Diferencia entre revisiones de «Héctor»

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Cuando todo parecía perdido para los griegos, [[Patroclo]] se vistió con la [[armadura] de este e inició una ofensiva que provocó la confusión entre los troyanos, que le creían el auténtico Aquiles y comenzaron la retirada. Después de acabar con la vida de muchos troyanos, fue muerto por Héctor, el cual intentó hacerse con su cuerpo y alimentar con él a los perros, pero Áyax y [[Menelao]], defendieron el cadáver hasta el anochecer, llevándoselo para realizarle los ritos funerarios. Este hecho provocó la vuelta a la batalla de Aquiles para vengar la muerte de su gran amigo
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Cuando todo parecía perdido para los griegos, [[Patroclo]] se vistió con la [[armadura]] de este e inició una ofensiva que provocó la confusión entre los troyanos, que le creían el auténtico Aquiles y comenzaron la retirada. Después de acabar con la vida de muchos troyanos, fue muerto por Héctor, el cual intentó hacerse con su cuerpo y alimentar con él a los perros, pero Áyax y [[Menelao]], defendieron el cadáver hasta el anochecer, llevándoselo para realizarle los ritos funerarios. Este hecho provocó la vuelta a la batalla de Aquiles para vengar la muerte de su gran amigo
 
   
 
   
 
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Cuando acepta el combate y se enfrenta con su enemigo, [[Atenea]] desaparece, y él comprende que ha llegado su hora. En el Olimpo, [[Zeus]] ha pesado con la balanza del Destino la suerte de los dos adversarios y el platillo de Héctor se ha inclinado con un peso mayor, descendiendo hacia el [[Hades]]. Apolo lo abandona y Aquiles asesta el golpe definitivo. En vano, en el momento de morir, suplica a Aquiles que entregue su cadáver a Príamo, éste se niega en venganza por la muerte de Patroclo. Entonces, con la clarividencia de los moribundos, le predice su muerte a manos de su hermano Paris.
 
Cuando acepta el combate y se enfrenta con su enemigo, [[Atenea]] desaparece, y él comprende que ha llegado su hora. En el Olimpo, [[Zeus]] ha pesado con la balanza del Destino la suerte de los dos adversarios y el platillo de Héctor se ha inclinado con un peso mayor, descendiendo hacia el [[Hades]]. Apolo lo abandona y Aquiles asesta el golpe definitivo. En vano, en el momento de morir, suplica a Aquiles que entregue su cadáver a Príamo, éste se niega en venganza por la muerte de Patroclo. Entonces, con la clarividencia de los moribundos, le predice su muerte a manos de su hermano Paris.
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Revisión del 12:03 8 ene 2014

Héctor
Información sobre la plantilla
Personaje de Ficción
260px
Héctor
CreadorHomero
Nacimiento del personajeTroya
Fallecimiento del personajeTroya
Obra a la que perteneceLa Ilíada
Causa de la muerteMuere a manos de Aquiles
ResidenciaTroya
NacionalidadTroyano
OcupaciónSoldado
Conocido porDomador de caballos
Héctor. Héroe mitológico troyano también conocido como Domador de caballos. Su nombre proviene del griego antiguo ¨Εκτωρ¨ (Héctor), significa ¨el que sostiene fuertemente¨, ¨el que retiene¨ y de ahí el significado de ¨ancla¨. Es uno de los personajes principales en el poema homérico Ilíada. Era muy querido por su pueblo, que lo consideraba el principal defensor de la ciudad. Como comandante de las fuerzas troyanas, su contribución a la resistencia frente al ejército griego fue decisiva. El rival era Aquiles, quien comandaba el ejército de Agamenón.

Familia

Era el hijo mayor de los reyes de Troya:Príamo y Hécuba, hermano de Paris y la adivina Casandra. Se casó con Andrómaca, la hija de Eetión, el rey de Tebas y tuvo con ella un único hijo llamado Astianacte.

Guerra de Troya

Antecedentes

Su hermano Paris había ido a Esparta a negociar con el rey Menelao, y allí sedujo a su bellísima esposa Elena, llevándosela a Troya. Menelao le reclamó a Príamo, el padre de Paris, que le devolviera a su esposa, pero el rey troyano le dio la razón a su hijo. Por esta razón Menelao acudió a su hermano Agamenón, quien solicitó la ayuda de los demás reyes griegos y así le declara la guerra a Troya, la cual duró diez y concluyó con la destrucción de la ciudad.

Aunque Príamo era el rey de Troya, en realidad fue Héctor quien ejerció el poder sobre sus compatriotas. Dirigió a su capricho los debates de la asamblea y llevó los asuntos de la guerra según su criterio. Los oráculos anunciaron que mientras viviera en Troya, esta no caería, es por ello que Agamenón estaba convencido de que no tomaría la ciudad mientras viviera el héroe.

El último año de la guerra

Durante nueve años Héctor, como comandante de las fuerzas troyanas, mantuvo a raya a la armada griega en la guerra. Es en el décimo año donde se dan las grandes batallas descritas en la Ilíada. Hasta entonces, había rehuido la lucha en campo abierto, por lo menos cuando Aquiles, el héroe griego más fuerte, se hallaba entre el enemigo. Por el contrario, cuando este estaba ausente, aprovechaba para producir una gran carnicería entre los griegos y va matando a distintos héroes, a destacar Mnestes y Anquíalo, luego a Teutrante, Orestes, Treuco, Enómao, Héleno y Oresbio. Tras las victorias, siempre se retiraba a la ciudad antes de un nuevo contraataque de los griegos.

Duelo con Áyax

Áyax y Héctor

En el décimo año de la guerra, Héctor desafió a los griegos, con la intención de pelear con Aquiles, pero este se había apartado de la lucha debido a una disputa con Agamenón (que era el jefe supremo de los griegos), por lo cual se le ofreció la oportunidad de luchar contra Áyax, el más valiente entre los griegos después de Aquiles. El duelo duró hasta el anochecer, cuando decidieron finalizarlo sin que ninguno de los dos fuera el vencedor. Ambos contrincantes se obsequiaron mutuamente. Áyax entregó a Héctor su tahalí (especie de correa cruzada al pecho y utilizada para sujetar armas blancas) y éste su espada al primero.

Ataque de las naves griegas

Héctor atacando las naves griegas

Al mando de las fuerzas troyanas desempeña su papel más brillante en la batalla donde ataca a las naves griegas. Los troyanos contaban con la ayuda del dios Apolo, pese a que Zeus había ordenado a los dioses no inmiscuirse en la batalla, por lo que la ofensiva de estos fue imparable. Atravesaron el muro levantado por los griegos para proteger las naves, logrando llegar hasta ellas. La mayoría de los héroes griegos fueron heridos durante la lucha, entre ellos Agamenón, Diomedes y Odiseo, siendo Áyax el único guerrero de los griegos que aguantó firme en la defensa de las naves, de las que resultaron incendiadas una gran cantidad.

Héctor llegó hasta donde se encontraba Áyax, entablándose de nuevo una lucha cuerpo a cuerpo. La pelea transcurría bastante equilibrada, hasta que el griego, gracias a su gran fuerza física le arrojó una enorme piedra al jefe troyano, dejándolo casi muerto. Llegado a este punto, Zeus decidió actuar reanimándolo, recrudeciendo su carga contra las naves y contra el propio Áyax, rompiéndole su lanza, éste lo entendió como un mensaje divino y no le quedó más remedio que retirarse.

Héctor da muerte a Patroclo

Cuando todo parecía perdido para los griegos, Patroclo se vistió con la armadura de este e inició una ofensiva que provocó la confusión entre los troyanos, que le creían el auténtico Aquiles y comenzaron la retirada. Después de acabar con la vida de muchos troyanos, fue muerto por Héctor, el cual intentó hacerse con su cuerpo y alimentar con él a los perros, pero Áyax y Menelao, defendieron el cadáver hasta el anochecer, llevándoselo para realizarle los ritos funerarios. Este hecho provocó la vuelta a la batalla de Aquiles para vengar la muerte de su gran amigo

Muerte
Combate entre Aquiles y Héctor

Con la vuelta de Aquiles a la guerra Héctor está condenado, pues su destino es morir en sus manos. Para retrasar el momento fatal, mientras los héroes luchan, Apolo, el protector, rodea a Héctor con una nube y Aquiles lo busca inútilmente. Pero mientras el ejército troyano se retira al interior de la ciudad, Héctor se queda, él último, ante la puerta. Su padre y su madre lo exhortan a ponerse, como todos, al abrigo de la muralla, pero él no atiende a sus ruegos: aguarda a Aquiles. Sin embargo, al acercarse éste, siente miedo y emprende la fuga. Por tres veces, los dos adversarios dan la vuelta en torno a la ciudad, uno en persecución del otro, hasta el momento en que Atenea, tomando la figura de Deífobo, invita a Héctor a detenerse, prometiéndole su ayuda.

Cuando acepta el combate y se enfrenta con su enemigo, Atenea desaparece, y él comprende que ha llegado su hora. En el Olimpo, Zeus ha pesado con la balanza del Destino la suerte de los dos adversarios y el platillo de Héctor se ha inclinado con un peso mayor, descendiendo hacia el Hades. Apolo lo abandona y Aquiles asesta el golpe definitivo. En vano, en el momento de morir, suplica a Aquiles que entregue su cadáver a Príamo, éste se niega en venganza por la muerte de Patroclo. Entonces, con la clarividencia de los moribundos, le predice su muerte a manos de su hermano Paris.

Su cadáver

Aquiles arrastrando el cuerpo de Héctor

Aquiles horadó los tobillos del cadáver, lo ató a su carro con correas de cuero y lo arrastró alrededor de la ciudad bajo la mirada de los troyanos. Posteriormente, el cuerpo quedó expuesto en el campamento griego, sin protección alguna, abandonado a los perros y las aves. Ante esta escena, los dioses se apiadaron del cuerpo de Héctor e intervinieron. Zeus envió a Iris al encuentro de Aquiles con orden de devolver a Príamo el cadáver de su hijo. El rey troyano, por su parte, se presentó ante el héroe y a cambio de un elevado rescate, logró la devolución del cadáver de su hijo. Príamo y Aquiles acordaron entonces una tregua de doce días para que los troyanos pudieran celebrar dignamente los funerales de su defensor. Andrómaca, Hécuba y Helena encabezaron el duelo.

En la literatura

Héctor aparece raramente en las epopeyas cíclicas y en los trágicos. La única tragedia en la que aparece fue escrita por Eurípides llamada Reso, donde se narra a través de los diálogos la lucha naval y la muerte de Sarpedón. Aparece también en el poema Alejandra del autor Licofrón de Calcis. Fuera de esto, la obra por excelencia donde lo encontraremos es en la Ilíada de Homero, donde aparece en veintitrés de los veinticuatro cantos.

Fuentes