Hipertensión en el embarazo

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Hipertensión en el embarazo
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Concepto:Cuando la presión de las arterias se eleva demasiado, se habla de alta presión arterial o hipertensión.Es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en las embarazadas.

Hipertensión en el embarazo. Es una enfermedad frecuente, asintomática, fácil de detectar, casi siempre fácil de tratar y con frecuencia tiene complicaciones mortales si no se trata. Su etiología es desconocida.

Generalidades

Un problema de salud serio que se puede presentar durante el embarazo es la presión arterial alta (hipertensión) la cual afectar alrededor de un 15% de las mujeres embarazadas. El embarazo es una situación fisiológica en la que ocurren grandes cambios destinados a crear un ambiente materno favorable al desarrollo del feto en cuya génesis participan tanto el organismo materno como la unidad fetoplacentaria.

Durante el embarazo todo el organismo de la mujer sufre cambios, desde el pelo, los dientes y las uñas, hasta otros muy importantes, como son los cambios hormonales, endocrinológicos y circulatorios entre otros. Casi todos los embarazos logran cursar de forma natural y sin ningún problema, sin embargo cuando estos suceden durante la adolescencia, se pueden presentar complicaciones adicionales que ponen en riesgo no sólo al bebé, sino también la vida de la joven madre.

Debido a estas modificaciones hormonales, metabólicas e inmunológicas y otras es que durante la gestación pueden agravarse algunas patologías previas, se facilita el inicio de otras o aparecen situaciones que son propias del embarazo. Tal es el caso de la enfermedad hipertensiva. La hipertensión inducida por el embarazo es considerada por la OMS como un programa prioritario de salud en el mundo. Su incidencia está estimada en el mundo del 10 - 20 %, aunque se han reportado cifras inferiores al 10% y superiores al 38%. Estas diferencias están dadas por distintas regiones, razas y factores de índole socioeconómicos y culturales. La Hipertensión gestacional se desarrolla después de la semana 20 en mujeres previamente normotensas. No presenta signos de preeclampsia, y generalmente tiene buena evolución sin tratamiento.

Los desórdenes hipertensivos son las complicaciones más comunes en el embarazo con elevada morbi-mortalidad materna y perinatal, por lo que se debe realizar un control estrecho de la gestación e instituir rápidamente el tratamiento adecuado, si éste se encuentra indicado. En general aparece casi en el 10% de los embarazos y la preeclampsia en el 5% de ellos, de éstas el 5% desarrollarán episodios convulsivos que definen la situación de eclampsia, con una incidencia global que varía entre un 0,01 y el 1,2 % de los embarazos. Cuando existe este cuadro durante este período se la denomina enfermedad hipertensiva del embarazo e incluye una gran diversidad de procesos que tienen como factor común la presencia de hipertensión arterial durante la gestación. Es causa de otras complicaciones tanto en la madre como en el bebé, ya que puede provocar retraso en el crecimiento intrauterino, parto prematuro, muerte intrauterina, o secuelas postnatales. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra el interior de las arterias (los vasos sanguíneos que transportan sangre rica en oxígeno a todo el organismo. Cuando la presión de las arterias se eleva demasiado, se habla de alta presión arterial o hipertensión.

La hipertensión es un problema de salud en todo el mundo y constituye una de las tres primeras causas de muerte materna. Cada hora mueren en el mundo 7 mujeres por trastornos relacionados con la hipertensión y embarazo. La hipertensión inducida por el embarazo (HIE), también llamado preeclampsia o toxemia, puede afectar, en la madre, tanto sus vasos sanguíneos como la facultad de coagulación de la sangre. Debido a ello, los ríñones dejan de trabajar con normalidad y retienen líquido que se acumula en el cuerpo.

Toda esta situación hace que no llegue suficiente sangre al útero lo que reduce la cantidad de oxígeno y alimento que recibe el bebé. Si no es tratada a tiempo, puede causar el retraso del crecimiento del bebé o incluso ataques, coma o la muerte de la madre. Hasta el ocho por ciento de las mujeres padece hipertensión durante el embarazo. Existen diferentes tipos de hipertensión que afectan a las mujeres embarazadas. Algunos de ellos comienzan antes del embarazo mientras que otros se desarrollan durante su curso. Todos los tipos de hipertensión pueden conllevar riesgos para la mujer embarazada y su bebé. Afortunadamente, por lo general es posible tratar los problemas con los cuidados prenatales adecuados.

Factores que influyen hipertension arterial durante el embarazo

Los factores que aumentan la posibilidad de padecer hipertensión durante el embarazo son:

  • Espera el primer hijo a la edad de 20 años, o menos.
  • Espera el primer hijo a una edad superior a los 30 años.
  • Espera varios hijos a la vez.
  • Tener hipertensión antes del embarazo.
  • Tener un sobrepeso excesivo.
  • Ser diabética.

Medición de la presión arterial en embarazadas

En cada visita prenatal, el médico mide la presión arterial de la mujer colocándole un brazalete inflable alrededor de la parte superior del brazo. La presión arterial se mide mientras el corazón se contrae (presión sistólica) y mientras el corazón se encuentra relajado entre contracciones (presión diastólica). Los valores de la presión arterial se expresan con dos números, donde el número superior representa la presión sistólica y el inferior la presión diastólica, por ejemplo 110/80. Un valor de presión sistólica de 140 o superior o un valor de presión diastólica de 90 o superior se consideran un estado de hipertensión.

Debido a que la presión arterial puede subir y bajar durante el día, los médicos suelen repetir la medición una o más veces en el caso de obtener un valor alto para determinar si la mujer realmente tiene hipertensión.

Tipos de hipertensión durante el embarazo

Existen cuatro tipos principales de hipertensión durante el embarazo:

  • Preeclampsia.
  • Hipertensión gestacional
  • Hipertensión crónica.
  • Hipertensión crónica con preeclampsia.
  • Preeclampsia: Este trastorno potencialmente serio se caracteriza por una alta presión arterial y la presencia de proteínas en la orina. Por lo general, se desarrolla después de las 20 semanas de embarazo y desaparece después del parto.
  • Hipertensión gestacional: Este tipo de hipertensión se desarrolla después de las 20 semanas de embarazo y desaparece después del parto. Aunque las mujeres con hipertensión gestacional no tienen proteínas en la orina, algunas de ellas desarrollan preeclampsia en una etapa posterior del embarazo.
  • Hipertensión crónica: Así se denomina a la presión arterial alta diagnosticada antes del embarazo o antes de las 20 semanas de embarazo. Este tipo de hipertensión no desaparece después del parto. La hipertensión crónica es la alta presión arterial o de la sangre diagnosticada antes del embarazo, o antes de la semana 20 de embarazo. Este tipo de alta presión arterial no desaparece después de dar a luz. Los expertos médicos no conocen a ciencia cierta las causas de la hipertensión crónica. Los genes, la dieta y el estilo de vida pueden contribuir a la aparición de la condición.
  • Hipertensión crónica con preeclampsia: Aproximadamente el 25 por ciento de las mujeres con hipertensión crónica también desarrolla preeclampsia.

Síntomas de preeclampsia y otros tipos de hipertensión

La mayoría de las mujeres embarazadas con preeclampsia leve y otros tipos de hipertensión no presenta síntomas. Para poder detectar estos casos, los médicos miden la presión arterial de la mujer y le realizan un análisis de orina para detectar la presencia de proteínas en cada visita prenatal. Los casos más graves de preeclampsia pueden ir acompañados de: -Dolores de cabeza fuertes -Problemas en la vista (visión borrosa, destellos, sensibilidad a la luz) -Dolor en la región superior derecha del abdomen -Aumento súbito de peso (5 libras o más en una semana) con retención de líquidos en las piernas e hinchazón de la cara. Las mujeres embarazadas deben ponerse en contacto con su médico inmediatamente si manifiestan cualquiera de estos síntomas. La mayoría de los casos son leves, con una presión arterial de alrededor de 140/90. No obstante, estos casos también deben recibir el tratamiento adecuado para evitar que empeoren y provoquen problemas graves.

Riesgos de la preeclampsia y otros tipos de hipertensión

Si no se trata, la preeclampsia grave puede dañar los riñones, el hígado y el cerebro de la mujer. Todos los tipos de hipertensión aumentan el riesgo de complicaciones durante el embarazo. No obstante, este riesgo es mayor en las mujeres con hipertensión crónica acompañada por preeclampsia: -Bajo peso al nacer. La hipertensión puede constreñir los vasos sanguíneos del útero y, en consecuencia, afectar el suministro de oxígeno y nutrientes a la placenta, que nutre al feto. Si esto ocurre antes de término, puede retrasar el crecimiento del feto y, en algunos casos, hacer que el bebé nazca con bajo peso (menos de cinco libras y media).

-Parto prematuro (antes de cumplidas las 37 semanas de gestación). Algunas mujeres desarrollan hipertensión grave u otros síntomas de empeoramiento de la preeclampsia a pesar del tratamiento. En algunos casos, puede ser necesario adelantar el parto a fin de evitar complicaciones graves para la madre y el bebé, lo que a veces da como resultado el nacimiento de un bebé prematuro y de bajo peso. Estos bebés están expuestos a un riesgo mayor de tener problemas de salud durante las primeras semanas de vida e incapacidades permanentes, como problemas de aprendizaje y parálisis cerebral. -Desprendimiento de la placenta. La placenta se desprende de forma parcial o total de la pared uterina antes del parto. Cuando es grave, puede provocar hemorragia abundante y shock, que son situaciones peligrosas tanto para la madre como para el bebé.

El síntoma más común de desprendimiento de la placenta es la hemorragia vaginal después de las 20 semanas de embarazo. Se recomienda a las mujeres embarazadas informar inmediatamente cualquier hemorragia vaginal a su médico. -Nacimiento sin vida y muerte del recién nacido. Las formas de hipertensión inducidas por el embarazo (preeclampsia y eclampsia) pueden aumentar el riesgo de la muerte fetal y del recién nacido, sobretodo cuando estas formas de hipertensión recurren en un segundo o siguientes embarazos. Es posible que la hipertensión inducida por el embarazo recurrente sea más grave que cuando ocurre en un primer embarazo, aumentando los riesgos para el bebé. Las mujeres que desarrollan hipertensión inducida por el embarazo recurrente, también pueden tener otras condiciones de salud, como obesidad o la diabetes, el cual puede contribuir al aumento del riesgo de la muerte fetal y del recién nacido.

La preeclampsia puede avanzar rápidamente y convertirse en una enfermedad potencialmente fatal llamada eclampsia, que provoca convulsiones y, en algunos casos, coma. Afortunadamente, la eclampsia es poco común en mujeres que reciben los cuidados prenatales adecuados a intervalos regulares.

Tratamiento de la presión arterial alta

El tratamiento de la presión arterial alta depende de la gravedad de la condición. Usualmente incluye:

  • Tomar bastantes líquidos
  • Procurar la práctica de la técnica de relajación como la de respiración lenta.
  • Tener una dieta sana Es importante que la mujer embarazada evite la sal en su alimentación, ya que ésta propicia la retención de líquidos.
  • Además se recomienda el consumo de arroz rehogado y manzanas poco dulces en forma de compota.
  • Descansar y reducir el estrés. La mujer embarazada no debe realizar complicados ejercicios o labores hogareñas muy exigentes; el reposo debe ser absoluto.

Si está acostada, debe permanecer de lado, todo el tiempo que pueda, ya que esta postura activa el riego sanguíneo de la placenta, lo que redunda en un mejor abastecimiento de oxígeno al bebé. Si se está trabajando, se debe solicitar la baja laboral.

Fuentes