienfuegos,
Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muerteasesinato, heridas de cuchillo
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
Conocido porNeno
PadresHilario Nicolás Pozo Herrera y Elena Balbina Docal Peláez.

Gustavo Luis Pozo Docal (Mantua, 25 de agosto de 1936 - Cienfuegos, 28 de septiembre de 1958). Combatiente clandestino contra la tiranía de Fulgencio Batista. Perteneció a la brigada de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio. Fue asesinado por las fuerzas del Gobierno.

Síntesis biográfica

Primeros años

Sus padres fueron Hilario Nicolás Pozo Herrera y Elena Balbina Docal Peláez. Comenzó sus estudios primarios en el territorio, pero por ser este un poblado con pocas atracciones y con el objetivo de buscar para sus hijos un medio menos hostil que les brinde siquiera la oportunidad de estudiar con alguna regularidad en la escuela pública, tomar un empleo estable, etc, sus padres deciden marcharse de Mantua.

Se inicia así un período de inestabilidad en cuanto a residencia se refiere y que concluye al mudarse para la avenida 33 en Marianao. En la escuela pública 323, ubicada en la intersección de 4 y 39, continúa los estudios primarios iniciados en su pueblo natal y efectuados durante un corto tiempo en Cangrejera y Ceiba del Agua.

Sin haber alcanzado aún el 6.º grado, se hace necesario que Neno (sobrenombre con el cual lo identificaban familiares y amigos) comience a trabajar para ayudar al sostén de la familia, pues eran en total cinco hermanos y ya habían sufrido la pérdida del padre. Comienza a trabajar en una pollería junto a su antiguo compañero de estudios Eduardo Pérez Sierra y la amistad entre ellos se consolida cada vez más por sus afinidades ideológicas. Juntos comienzan a frecuentar la vivienda de 41 y 4 en Nuevo Vedado, compartiendo con personas que visitaban la misma.

En 1954 pasa a trabajar en los almacenes de Bola Roja, en Maloja No. 997 entre Ayestarán e Infanta, donde trabaja también su hermano Manuel.

Trayectoria revolucionaria

Comienza a reafirmarse en sus actividades revolucionarias, enfrentándose a la dictadura batistiana y asume con gran responsabilidad su actividad en el Movimiento 26 de julio al que se integra a los 20 años de edad. Milita en una célula clandestina en el barrio La Timba (en el actual municipio Plaza de la Revolución) y a pesar de su corta edad tenía una gran responsabilidad, acataba las órdenes con interés y disciplina, era drástico en el cumplimiento de las orientaciones que recibía, respetaba y se hacía respetar; por sus cualidades ganó el mérito de pertenecer a la brigada de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio.

Ejecutó diferentes acciones orientadas por la dirección del movimiento. Su primera acción consistió en pintar el número 26 dentro de un círculo en los muros y fachadas de la Calle 23 en el tramo de Paseo a 12. También participó en los incendios de los cines Maxim y Manzanares el 7 de diciembre de 1957, en el de una farmacia en Los Pinos y una carpintería en La Víbora. Se destacó además en el grupo que se dedicaba a incendiar los ómnibus de las rutas 8, 1 y 15, sabotaje que realizaban con gran maestría. Además, preparó un atentado contra Esteban Ventura, el cual fracasa por no contar con una ametralladora, arma necesaria para ejecutar la acción.

Cuando la dirección del Movimiento 26 de Julio consideró propicias las condiciones para librar la batalla final a través de un levantamiento popular y fijar como definitiva la fecha del 9 de abril, se realizaron los preparativos en cuestión, entre ellos la organización de los grupos armados que actuarían en apoyo a los huelguistas. Alrededor de dos mil jóvenes de todo el país se aprestaban a librar la batalla ese día y entre ellos estaba Neno. Producto de una delación es apresado un compañero de su célula y esto hace que quede interrumpida la comunicación y el contacto dentro de la misma, por lo que no llegan las armas con que contaban para llevar a cabo las acciones armadas que apoyarían la Huelga del 9 de abril.

Incorporación a la lucha guerrillera

Analizando la situación por la que estaba atravesando el país en 1958 y junto con el Movimiento 26 de Julio, cuatro jóvenes plantean su disposición a incorporarse a una de las guerrillas que combaten en la Sierra Maestra, el Escambray y la Sierra de los Órganos, pues entienden que en las montañas serán más útiles a la causa. Se les pide que esperen orientaciones, ya que habían posibilidades de un alzamiento efectivo en Pinar del Río. Uno de estos jóvenes es Gustavo Luis Pozo, los otros son Ramón Lorenzo Delgado (El Curro), José Seruti Rodríguez (El Conde Sigua) y Julio Acosta (El Indio).

Obedecen las indicaciones unos pocos meses y posteriormente tratan de llegar a la Sierra del Escambray. En el camino hacia las lomas villaclareñas, Julio Acosta es víctima de las hojas del guao y se hincha sobremanera, por lo que al arribar a uno de los campamentos rebeldes en estado tan deplorable se le permite permanecer en él. En cambio a los otros tres se les niega la entrada alegando que no llevan armas ni autorización para el alzamiento.

No les queda otra alternativa que regresar, pero solo tienen dinero para que lo haga una sola persona y acuerdan que sea Neno quien regrese e informe de la situación en que se encontraban, mientras los otros dos quedan en el llano merodeando por los cañaverales de la zona y establecen amistad con un campesino. Ya en La Habana, Gustavo Luis Pozo habla con Eduardo Pérez Sierra en un bar de la calle Santa Marta entre Belascoain y Canal, poniéndolo al corriente de lo sucedido. Recibe dinero, otra camisa y la seguridad de que no habrá obstáculos para alzarse en Pinar del Río, por lo que debe volver a Las Villas a recoger a sus compañeros que quedaron en el cañaveral; lo hace de inmediato y durante 10 días no se sabe nada de ellos, hasta que se recibe la noticia de sus muertes.

Muerte

Meses después del triunfo de la Revolución, se esclarecieron los hechos de su muerte, a partir de campesinos de la región, que fungieron como testigos en el juicio popular contra los criminales.

El 28 de septiembre de 1958, al reunirse de nuevo los tres jóvenes, emprendieron el camino de regreso a La Habana. Tomaron un ómnibus con destino a Cienfuegos y se acomodaron en los últimos asientos. En el entronque de Cumanayagua y la carretera del Circuito Sur fueron interceptados ―posiblemente por una delación―. Inmediatamente subieron dos guardias rurales que los detuvieron y los entregaron al oficial que fungía como jefe del puerto de Cienfuegos, quien ordenó que los mataran.

Los condujeron por una carretera y al llegar a un puente los bajaron y comenzaron a torturarlos con cuchillos. Los acuchillaban lentamente, con el objetivo de que delataran la ubicación de los alzados en el Escambray, pero ninguno pronunció una palabra traidora.

Un campesino contó que desde su casa oyó la voz de uno de los jóvenes que gritaba: «¡Asesinos, no me maten así, denme un arma para defenderme!».

Los guardias decidieron finalizar su obra y mataron inescrupulosamente a dos de ellos con varias heridas de cuchillo. El tercero, en un supremo esfuerzo, corrió unos metros y fue alcanzado y rematado a cuchilladas.

Los cuerpos fueron arrojados a una zanja a la orilla de la carretera. Esa noche llovió fuertemente. A la mañana siguiente, unos campesinos descubrieron los cadáveres y se apresuraron a denunciarlos. En el cuartel los amenazaron para que no dijeran nada. El ejército recogió los cadáveres, los montaron en un camión pequeño y se los llevaron hasta la costa. El mar sería su tumba definitiva.

Fuentes

  • Historiadores del municipio Mantua. Investigación de la historia del municipio.