Henri Lacordaire

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Henri Lacordaire
Información sobre la plantilla
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NombreJean-Baptiste Henri Lacordaire
Nacimiento12 de mayo de 1802
Bandera de Francia Francia
Fallecimiento21 de noviembre de 1861
Sorèze, Bandera de Francia Francia
Nacionalidadfrancés
Ciudadaníafrancés
OcupaciónPolítico, orador y religioso


Henri Lacordaire. Dominico francés. Célebre predicador. Abogado en París, la lectura de Chateaubriand le llevó de nuevo a la fe (1823). Sacerdote en 1827, entró en contacto con Lamennais y formó parte de la redacción de L'Avenir, donde propugnó la libertad y la renovación de la Iglesia. Puesta en duda la ortodoxia de la revista y condenada por el papa su orientación, se sometió a la decisión pontificia y se apartó de Lamennais. A partir de 1834 se dio a conocer como orador en las conferencias cuaresmales de Nuestra Señora de París.

Trayectoria profesional

Fue ordenado sacerdote en 1827, pese a que en su juventud había sido admirador entusiasta y discípulo del abate La Mennais, a quien ayudó, junto con Montalembert, en la redacción del periódico L´Avenir, publicación que recogía los debates sobre la problemática del catolicismo frente al mundo moderno. Sin embargo, el papa Gregorio XVI había lanzado una encíclica contra el periódico, por lo que el abate Lacordaire, quizá obligado por su condición de dominico, fue a Roma y prestó sumisión a la Santa Sede, separándose definitivamente de La Mennais.

En 1834 explicó sus teorías mediante conferencias en el colegio Estanislao y al año siguiente ingresó en el colegio de Notre Dame, atrayendo siempre un inmenso auditorio con su notable elocuencia y su estilo, enteramente nuevo y adaptado al espíritu de la época. Dos años después hizo un segundo viaje a Roma con objeto de estudiar la teología.

Como sacerdote dominico predicó y recorrió gran parte de Francia, suscitando la atención tanto por su elocuencia como por su vistoso traje. Fue elegido diputado de la Asamblea Constituyente en 1848 y renunció poco después de la invasión del 15 de mayo. En 1850 volvió a hacer un viaje a Roma, como representante del arzobispo de París, Moniseur Sibour, que había condenado a los redactores de El Universo por su polémica acerba y aunque no logró el objeto de su misión porque el prelado tuvo que alzar el entredicho, el papa le nombró provincial de los dominicos de Francia, cargo que cambió cuatro años después por el de director del colegio de Sorreze, en el que murió. No dejó en el campo filosófico obras de resonancia específica, aunque a menudo recurría a la ésta en su predicación.

En la obra Considérations sur le système philosophique de M. de Lamennais (1834), defiende el valor de la razón humana en la conquista de las verdades de orden natural, contra Lamennais, que consideraba válida únicamente la razón universal del género humano. A la filosofía pertenecen también Sur le droit et le devoir de la propriété (1858), Lettres de la vie chrétienne (1858, que contienen indicaciones sobre pedagogía). Sus obras fueron publicadas en Oeuvres complètes (nueve vols., 1911-1912).

Recién terminada la composición de una conmovedora Vie de Marie-Madeleine y de un Testament espiritual, le sorprendió la muerte, aun joven. Mucho deben a Lacordaire la historia de la elocuencia en Francia y la orden de los Dominicos.

Fuente