Güines y su calle 84

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Güines y su calle 84
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Güines y su calle 84. Por su suelo traficaban nobles, pacíficos y laboriosos aborígenes siboneyes, quienes abruptamente vieron interrumpida su vida cotidiana y habitual. Rápido genocidio. La conquista y la colonización acelerada de los peninsulares ibéricos a partir de marzo de 1569, trajeron hacia esos lares un lento crecimiento poblacional.

Pasada Fama De La Presente Calle 84 De Güines

Por su suelo traficaban nobles, pacíficos y laboriosos aborígenes siboneyes, quienes abruptamente vieron interrumpida su vida cotidiana y habitual. Rápido genocidio. La conquista y la colonización acelerada de los peninsulares ibéricos a partir de marzo de 1569, trajeron hacia esos lares un lento crecimiento poblacional.

Y también, lentamente y en ese orden: ganadería menor, mayor, vegas tabacaleras, todas ellas con autoconsumo de subsistencia, y producción azucarera y agricultura comercial. Mi actual calle, nuestra calle llamada “de Las Peñas” y “de Lajas”, la “del Cuartel”, tras 1902 la calle “Massó”, y hoy en día y tras 1959 la Calle “84”. Por esa senda, primero llena de fango que la hacía intransitable sobre todo cuando eran los períodos lluviosos, pasaba el añejo denominado Camino de Tierra Adentro, que comunicaba la original porción que se llamaba “La Villa”, y después y hoy por el conocido barrio sureño“De Leguina”; y para ser más exactos, separaba dos de las cuatro “manzanas” del llamado Parque de La Villa (después [[Centro Escolar Francisco de Arango y Parreño y hoy denominado Tony Briones Montoto ), de la manzana que ocupaba y ocupa el arqueológico e histórico Cuartel de la Guardia, (hoy taller de artesanía y productos de confección local), en estado muy deteriorado y ruinoso.

En una de las cuatro esquinas sureñas, hoy ubicado un círculo infantil, se ubica geométricamente opuesta por el vértice, lo que fue y ya no es, -también muy deteriorado-, el inmueble de la colonial sociedad El Pilar. Nuestra calle, tuya y mía, de todos, fue, engarzó, significó el activo tránsito por nuestra ciudad, del significativo vínculo entre la capital y todo el territorio nacional.

Representación de la sociedad colonial

Lo más representativo de la sociedad colonial en muy diversos órdenes jerárquicos, militar, gubernamental, administrativo, eclesiástico-, saturados de cargos, galones, títulos honoríficos y nobiliarios, sentían atracción por esta zona de Los Güines, atraídos por una tierra virgen, muy fértil, clima benigno, abundantes aguas de su cuenca hidrográfica poseedora de una enorme red fluvial y hasta con ríos navegables desde su costa sur hasta bastante hacia su interior, y con una población emprendedora, características las cuales la hacían una tierra promisoria donde auguraban pingües dividendos.

En definitiva, la historia y la cultura de la provincia habanera, después multiplicada en dos y ahora en tres, se iniciaba por la Villa, después Partido, Jurisdicción, y hoy Municipio de lo que fue y es Güines. No es obvio afirmar que no en balde, por acá comenzó el llamado rapaz contrapunteo del tabaco y el azúcar en que los vegueros fueron devorados por los nacientes hacendados azucareros, y que antes de desplazarse a otros sitios, fuimos cuna y núcleo, origen y semilla de la industria azucarera nacional, así como lugar primero por donde se introdujeron las primeras innovaciones científico-técnicas y novedosas variedades de caña, así como la sede a donde era necesario emprender la construcción del primer ferrocarril de toda Iberoamérica, y donde se creó la necesaria Comunidad de Regantes del Valle.

Caractéristicas

Las características de la gran fuerza laboral e injusta mano de obra esclava negra africana, y por las muchas virtudes antes dichas, y otras no mencionadas-, hicieron que se justificaran con diferentes apelativos o epítetos la denominación del territorio en diversos momentos, tales como: “El Continente Negro”, El Jardín de Cuba, “La Huerta de la Capital”, “El Granero de Cuba”, El Pueblo de las Viandas, etc. Por nuestra calle, hacia nuestro territorio, transitaron para resguardarse de los ingleses los caudales o tesoros del rey, se trasladaron hombres prominentes de apellidos ilustres e influyentes como los Sotolongo, Goicochea, Calvo de la Puerta y O´Farrill, Durañona y Balerdi, don Luis de las Casas Aragorri, Pedro Pablo el Conde de O´Reilly, el Capitán General Salvador de Muro y Salazar (Someruelos), Los Diago Tato, los Herrera, Cárdenas, y muchos, muchos más.

No hemos mencionado al egregio Marqués de la Gratitud, don Francisco de Arango y Parreño, insigne promotor de Güines, primer economista y estadista cubano, de quienes no sólo los coterráneos, sino la nación toda está en deudas, quien realizó sus traslados en múltiples ocasiones, -por no decir que durante todas su vida-, por dicho trayecto, hasta en compañía del eminente sabio alemán Alejandro de Humboldt y su ayudante Aymé Bompland. Tampoco olvidemos que en la cuadra contigua al cuartel está el sagrado lugar donde residió nuestro primer intelectual güinero don Francisco Calcagno Monzón, sitio donde se instaló la primera imprenta, el primer periódico y donde escribió sus primeras y más importantes de sus obras literarias.

Calle nuestra por donde arribaba y aún llega la afluencia para las celebraciones de diciembre al rendirle honores con sus ritos al complejo cultural saturado de sincretismo creado en vinculación con las festividades de Santa Bárbara-Changó. Parque de la Villa muy deteriorado ya durante la Guerra del 95, que fue testigo excepcional de los horrores que provocaron los Bandos de Reconcentración decretados por el sanguinario Marqués de Tenerife, Valeriano Weyler Nicolau, que provocó la desaparición física de la mitad de nuestra población. El Cuartel, antes de 1959, fue guarida donde se cometieron múltiples desmanes, vejaciones y atropellos contra los revolucionarios que se oponían a la dictadura. Así de importante fue nuestra Calle 84; una más entre tantas.

Fuente

Por: Lic. Abilio González González. (Investigador.)